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Esa culpa no me pertenece - por María Inés Niud

Web: http://adiaromepregunto.blogspot.com/

«No sé cómo liberarme» fue el primer pensamiento de Amelia al querer abrir los ojos. Todavía no amanecía, reconoció el oscuro silencio de la noche y el estruendo de los carros haciendo piques en la autopista. Había soñado con su casa materna, aunque no se parecía a ninguna de las que había vivido, lo sabía. De pronto se encontró, muda y paralizada, dentro de un baño rosa, no dejaba de repasar cada detalle, ese lugar le resultaba familiar. La humedad había dejado betas negras en el espejo del lavamanos, y al reflejarse en él quiso gritar, pero su garganta fue enmudecida por la sordina de su propia mano, detrás de ella vio a su madre cuando tenía como 20 años.
«¡Ay Dios mío! ¿Dónde estoy? ¿Cómo llegó mi mamá aquí? ¡Ésta no es mi habitación! quiso gritar sin tener ningún resultado.
Huyendo de su madre, Amelia corrió a la cama, y se metió debajo de las sábanas con el cuerpo tenso obligándose a dormir, como siempre, exigiéndose. Lo hizo igual que cuando tiene insomnio y desea conciliar el sueño, cerró los ojos y oró fuertemente deseando despertar de nuevo en su cama.
De pronto sonó la alarma, apresuradamente tomó el reloj de la mesita de noche e intentó apagarlo con rapidez, eran las 5 am, pero de qué día, de qué año. Tenía una piedra en la boca del estómago, y sintió un terrible deseo de vomitar. Corrió al baño y contuvo la respiración al encontrarse nuevamente en su casa, en su cuarto, en su tiempo. Amelia suspiró de alivio. Nunca antes había tenido un sueño tan vívido, hasta los malestares del cuerpo eran reales, era como si saliera de su vida y pudiera transitar por otra.
Esa mañana a duras penas Amelia pudo organizar el desayuno y meter los almuerzos en las viandas. El niño todavía dormía, y su esposo se había quedado dormido en el sofá junto a la TV encendida. A las 7 en punto llegó al laboratorio y la rutina la absorbió. Mientras almorzaba a solas en el cafetín de la escuela no dejaba de pensar en aquel extraño sueño con esa casa tan familiar y desconocida a la vez. «¿Qué significarán esos espacios sin habitar?» cavilaba. Por fin fueron las cinco y pudo apagar las computadoras, estaba exhausta. Pasó por su hijo al futbol, y hablaron lo justo cuando iban juntos a casa. Las filas de carros eran interminables y comenzaron a encenderse las luces. Su hijo de 10 años se había dormido en el asiento trasero, y ahora podía quedarse sola con sus pensamientos, sus dudas y sus reproches.
Esa noche, Raúl, su marido, estaría de viaje. Tras una hora de tranca llegaron a casa, y comenzó la lucha por despertar al Raulito para que subiera al apartamento. Por fin lograron llegar, de vuelta la pelea para que se bañara e hiciera las tareas. Comieron juntos frente a la TV viendo comiquitas y riéndose. Otra vez le tocó regañar al hijo a la hora de dormir, pero ya a las once era dueña de su soledad para rumiar, esta vez se quedó dormida frente a la TV.
Quizás eran las 3 am cuando Amelia, sobresaltada y sudorosa, abrió los ojos pensando: «No sé cómo liberarme.» Se tocó el vientre y lo sintió un poco tenso y abultado, como cuando uno está preñado, pensó. De nuevo estaba en otra dimensión, podía ver a su mamá, de nuevo era una joven veinteañera, en ella había mucha preocupación y angustia. A lo lejos su madrina le decía unas cosas al oído y la amenazaba. «¿Qué carajo está pasando mi Dios? ¿Cómo hago para escaparme de aquí?» Las preguntas se aglomeraban en su cabeza sin tener espacio donde habitar, y el corazón parecía que le iba a reventar. Sintió las arcadas y corrió al baño, respiró de nuevo al encontrarse en su casa, en su cuarto, en su cuerpo.
Asaltaban las preguntas a su mente sin respuestas. Realmente estaba agotada y confundida, no sabía lo que estaba sucediendo. Tantos años sin saber de su madre, lo que era un sueño se sentía tan real. Pasó todo ese día como embotada, como quien no termina de despertar y la cabeza se pone lenta como llena de agua. Pasó todo el día temiendo que llegase de nuevo la hora de dormir.

