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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La parte de mi vida, en la que descubrí el amor - por Bruno Molina Espinoza

Web: http://cuentistaviolento.blogspot.pe/

Voy a hablarles de mi vida. Dudo mucho que sea mejor que la de ustedes, pero es mía, y eso nadie me lo quita. Decido empezar por la parte de ella, de mi vida, en la que descubrí el amor.
No, no hablaré de mi mamá, ni de mi papá tampoco. Los quiero harto, pero ya escribiré, harto también, de ellos otro día. Les hablaré, para comenzar, y ya que estoy dándole mucha vuelta al asunto, de una rubia hermosa. Se llamaba María, ¡y de seguro era virgen por esos días, haciendo gala de la fama de su nombre! ¡Ja, ja, ja! ¡Bueno, es que la conocí a los ocho años! Rubia hermosa, rubia linda… De cabello largo, de mirada bruja…; de ojos grandes, de coleta. Fui tan suyo, como tan del aire somos todos.
No podía evitar mirarla todo el tiempo. Me decía a mí mismo que ella también me miraba a escondidas. Era mentira, claro, pero era mía también la mentira, como mía es mi vida; esa que no es tan buena como la de ustedes, ¡pero ahí le va, ni más ni menos!

¿Qué decía antes? Esperen un momento ahí donde están, que no tardo mucho en revisar arribita, y vuelvo por acá enseguida…

¡Listo!, ¡ya lo tengo! Les hablaba de la parte de mi vida en la que descubrí el amor. ¡Bah!, ¡gran cosa! Pero al menos si hablo de eso, podré hacer un esfuerzo en recordar esos días… Días lindos, donde la sonrisa de una mujer, era suficiente para perder la razón. ¡Sí pues!, ¡las cosas cambian! ¡Es inevitable!

Pero María no cambiará nunca.

No, ella es eterna. Sus pésimos chistes son eternos, su chicle de dos semanas, sus agujeros en los calcetines que descubrí en clase de Educación Física. También es eterna su mirada. ¡Demonios, qué ojazos! ¡Te amo, te amo, te amo! ¡Mil veces te amo! Sí, ¡la amo!

Yo ya no soy el mismo, ni ella lo es, pero el amor sigue intacto. ¡El amor no conoce de tiempo, señores! Sí…, yo la amo.

Pero ella es solo el inicio.

Porque la parte de mi vida en la que descubrí el amor, no termina con ella… Aunque…, ¡quién sabe!

Pasó un año desde María, y ni cuenta me di en aquel entonces… ¡Qué torpe era, caray! Conocí a Pamela. La conocí bella, y yo tan gordo. Tan ciego. Tan tartamudo. Tan… ¡tan! Tan afortunado, ¡ay mi dios! Es que… les cuento, pero así para ustedes nomás… No vayan a andar de “lengualargas”, ¿ya? Se los digo con esa condición nomás.

¿Ya lo prometieron, verdad? No los escuché, ¡pero qué remedio!

Ella… ¡Pues ella me buscó a mí desde el principio! ¡Ja! Yo aparecí todo nervioso en ese nuevo colegio tan enano. Sí, ¡enano! ¡No, no me equivoqué, criticón! ¡Si, tú, el de lentes que leyó “colegio enano” y me tildó de bruto!

Aparecí, y ella no paraba de mirarme. ¡Francamente era rara la morenaza de diez! ¡Pero me buscó a mí! ¡A mí! ¡Pueden creerlo?

A los dos días se me acercó y me habló de “Batman”. Hablamos buen rato, hasta que apareció Abel, el semi-dios de “Los Caballeros del Zodíaco”. ¡Je, je! Por esos días apareció esa película y yo estaba como idiota contándole a medio mundo que la había visto en el cine. ¡Ya, está bien, a medio mundo no! Con las justas a medio salón.

Aunque se calló por tanto Seiya de Pegaso, y tanto caballero dorado, no paró de mirarme un solo segundo, de frente a los ojos.

Cuando me di cuenta de ello, tragué harta saliva; como hartas historias sobre mis padres y yo, contaré otro día.

Fue la primera vez que quise besar a alguien en los labios.

