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Asesinato en un ascensor - por Maureen
Era un lunes cualquiera en el Edificio Ros, en cuya planta 16 se encontraba la sede de Soluciones Corporativas Empresariales Ros, cuya Directora General era Almudena Ros, una mujer alta y enérgica dueña también del edificio.
Maribel Cifuentes, contable de la empresa, entró en el ascensor en la planta baja. Volvía de realizar un recado para la Directora General. Pulsó el número 16 y las puertas comenzaban a cerrarse cuando apareció corriendo Alberto Espinar, administrativo en la misma empresa.
—Páralo, por… por favor.
Maribel pulsó el botón del panel y las puertas volvieron a abrirse, permitiendo que Alberto, casi sin resuello, entrara en el ascensor. Saludó a su compañera con la mano, pero esta apenas reparó en él, absorta en sus pensamientos.
—Gra-gracias. Tengo prisa, tengo que acabar el informe. —Alberto sonrió con timidez, pero Maribel no le correspondió—. Este fin de semana he estado en la playa con mi mujer e hijos y no me ha dado tiempo. ¿Tú qué has hecho el finde?
—Trabajar —respondió la joven, cortante—. Algunos no podemos permitirnos no venir los fines de semana.
Se hizo un silencio incómodo, que terminó cuando el ascensor paró en la tercera planta y subieron la misma Directora General Almudena Ros, y su secretario, Santiago Fonseca.
—Buenos días, Alberto.
—Buenos…
—Buenos días, Carmen —saludó Almudena, cortando a Alberto.
Maribel se puso colorada, y se notaba que le costaba contener su enfado cuando contestó:
—Maribel.
—Sí, sí. —Almudena hizo un gesto con la mano, poco interesada en el nombre correcto de su empleada, y volvió a dirigirse a su secretario. Maribel miró a su jefa con rencor, pero no abrió la boca—. Pues como te iba diciendo, Santiago, tienes que reajustar mi agenda. Pasa la reunión de las nueve con los de Ventas a mañana y anota en su lugar reunión con Francisco Muir. Voy a descubrir de una vez por todas quién de dentro está vendiendo clientes a la competencia. —Alberto se quitó las gafas y se las volvió a poner y fue a decir algo, pero pareció pensárselo mejor. Santiago levantó la vista hacia su jefa, aunque enseguida la bajó de nuevo y continuó escribiendo—. ¡Qué lento es este ascensor! A las 9:30 tengo un hueco, ¿verdad? Aprovecharé para llamar a la policía; ya he descubierto quién es el que me manda los anónimos. Y pon también "llamar a Mister X" —sonrió—. O… no, creo que le voy a llamar ahora mismo…
Almudena Ros sacó su teléfono móvil del bolso y, en ese momento, las luces se apagaron y el ascensor se paró.
—¡Lo que faltaba!
—¡No, no, no…! —dijo Almudena Ros.
No se veía nada y Almudena comenzó a moverse, inquieta. En los segundos que siguieron, Alberto se quejó de un golpe y se oyó ruido de papeles cayendo al suelo y a Santiago protestar. Entonces, un gemido ahogado de Almudena Ros puso fin al caos y todo quedó en silencio.
Un momento después, volvió la luz.
—Genial, estamos atrapados —dijo Maribel.
—¡Se ha desmayado! —exclamó Santiago, al darse cuenta de que Almudena Ros estaba en el suelo.
—¡Así que la hijaputa tiene miedo de la oscuridad! —Maribel le dio una patada.
—No se mueve.
Alberto se agachó a ayudar a su jefa. Santiago tomó las riendas y pidió a Maribel, que era la que estaba más cerca del panel, que pulsara el botón de emergencia. Después se agachó junto a Alberto.
Maribel pulsó la alarma y, enseguida, una voz respondió:
—¿Sí?
—Estamos atrapados. ¿Pueden sacarnos de aquí?
