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TODOS LOS CAMINOS LLEVAN AL CIELO - por Emma

El viaje no había podido comenzar peor: anoche la ventisca y la lluvia me obligaron a pernoctar en un motel de carretera; la cama ha dejado mi cuerpo dolorido; el espejo esta mañana me ha devuelto la imagen de unos ojos abultados por el llanto; y para colmo no deja de nevar.

“¿Quién me mandaría hacerle caso a Roberto?”

Roberto es mi terapeuta y mi valle de lágrimas desde que Mario me dejó por otra más joven, más guapa y más delgada que yo.
Hace unos días me sorprendió con la invitación a un Taller de Superación Personal. “Las siete claves para encontrar el camino”.

—Es un taller pensado para ti —dijo con abrumadora seguridad.

—¿Para mí? ¿Por qué dices eso?

—Debes de ir. No dejes pasar la oportunidad. Fue su respuesta.

Debía de pensar que estaba perdida, pues según dijo: me ayudaría a encontrarme a mí misma.

Así que sin pensarlo demasiado me puse al volante, dispuesta a buscar el camino prometido.

Pero de momento me sentía extraviada en el motel, rodeada de nieve y bastante lejos de mi destino. Según el folleto que tenía en mi poder: un monasterio benedictino situado en plena naturaleza, lejos del mundanal ruido. No sabía cómo me había dejado convencer, ¿Qué iba a hacer allí? ¿Y si no me gustaba? ¿Y si…?

Decidí que después del desayuno daría la vuelta y volvería a mi vida, aunque ésta estuviese sumida en el caos.

A través de la ventana de la cafetería observaba ensimismada, como los copos de nieve cubrían los espacios que aún quedaban por dibujar de blanco. Llamó mi atención lo que parecía la cubierta de una alcantarilla y el hecho que la nieve no se posase sobre ella, por lo que su color bronce destacaba en medio de aquella inmaculada estampa.

Por unos segundos aparté los ojos de la ventana y cuando volví a mirar, la tapa estaba levantada.

“¿Quién la habrá abierto?”, pensé.

Me levanté y llevada por la curiosidad pegué la cara al cristal.

Entonces lo vi.

Una cabeza cubierta de grandes rizos dorados asomaba temerosa a través de la alcantarilla. Los cabellos desprendían destellos que tintineaban como puntas de diamantes. Se tocó la cabeza como si buscara algo en ella y acto seguido la cubrió con un minúsculo sombrero dorado como sus cabellos y éstos dejaron de emitir los pequeños chispazos.

Miró a su alrededor, asomó su cuerpo y de un salto prodigioso posó sus pies descalzos sobre el suelo nevado. Vestía una especie de túnica blanca, ceñida a su cuerpo por un cordel del mismo color y como única prenda de abrigo llevaba una larga bufanda de colorines alrededor del cuello.

Con cierta precaución comenzó a andar escudriñando la calle y sus ojos se abrieron desmesuradamente, cuando me descubrió mirándole tras el cristal. Se miró de arriba abajo, llevó sus manos a la cabeza, comprobó que el gorro estaba allí y sin dejar de mirarme, tímidamente movió su mano a modo de saludo y yo le imité.
Entonces como si hubiera comprendido en ese momento, que realmente le estaba observando, comenzó a girar sobre sí mismo haciendo espavientos, para terminar corriendo hacia el orificio por el que había salido. Pero ya había desaparecido bajo un manto de nieve. Me miró de nuevo, se volvió a encajar aun más el pequeño sombrero y corrió desapareciendo tras el hostal.

Yo permanecí de pie, con la cara soldada al cristal.

El camarero debió de pensar que me ocurría algo, porque se acercó y preguntó:

—¿Está bien señorita?

—¿También lo ha visto usted? le dije señalando la calle.

—No sé a qué se refiere. Me respondió confundido

—Sí, era un ang…, déjelo no tiene importancia.
“¡Un ángel!, que tontería iba a decir. Además los ángeles tienen alas ” —me dije.

—¿Sabe si se puede circular? Pregunté cambiando de conversación.

—Creo que es obligatorio el uso de cadenas —contestó y ante mi expresión de contrariedad añadió—. Si le interesa puedo dejarle las mías, ya me las devolverá cuando regrese.

—Pero, usted las necesitará, además ¿cómo sabe que regresaré?

—No se preocupe no las voy a necesitar. Y si no regresa, lo único que puede pasar es que tenga que comprar otras —me argumentó y sin esperar respuesta, chasqueó los dedos y un chico joven, que parecía esperar la orden, me hizo entrega de ellas.

Atónita, solo acerté a decir ¡Gracias! Cogí las cadenas que me ofrecía y me dirigí hacia el aparcamiento.

“¿Cómo diablos se pondrá esto? Debería de haberle preguntado”.