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10 comentarios

  1. 1. Emma dice:

    Hola María Ines.
    Me ha gustado tu relato. Está muy bien escrito y desarrollado, y reflejas muy bien la angustia de la protagonista ante semejante sueños tan vívidos. Aunque en mi opinión, y que conste que soy una novata en estos temas, creo que para ser el comienzo de una novela, está demasiado condensada. Quizás haber recreado más esta primera parte en el primer día en la vida de la joven.(es sólo una opinión) ya te digo que no tengo mucho recorrido en la escritura.
    Me choca un poco algunas palabras, imagino que es porque eres de algún país sudamericano, aunque me gusta encontrarme con ese tipo de vocablos. Me enriquecen.

    Te agradezco tu visita por mi relato nº 18 asi como tu comentario y tus sugerencias.
    Es cierto que quizás salir de una alcantarilla no es muy digno, menos aún para un supuesto ángel, quizás le busque otra alternativa para salir a la luz, lo tendré en cuenta. Aunque debo de aclarar que él anda perdido en la tierra y debe de ocultarse de los humanos, no tiene aún el don de la invisibilidad, por lo que busca lugares poco transitables. Por otro lado quería que se mostrara ante los ojos de ella poco a poco y de forma no habitual. Le daré algunas vueltas a tu comentario.
    Gracias de nuevo por leerme y espero seguir leyendo tus relatos en Literautas.
    Un abrazo

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 21:19
  2. 2. Endika dice:

    Tengo buena sensación, pero coincido con Emma en que debería estar un poco menos condensado, pero tiene buena pinta.

    Saludos

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 22:11
  3. Hola María Inés, gracias por comentar mi relato. He leído el tuyo y me gusta bastante. Estoy de acuerdo con Emma sobre la condensación de información. Quizá hay mucha información de la vida y me faltaría algún detalle más de los sueños porque me he perdido un poco al leerlo.

    Por lo demás muy bien, el vocabulario, las descripciones, etc. Enhorabuena.

    Un saludo

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 04:36
  4. 4. Mayca Nasan dice:

    Hola Inés:
    La historia que planteas resulta interesante ya que desde el comienzo aparece el misterio, presente durante todo el capítulo, lo que hace que el planteamiento pueda hacer surgir una trama interesante.
    Por otra parte, tengo la sensación al leer el texto de que hay un exceso de comas en el mismo. Creo que funcionaría mejor suprimiendo alguna de ellas, o en algún caso, sustituyéndolas por puntos. Por ejemplo en la frase: “de pronto se encontró, muda y paralizada, dentro de un baño rosa, no dejaba repasar..:” quizás sería más adecuado esto: “de pronto se encontró muda y paralizada dentro de un baño rosa. No dejaba de repasar…”
    También deberías cuidar algunas repeticiones que pueden afear un poco la lectura. Fíjate al final del relato en las dos últimas frases esos dos “Pasó todo eso día”.
    Como ya sugieren en el anterior comentario, también me queda esa sensación de que el día en la vida de la protagonista está demasiado comprimido dentro de un solo capítulo. Quizás más desarrollo le vendría bien.
    Me ha gustado mucho que logras plasmar la angustia de la protagonista, se siente a lo largo de todo el relato, y se aprecia que realmente lo está pasando mal cada vez que entra en esa dimensión misteriosa.

    En resumen, me ha gustado este primer capítulo de la historia que has comenzado, y te animo a continuar, me gustaría seguir leyendo más para saber qué es lo que le está sucediendo a la protagonista. Presta atención a algunos detalles y la historia marchará sola.
    Enhorabuena!