—Dígame dónde están.
Justo cuando Maribel iba a indicar su ubicación, Alberto gritó:
—¡Oh, dios! ¡Está…!
—…muerta —concluyó Santiago, señalando unas tijeras que sobresalían del costado de la Directora General Almudena Ros.
Hola Maureen, un placer verte de nuevo por aquí, es la segunda vez que te leo. Me ha gustado lo que he leído, al igual que la anterior vez, me ha parecido un texto fluido. Al principio he sentido que nos dabas demasiados nombres, pero en cuanto Almudena ha subido al ascensor me ha parecido que era absolutamente necesario. En cuanto a Carmen, digo Maribel, me ha parecido un poco fuerte que aprovechase el creer a su jefa desmayada para darle una patada, yo creo que muchos de nosotros patearíamos a algún que otro superior pero no sé, llegado el momento, creo que no podría, no me parecería ni ético ni humano, y eso que el cariño que le tengo a mi encargado brilla por su ausencia.
En cuanto al título del relato, creo que le saca el misterio a la historia, pues el final no sorprende tanto como debiese, pues ya desde el principio sabes que un asesinato va a ocurrir en el ascensor.
Muchas gracias por comentar, Frida.
Es cierto que el título quita toda la intriga al texto, tendré que pensar uno mejor y no tan descriptivo. En cuanto a la patada de Maribel a su jefa, tiene su razón de ser: aunque en este capítulo no se vea, Almudena ha acosado tan duramente a Maribel que esta ya no es capaz de controlarse y se comporta de una forma bastante agresiva con todo el mundo. En todo caso, a lo mejor es preferible cambiar la patada por un zarandeo con el pie y que el descontrol de Maribel vaya aumentando de forma progresiva.
Ahora me paso por tu texto.
Hola Maureen: muy ágil tu capítulo, me ha gustado leerlo. Solo dos comentarios: si cambias el título amplias el campo de desarrollo de la novela, pues ahora estás dando la premisa y el cierre de la historia. Claro que la novela consiste en saber por qué mataron a Almudena. Pero, entiendo que la patada de Maribel es solamente para despistar, ya que ella no es la asesina.
Una jefa con el carácter de Almudena no habla de asuntos importantes de la empresa delante de sus subordinados, peor aún de asuntos personales como “Mister X”.
Un detalle que escapó a la trama es el hecho de que Almudena tenía el móvil en la mano, cuya pantalla hubiera emitido la luz suficiente como para no quedar a obscuras.
Si Alberto no se hubiera apresurado por llegar al ascensor, Maribel no hubiera podido culparlo en una llamada anónima a la policía.
Me has atrapado con la trama, espero leerla completa.
Un gusto leerte.
Muy buenas tardes Maureen, como dice la compañera Frida el título disminuye un poco la intriga del relato pero aun así me ha parecido muy fluido y he podido imaginarme esa escena con el ascensor repleto de gente y ese “odio” por parte de Maribel a Almudena.
Dudaba con quien iba a ser el asesinado y ahora me pregunto quien será el asesin@.
Sin duda me ha gustado
Un saludo y enhorabuena
Hola, Maureen: Me gustó mucho tu relato. Es ágil y uno puede imaginar la escena y los personajes sin esfuerzo. Coincido con lo del título, que imagino provisional. En cuanto a la patada, vale, sobre todo en la oscuridad; en todo caso no la haría coincidir con el comentario. Me ha llamado la atención lo de las tijeras. No sé si es arma correcta en esa circunstancia, aunque me gustaría leer el resto de la historia para saber quién, por qué, y si fue cosa del momento o fue premeditado, porque ¿quién lleva unas tijeras en el bolsillo o en la cartera? Lo que es seguro, es que con gusto seguiría leyendo. Saludos!
