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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La Tormenta - por Nina Latte

Web: https://eneljardiningles.wordpress.com/

La noche de la tormenta no hubo luna. Apenas unas cuantas estrellas tímidas que desaparecieron tras las nubes negras y las olas hambrientas. Samuel y Anna ya habían vivido muchas noches como esa y, antes de cenar, rezaron una oración por los marineros y pescadores que estuvieran en la mar.

Un relámpago partió el cielo en dos. El viento furioso quiso arrancar el techo de su choza, así que Samuel apartó la salazón y el vino caliente, y se fue al cesto de los aparejos a buscar clavos y cuñas de madera para apuntalar los tablones del tejado. Anna se acomodó la toca de lana para avivar la lumbre. Un trueno los sobresaltó: parecía el mismo demonio bramando en la oscuridad.

El viento envilecía la lluvia, y en uno de sus embates, trajo consigo el aullido de la sirena del faro. Ambos se santiguaron: un barco intentaba sobrepasar Punta Desesperación para entrar a refugiarse en el puerto de su Isla.

Quédate aquí, mujer ordenó Samuel al tiempo que cogía su abrigo y se lo ataba al cuerpo con una soga. Prepara vendas y calienta vino, a ver si llega alguno vivo a la orilla.

La tormenta arreciaba con tanta furia, que ya le había calado hasta el alma antes de que empezara a bajar hacia la playa. Allí estaban ya varios de sus vecinos y Don Abel, el sacerdote, todos unidos en una cadena de antorchas. El sonido intermitente de la sirena del faro les anunció lo que temían: el barco estaba perdido. Azotados por la lluvia y con el ánimo herido, Samuel y los demás hombres se mantuvieron firmes en la orilla, anhelando que las olas arrastraran hasta ellos a algún marinero con vida que hubiera escapado del infierno salado.

Esperaron durante horas, pero la mar solo escupió pedazos de madera y algas. Lo único que podían hacer era esperar a que la tempestad se calmara. Se reunieron en círculo para organizar los turnos de vigía hasta la mañana y el sacerdote los bendijo. Samuel se despidió de ellos y, al alejarse un poco, aún volvió de nuevo la mirada a la playa, con la esperanza marchita, cuando creyó escuchar un gemido débil. Tan frágil que temió ser víctima de una alucinación. Se agachó para acercar el oído a la arena, cubriéndose la otra oreja con una mano para protegerse del viento y escuchar mejor. De un montón de algas provenía un sollozo.

Sumergió las dos manos entre las algas viscosas para encontrar un cuerpo pequeño, húmedo y tembloroso. Lo agarró con firmeza igual que a un carbonero con sus manos expertas de pescador, le limpió la nariz de salitre, le vació la garganta de agua salada con sus dedos ásperos y el recién nacido rompió a llorar.

De un mordisco cortó el cordón umbilical de las algas donde estaba enredado y lo anudó con fuerza. Escondió al bebé dentro de su abrigo y volvió a su hogar, temeroso de que alguien le descubriera.

¡Calienta leche! gritó a su mujer antes de abrir la puerta.

Anna miró sorprendida a su marido mientras este atrancaba la puerta, y cuando le enseñó la criatura que escondía, se le llenaron los ojos de lágrimas antiguas que brotaban desde lo más profundo de su matriz estéril.

Esa noche la pasaron frente a la lumbre, con los ojos insomnes fijos en esa niña que había sobrevivido al naufragio y que dormitaba inocente, con la boca abierta, en el pecho amoroso de Anna. El amanecer llegó demasiado rápido para ellos. Anna hizo dos tazas de café amargo y Samuel se fue a buscar noticias nuevas.

Anna se ahogaba en la impaciencia, así que calentó agua en la tina para bañar al bebé y quitarle la costra de sal de la piel. Le cantaba las viejas nanas que a ella le cantara su abuela, mientras le frotaba con infinita delicadeza. Samuel volvió a casa con las palabras amontonadas en su boca: el mercante se llamaba “Santa Helena”, la compañía de seguros ya estaba al tanto del suceso y había enviado una lista de tripulantes por si conseguían recuperar algún cuerpo. No había ninguna mujer a bordo.

