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Me vais a perdonar la tontería - por Saulo

No pensaba abrir la puerta, pero lo hizo. Por culpa de una señora gorda, vestida con un horroroso vestido verde camaleón, que le empujó porque se acababan los bocadillos de panceta que se ofrecían gratis en la “Convención de Novelas de Misterio en la Inglaterra de Entreguerras” — tema apasionante donde los haya— a la que había acudido con su esposa. Ella como visitante; Federico como verdadero experto.
Nada más caer en el baño de señoras, una abuela de moño prieto le soltó un bofetón por guarro y degenerado, mientras gritaba «VIOLADOR» cual prima dona verdiana. De nada sirvió que María Fernanda, la esposa, acudiera en su ayuda y explicara, unas diez veces, que todo había sido un accidente causado por el sofocón menopáusico que había sufrido una mujerona hambrienta, que al abalanzarse sobre la panceta había chocado con el pretendido violador que, en realidad, era su marido, hombre amable, casto y honesto.
—Déjalo María Fernanda — gemía Federico, postrado en el suelo y mesándose los escasos cabellos — De esta no salgo.
—¡Por dios Federico, déjate de teatros que todavía te arreo yo también!— contestó María Fernanda irritada.
Todo quedó en una reprimenda por guarrindongo y un aviso de que cómo se le volviera a ocurrir acercarse al baño de señoras acabaría en comisaría. Federico dio las gracias, compungido, y se dirigió al salón principal, donde le esperaban para que diera la charla de esa tarde, y que había titulado, “La Inmunidad Térmica de los Espíritus Escoceses”, o de cómo y por qué los fantasmas no se constipan entre las paredes de los Castillos de Escocia, con el frío que allí hace.
El salón, abarrotado con los diez y siete asistentes, sentados todos en la segunda fila, permanecía en silencio. Federico se apoyó en el atril y comenzó su charla.
—Buenas tardes…
No pudo continuar. Con un gritar de goznes desengrasados la puerta izquierda del salón se abrió, y una figura oscura entró con gran taconeo. Todas las cabezas se giraron hacia el hombre que, con gabardina marrón, sombrero marrón y bufanda marrón, había tenido el atrevimiento de ponerse unos zapatos negros. Se sentó, después de levantar a quince personas, en el único asiento que quedaba libre en la segunda fila y colocó sus manos enguantadas sobre las rodillas.
—Bien, como iba diciendo… Buenas tardes…
Un teléfono móvil empezó a sonar con la cabalgata de las Valquirias a todo volumen. Federico torció el gesto y miró uno a uno a todos los asistentes. A los diez y siete. Ninguno hizo amago de que la fiesta fuera con ellos y se dedicaron a mirarse unos a otros con gesto interrogativo. Finalmente, la señora de pamela y collares, sentada junto a la figura oscura y tardía, se dirigió a él con acritud en la voz.
—Buen hombre. Haga usted el favor de no volver a ponerse un pantalón marrón con un zapato negro. ¿Pero a quién se le ocurre?
—Eso, eso — dijo el hombre bajito y barrigón aprovechando la ocasión y contestando, como si tal cosa, al móvil wagneriano —Sí, una mesa para tres. Y nos guarden una cuatro quesos que siempre se acaban.
Federico, con María Fernanda sentada en una sillita junto al atril y empezando a dar golpecitos en el suelo con el tacón, continuó.
—A ver si avanzamos… Buenas tardes… — y miró a su alrededor mientras hacía una pausa dramática.
Ni qué decir tiene que la charla fue un exitazo que se comentó durante largo tiempo, justo lo que se tardaba en llegar a la puerta de salida. Cuando todos los asistentes habían abandonado la sala, Federico terminó de recoger sus fichas.
¿Todos? No. La figura oscura y de pésimo gusto cromático esperaba entre los cortinajes de la puerta.
—Venga Federico, que es para hoy
—Voy María Fernanda. Hija qué prisas. ¿Ha estado bien, verdad? ¿Qué es lo que más te ha gustado?
—Uff, no sabría decirte… — contestó María Fernanda sacudiéndose la falda plisada — Quizá la parte en que explicas cuánto tarda el musgo en crecer, según la rugosidad de la piedra y la inclinación del sol, ha sido lo más fascinante.
—Sí, la verdad es que eso me ha quedado niquelado.
Cuando estaban junto a la puerta, la figura oscura y daltónica salió de entre los cortinajes. Federico cayó al suelo tras recibir un fuerte golpe en la cabeza. María Fernanda también cayó, pero desmallada al observar que los calcetines del atacante, con pantalón marrón y zapato negro, eran verdes.

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8 comentarios

  1. 1. Earendil dice:

    Saludos, Saulo.
    Gracias por pasarte por mi relato y dejar tus consideraciones.
    Nada más leer el título me ha llamado la atención y el texto ha superado todas las expectativas.
    Es una historia muy original, está bien narrada, bien puntuada y no hay faltas de ortografía, salvo la palabra “diez y siete”, que en verdad se escribe diecisiete.
    Sí tengo que hacerte un inciso importante respecto a los diálogos. Creo que deberías revisar el tutorial que puedes encontrar aquí, en Literautas, para poder puntuarlos mejor la próxima vez, pues aunque están perfectamente redactados, no es así en cuanto a la puntuación de los mismos.
    La historia es muy divertida, haces gala de un buen sentido del humor que ha dejado agudas pinceladas a lo largo de todo el texto, que resulta muy simpático y ameno.
    Tal vez el final queda un poco vacío, pues no das ninguna pista de por qué el atacante daltónico los agrede, y la escena no da para hacerse demasiadas cabilaciones.
    Me ha gustado leerte, y espero hacerlo en próximos talleres.
    Un saludo.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 17:51
  2. 2. Saulo dice:

    Se trata de una tontería, fruto del no saber qué escribir. Me salió así y… qué queréis. Es una broma. No se trata del primer capítulo de nada, pero me lo pasé muy bien escribiéndolo.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 18:12
  3. 3. earendil dice:

    Hola de nuevo, Saulo.
    Creo que no expresé bien lo que quería transmitir cuando escribí (y cito textualmente):el texto ha superado todas las expectativas, respecto del título.
    Según tu contestación, intuyo que interpretaste que consideraba que el texto era una tontería, haciendo gala al título.
    ¡Nada más lejos de la realidad!, si no, no estaría escribiendo esta nota.
    Quería decir que el relato era acorde con el título en cuanto a la idea general de humor trasnochado, al estilo de escenas de película de los hermanos Marx.Nunca diría del trabajo de otro compañero que es una tontería, y menos con un relato tan bien relatado como el tuyo.
    Espero haber aclarado el malentendido, tan lejos de la opinión que me merece tu trabajo.
    Saludos.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 09:48
  4. 4. Saulo dice:

    Gracias Earendil. Pero no te preocupes. El que dice que es una tontería soy yo mismo. En ningún momento me he sentido ofendido ni nada parecido. De todas formas agradezco tu comentario.
    Eso sí, he descubierto que me encanta escribir cosas así.

    Un abrazo y gracias de nuevo.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 14:04
  5. El relato tiene un ritmo trepidante, muy original el contenido en que vas llevando de la mano para visualizar esas situaciones disparatadas, llegando casi al absurdo que te hacen sonreír sin poder resistirse.
    He leído que comparaban ese humor con algunas de las películas de los hermanos Marx y estoy de acuerdo, son tan hilarantes algunas de las situaciones que nos planteas que podrían haberlas escrito ellos.
    Bien escrito, con un buen ritmo que hace que quieras llegar al final para saber más y que ayuda perfectamente a describir esas situaciones raras que están apareciendo.
    A mí me ha parecido que conseguías enganchar y querer que continuara.
    Buen trabajo, escribir con humor a mi me parce muy difícil y tu lo has hecho.
    Saludos

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 21:10
  6. 6. Alfonso Besada dice:

    Hola, Saulo.

    Lo mejor de tu relato es la facilidad de lectura. Es un texto que va enfocado más bien a la acción que a los detalles del entorno donde se produce, y es un acierto por el tono humorístico que le has dado. Está bien narrado y tiene un aire de frescura que se podría decir que es fruto de algo preparado más que de la improvisación o la falta de ideas.

    En cuanto al tema, pues qué quieres que te diga. Me he reído mucho, desde el principio hasta el final, donde me he quedado con ganas de saber quién es el personaje oculto. Yo te invitaría a terminar el relato, aunque sea sólo un relato corto, no necesariamente una novela, que ocupara unas páginas, para saber cómo termina. A mí me ha gustado, y estoy por enseñárselo a mi hija, que se ríe mucho con estas cosas.

    Saludos.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 18:53
  7. 7. Caciba dice:

    Hola, Saulo.

    Muy divertido tu relato, me lo he pasado muy bien , y lo mejor de todo: tú también escribiéndolo. Dices que es una tontería, yo no estoy de acuerdo: es humor. El humor es muy difícil, más que la tragedia; corres el riesgo de querer ser gracioso y “morir” en el intento. A ti no te ha pasado.

    Te apunto tres cosillas:

    – “… un aviso de que cómo se le volviera a ocurrir …” (Sin tilde ese “como”).

    – “… pero desmallada al observar…” (desmayada).

    – “Federico dio las gracias, compungido, y se dirigió al salón principal, donde le esperaban para que diera la charla de esa tarde, y que había titulado, “La Inmunidad Térmica de los Espíritus Escoceses”, o de cómo y por qué los fantasmas no se constipan entre las paredes de los Castillos de Escocia, con el frío que allí hace.” ( ¿Qué te parece así?: ” “Federico dio las gracias, compungido, y se dirigió al salón principal, donde le esperaban para que diera la charla de esa tarde, titulada: “La Inmunidad Térmica de los Espíritus Escoceses o de cómo y por qué los fantasmas no se constipan entre las paredes de los Castillos de Escocia”, con el frío que allí hace.” Bueno, es solo una pequeña sugerencia).

    Me has hecho pasar un buen rato, gracias.

    Un saludo

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 15:58
  8. 8. Alonso García-Risso dice:

    Saludos Saulo: Primero que nada, gracias por tu comentario. Lo tengo en consideración para las correcciones de mi texto.

    Tu trabajo me ha proporcionado una lectura agradable, cargada de novedad e ironía. Contribuye a esta apreciación ese ritmo con que escribes, cargando de sentido lúdico.
    En el desenlace se descuelga un incidente que remata en un muy buen ‘enganche’. Me gustó es un escrito bien logrado con una cuota de novedad que es un aporte no menor. Felicitaciones
    PS: Ese matrimonio que presentas es parte de la novedad, en este mundo tan huraño y deshumanizado.

    Escrito el 25 febrero 2016 a las 02:13

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