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EL HOMBRE QUE NO TENÍA AMIGOS - por juanjohigadillo

Hacía un tiempo de perros y la lluvia caía inclemente sobre la ciudad desierta y dormida. Sólo un hombre, embozado en su raído gabán, caminaba resuelto por las calles encharcadas, cada vez más empapado, cada vez más aterido, cada vez más harto. Al llegar a una calle especialmente oscura se detuvo junto a un hueco entre dos edificios, y tras echar un rápido vistazo a su alrededor desapareció en el callejón, engullido por la oscuridad.

——————–

El callejón desembocaba en un solar interior, nauseabundo y oscuro, en el que, sin prestar atención al recién llegado, las ratas deambulaban a sus anchas entre los omnipresentes montones de basura. Miró a través del agua que chorreaba de su sombrero y vio lo que buscaba. Atravesó el patio hasta una mortecina luz que apenas iluminaba la media docena de peldaños que bajaban hasta una desvencijada puerta metálica, descendió hasta el penúltimo, pues el rellano del último escalón estaba completamente inundado, y llamó siguiendo una determinada cadencia. Apenas hubo acabado, la puerta se abrió y un hombrecillo de tez apergaminada y aspecto desastrado le espetó:
– Llega tarde.
– Lo sé. ¿Puedo pasar? Estoy hecho una sopa.
– Está bien. Espere aquí.
El hombrecillo desapareció por una portezuela y se quedó en un minúsculo recibidor de mohosas y desconchadas paredes en las que pudo apreciar, cuando sus ojos se acostumbraron a la lánguida luz, carteles publicitarios de viejas glorias del boxeo y descoloridos calendarios de chicas. Al poco, otra puerta se abrió y pudo ver, recortada contra la cegadora luz de la estancia a la que daba acceso, la silueta de un coloso que con voz de pocos amigos le ordenó tajante:
– Pase y espere ahí sentado. Él le atenderá en seguida.
Se sentó donde le indicaron.
– ¿Puedo fumar? – preguntó.
– A Él no le gusta el olor a tabaco – respondió tajante el grandullón, y le dejó allí solo, en una sala de paredes desnudas, sin más muebles que una mesa y unas cuantas sillas.
Se quitó el sombrero y el gabán y se dispuso a esperar.
Él.
El solo hecho de oír esa palabra le producía escalofríos. De no encontrarse en el atolladero en el que estaba metido hubiese preferido no saber siquiera de su existencia, pero en aquel momento Él era su única solución. Se contaban cosas que pondrían la piel de gallina al más pintado, y según se fue enterando de algunas de ellas mayor era el terror que sentía.
Su crueldad era legendaria. Su poder residía en el miedo. Si alguien no cumplía no sólo podía estar seguro de ser borrado de la faz de la Tierra de la manera más sanguinaria y dolorosa, sino que, dependiendo de cómo se tomase Él la ofensa, era también más que probable que su familia sufriese las atroces consecuencias. Cuando a Mike "el sucio" se le dejó de ver, la gente empezó a sospechar algo. Cuando sus dos pequeños aparecieron con las manos amputadas, quedando inútiles para el resto de sus vidas y a consecuencia de lo cual su mujer acabó en un psiquiátrico, todo el mundo entendió el mensaje: nadie le roba a Él.
Sabía que le propondría un trato de cláusulas leoninas, pero no tenía elección. Su situación era desesperada. Según esperaba allí sentado sopesaba la posibilidad de dar media vuelta y escapar de allí. Al fin y al cabo, no era lo mismo perder la casa que perder la vida, pero tenía que intentarlo. No podía dejar a su amada Evelyn en la calle, frágil y desprotegida, a merced de que todos los indeseables a los que debía algo pretendieran cobrarse en ella sus deudas.
Notaba su espalda húmeda, y sabía que no era debido al aguacero que había soportado hasta llegar allí, sino al sudor frío que le provocaba su estado de nervios. Entrecruzó los dedos de las manos para sujetar su temblor. Daría cualquier cosa por fumar un cigarrillo, pero no podía permitirse empezar con mal pie su relación con Él.
Cuando pensaba que no podía soportar más aquella espera, cuando pensaba en buscar otra solución, cuando estaba a punto de levantarse y huir, se apagaron las luces, una puerta se abrió y una oscura silueta, cuyos rasgos no pudo precisar, se sentó frente a él.
– Hablemos de su asunto, señor Boyle – le dijo.
Y un escalofrío recorrió su cuerpo al percatarse de lo tremendamente familiar que le resultaba aquella voz…

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14 comentarios

  1. 1. Frida dice:

    Hola Juanjo. Qué ambiente más negro y crudo nos presentas. Me ha gustado mucho tu relato. Me ha recordado vagamente al principio de los juegos del hambre, me ha hecho pensar en Mao y en Stalin, crueles dictadores que imponían su propia justicia tal y como Él la pone aquí. Creo que cumples a la perfección con el reto pedido para este mes. A mí desde luego me dejó completamente enganchada. No sólo creas un misterio con Él, sino que también infundes miedo al lector a través de los ojos del protagonista, porque al final ve que está jugando a algo excesivamente peligroso. ¿De quién fiarse?, porque si la voz le suena es porque pertenece a su entorno, ergo no está a salvo. Y es que si la cosa ya antes pintaba mal, de esta manera no te quiero ni contar. Desde luego no solo he de felicitarte, sino también insistir en que me gustaría seguir leyendo.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 11:27
  2. 2. juanjohigadillo dice:

    Muchas gracias, Frida:
    La verdad es que leer un primer comentario tan elogioso como el tuyo resulta muy gratificante.
    No he leído Los Juegos del Hambre, ni he visto ninguna película, por lo que no sé qué puede tener en común mi relato con esa saga. Tampoco es mi intención crear un malvado con tanto poder como esos dos que mencionas. Sólo pretendo hablar de un malo-malísimo de ámbito poco más que local; una especie de “Padrino”, pero más perverso.
    También me gustaría decirte que tendrás la oportunidad de seguir leyendo, pero hoy por hoy sólo puedo contar que planteé el relato como lo que pedían: un primer capítulo. Sí es cierto que tengo en la cabeza algunas ideas para continuar la historia, pero tendría que darle muchísimas vueltas, idear más personajes, crear una trama verosímil y hallar un buen final.
    Gracias de nuevo, y recibe un saludo desde Pucela.
    Juanjo

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 12:12
  3. 3. APMB dice:

    Hola, Juanjo

    en primer lugar gracias por haber comentado mi relato.

    Tu relato me ha gustado mucho, has creado una atmósfera negra que envuelve al lector y has cumplido de sobra con el reto del mes. Enhorabuena.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 11:31
  4. 4. Jose Luis dice:

    Hola Juanjo
    Gracias por tu comentario a mi relato.
    Es justo que yo lea el tuyo y te dé mi opinión.
    Una anotación:
    “El hombrecillo desapareció por una portezuela y se quedó en un minúsculo recibidor de mohosas y desconchadas paredes en las que pudo apreciar, cuando sus ojos se acostumbraron a la lánguida luz, carteles publicitarios de viejas glorias del boxeo y descoloridos calendarios de chicas.” Dentro de esta frase, que está muy bien construida, no queda claro quién se quedó en el minúsculo recibidor. Supongo yo, y todos, que es el protagonista de la historia, pero de vez en cuando no viene mal recordar al lector de quién estamos hablando. Aunque no proporciones un nombre al personaje y lo llames solamente “hombre”, es mejor repetirlo de cuando en cuando.

    la silueta de un coloso que con voz de pocos amigos ———————— la silueta de un coloso que, con voz de pocos amigos,

    Me gustaría mejorar el sentido de la siguiente frase, si no te parece mal: “Se contaban cosas que pondrían la piel de gallina al más pintado, y según se fue enterando de algunas de ellas mayor era el terror que sentía.”
    Por ejemplo: “Se contaban cosas que pondrían la piel de gallina al más pintado y, según se había ido enterando de algunas de ellas, mayor había sido el terror que había sentido.

    Tu relato es muy bueno, con una atmósfera muy bien generada que mete al lector de lleno en la boca del lobo. Creo que respeta muy bien las premisas que se han propuesto en cuanto al reto del mes y que deja a los lectores con ganas de saber más. Muy bien.

    Un saludo

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 15:44
  5. 5. juanjohigadillo dice:

    Buenas tardes, José Luis:
    Muchas gracias por tus comentarios, y me alegro de que el relato te haya gustado. Tienes razón en que el relato ganaría con alguna de las modificaciones que propones, sobre todo con la primera. También con la coma de la segunda, y con la tercera al cincuenta por cierto.
    Gracias de nuevo por todo, y recibe un saludo desde Pucela.
    Juanjo.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 19:24
  6. 6. Isabel dice:

    Hola Juanjo.

    En primer lugar muchas gracias por pasarte por mi relato.
    Respecto al tuyo tengo que decirte que he disfrutado mucho mientras lo leía. Has conseguido trasladarme a ese cuartucho de sala de espera y sentir el miedo de lo que podía ocurrir cuando apareciera ÉL. Narras muy bien, ambientas muy bien el escenario y haces creíble la historia.

    Sí que he visto que repites bastante seguido la palabra oscuro/ oscuridad y que abusas un poquito de los adjetivos delante del sustantivo en los primeros párrafos.

    ¡Enhorabuena por tu relato!

