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Samantha - por Clau Cruz
En una mañana lluviosa de enero de 1991, Samantha se dirigía a la universidad, cuando su auto se descompuso en plena avenida, desesperada quiso encontrar el motivo del desperfecto, pero al apenas haber puesto un pie fuera, pasó un auto a su lado, y la empapó con el agua que se encontraba encharcada en el pavimento.
El auto se detuvo posteriormente, y de él descendió un hombre de rostro ovalado y bronceado que tenía el ceño fruncido por la preocupación. La impresión que le causó a Samantha no disminuyó la furia que sentía en contra de él.
El hombre de buen porte y ojos color avellana, se acercó para ofrecerle una disculpa, pero antes de que él pudiera terminar la frase, Samantha le plasmó tremenda bofetada y se echó a correr, hasta tomar un taxi que oportunamente venía en esa dirección. Se dirigió a su casa, sin importarle haber dejado el automóvil abandonado.
Al llegar, corrió a ver a su abuelo con quién vivía desde que sus padres murieran en un accidente aéreo. Le contó todo con lágrimas en los ojos, las lágrimas de la chica mimada que era.
El abuelo mandó por el auto y ella fue a su habitación a darse un aromático baño de esencias, para tratar de borrar con eso las huellas de aquella desagradable mañana.
Pero el baño, solo había borrado las huellas de la suciedad con que la habían mojado; y ahí, tumbada sobre la cama, la imagen de aquellos ojos color avellana, no lograba borrar de su mente, así como tampoco entendía el porqué le sucedía esto. Estaba sumida en sus pensamientos, cuando el timbre del teléfono se escuchó y en seguida apareció delante de ella, la figura de una mujer añosa, Nati, quien había cuidado de ella junto con su abuelo desde aquél desagradable accidente en el que sus padres perdieran la vida.
—Sami, niña, te habla el joven Carmody.
—Lo siento nana, no quiero hablar ahora con él, dile que… que estoy durmiendo —contestó con marcado aburrimiento.
—Pero niña, es tu prometido… ¿porqué no quieres hablar con él? —preguntó algo confusa, pues Samantha siempre corría a contestar cuando él la llamaba, y ahora esto le parecía tan extraño.
—Ya nana, no preguntes más, anda y haz lo que te dije.
Nati salió de la habitación y fue a hacer lo que Samantha le pidió, aunque todavía no lograba entender el porqué de su actitud.
Mientras tanto, Samantha no lograba apartar sus pensamientos de ese hombre, trataba de adivinar su nombre, pero ninguno le parecía el adecuado, no lo había podido observar bien, pero el momento que lo vio bastó para que quedara fijo en su mente.
Se pasó el resto de la mañana encerrada, hasta que Nati la fue a buscar para que bajara a comer.
Su abuelo la esperaba en el comedor.
—¡Vaya Samantha!, desde que viniste te encerraste y no has querido bajar ni hablar con Dirk, ¿qué te sucede hija? ¿Ni siquiera te importó lo que le pudiera pasar a tu Mercedes? —preguntó desconcertado.
—Hay abuelo, no me sucede nada, simplemente me sentía cansada, por eso no quise hablar con Dirk, y en cuanto al Mercedes… ¿qué le pudo pasar?, tú mandaste por él en seguida ¿no es así? —contestó con tono despreocupado, tan característico en ella.
—Así es, mandé por él en seguida, pero Tomás no lo encontró en la dirección que le dijiste…
—Eso quiere decir que… ¿se lo robaron? —preguntó alarmada.
—No te preocupes, afortunadamente, y gracias al hombre que abofeteaste hoy en la mañana, tú mercedes se encuentra en un taller y las llaves conmigo.
—Pero, pero eso como pudo suceder, si no conozco a ese hombre, ¿cómo supo donde…
—Mandó un mensajero con las llaves —agregó algo molesto— y una nota donde se disculpaba, y nos decía la dirección del taller mecánico.
—Si, si, pero… él ¿cómo supo?… —lo interrumpió, ansiosa.
—Vaya jovencita, —hizo un movimiento con las manos— pues simplemente porque dejaste documentos dentro del auto y allí venían tus datos, también eso lo explicó en la nota.
—Si, si… es cierto… y no crees que fue mucha gentileza de su parte lo que hizo?
—¡Ya lo creo! Y sobre todo después de lo que le hiciste.
—Hay abuelo, ya no me lo recuerdes que me siento mal. —hizo una pausa— Pero… ¿cómo dices que se llama?