De hecho, fue la primera vez que lo hice. Jugábamos a un montón de tonterías y… una tontería llevó a la otra y yo, terminé besando a Pamela, la hija del director. Mi fan, ¡no sé por qué, si era gordo y cuatro-ojos!

Una vez me dijo algo lindo, que aún recuerdo. Me dijo: ¿qué te parece si nos quedamos solos un rato? ¡Qué linda morenita, por el amor de dios! Sí… ¡lindos besos!

Pero su gato era horrible, eso sí.

De ahí sigue Lucero. Pero antes les hablaré un poco más de estos dos amores… Solo he divagado como un loco, pero aún no digo nada en realidad.

Ahorita me encargo de solucionarlo. ¡Je!

Sí, eso significa que sigue otro capítulo… ¡Obvio pues!

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18 comentarios

  1. 1. Verónica Murillo (Vero) dice:

    Hola Bruno, aquí de hada buena concediendo deseos.

    De tu estilo divagante no diré mayor cosa porque es tuyo “como tuya es tu vida”, pero aún así creo que abusas del uso del signo de admiración. Yo nunca estaré de acuerdo con eliminarlo del todo, sería como dejar que el lector suponga cuando el personaje hace una pregunta también, se puede usar pero con moderación, por algo existe.

    Creo que en medio de todo podrías darle un poco de estructuración y definir al punto que deseas llegar, está bien que divagues pero hay cosas que frenan el ritmo y sacan al lector de su “suspensión voluntaria de la realidad”. Divaga como en un “pensamiento” NO en “escrito”.

    En contenido pienso que este primer capítulo se parece demasiado al de Fiorella (Pienso que María y Fiorella son la misma persona) pero no me gustó que cambiaras de “primer amor” por que al fin de cuentas no sabemos quien de ellas fue el primero.

    Espero leer más.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 01:43
  2. 2. Verónica Murillo (Vero) dice:

    Ok. Escribí un gran sermón y no se aplicó el comentario…

    En resumen siento que divagar se vale porque al fin de cuentas es tu estilo “como tuya es tu vida”, pero todo tiene un límite y a veces frenas la lectura, haces que me salga de mi suspensión voluntaria de la realidad. Divaga como en un pensamiento, no por escrito, como si nadie te leyera. Tampoco abuses de los signos de exclamación, creo que se pueden usar, para algo existen, pero con moderación.

    No me gustó que cambiaras de “primer amor”, primero solo es uno, estructura aunque sea un poco para que quede más claro lo que quieres decir.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 02:36
  3. Oye, ¡que tú sí eres mi hada buena! 😀 Todos deberíamos tener una, ¡ay mi dios! Ocurre Vero, Vero-Verito, que el punto al que quiero llegar, simplemente es a que se adentren en mi psique. Me confieso ante ti, cual si fueras una imagen de yeso. Una linda imagen, por cierto, pues… ¡las hadas tienen que serlo, no! :); pues que yo, yo… nunca direcciono nada. Soy una mala copia (tremendamente mala) de Dostoievsky. Escribo en primera persona siempre, y tal cual hablo, escribo. Me digo: “¡Hoy escribo de monstruos! Y estoy describiéndote a un tipo cínico que conocí, o un abusador, un mal padre; o monstruos que creí tenían vida, de pequeño…”. Así es como creo, cuando es algo mío. Por eso puedo escribir un libro de mil páginas en un mes. Pues solo hablo y hablo.

    No ocurre lo mismo cuando escribo para otros, o cuando escribo teatro… Pero cuando escribo para mí, es así. Me divierte de maneras insospechadas. Me hace ser yo, y a la vez compartir un poco del mundo que inventó desde cero o transformo en base a un recuerdo.

    Sí… Dejaré de ser tan engreído y estructuraré. Lo prometo. 🙂

    Ahora mismo me estoy cortando el dedo con una navaja y manchando el monitor con sangre, para hacer de mi promesa, “una promesa de sangre”.

    Gracias por pasarte y comentar doble sin querer. 😉

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 09:31
  4. 4. Rosa dice:

    Hola, Bruno.

