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Ni el cielo podrá ayudarnos - por Rinconillo y Cortadete

En mi correo apareció otro mensaje sin asunto, ¡jo, qué marrón!, tuve la certeza de que era otra amenaza. Por un instante mi respiración se había encogido, yo estaba como paralizada. ¡Vale ya, tío! Ya podía pasar de mí, fuera quien fuese ese cabrón, y no dar más la brasa.
Estábamos en clase de mates y el Beltrán explicaba algo de los números primos. Eso, nada más empezar el curso, ¡con todo el morro! Pero con el sobresalto, yo no podía concentrarme, mi mente estaba muy lejos:
Me veía comprando ese tanga azul turquesa, mi primer tanga. Fue divertido comprarlo, que fui con mi amiga Sonia y lo pasamos guay probándonos ropa y haciéndonos fotos en el probador. Flipábamos todo el curso anterior, en sexto, con aquello de cambiar de look y de que había que molar en el insti para no parecer novatas. Así que hicimos planes. Revisamos nuestro vestuario y elegimos lo más fashion. Teníamos que ir de cool.
Ya había terminado el curso. Sonia y yo nos pusimos el tanga para broncearnos en la terraza de mi edificio. Ella me propuso hacernos fotos, cada una con el móvil de la otra. Íbamos de jajás, no paramos de reírnos toda la mañana, pero más que nada, porque nos daba corte el que subiera algún vecino a tender y nos pillara. Yo podría ser modelo, pienso a veces: soy morena, pelo largo, de buen tipo y bastante alta para 12 años; además, me encanta verme guapa. Y quise posar algo provocativa, en topless.
¡Dios!, que chungo. Estoy casi segura de que las fotos no pudieron salir de mi móvil. Salva no podía ser: había roto el rollo conmigo durante el curso. Ni tampoco le di a nadie la maldita foto, porque durante ese verano no ligué con ningún pavo. Entonces, ¿cómo ese malnacido me enviaba mensajes, adjuntado fotos mías en topless? Todo esto me tenía rayada, sin atender a lo que soltaba el Beltrán; que se levantó y, sin dejar de hablar, disimulando, se me puso delante para vocear:
— ¡Lorena Santisteban! —y con voz sarcástica—¿Puedes salir a la pizarra?
Claro que podía, ¡no te digo! Pero las piernas me temblaban muy fino; que no se notaría, pero yo andaba como sin fuerza. Además, no sabía ni rosca de lo que había explicado. Es que no escuchaba, estaba ida; menuda empanada. Pues nada, me puse delante de todos, me arregle un poco el niqui y retiré la greña de delante de los ojos con un movimiento de cabeza que me dejó lista para escuchar, con mucha atención, al profe.
—A ver, Lorena, explique a sus compañeros cómo se demuestra que un número es perfecto.
¡El colmo, chica!, si ni lo habíamos estudiado; si yo no me coscaba de nada de eso. Puse la cara de reflexionar intensamente y miré, como de pasada, hacia Salva. El tío es un crack en mates, además de ser el preferido del profe. Pero era imposible, no hubiera entendido sus gestos si los hacía, que no los hizo. Eso sí, mirarme me miraba: a las piernas; igual estaba todavía pillado por mí. Y el profe me enfocaba con ojos y sonrisa de "la has cagado". Solía pavonearse delante de las alumnas, sacaba pecho y escondía esa barriguita de más de cincuenta años bien cebados, con sus gafas metálicas y redondas, de viejuno, cabalgando su cara regordeta y con papada. Quiere que lo llamemos Ricardo, a secas, aunque haya sido cura, pero es un bocas que, de pronto, te suelta a la cara lo primero que se le ocurre. Encima va de un sobrao que se pasa, venga ufanarse de lo listo que es. Pues no me puso nota… Esta vez se contentaba con ponerme en evidencia delante de toda la clase y aprovechar para vacilarnos con eso de "No llegareis a nada si no estudiáis. El cielo no puede ayudaros. A ver, menos videojuegos y menos música, y más libros". Vale, pues va a ser que sí. XD.
Pero yo no estaba para que me dieran la vara, que mi problema era descubrir al colgado ese, el de los mensajes, antes de que mis padres se metiesen conmigo. Aunque, cuando se lió todo, yo flipaba. A ver, ¿qué tendría esto que ver con lo que le pasó después al Salva?

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13 comentarios

  1. 1. Bea dice:

    Hola Rinconillo:

    Me ha gustado tu relato, me he metido de lleno en la piel de la chica protagonista con ese vocabulario tan de preadolescente rebelde.
    También has conseguido dejarme con las ganas de saber lo que pasa después con ese final que me ha dejado loca.

    ¡Felicidades, nos leemos!