Se miraron como hacía años que no se miraban el uno al otro, con la ilusión de recién casados.

Te llamarás Marinda, hija mía susurró Anna, mientras la bañaba.

Por mucho que su madre se empeñara, Marinda siempre tuvo los cabellos impregnados de salitre y un océano atrapado en sus ojos verdes.

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17 comentarios

  1. 1. Nina Latte dice:

    Los guiones de los diálogos no han salido bien 🙁

    Me apunto repasarlo antes de enviar la próxima vez.

    Escrito el 17 febrero 2016 a las 19:49
  2. 2. beba dice:

    Hola, Nina:
    Ok con los guiones.
    Me encantaron la pulcritud del lenguaje y tu destreza poética; las imágenes son bellísimas. Muy original, el marco.
    Un detalle: No entiendo lo de arreglarse la toca para avivar el fuego. Otro: a menos que la bebé sea una ondina, no me cierra que el protagonista corte el cordón y no lo anude de algún modo; pero esto es mínimo y se puede obviar, como en toda ficción.
    De cualquier manera, muy buena y prometedora.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 17:50
  3. 3. Nina Latte dice:

    Gracias beba por tus comentarios.

    Lo de los guiones de los diálogos es imperdonable 🙁

    Tengo que pulir el texto, que le he descubierto algunos fallos.

    Lo de “acomodarse la toca” quería decir que se levanta de la mesa donde están cenando, le da frío y se abriga un poco más (se cierra la toca?) y, de paso, aviva el fuego para que no se apague. Está claro que tengo que cambiarlo.

    Y Samuel corta el cordón con los dientes y “lo anudó con fuerza” 😉

    Tu texto lo tenía fichado, espero pasarme mañana.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 21:46
  4. 4. Nic-Is dice:

    Hola Nina.
    Tu texto es tan hermoso y atractivo, que ni cuenta me di de los errores, hasta la segunda pasada. Para la raya de los diálogos yo uso alt + 0151.
    Sobre tu historia solo puedo decir que me encanta. Iniciar con una catástrofe y terminar el capítulo con un milagro y un acto de amor… definitivamente me gusta.
    Y el lenguaje poético le va muy bien.
    Leí que es tu primera vez. Espero que de aquí en adelante no lo dejes. Te estaré buscando en las próximas escenas.
    Si quieres leer el mío, es el 206.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 02:06
  5. 5. beba dice:

    Hola, Nina: Gracias por pasar. Perdón: se me pasó lo del “anudó con fuerza”. Aprovecho para unirme al comentario de sobre la belleza del contraste entre la catátrofe y la ternura.
    No te avergüences de cosas como los guiones y rayas; errar es humano y sirve para crecer. Yo escribo en Word, en donde ya configuré teclas para que me respondan a las comillas españolas y a las rayas. No tengo teclado numérico en mi laptop. Cuando escribo aquí, traigo copiados guiones y comillas de otros textos, y las inserto a medida que avanzo.
    Bien. Saludos y adelante.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 16:01
  6. 6. Crispín Silva Muñoz dice:

    Hola Nina. Tu texto es tan hermoso y atractivo que los errores no cuentan. Me gustaría que te pasaras por el mío:168.Felicitaciones.

    Escrito el 21 febrero 2016 a las 12:30
  7. 7. Isolina R dice:

    Hola, Nina Latte:
    Un placer, un enorme placer, un enormísimo placer. Bravo, requetebravo. Tu comienzo de novela me ha parecido espectacular. Es un poco tarde, pero de todos modos voy a recomendar tu texto en el foro. Que sepas que ya tienes una lectora en tu club de fans.
    Para la próxima, ya sabes, cuidado con las rayas.
    Te seguiré en próximas escenas, por supuesto.
    Un saludo.

    Escrito el 27 febrero 2016 a las 10:46
  8. Siguiendo la recomendación de Isolina R, me he acercado a tu sencilla historia, que está más pensada como relato que como novela, a no ser que le inventes un pasado a tu personaje en pañales y le hagas descubrir el misterio de su origen, aunque sus nuevos padres no parece que estén por la labor. La ambientación es muy buena.
    Ha sido un placer pasear por tu jardín inglés.