Hola Maureen, coincido en que me ha gustado el relato. Es bastante fluido y entretenido. Lo unico que podria decirte que no me gusto mucho era la repeticion del nombre de Almudena Ros no se si Ros es parte del nombre o es el apellido, si fjera el apellido siento que no es necesario ponerlo siempre y si no hay una parte que escribiste solo el Almudena sin el Ros y entoces confunde. Bueno igual me ha gustado. Te invito pases por mi relato aqui te dejo el link:
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-32/4972
Hola Maureen:
Un buen comienzo para enganchar al lector. Y yo soy una de las enganchadas. Como lector me gustaría saber quien fué el asesino. Y como escritora imagino mil argumentos posibles. He pensado lo mismo que Luis, que el título serviría para un relato corto pero no para una novela larga, para dejar abiertos otros temas y no cerrar nada.
Cumples el reto y me ha gustado mucho este comienzo.
Hola Maureen ,yo dejaría el titulo.Es verdad que quitas el misterio pero en eso mismo esta la habilidad del escritor en mantener la intriga a pesar del titulo.Buon cominzo de novel.Enhorabuena Tilly.Si quieres pasate por el mio.
Hola! Coincido con lo del titulo, pero no te preocupes ya que justamente por el titulo hce click en tu historia.
Y no me defraudo, para nada muy bien llevado el relato. Es fluido y suave para entender incluso con tantos nombres en poco espacio. Dan ganas de mas.
Sin mas que decir, te invito al mío (51).
Saludos.
Hola Maureen: gracias por tu comentario en mi capítulo, tienes razón y he corregido el original.
Saludos
Maureen: aún lo estoy puliendo pero si contactas a lapis1945@gmail.com, te lo mando porque me interesa tu opinión.
Gracias de antemano.
Buenos días, Maureen:
Creo que no tengo nada que decir de tu relato, pues los anteriores comentaristas lo han dicho prácticamente todo, y coincido con ellos sobre todo en lo referente al título. No obstante sí quiero dejar constancia de que el relato me ha gustado, y mucho, y pese a las minucias de las que ya te han hablado, yo también me he quedado con ganas se saber cómo se resuelve el misterio.
Saludos desde Pucela.
Juanjo
Hola Maureen,
Intrigante historia, los misterios de cuartos cerrados siempre me han encantado. Espero intrigado la continuación.
A mí también me ha llamado la atención la patada (sobre todo que lo haga delante de testigos). Y por lo que veo de los detalles que das cuando se queda el ascensor a oscuras creo que tú tienes muy claro quién es el culpable y lo que ha sucedido, así que por favor acábalo para que no nos quedemos así.
Buen trabajo, enhorabuena.
Hola Maureen , muchas gracias por tu comentario. Es verdad tengo la novela en mi cabeza, pero me cuesta escribir porque soy de origen italiana. He aprendido mucho de tus puntualizaciones. seguiré leyéndote. Tilly
Hola Mauren,
Tampoco te preocupes mucho por el título. Acabo de leer El crimen del cine Oriente de Javier Tomeo, que dice ya lo que va a pasar con el título pero está tan bien escrito y en un ambiente tan sórdido, con unos personajes tan “clavados” que no importa.
Tampoco me molesta mucho la patada de Maribel. Quizás precisamente porque es tan llamativa que el lector recibe un sobresalto. No se lo espera, sea un comportamiento normal o no.
Es cierto lo que te ha dicho alguien que el móvil de la directora podría emitir luz suficiente para que no se encontraran a oscuras. Mira a ver cómo puedes resolverlo. Se lo ha podido olvidar en la oficina, o de donde venga.
Me ha gustado y está bien escrito. Espero leerte en otros ejercicios. Un saludo
El relato se lee del tirón y la historia tiene buena pinta. ¿Quién habrá sido de los tres?
Solo dos cosas: la patada la veo excesiva (ya hay luz, así que lo hace a la vista de los demás) y en el primer párrafo repite “cuya” y “Ros” un par de veces…
Un saludo.