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Restos - por Kurome

Josef se despertó una mañana de invierno después de un sueño agitado. En la penumbra de la habitación asomaban algunos rayos de un amanecer incipiente. La luz que hizo despertar a Josef estaba cargada de polvo. Éste trató de incorporarse, todavía con un ojo cerrado, pero prefirió quedarse más tiempo debajo de las sábanas. Hacía frío aún. Estábamos en enero, hacía poco que habíamos dejado el año anterior y las fiestas que se celebraban durante estas fechas ya se habían terminado, dejando en el ambiente una extraña tranquilidad invernal. Desde fuera, esa tranquilidad parecía haberse trasladado hacia el interior de la casa. Un suave viento a veces hacía mover alguna puerta o ventana, pero en general el silencio que había allí era absoluto.
Josef vivía solo en una pequeña vivienda situada en una meseta prácticamente deshabitada, a excepción de unos cuantos vecinos que en total no pasaban de ser más de una veintena. Había elegido aquel lugar únicamente por motivos laborales; de hecho, apenas tenía contacto con sus vecinos, tal era el hermetismo con el que se había encerrado entre aquellas paredes. Normalmente salía temprano a trabajar, de tal forma que no tenía que cruzarse con nadie en el camino. Cada mañana tenía que recorrer cerca de un quilómetro para llegar a su lugar de trabajo, el cual se encontraba al otro lado de una pequeña colina. Después de la jornada no solía volver a casa, sino que pernoctaba en un hostal cerca de su lugar de trabajo. Estos viajecitos de su casa al trabajo los pasaba relativamente tranquilo; a veces echaba de menos algún coche que lo pudiera llevar, especialmente los días de lluvia intensa, ya que el camino se llenaba de barro, pero en general lo llevaba bien. Aparentemente, éste era el día en que volvería a su puesto de trabajo, después de un largo tiempo de vacaciones invernales, y con ese pensamiento de retorno laboral fue con el que se había ido a dormir la noche anterior.
Josef se levantó finalmente de la cama. Cogió un albornoz del armario y se dirigió a la ventana. Con una mirada todavía apagada observó el paisaje. El día estaba más gris de lo habitual; la luz que lo había sacado del lecho parecía no ser más que los retazos de un sol que se escondía tras un cielo nublado. Cerca de la suya se podían ver algunas de las casas del vecindario, pequeñas viviendas con cierto porte antiguo que estaban apenas decoradas y que se encontraban dispuestas un poco aleatoriamente por el lugar. A lo lejos se podían ver numerosas colinas que tapaban el horizonte y que se sucedían a lo largo de la meseta. También se podía ver el camino de asfalto que conectaba el lugar con el pueblo más cercano, el cual se hallaba al otro lado de una de aquellas colinas. Su lugar de trabajo, a la vez, era perfectamente observable desde donde se encontraba ahora, y se situaba en lo alto de una de esas colinas. Era el único edificio visible en todo el paisaje; esto, sumado a su gran tamaño y a su intenso color oscuro, lo hacía parecer realmente una especie de castillo medieval. Josef se quedó un rato mirándolo, abstraído, aunque inmediatamente volvió a pasear su mirada por la habitación. Llevaba largo tiempo pensando en lo mismo.
"Y si tan sólo, bueno… ¿Y si tan sólo no voy hoy?… Es decir, durante estos últimos días he estado meditando sobre la posibilidad de finalizarlo, de acabar con todo; he llegado a tener las ideas harto claras con respecto a ello. ¿Por qué dudo ahora entonces?"
Mientras Josef seguía ensimismado en sus decisiones, hubo un ruido en el piso de abajo. Parecía alguien llamando en el portal. ¿Quién podría ser a estas horas? Josef fue a recibir al visitante inmediatamente. No se esperaba que fuese nadie importante.
Al llegar al portal, vio a uno de sus vecinos esperando. Josef lo saludó lacónicamente.
—Ah, es usted.
El inesperado visitante, un viejo de pelo blanco, permanecía allí mudo, observando a Josef mientras sostenía un sombrero en sus manos. Josef, que permanecía allí parado esperando a su visitante con una sonrisa de bienvenida, se convenció finalmente de que éste se había equivocado de domicilio.
—Bueno, disculpe… —y se dirigió de vuelta a su casa. Mientras abría la puerta del recibidor, apareció de repente una voz grave y profunda a sus espaldas que le hizo dar un salto.
—El señor Josef si no me equivoco.

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7 comentarios

  1. 1. Hyo dice:

    Hola,

    He de decirte que aunque el final me ha dejado con la intriga, y es cuando realmente me he sentido tentada a seguir queriendo saber que pasaba; me ha costado un poco llegar hasta el final.