    Se repite oscuro

    abuso adjetuvo delante

    Escrito el 24 febrero 2016 a las 15:11
  7. 7. Isabel dice:

    Disculpa, las dos frases finales se han colado…

    Escrito el 24 febrero 2016 a las 15:13
  8. 8. juanjohigadillo dice:

    Buenas tardes, Isabel:
    Muchas gracias por comentar mi relato. Lo he repasado a raíz de eso y sí que es cierto que utilizo el adjetivo “oscuro” en tres ocasiones, lo que en un texto de casi 750 palabras no me parece tanto, aunque te lo agradezco igualmente. De hecho lo he corregido en el texto original por si tengo que echar mano de él en el futuro. Repasarlo después de tu comentario también me ha hecho darme cuenta de que casi al final he metido dos veces la palabra “allí” en la misma frase, y ya está corregido, así que sólo me queda agradecer de nuevo tu crítica, pues sin ella no me habría dado cuenta de esos pequeños detalles.
    Saludos desde Pucela.

    Escrito el 24 febrero 2016 a las 17:10
  9. 9. Maureen dice:

    Hola, Juanjo.

    Un relato apasionante, que he leído del tirón. Me ha gustado muchísimo y me has dejado con ganas de saber quién es Él y cómo va a afectar al protagonista el conocerle.

    Un detalle de la forma que me ha gustado es tu empleo casi perfecto de las comas; puede parecer una banalidad, pero viendo lo difícil que resulta para mucha gente, creo que es importante reseñarlo.

    Un par de detalles: en la corta conversación con el tipo grande, repites “tajante” dos veces; tal vez fuera mejor emplear otra palabra en una de las dos ocasiones.

    Los diálogos no están bien escritos: tras la raya del diálogo no hay que dejar espacio, y tampoco entre la raya del inciso y el propio inciso. Por ejemplo:

    “–A Él no le gusta el olor a tabaco –respondió tajante el grandullón, y le dejó allí solo, en una sala de paredes desnudas, sin más muebles que una mesa y unas cuantas sillas.”

    En cuanto al contenido, ya digo que me ha gustado un montón y me encantaría saber por dónde sigue la historia. Me gusta la ambientación y creo que, si le das un poco de cuerpo, te puede quedar un protagonista muy interesante, por parecer bastante imperfecto y poco valiente.

    Escrito el 24 febrero 2016 a las 22:48
  10. 10. juanjohigadillo dice:

    Buenos días, Maureen, y muchas gracias por tu comentario. Dicen que cuatro ojos ven más que dos, y bien cierto que es. Gracias a los “ojos” de mis comentaristas me he dado cuenta de algún que otro desliz. Tomo nota y corrijo en el texto original lo de los dos “tajante”. Te agradezco igualmente la observación sobre los diálogos. En cuanto al “prota” del relato me gustaría puntualizar que no es que sea imperfecto y poco valiente, sencillamente se ve en un grave apuro y, si al final consigo desarrollar la historia, es más que probable que se descubra en él una fuerza latente oculta.
    Gracias de nuevo por todo, y recibe un saludo desde Pucela.

    Escrito el 25 febrero 2016 a las 09:14
  11. 11. Maureen dice:

    Hola de nuevo.

    Tal vez me expliqué fatal en cuanto al protagonista 🙂

    Me gusta que sea imperfecto, no me resultan nada creíbles esos tipos “normales” de las películas que se ven en un apuro gordo y, de repente, son capaces de parar balas con los dientes. Por eso me parece interesante el tuyo, porque es un tipo normal que se ve en una situación difícil y que va a sacar el valor de donde sea para salir adelante y ayudar a los que quiere. Resulta creíble, y eso me gusta.

    Un abrazo

    Escrito el 28 febrero 2016 a las 22:32
  12. 12. juanjohigadillo dice:

    Buenos días, Maureen:
    Gracias por tu aclaración, aunque no era necesaria; quizá fuera yo quien no lo entendió.
    Saludos.

    Escrito el 29 febrero 2016 a las 09:19
  13. 13. Roger/NHICAP dice:

    Hola Juanjo,
    Gracias por pasarte por mu texto. Llego tarde al tuyo y te diré que me parece un buen arranque para una novela, intriga no le falta.
    Me ha gustado tu manera de narrar: buena redacción,adecuado vocabulario y un texto de gran claridad.
    En mi opinión enfocas muy bien el primer capítulo, centrando al lector en el contenido de la historia, con una ambientación acertada, tenebrosa, que apoya al lector a sentir lo que piensa, y siente, el protagonista mientras espera sentado, sin fumar, a Él
    En los siguientes capítulos ya nos mostrarás quién es el protagonista, sus problemas y circunstancias, pero de momento has logrado la atención del lector con la intriga creada.
    buen trabajo y un abrazo

    Escrito el 3 marzo 2016 a las 15:07
  14. 14. juanjohigadillo dice:

    Buenas tardes; Roger:
    Me alegro de que el relato te haya gustado, y que el comentario provenga de alguien tan activo en el foro como tú me resulta doblemente estimulante. Intentaré que, como alguno deseáis, haya más capítulos, pero primero he de redondear la idea para que al menos resulte medianamente verosímil.
    Gracias de nuevo por todo, y nos vemos por estos lares.
    Saludos.
    Juanjo

    Escrito el 7 marzo 2016 a las 14:33

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