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Radiografía de una obsesión - por Eguzkia

RADIOGRAFÍA DE UNA OBSESIÓN

Me costaba un gran esfuerzo abrir los ojos y tenía que hacer malabarismos para que el estómago no saliese huyendo por la boca.
Ring, ring…"¿Cuánto tiempo suena la alarma de un móvil hasta que para?"
La cabeza me iba a estallar. Abrí los ojos. Veía todo borroso, no podía identificar nada de lo que me rodeaba. Los volví a cerrar.
Empecé a sentirme inquieta, mi respiración se estaba desbocando, notaba cómo el corazón se aceleraba, mis sienes eran como los mazos que golpean los tambores en la Semana Santa Calandina. Tenía la boca seca, la lengua pegada al paladar y me costaba un enorme trabajo respirar. Mi miedo se estaba convirtiendo en un terror asolador. “¿Dónde estoy?”, “¿Por qué no puedo moverme?”
Sabía que ante un ataque de pánico había que intentar mantener la calma (de algo tenían que servirme mis largas horas de terapia con el doctor Víctor Iglesias). Empecé a hacer ejercicios de respiración, poco a poco mi corazón empezó a latir más despacio, notaba como la tibieza de mis exhalaciones calentaban mi rostro.
El Ring, ring, … se había detenido, el silencio llenó la habitación, ahora sólo se oían los latidos de mi corazón.
Poco a poco las lágrimas fueron cediendo, tenía la mente más despejada, abrí los ojos y aunque mi visión seguía siendo borrosa pude ver que no me encontraba en mi habitación. Antes de perder la calma me dije a mi misma que tenía que hacer un esfuerzo y saber dónde estaba, cómo había llegado hasta allí y…… me noté mojada, un enorme sentimiento de vergüenza me invadió de repente, ¡me había hecho pis!. ¿Cuánto tiempo hacía que me encontraba en esa habitación?.
Tenía los brazos y las piernas atadas por lo que era imposible moverme, mi campo visual abarcaba una pequeña ventana a mi derecha, tenía la persiana bajada y no percibía ninguna señal que me hiciera saber si era de día o de noche. A mi izquierda sólo había una desvencijada silla abarrotada de papeles y en el techo una solitaria bombilla que parecía estar dispuesta a cegarme por toda una eternidad. ¿Dónde estaba el móvil que había estado sonando? Me incorporé todo lo que pude y vi que a los pies de la cama había una puerta que se encontraba cerrada. Nada más, allí no había nada más. Grité y grité hasta quedarme ronca, pero nadie vino en mi auxilio.
Concéntrate Maruja, concéntrate. “¿Dónde estás?” “¿Cómo has llegado aquí?”
Estoy comprando en una de las tiendas más exclusivas de Madrid, ha empezado el verano y hace mucho calor, en una mano llevo varias camisas y en la otra…….Dios mío!!! Anabel ¿dónde está Anabel? Estoy segura que iba con ella, habíamos salido de compras juntas. Quería comprarme algo de ropa, quería estar guapa, quería que fuera una noche especial, había pensado en todos los detalles. La camisa de seda japonesa, quería que insinuase pero que no marcase, la iba a combinar con unos skinny jeans y en los pies unos preciosos manolos. Todo tenía que ser perfecto.
Llevaba varios meses sin salir de casa, había tenido un divorcio complicado y muy doloroso. Con treinta y un años me sentía inútil, vieja e incapaz de hacer nada. Había comenzado a ir a terapia con el doctor Iglesias, compañero de pádel de mi marido. Anabel, su secretaria, y yo nos habíamos hecho muy amigas.
Víctor me comprendía y siempre tenía una sonrisa para mí. Me miraba con tanto cariño que hacía que me sintiera una mujer completa. Parecía que se enfadaba cuando iba a la consulta con algún golpe que “por supuesto” siempre eran caídas fortuitas.
Ese día me había concertado una cita con un amigo suyo en una cafetería de Sol.
─Es bueno para superar tus miedos, tienes que buscar tu sitio ─dijo mostrando su perfecta sonrisa.
Anabel y yo fuimos de compras, luego, como aún era pronto nos dirigimos a su casa a tomar un café y nada más…..no recuerdo nada más.
Silencio, ruido en el pasillo, de nuevo empiezo a agitarme, los pasos cada vez están más cerca, oigo el sonido metálico de una llave al introducirse en la cerraja, la ansiedad va a jugarme una mala pasada, tranquila, tienes que estar serena, la puerta se abre, los pasos se acercan hasta mi lecho, abro los ojos… Dios mío, ¡no es posible!
─No sé cómo he llegado hasta aquí, ayúdame a salir. Quién me retenga aquí puede volver en cualquier momento. Vámonos!!!
─Tranquila Maruja, todo acabará pronto.

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5 comentarios

  1. 1. Chochu dice:

    Hola!
    Me gustó para un primer capítulo, engancha desde la primera página, te mete en lo que sucede perfectamente y al final te deja con ganas de saber más, como todo buen principio.
    Te felicito, está bien logrado y no encontré fallas con respecto a la gramática. Tienes un buen estilo que, como ya dije, te introduce de lleno en el relato.
    Un placer leerte.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 23:00
  2. 2. pato dice:

    Hola Eguzkia.

    El relato es muy bueno, esta bien escrito, es intrigante y mantiene todo el tiempo la tensión, cosa muy difícil de hacer, las descripciones son certeras, te meten en la escena, como puedes ver me ha encantado.
    Solo hay una cosa que me confunde un poco y me resulta poco verosímil: dice la protagonista que ha tenido un divorcio complicado y doloroso y no se le ocurre otra cosa que ir a terapia con un amigo de su marido, entonces viene la duda: ¿es su ex marido el amigo del Doctor Iglesias? o ¿es que se ha vuelto a casar y el terapeuta es amigo de su nuevo marido? por otro lado insinúas que la protagonista sufre maltratos, supongo que por parte de su ex-marido con lo cual resulta todavía mas inverosímil que su terapeuta sea amigo de este.
    Todo lo demás me parece fantástico, esta muy bien tu relato, definitivamente me quedo con ganas de seguir leyendo.
    Felicidades.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 10:43
  3. 3. Eguzkia dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios.
    Gracias a páginas como ésta cada día aprendemos un poco más y los más importante: nos divertimos haciéndolo.
    Gracias amigos

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 18:22
  4. 4. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Eguskia, Si el reto de este mes era despertar la curiosidad y al mismo tiempo atrapar la curiosidad del lector, ambas cosas las has logrado en mi a través de tu relato. A pesar de las incongruencias que resalta Pato, tu relato me gustó mucho; tiene el atractivo suficiente como para desear leer el siguiente capítulo. Enhorabuena.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 06:43
  5. 5. Cyrano dice:

    Hola Angustias
    El relato me ha parecido muy bueno desde la primera línea, describes una sensación de agobio, de una persona perdida. Lo resumes muy bien me parece un primer capitula perfecto, pues se dispara la imaginación del lector de lo que le haya podido suceder a tu desdichada protagonista. Uno se queda con las ganas de leer mas.

    Saludos Te seguiré

    Escrito el 23 febrero 2016 a las 00:45

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