    Escrito el 17 febrero 2016 a las 21:30
  2. 2. Emma dice:

    Hola Rinconillo. Gracias por pasarte por mi relato y tus bonitos comentarios.
    Tu relato me ha dejado con la miel en los labios; has logrado crear la intriga y dejarme en ella, lo que se pretendía en este taller..
    Espero enterarme algún día de lo que pasa con Salva y quien es el que hace chantaje a la protagonista.
    Un buen relato, bien empleado el lenguaje que define por si solo el carácter de la protagonista.
    Seguimos leyéndonos en próximos talleres.
    Un abrazo.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 19:30
  3. 3. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola, Rinconillo! Tu relato me ha parecido muy simpaticote y fresco. Quizá haya demasía de vocabulario adolescente inconformista, pero me ha parecido muy gracioso y rápido de leer. Dejas intriga al final, como se pedía, y casi al borde de un precipicio. Saludos y ¡seguimos leyéndonos! Buenas tardes.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 20:25
  4. 4. beba dice:

    Hola,Rinconillo:
    Gracias por la visita y el comentario.
    Me ha gustado tu capítulo. Has trabajado muy bien el suspense, el diseño de los personajes y el final abierto a mil posibilidades imprevisibles.
    Tu manejo del lenguaje, correcto, aún dentro del registro adolescente. Algunas palabras me suenan a chino, pero en contexto se entiende.
    Buena historia. Adelante.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 02:51
  5. 5. María Elvira Alonso dice:

    Hola, Rinconillo! Soy argentina, así que puedes imaginar lo que me ha costado esa jerga adolescente. Me encantó. Describe al personaje y sus situaciones de una manera encantadora, y plantea al mismo tiempo un tema real y muy actual. Quiero saber como sigue!
    De paso, te invito a leer mi texto, que es el 234, y si quieres me comentas tu opinión. Saludos!

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 06:15
  6. 6. Nina Latte dice:

    Hola, Rinconillo.

    Me ha gustado tu relato, bien escrito y ligero, con buen ritmo. El lenguaje adolescente (¡12 anos!) está muy bien y no resulta pesado.

    Me queda una duda: al profesor le llama “el Beltrán”, pero al final del texto dice “Quiere que lo llamemos Ricardo, a secas, aunque haya sido cura”. Ahí me he perdido un poco.

    También se refiere a “Salva” durante parte del texto, pero al final dice “¿qué tendría esto que ver con lo que le pasó después AL SALVA?”. Creo que deberías elegir entre poner el artículo delante o no (Sonia, Salva, el Beltrán) para que quede mejor la referencia a cada personaje.

    Y aunque el final termina con una pregunta, no resulta artificial, y tengo ganas de saber cómo continúa la historia. Buen trabajo

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 10:45
  7. 7. Rinconillo y Cortadete dice:

    Gracias a todos, me ayudais con vuestros comentarios.
    El lenguaje adolescente funciona para comunicarse ellos y es necesario documentarse. Puede que no lo utilicen de forma tan excesiva, pero en mi opinión daba ambiente para enganchar.
    Ricardo, de apellido Beltrán, y Salva, coloquialmente son denominados “el Salva” y “el Beltrán”, algo habitual en determinados ambientes culturales.
    Un saludo a todos los “colegas”.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 11:31
  8. 8. Nina Latte dice:

    Qué torpe soy, jajaja Pensaba que Beltran era el nombre 🙁

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 15:03
  9. 9. Marcelo Kisi dice:

    HOla Rinconillo!
    De nuevo gracias por tu visita a mi capitulito!
    Creo que con el tuyo he recibido una buena cucharada de mi propia medicina: los modismos locales. Pero una vez que se avanza en la lectura, hasta un argentino 😉 sale airoso y disfruta muchísimo con tu texto! Flipé! Jajaja
    Una sola observación, la primera es poner los números en letras: doce años, no 12. La otra es que es cierto que estamos en clave adolescente, pero todavía estamos en el terreno de la creación literaria, y por eso yo no escribiía XD como si la chica escribiera en su celular. Quizás lo usaría como una licencia si estuviera reproduciendo explícitamente un SMS o un mensaje de whatsapp, entre comillas, pero no en el texto principal. No estoy seguro, pero es para pensarlo.
    Y lo más importante: cómo sigue esto???
    Felicitaciones!!

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 18:29
  10. 10. Peter Walley dice:

    Hola Rinconillo,

    Muy conseguido el vocabulario, identificas rápidamente al personaje. El texto va tan fluido que cuando te quieres dar cuenta ya has terminado.

    Uff, con doce años y ya haciéndose fotos en topless y con tanga. Qué viejo me has hecho sentir 🙂

    Un abrazo

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 21:57
  11. 11. Nicolás Falcón dice:

    Hola Rinconete:
    Muchas gracias por ser tan generoso conmigo, “eres un fenómeno”.Pero los dos sabemos que el escrito prevalece de revisión y tiempo; aún así quería participar, como una imposición. te pido disculpas por ello. espero enviar algo más decente para la próxima. Muchísimas gracias.

    Escrito el 23 febrero 2016 a las 23:32
  12. 12. Nicolás Falcón dice:

    Ahhh… y muchas gracias por las correcciones y tu punto de vista. Me ha ayudado mucho. Nos leemos.

    Escrito el 23 febrero 2016 a las 23:34
  13. 13. Isolina R dice:

    Hola, Rinconillo:
    Estoy de acuerdo con los comentarios anteriores.
    La historia me gusta, pero creo que te has pasado un poquito en la jerga juvenil.
    Las palabras tomadas de otra lengua deben ir en cursiva. Como el formulario no acepta ese tipo de letra, deberías entrecomillarlas.
    Ignoro cómo hablan las niñas de doce años en otros países, pero sí sé cómo se expresan en el mío (España) y te aseguro que el verbo “ufanarse” no lo conocen ni a los dieciocho. Tampoco el adjetivo “sarcástico”.
    No sé qué más decirte.
    Ánimo, sigue adelante con la novela. Pero procura no utilizar tanto modismo.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 26 febrero 2016 a las 23:23

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