—No lo sé…la nota no traía ninguna firma.
—Mmm, ¡qué lástima! –dijo para sí.
—¿Qué dijiste?
—Nada abuelo… pensaba en voz alta solamente.
Me parece que es una historia que sé como va a acabar, que seguramente tendría sus giros argumentales y sorpresas inesperadas, pero juzgando por lo que puedo ver en este primer capitulo tiras mucho de clichés bastante trillados: La universitaria que vive con sus abuelos por que sus padres murieron, y que tiene un problema donde se topa con un hombre guapo, que al principio le cae mal pero sin darse cuenta se empieza a enamorar de él, creando un conflicto interno con su actual pareja.
Yo intentaría guardarme algunas cosas para hipotéticos capítulos posteriores, para no dar esa idea al lector, ya que el taller de este mes se trata de crear un primer capitulo de una supuesta novela. Ese primer capitulo tiene que tener gancho para que el lector tenga interés en seguir leyendo.
FORMA
•”Pero el baño, solo había borrado las huellas…”
La coma interrumpe la frase, no es necesaria.
•”Estaba sumida en sus pensamientos, cuando el timbre del teléfono se escuchó y en seguida apareció delante de ella, la figura de una mujer añosa…”
Otro ejemplo de coma que interrumpe la frase.
“Estaba sumida en sus pensamientos cuando el timbre del teléfono se escuchó y, en seguida, apareció delante de ella la figura de una mujer añosa.”
•“…y ahí, tumbada sobre la cama, la imagen de aquellos ojos color avellana, no lograba borrar de su mente…”
La frase se lee muy entrecortada con tantas comas.
“… y ahí, tumbada en la cama, no lograba borrar de su mente la imagen de aquellos ojos color avellana.”
Intenta intercalar frases cortas con largas, para que el ritmo sea fluido y no suene entrecortado ni deje sin respiración a nadie.
CONTENIDO
•Quisiste compactar demasiadas escenas en lo que se suponía que tenía que ser un primer capitulo o prologo de una supuesta novela, haciendo que todo quede muy resumido y suceda demasiado rápido, sin mucho detalle de nada. Por ejemplo: llega a casa de sus abuelos, lanzas al aire el detalle de que sus padres murieron en un accidente, eso se queda ahí en el aire, luego le cuenta a su abuelo lo que pasó y se mete en la ducha, luego ya está en su habitación y el abuelo ya se había encargado del coche, todo eso pasa en 4 lineas.
•Se me hace raro que en plena avenida nadie se acercase a echarle una mano. No estaría demás describir la avenida y su movimiento de gente, que tiene que haberlo ya que la protagonista estaba yendo a la universidad, y los horarios suelen coincidir con las horas en las que la gente también va a trabajar, ergo mucho movimiento en la calle.
•”…un taxi que oportunamente venía en esa dirección…”
Pues si, que oportuno. Esto es totalmente una cuestión de gustos personales, yo creo que dejar cosas al azar y las casualidades le restan credibilidad a las historias.
•”…en seguida apareció delante de ella, la figura de una mujer añosa…“
Dicho así parece que se le materializó un fantasma o algo jajaja. Y justo después vuelves a repetir lo del accidente de los padre, no lo veo necesario, ya había quedado claro.
•”…—Pero, pero eso como pudo suceder, si no conozco a ese hombre, ¿cómo supo donde…”
No cerraste la interrogación al final de la frase, ni la abriste con la primer pregunta.
“—Pero. ¿Pero eso cómo pudo suceder? Si no conozco a ese hombre, ¿Cómo supo dónde…?”
El cliffhanger no lo acabo de ver. Si que es verdad que dejas interrogantes en el aire pero no se podrían considerar cliffhanger. La palabra en sí lo explica muy bien la sensación que tiene que dejar: Cliff = acantilado, Hanger = colgante, colgando del acantilado, así es como tienes que dejar a tu lector cuando un capítulo acaba en cliffhanger. La escena tiene que acabar de forma abrupta y/o inesperada, para enganchar al lector y conseguir esa necesidad de querer seguir leyendo para saber como se resuelve la escena.
En tu caso estás dando un desenlace al problema planteado en el capitulo, que es el coche que se quedó abandonado en la avenida, y medio intentas engañar al lector haciéndole creer que alguien lo robó (muy bien hecho), si el capitulo acabase con esa interrogante si que sería un cliffhanger, pero lo resuelves explicando que el hombre lo llevo a un taller y le envió las llaves. El momento tenso pasó y la protagonista se quedó pillada por él. No logra tener ese efecto gancho.