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 10:34
  5. 5. werchy lam dice:

    Hola María Ines,
    En efecto está muy condensado, casi como si quisieras contárnoslo todo en ese primer capítulo. Quizás si empezaras directamente con el tercer párrafo, cuando suena la alarma del reloj y se pasa el día, temiendo que venga la noche, el lector se preguntaría inmediatamente el porqué. Después de eso, límpialo, haz frases cortas, y puntúa y el capitulo irá solo. la idea es buena, es la forma lo que ha hecho que se tambalee, pero aún así muy bien.
    Nos leemos. Soy el 228

    Escrito el 21 febrero 2016 a las 12:11
  6. Hola Mª Inés, te comentan que es un inicio un poco denso, quizá uno se queda pensando cuando dices: detrás de ella vio a su madre cuando tenía como 20 años, ¿te refieres a los 20 de ella o a los de su madre?, y eso te distrae un poco de lo que viene; luego uno espera que vuelva a llegar la noche para que aparezca de nuevo el espectro, puesto que la vida de Amelia es una pura rutina, el marido, el hijo, el trabajo. Entonces es cuando me pregunto, será una novela de aparecidos, se están preparando todas las circunstancias para eso, pero leo otra vez el título y me sorprende, será una historia de un embarazo no deseado, de la violación de su madre, ella es fruto de un amor no correspondido? En fin, se queda uno con las dudas, por qué esa terquedad en aparecerse. Y como el tema no termina de definirse me fijo en el estilo recargado, por ejemplo cuando repites tres veces la comparación “como” en una de las últimas frases: “Pasó todo ese día como embotada, como quien no termina de despertar y la cabeza se pone lenta como llena de agua”. Ese tipo de cosas son las que terminan por rechazar una lectura, que luego en tu blog se ven estupendas. Espero que no te moleste este comentario, y puesto que escribes con frases muy bellas, seguro que lo arreglas.
    Un abrazo.

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 20:49
  7. Buenas mis queridos literautas, cuánto aprecio sus comentarios, cuánto he aprendido y he podido mejorar mis relatos con sus agudos comentarios. Agradezco muchísimo tener un especio como éste. Leeré con suma atención de nuevo sus comentarios, y le daré el vuelco que tenga que tomar este remedo de primer capítulo; como es evidente, no lo tenía muy claro, pero me propuse participar en el taller de cada mes con el fin de no dejar de escribir y no permitirme que el perfeccionismo me paralice.
    ¡Cuánto me alegra poderme dar el permiso de fallar y de mejorar a partir de sus comentarios y de mi propia relectura!
    Gracias le doy a ustedes y a Dios por esta oportunidad de sentirme viva y leída.
    Dios les pague
    Un gran abrazo

    Escrito el 23 febrero 2016 a las 18:12
  8. 8. beba dice:

    Hola, María Inés:
    Me gusta la forma de señalar el argumento y los personajes; pero, sin duda, te has extendido demasiado en lo cotidiano de Amelia; esto complica al lector para orientarse en la definición del carácter de la futura novela. Algo de poda, y guardar para el siguiente capítulo, vendría bien.
    Has crreado buenasimágenes que hacen atractivo el relatp.
    Si me pemites, te muestro, ya corregidos, los detalles que yo encontré para que los mejores:
    1-…dentro de un baño rosa; no dejaba de repasar cada detalle; ese lugar le resultaba familiar.(Hay una serie de estos usos incorrectos de las comas, cuando ya tienes terminado un inciso).
    2-La humedad había dejado vetas negras.(Beta es una letra griega, o un lector- corrector; veta, es una mancha o una señal)
    3- «¡Ay Dios mío! ¿Dónde estoy? ¿Cómo llegó mi mamá aquí? ¡Ésta no es mi habitación!» (Aquí quedaron sin cerrar las comillas; esto debió de ser ocasional, porque en otros párrafos lo cerraste bien).
    Bueno, amiga. Muchos saludos y adelante.

    Escrito el 5 marzo 2016 a las 16:20
  9. 9. beba dice:

    Por Dios: me parece que el geriátrico me anda rondando:
    Has crreado buenasimágenes que hacen atractivo el relatp.
    Aquí va la corrección: Has creado buenas imágenes que hacen atractivo el relato.
    Aprovecho para felicitarte por tu comentario final, en el que te muestras agradecida a Dios, al taller… Y llena de humildad sincera.
    Un abrazo.

    Escrito el 5 marzo 2016 a las 16:25
  10. Beba, mil gracias, ya había extrañado tu paso por el texto, te siento muy cercana.
    Un abrazo

    Escrito el 8 marzo 2016 a las 05:44

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