    Utilizas muy buenos adjetivos, un rico vocabulario, pero por alguna razón esto se hace pesado, quizás por la distribución de las comas y puntos. Al principio, cuando has usado la primera persona me ha descolocado un poco en verdad, ha roto un poco el ritmo introductorio. Hablando del ritmo de la narración va excesivamente lento, describes con mucho detalle, cosa que me gusta, pero deberías de intentar intercalar estas partes con la acción. Básicamente, porque me ha quedado más o menos claro el paisaje, pero nada del protagonista. Sobre lo que he visto a corregir, por ejemplo cuando utilizas “la suya” por las primeras líneas, refiriéndote a su casa me ha costado entenderlo. Otro caso es la repetición del verbo dejar dos líneas seguidas, esto pasa muchas veces, yo misma cometo este horror, también con el verbo parecer.

    Igualmente se nota que dominas la historia, y que solo necesitaría una buena revisión por tu parte; porque en el momento en que he dejado las descripciones atrás he empezado a venirme la curiosidad de saber qué pasaba.

    Buena suerte

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 17:18
  2. 2. Isaías dice:

    Me parece un poco recargado, si esa era tu intención, enhorabuena, el vocabulario es rico, pero da una sensación de avance muy lento de la historia… Hace que cueste un poco de leer, que la segunda lectura se haga cuesta arriba.

    La historia, la idea de “no ir” me ha gustado mucho, y el final engancha bien.

    Saludos

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 21:53
  3. 3. Javier Be dice:

    Hola

    Me gusta el final que me deja la intriga de saber que más va a pasar, pero lejos de eso, como bien te han dicho, leerlo se me hizo un poco pesado.
    Pero a seguir escribiendo, que para eso estamos

    Saludos

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 05:58
  4. 4. Kuroi me dice:

    Pues gracias a los tres, intentaré hacer algo con esta pesadez. En especial, creo que tendré en cuenta eso de intercalar descripción y texto, así como algunas otras cosas más que habéis comentado. Por lo demás, lo cierto es que éste era mi primer texto, y en verdad mi falta de imaginación no me permite hacer buenas historias. Veremos p’al siguiente.

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 02:20
  5. 5. Caciba dice:

    Hola, Kurome

    Te diré que a mí me pasa lo mismo que a ti con las descripciones. Nos gustan y nos entretetemos mucho en ellas, provocando un ritmo lento en el relato. En este caso, la lentitud se produce en este tramo: “Josef se levantó…llevaba largo tiempo pensando en lo mismo”.

    Los compañeros suelen aconsejar introducir algún diálogo para que sea más ligero, aunque yo todavía no lo he hecho, me parecen difíciles; pienso que puedan quedarme algo infantiles. Te lo indico como sugerencia (aunque ya lo sabrás).

    El final nos deja intrigados, me parece que está muy bien. Por supuesto, tu vocabulario muy rico.

    Espero que las indicaciones te sirvan para mejorar, a mí sí me están viniendo muy bien las que me hacen.

    Enhorabuena, espero que escribas muchos más relatos. Un placer. Saludos

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 17:22
  6. 6. Vespasiano dice:

    Hola Kurome:
    Primeramente gracias por pasarte por mi relato y dejar tu escueto comentario corroborando lo que dice Lucas.
    Acabo de leer el tuyo y me ha parecido demasiado descriptivo recreándote en el paisaje, en la temperatura, en la poca luz del día, etc.
    Casi al final del relato es cuando le das vida al protagonista cuando se debate entre ir o no ir a trabajar.
    “Es decir, durante estos últimos días he estado meditando sobre la posibilidad de finalizarlo”. Parece que estuviera hablando con alguien cuando en realidad se trata de un soliloquio. yo creo que sobra “Es decir,”.
    Otra cosa que me ha llamado la atención es el hecho de que estando su trabajo a tan solo un kilómetro de su domicilio, Josef no vaya a dormir a su casa.
    Espero que esto tenga algún peso en la novela y no solo el hecho de que hubiera barro en el camino.
    Por lo demás hay tan poca información previa que la historia, si continúa, puede derivar por cualquier derrotero.
    Nos seguiremos leyendo.
    Felicidades.

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 23:16
  7. 7. @jaiarus dice:

    Aupa,

    Aqui vengo yo a repetirme en lo que ya te han comentado, así que no te lo voy a escribir otra vez. En cambio te diré que si es tu primer texto enhorabuena, esta muy bien y tienes una buena base de la que partir, simplemente tienes que intercalar en tu texto algo que la de ritmo a la historia y eliminar algunas partes repetitivas en tus descripciones y otras que no aportan información relevante.
    La atmósfera que creas esta muy bien, encaja a la perfección con el aparente estado de ánimo del personaje. El final ha dejado con mucha intriga. Sigue así.

    Saludos.

    Escrito el 28 febrero 2016 a las 12:48

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