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10 comentarios

  1. 1. Tavi Oyarce dice:

    Hola Emma

    Muy ameno tu primer capitulo. Te felicito porque dejas la puerta abierta.

    Lo leí con mucho entusiasmo, aunque sabía que al final iba a quedar intrigado. aunque se percibe lo que viene, tal vez no sea lo que pienso.

    Hay en el capitulo un tono adecuado a lo que se cuenta, sin baches. Lo mejor que se lee sin perturbaciones de redacción.

    ojalá algún día tenga acceso a la novela.

    Te hago unos pequeños alcances para que veas si te sirven:

    —Debes de ir. el “de” sobra.

    “encajar aun más”. la palabra “aun” lleva acento en este caso porque puede ser reemplazado por “todavía”

    “¡Un ángel!, que tontería iba a decir. ” este “que” debe llevar acento

    —me argumentó el “me” estaría demás

    como ves, nada del otro mundo en tu bonito relato.

    Esperaré tus nuevos cuentos
    saludos

    Escrito el 17 febrero 2016 a las 22:59
  2. Hola Emma:

    Escogí tu relato porque fue el primer título que llamó mi atención, ese es un buen comienzo, no? Al igual que Tavi leí todo el relato a sabiendas que me quedaría con la intriga de saber qué sucedería, pero así es la propuesta. Deseo que algún día le des forma a una novela, sería genial.
    Si algo de la narración se puede mejorar sería: la salida del presunto ángel por lo que parece una alcantarilla, no me lo pude imaginar muy claramente, a mi parecer.
    También me sumo a las sugerencias de forma que te ha hecho travi.
    Disfruté mucho leer tu relato, gracias por compartirlo, nos seguimos leyendo
    Un abrazo

    Escrito el 17 febrero 2016 a las 23:38
  3. 3. Emma dice:

    Gracias Travi por tu comentario. Me ayudas siempre mucho con tus rectificaciones, aprendo de ellas.
    Espero que no sea tan fácil adivinar lo que acontece a continuación, pues sería muy malo para el guión. ja,ja,ja.
    Si hay algo que me maravilla de estos talleres es: como un simple detonante es capaz de crear tantas historias diferentes, tantas como cantidad de relatos.
    La imaginación crece y crece a medida que escribes, es maravilloso.
    Sigo dándole vida a estos personajes, así que quizás algún día vea terminada una pequeña novela.
    Gracias de nuevo por acudir a nuestra cita del mes y por leerme.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 11:13
  4. 4. Emma dice:

    Hola María Ines, Te agradezco que me hayas leído, tu comentario y tus sugerencias. Como le digo a Tavi se aprende mucho de ellas.
    Es cierto que quizás salir de una alcantarilla no es muy digno, menos aún para un supuesto ángel, quizás le busque otra alternativa de salir a la luz, lo tendré en cuenta. Aunque debo de aclarar que él anda perdido en la tierra y debe de ocultarse de los humanos, no tiene aún el don de la invisibilidad, por lo que busca lugares poco transitables. Por otro lado quería que se mostrara ante los ojos de ella poco a poco y de forma no habitual. Le daré algunas vueltas a tu comentario.
    Gracias de nuevo, pasaré por tu relato.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 11:26
  5. 5. Rinconillo y Cortadete dice:

    Hola, Emma. Creo que tu título hace referencia a la presencia de ese ángel, personaje que aparece en muchas otras obras y películas. En los primeros párrafos muestras los sentimientos de la protagonista, lo cual es bueno, y llegamos a sentir empatía por ella. Arranca bien. Luego, esa aparición fantástica del ángel, curiosamente, desde una alcantarilla. Creo que ambas situaciones consiguen crear interés por la lectura.
    Me ha gustado la frase: ” como los copos de nieve cubrían los espacios que aún quedaban por dibujar de blanco”, pero creo que “como” debería llevar tilde por ser una interrogación indirecta.
    En la frase: ” Entonces como si hubiera comprendido en ese momento, que realmente le estaba observando, comenzó a…”, yo veo correcto poner una coma después de la expresión de enlace “Entonces”. Y quizás suprimir la coma antes de la conjunción “que”, pues me parece que no se enumeran dos cosas separadas: comprendido / observando. O bien, decir: “Entonces, como si hubiera comprendido, en ese momento, que realmente le estaba observando, comenzó a…” Pero esto de las comas es complicado, y muchas veces va unido al estilo de la escritura.
    Me ha parecido interesante. Un saludo y te deseo que consigas una gran novela.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 13:07
  6. 6. Angie Morales dice:

    Hola Emma:

    Aunque a lo personal prefiero historias más de misteriosas, me gustó la historia, en cada momento va guiando al lector a lo que sigue, sólo me lié un poco cuando empiezas a narrar el momento de la salida del ángel por el alcantarillado, pero en sí me parece genial.