Hola Clau,
soy la vecina del texto 171. Llego después de Fabián, que ya te ha hecho muchos comentarios acertados desde mi punto de vista, así que no voy a hacer ningún análisis de la forma.
Parar mí lo más importante es lo siguiente: Yo personalmente creo que el tema central del texto es que esta chica, comprometida con otro, se queda prendada del desconocido del accidente. Sin embargo, gran parte de las valiosas 750 palabras, las empleas en dar informaciones que podrían aparecer más tarde en el libro, y abandonas un poco el punto central. Yo echo en falta saber las percepciones de la chica, sentir la evolución de estos sentimientos en ella, qué pasa por su cabeza. Sólo hablas de unos ojos color avellana, pero ¿es eso suficiente para generar ese sentimiento?, me pregunto como lector cuando leo tu historia. Creo que si desarrollas esta línea, el relato ganaría mucho. Decirte también, que sí has conseguido plasmar el caracter caprichoso de ella.
Espero que te sirvan de algo mis comentarios.
Un saludo
Hola!…
Fabian agradezco el tiempo que le has dedicado a mi relato, en verdad son varias cosas las que me comentas y que por supuesto me servirán de mucho.
Les comparto que esta es una historia que escribí hace varios años, por eso agregue la fecha al principio. No quise perder la oportunidad de subirla…
Aqui estoy con todo el ánimo de aprender de ustedes y no dudo que eso es lo que tendré como resultado.
Gracias Mariaje por tus comentarios los tomaré en cuenta.
Saludos.
Hola Clau:
Coincidiendo con algunas cosas que ya te han dicho, creo que a mejorar, sobre todo, el lenguaje y cómo lo usas, como elaboras las frases para que “cuenten” de manera más atractiva eso que tú quieres plasmar.
Es cierto que ha dado la sensación de ir de un momento a otro de manera rápida y sin hacer que ninguno de ellos atrape al lector lo suficiente, pero si desarrollaras más la parte o partes que a ti te parecen más importantes, estoy segura de que lograrías acrecentar el interés.
Tu capítulo necesitaba un final más “sorprendente” y “dejando claramente algo pendiente”
Clau, creo que tienes un gran empeño en hacerlo cada vez mejor y eso se nota.
Con cada relato se mejora aunque a veces nos desilusione el resultado después del esfuerzo, eso me ha pasado a mí en esta ocasión con el mío, pero, seguiré empeñada en mejorar. Te animo a lo mismo.
Saluditos.
¡Hola, Clau! Me ha parecido bien escrito y bastante acertado tu relato. Debes acortar el primer párrafo con punto o punto y coma, porque se te alarga y traba demasiado. Sobra coma en algún que otro momento más, como ya te han apuntado. Apuesto también por los cambios de algunas expresiones; que introdujeras sinónimos más agradecidos para tu historia. Pero, en general, me gustó leerte. Saludos y ¡buenas tardes! Hasta la próxima.
Hola Clau!
Cuando leo vuestros relatos ya han aparecido comentarios tan profundos como los de Fabian y queda poco por añadir sobre las cuestiones a mejorar.
A mi me ha hecho gracia esa manera tuya de escribir, que evidencia un lenguaje diferente al mio y que plasmas con naturalidad. Pero coincido en que el tema es recurrente y tal vez no muy original, aunque una primera página a veces nos puede engañar y llevarnos luego por caminos bien diferentes.
Desde luego el reto propuesto no lo veo conseguido del todo.
Un abrazo y hasta pronto!!! Un placer leerte.
Yolanda
Hola Carmelilla:
Creo que lo que hay que mejorar ya lo comentaron nuestros compañeros.
A mí en lo personal me enredo un poco lo de la repetición de los nombres y en el punto de “Valeria” también pensé por un momento que se trataba de otra persona.
Pero en general bien, ya te he comentado antes que me gusta tu estilo y lenguaje.
Gracias por pasarte por mi relato y tienes razón, al principio me desilusione un poco con el resultado de esta vez, pero pensandolo mejor, mientras más observaciones le hagan a nuestro trabajo, tendremos más oportunidad de mejorar, ¿no crees?… viendolo así, mi ánimo ¡ha vuelto! jeje
Como siempre, ha sido un placer leerte.
Un abrazo.