    Estoy con Verónica en algunos puntos, aunque el texto, en general, me ha gustado. Creo que es muy coloquial y fresco, se lee con facilidad. Es entre un soliloquio, dirigido al lector y buscando su complicidad, y un flujo de conciencia, con pensamientos algo desordenados. Eso es lo que me “molesta”. También creo has descrito bien el pensamiento del niño, lo que siente, pero que se podría describir más, no porque sea necesario para entenderlo, porque se entiende bien, sino porque es bonito.
    En mi opinión, como Verónica, creo que falta algo de estructuración, para que el lector tenga un poco de idea de dónde quieres ir a parar. Al final, admites que estabas divagando y que no has dicho nada. El lector puede preguntarse entonces por qué le cuentas todo eso si no dices nada. Es solo una opinión, y reconozco que soy un poco quisquillosa, pero estoy intentando ver qué se podría mejorar.

    También creo que la puntuación y la ortografía son importantes y que sí, abusas de los signos de exclamación, cuando hagan falta de verdad no tendrán el mismo efecto en el lector.

    Bueno, espero haber sido de algo de ayuda.

    Saludos desde Barcelona.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 09:59
  5. 5. Nina Latte dice:

    Hola Bruno,

    Tu texto es uno de los 3 siguientes al mío, así que paso a comentarlo. Me ha quedado un poco largo, pero no te asustes, es que he puesto ejemplos sobre frases de tu texto para que se entienda mejor. Espero que te sirva, aunque te adelanto que solo comento como lectora ocasional.

    Me gusta el estilo fresco, ligero, rápido y casual con el que cuentas la historia; pero creo que se pasa de “casual”. Hay demasiadas divagaciones que distraen al lector, como el tercer párrafo:

    “¿Qué decía antes? Esperen un momento ahí donde están, que no tardo mucho en revisar arribita, y vuelvo por acá enseguida…”

    Solo llevamos dos párrafos, el lector sabe de qué estas hablando, pero tú (el narrador) tienes que volver a revisarlo. Resulta extraño y artificioso, además de romper el ritmo. Es un recurso que utilizas mucho en un texto breve.

    O aquí:

    “Cuando me di cuenta de ello, tragué harta saliva; como hartas historias sobre mis padres y yo, contaré otro día.“ = que no sé porqué aparece la referencia a las historias de los padres que ya contarás en medio de ese momento mágico de tu historia.

    Respecto a la puntuación, abusas de los signos de exclamación y de los puntos suspensivos. Hay tantos que lo realmente importante pasa desapercibido.

    Ejemplo de signos de exclamación: “Se llamaba María, ¡y de seguro era virgen por esos días, haciendo gala de la fama de su nombre! ¡Ja, ja, ja! ¡Bueno, es que la conocí a los ocho años!” = solo es necesario el último, para sorprender al lector de que era una niña de ocho años; pero con todos los que has puesto antes, pasa desapercibido.
    Ejemplo de puntos suspensivos: “Rubia hermosa, rubia linda… De cabello largo, de mirada bruja…; de ojos grandes, de coleta” = con puntos y comas te hubiera quedado más bonito y estructurado.

    También hay muchas repeticiones de palabras.

    “Voy a hablarles de mi vida. Dudo mucho que sea mejor que la de ustedes, pero es mía, y eso nadie me lo quita. Decido empezar por la parte de ella, de mi vida, en la que descubrí el amor.” = el segundo “de mi vida” sobra, es una repetición innecesaria.

    “Una vez me dijo algo lindo, que aún recuerdo. Me dijo: ¿qué te parece si nos quedamos solos un rato? ¡Qué linda morenita, por el amor de dios! Sí… ¡lindos besos!“ = la palabra “lindo” aparece tres veces en cuatro frases. Si la sustituyes por sinónimos, enriqueces el texto.

    En estas frases:
    “No, no hablaré de mi mamá, ni de mi papá tampoco. Los quiero harto, pero ya escribiré, harto también, de ellos otro día.” = podrias sustituir algunas comas por guiones y quedaría mas elegante => “Los quiero harto, pero ya escribiré -harto también- de ellos otro día” (la repetición de “harto” resulta sonora, aquí la dejaría)

    El final es extraño. Dices que “Pero antes les hablaré un poco más de estos dos amores” cuando, al menos para mí, las historias ya han pasado; breves, pero ya están contadas. No espero que el siguiente capítulo sea una ampliación con más detalles de la historia de Maria o de Pamela, sino algo nuevo y diferente. ¿Tal vez la historia del gato Lucero?