    Y concuerdo contigo de que un detalle detona miles de historias.

    Felicidades.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 19:28
  7. 7. Seilof dice:

    Hola, Emma:
    Me ha gustado mucho tu primer capítulo.

    Veo aspectos a mejorar, te comento:
    -En el primer párrafo el uso de los dos puntos y los dos puntos y coma desde mi punto de vista no son necesarios.
    -Los diálogos: ni antes ni después de los diálogos se debe dejar una línea en blanco a no ser que sea un punto de ruptura de la narración. Además te aconsejo que leas el artículo de literautas sobre como escribir diálogos. Tienes fallos en su representación. Nada grave.
    -Los adverbios terminados en -mente no se deben usar nunca según Stephen King. He contado dos y en el mismo párrafo.
    -Los pensamientos también está explicada su representación en el mismo artículo que te decía. Ahora dudo de si es obligatorio con <> comillas latinas o se pueden usar las inglesas “”.
    -Los párrafos cortos tampoco son buena señal. Hay muchos libros de técnicas narrativas que te hablan sobre el tamaño de los párrafos. En resumen como expresan ideas si hay muchos de una o dos líneas es síntoma de que no se profundiza. Piénsalo.
    Son pequeños fallos fáciles de corregir.

    Enhorabuena.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 19:33
  8. 8. Emma dice:

    Gracias Rinconcillo por tus buenos consejos. Sigo teniendo fallos en las puntuaciones y cuando me los recalcáis me hago más consciente de ellos. Voy aprendiendo cada día con comentarios como el tuyo. Me alegra que te haya gustado mi relato.
    Angi te agradezco tu buen comentario sobre mi texto. El tema del ángel y su salida por la alcantarilla intentaré pulirlo para que quede algo menos insólito.
    Gracias Silof por pasarte por mi relato y dejar tu comentario. Como le digo a Rinconcillo agradezco mucho vuestras correcciones. La verdad es que he sido la primera sorprendida cuando he leído el texto y he encontrado tantos fallos en los guiones de diálogos. Tuve que modificar los diálogos para cumplir con las 750 palabras y por lo visto no hice un último repaso.
    Gracias por las observaciones, sigo aprendiendo de vosotros y vuestros consejos.
    Tomo nota sobre tu observación de los párrafos cortos. Lo pienso y veo que tienes toda la razón.
    Respecto a las comillas latinas, no las encuentro en mi teclado. ¡Si alguien puede decirme como las puedo conseguir!
    Gracias a todos, me hacéis aprender de los errores.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 20:50
  9. Hola Emma.
    Ha sido una grata sorpresa el leerte. Creo que escribes muy bien. Mucha claridad en tus frases. No se crean dudas sobre lo que se está leyendo. Lectura agradable. Buen ritmo.
    Forma:
    “Debía de pensar…” creo que debería ser: “debía pensar”
    “A través de la ventana de la cafetería observaba ensimismada, como los copos de nieve cubrían los espacios que aún quedaban por dibujar de blanco.“ Creo que debería ser:
    “A través de la ventana de la cafetería observaba ensimismada cómo los copos de nieve cubrían los espacios que aún quedaban por dibujar de blanco.“
    Por cierto preciosa metáfora.
    …y el hecho que la nieve… Creo que debería ser: …y el hecho de que la nieve…
    …destellos que tintineaban como puntas… Tintineaban es un sonido, creo que lo correcto hubiera sido titilaban (Centelleo con temblor ligero de un cuerpo luminoso)
    En los diálogos faltan algunas rayas de separación entre la voz del personaje y la voz del narrador.
    Contenido
    Me parece una trama interesante. Se queda uno con las ganas de leer más. Saber que pasa en el viaje de regreso. ¿Qué función tiene el ángel o la persona salida de la alcantarilla con alguna similitud a lo consideramos un ángel? Interesante. Muy buen relato.
    Saludos y nos leemos.

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 11:46
  10. 10. Earendil dice:

    Saludos Emma.
    Grata sorpresa el haberte leído.
    En cuanto a la forma, creo que ya te han indicado todas las posibles mejoras los compañeros de arriba.
    Yo solo añadiría una y es que he visto que has usado mucho los dos puntos, y punto y coma, que bien podrían haber sido sustituidos simplemente con una coma.
    La lectura es fluida, ágil, y sin interrupciones bruscas del hilo conductor.
    No se observan faltas de ortografía, salvo alguna nimiedad que ya te han puntualizado.
    Respecto del contenido es un buen relato del que sacar una trama interesante, original, con esa insinuación de su regreso sabido de antemano.
    Te felicito por tu trabajo y por compartirlo con nosotros.
    Estoy en el 76 por si te interesa leer el mío.
    Saludos.

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 23:05

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