    Seguiré pendiente de tus próximas escenas. Gracias por compartirlo.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 11:02
  6. 6. Rosa dice:

    Nina, me gusta cómo has comentado el texto de Bruno, fijándote mucho en cuestiones de estilo. Como también te toca comentar el mío, espero impaciente. Es un texto que quiero mejorar y ampliar, así que todas las sugerencias serán bienvenidas.

    Si puedo, yo también comentaré el tuyo, aunque no me toque.

    Saludos.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 11:19
  7. Rosa y Nina, tienen ustedes dos tan lindos nombres, que seguro escribiré, no sé si divagando, de ustedes pronto.

    Gracias por opinar, ¡que mira pues!; antes tenía tantos mensajes, como dientes tiene un recién nacido, y ahora ya tengo un manojo. 🙂

    Les agradezco mucho jalarme las orejas, que las tengo grandes por cierto, así que tiene mucho por jalar… 😀

    Como le dije a mi hada buena, a Vero-Verito, yo escribo -cuando son cosas mías- tal cual hablo.

    Me gustan las exclamaciones tanto,¡que sí que he abusado! Es un vicio. Es como el chocolate, o como lo eran los besos de Pamela. Me gusta también los puntos suspensivos, porque cuando estoy hablando, hago pausas; y quiero que quien me lea, haga las pausas también. Ideas locas las mías. Las repeticiones de frases o de palabras, son adrede. No es que no me dé cuenta que las pongo ahí… Sé que están ahí, y están ahí porque soy un maniático de la lectura poética.

    ¡Soy un caso perdido! 🙁

    Pero les agradezco tanto, que prometo regalarles mis pensamientos hacia ustedes con fondo musical. Lo haré en mi santo que se aproxima, junto a una botella de vino y junto a un pedazo de pastel.

    De verdad que me han hecho muy feliz. Gracias por tomarse el tiempo. Las quiero harto. Y sí… las tortas son sabrosas, el vino borgoña, exquisito; y el gato de Pamela, horrible-horrible.

    😀

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 11:21
  8. 8. beba dice:

    Hola, Bruno:
    No hay duda, sos vos; el gran fanfarrón. Es tu estilo de “mostrador de maravillas en el circo”; cargoso, zumbón.Vendes pompas de jabón.(Aaay, la rima)
    Yo valoro tu historia desde esta óptica: estamos escribiendo una intro para una “novela”; creo que todo vale en aras de la intriga; tu narrador protagonista, tan latoso y fanfarrón, puede ser una excelente fuente de calamidades graciosas, por ejemplo; o de quijotadas increíbles.
    Coincido con tus comentaristas en que puedes regular los signos. Pero interpreto tus “pesadeces” como un rasgo del personaje que estás creando.
    Adelante.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 16:31
  9. 9. Nic-Is dice:

    Hola Bruno.
    A mi, la verdad es que me ha encantado tu estilo. Es como el flotar de mis pensamientos mientras la vida pasa a mi lado. Quizá sí hay demasiados signos de exclamación, pero no sé mucho del asunto como para dar una opinión calificada.
    Una cosa te puedo decir: Yo leo mucho, y leo de todo, pero nada que me parezca aburrido o pesado. Tu texto lo leí con mucho gusto de principio a fin.
    Si quieres leer el mío, es el 206.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 02:37
  10. 10. Ian Pellicer dice:

    Hola que tal.
    En mi humilde opinión si volviera a leer algo tuyo en cualquier otro lado, enseguida sabría que lo escribiste tú, ya que tienes tu propio estilo para escribir, cosa que pocos escritores logran. Así que felicidades.
    Por otro lado lo único que no me convenció del todo fue que el personaje divago demasiado al narrar sobre sus amores, por ejemplo: “Pero su gato era horrible, eso sí” creó que esto estaba de más.
    Sin embargo se entiende un poco que lo haga pues el mismo se reconoce de esa manera, aun así solo cuida eso amigo.
    Saludos y gracias por pasarte

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 16:56
  11. 11. Isolina R dice:

    Hola, Bruno:
    Tienes muy buenos comentarios, sobre todo el de Nina Latte. Así que como estoy de acuerdo con lo que te ha dicho ella, no voy a extenderme demasiado.
    La sensación que me produce un texto con tantos signos de exclamación y tantos signos en general (en mi opinión no siempre en su sitio) es la de un actor que sobreactúa. Unos centímetros más acá y hubiera bordado el papel, pero con esos centímetros de más no solo no lo ha bordado sino que a mí me ha sacado por completo de la historia.
    Escribir así, como hablas, en principio no tiene por qué ser malo. Eso sí, te limita. Si solo escribes en primera persona, no exploras las posibilidades del narrador omnisciente o el narrador testigo en tercera. Puede que no te interese hacerlo y que te sientas tan cómodo en la primera que no eches en falta ninguna otra cosa. Claro que un narrador en primera de estas características, por siempre y para siempre, a mí no me bastaría. Tal vez soy demasiado ambiciosa, pero a mí me gustaría saber, y poder, convertirme en un filósofo que da una conferencia al más alto nivel, o en una gallina clueca, o en un niño de dos añitos que habla con lengua de trapo, o en una personalidad rígida obsesionada con la perfección…
    Te has creado un narrador-personaje, vale. Pero, ¿por qué no cincuenta distintos? ¿Por qué no variar?
    Este texto es lo primero que he leído de tu autoría. Y considero que tiene su punto, pero te convendría reducirle un pelín lo excesivo. No solo en los signos de exclamación, la sobreabundancia de interrupciones, las comas que separan el sujeto del verbo…
    En fin, dije que no me extendería.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 17:49
  12. 12. Rosa dice:

    Totalmente de acuerdo. Escribir siempre en primera persona puede estar bien al principio, pero se tiene que ir más allá, también para generar interés en el lector. Si uno escribe para desahogarse, como terapia… vale. Pero si estás pensando en alguien que te va a leer, creo yo, que se tiene que entender la historia. Esto, el cambio de narrador y punto de vista, los saltos en el tiempo, la documentación… son esfuerzo extra, por si fuese poco, pero el resultado vale la pena.

    Creo, como Isolina, que al variar de registro y de personaje, las historias darán mucho más juego.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 18:05
  13. ¡Qué alegría que me comenten tantos! Me siento popular. 😀

    Beba, Nic-Is, Ian, Rosa, Isolina… A todos gracias. 🙂

    Sí, yo sé que le pongo mucha exclamaciones, muchos puntos suspensivos y mucha vuelta le doy a lo que digo. Como ya les comenté, es así como hablo. Soy un tanto fanfarrón como dice beba, y un tanto sobreactuado, no solo en mis textos, sino también en mi día a día.

    Yo me excuso con el hecho de que sé escribir de distintas formas. De hecho, escribo para otros. Soy “negro literario”. También soy guionista.

    Lo de escribir así, lo hago porque es el estilo que más me gusta. Es tan divertido comenzar a narrar lo que sea, siendo mi voz la que se escuche.

    Puedo cambiar de voz. Puedo quedarme sin voz (tercera persona) también. Pero no me divierte. Cuando lo hago, parece trabajo. }

    No es una buena excusa, pero es lo que hay. Prometo ser menos yo, y menos feliz en mis próximos relatos.

    Gracias por los consejos, pues me han sido muy aleccionadores.

    Son muy amables todos y todas.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 20:51
  14. 14. Earendil dice:

    Saludos Bruno Molina Espinoza.
    Prometí que sería lectura obligada este taller y aquí estoy.
    Normalmente no leo los comentarios de los compañeros cuando son tantos los que preceden a mi aportación, pero en esta ocasión sí he querido conocer la opinión de los demás, por la singularidad del texto.
    Como ya te comenté en el blog de Literautas, después de visitar el tuyo y conocer tu “pasión” por Fiorella, creo que eres muy valiente a la hora de publicar esta clase de escritos, tan sinceros y tan poco convencionales.
    Sí, todos los que te han dejado por escrito sus impresiones tienen razón, en cuanto al estilo, la estructuración del texto, la repetición constante de ciertas palabras, el uso indiscriminado de las exclamaciones…
    Pero yo no he querido profundizar en un análisis tan minucioso de la forma. Cuando leo este relato me gusta más recrearme en la musicalidad que desprende ese torbellino de ideas concatenadas, aparentemente sin orden ni concierto, que como un tiovivo te va sumergiendo y emergiendo de la historia que quiere contar.
    Lo que está claro es que esta clase de escritos te gusta o no te gusta, sin términos medios y a mí, personalmente, me gusta.
    Se nota que no escribes para los demás, sino que es un ejercicio de autocomplacencia donde disfrutas enormemente, sin más, y ningún consejo que te hagamos en cuanto a la forma lo vas a aplicar. Supongo que cuando te dedicas a escribir guiones, como nos cuentas más arriba, lo haces de otro modo, más serio y ortodoxo, si no, lo tienes muy crudo. Porque eso sí te lo digo, tampoco sé si un relato más largo de este carrusel de ideas atropelladas podría conmigo.
    Te felicito y me alegro mucho de haber pasado por aquí. Yo estoy en el 76, por si te interesa.
    Nos leemos.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 17:41
  15. 15. Manoli VF dice:

    Que te diviertes escribiendo, Bruno, ha quedado claro, tanto por tu escrito como por tus respuestas a los comentarios.
    Te corregiría alguna cosa pero opino que lo que quieres más que correcciones de forma es entrar en esa “provocación al lector” que tan lúdicamente te tomas. Por mi parte, coincido con Verónica, porque aquí el comienzo está muy bien llevado y la licencia lúdica permitida pero cuando cambias de amor empiezas a cambiar de registro y se va todo al traste, porque has llevado al lector por un camino y regresas adónde te da la gana, aunque eso sí VOLUNTARIAMENTE en tu objetivo de jugar con el lector.
    Aquí concuerdo con Isolina en que SOBREACTÚAS-

    Como apunte personal -al margen de que festejes o no tu popularidad- te diré que la divagación bien llevada está más que permitida y te podría nombrar numerosos y famosos autores, pero no viene al caso. Tú aquí no quieres cerrar el relato ni buscarle una estructura, entonces sobra el análisis.

    Un saludo, pues.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 19:07
  16. 16. Verónica Murillo (Vero) dice:

    Gracias, pero no me des tanto crédito. Sigue escribiendo esos relatos tan románticos.

    Escrito el 24 febrero 2016 a las 17:56
  17. 17. KMarce dice:

    Bruno:
    Creo que te han dicho de todo, y me alegra que te sientas mimado en cuanto a tus comentarios van en aumento.
    Te reconosco como una persona que tiene su estilo propio, y no dudo que eso te hace feliz. Yo siempre he recomendado a las personas que escriban aquello que los hace felices a ellos, pero sin olvidarse de quien les va a leer. A veces tendremos aciertos y fallos, y como digo siempre: encontraremos nuestro nicho, ese lector que ame tanto como nosotros a lo que escribimos.

    Yo empecé escribiendo en primera persona, pero pese a que suelo inspirarme con lo conocido, nunca me uso como un conector entre lo que escribo y mis emociones, porque las mías son muy fuertes y puede ser agotador. Porque vivo lo que escribo, río con el personaje y lloro con ellos, y si de remate, meto mis propias emociones… ni idea cómo terminaría. Espero que tu carga emocional sea mejor manejada que la mía.
    Te diré que me ha gustado la frase: “como tan del aire somos todos”.
    ¡nos leemos!

    Escrito el 25 febrero 2016 a las 07:21
  18. Después de tantos comentarios creo que ya ho tengo nada mas que decir en cuanto a los signos de exclamación y todo eso pero lo que si quiero decir es que a mi, personalmente (y es mi opinión, lo menciono aunque sea redundancia) me gustó.
    Es verdad que el lector se puede sentir abrumado por tanto signo pero eso hace que uno se imagine al personaje sobreactuando, jajaja. La parte de Batman me hizo el día por que mi mejor amigo es fanatico de Batman y conocio a su novia (mi mejor amiga, por cierto) gracias a que ella también es fan de Batman.
    Me parecio bueno tu relato y mas la innovación y el atreverte a escribir un relato diferente.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 2 marzo 2016 a las 16:18

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