    Escrito el 27 febrero 2016 a las 18:30
  9. 9. Lesly Bosco dice:

    He decidido pasarme por la recomendación de Isolina y como siempre, tenía razón.
    Preciosa historia. Tienes una forma de narrar muy bonita y desde luego la historia engancha. Creo que tanto como relato o novela da para contar muchas cosas.
    Espero que sigas participando.

    saludos

    Escrito el 27 febrero 2016 a las 23:05
  10. 10. Tavi Oyarce dice:

    Hola Nina Latte.

    Como algunos de mis compañeros, pasé por acá por recomendación de Isolina y no me he equivocado.
    Manejas muy bien el lenguaje, los tiempos y para este relato conseguiste el tono adecuado. Lo que enumero no es fácil conseguir, sé que detrás de esto, hay días de revisar y revisar.
    Espero que continúes escribiendo y ojalá enviado los relatos a Literautas, para seguir disfrutando.
    No sé si eres nueva acá, pero en buena hora decidiste publicar.
    Te seguiré leyendo.
    Saludos

    Escrito el 28 febrero 2016 a las 00:51
  11. 11. barojo dice:

    ¡Hola Nina Latte!

    Isolina R tiene razón, tu relato merece la pena. A mí me ha enganchado. Me han gustado mucho las imágenes que utilizas, el cordón umbilical de algas o los cabellos impregnados de salitre. Me he metido totalmente en el capítulo.
    Creo que has confundido “toca”, que es algo que se lleva en la cabeza (lo de las monjas, por ejemplo) con “toquilla”, que es una prenda de abrigo que se pone sobre los hombros. Yo sí he entendido la escena.

    Escrito el 29 febrero 2016 a las 09:55
  12. 12. Nina Latte dice:

    Perdonad que no haya contestado antes, no pensé que tuviera más comentarios. Muchas gracias a todos por vuestro tiempo.

    • Crispín Silva Muñoz: gracias por pasarte y por tu amable comentario. Te devuelvo la visita en cuanto pueda, no lo dudes.

    • Isolina R: eres demasiado benévola, el texto no es tan bueno, hay que pulirlo (bastante). Y después de leer el tuyo, no creo que esté a la altura. Pero me alegro de que te haya gustado.

    Lo de las rayas es extraño, porque lo copié directamente del Word. Pero para la próxima vez, lo revisaré muy bien antes de enviar.

    Perdona que te pregunte, pero dices algo de un foro. ¿Es aquí en Literautas? Es la primera vez que participo y no sé si lo he hecho bien.

    • Pepe ILLARGUIA: aunque no lo creas, esto solo es el comienzo: es el preludio de una batalla de la naturaleza y el tiempo… y hasta aquí puedo contar.

    Gracias por pasear por el Jardín Inglés.

    • Lesly Bosco: gracias por pasarte. Aun me falta pulir el texto para que fluya como quiero. Es cierto que como historia corta podría funcionar, pero Marinda tiene muchas cosas que hacer.

    • Tavi Oyarce: es la primera vez que participo. Había leído algunas veces, pero me daba vergüenza publicar algo. Al final me animé con lo del primer capítulo de una novela. Y a pesar de haberlo revisado muchas veces, después de dejarlo reposar, vuelvo a leerlo y descubro fallos. También quiero mejorar los personajes, pero con el límite de palabras tuve que ir a lo esencial.

    Intentaré participar en las próximas escenas para ir mejorando con vuestros comentarios.

    • barojo: me alegro de que te hayas sumergido en el relato y tienes razón con lo de la “toca” (aaaaaaaaaaaaaaah, grito de desesperación).

    Escrito el 3 marzo 2016 a las 23:54
  13. 13. Isolina R dice:

    Hola Nina:
    Poco después de que se publicara la recopilación de la escena 32 (esta), tú escribiste un mensaje diciendo que habías leído durante tiempo, pero que era la primera vez que enviabas; que comentarías los tres siguientes al tuyo y luego algunos que te habían gustado mucho. Ese es el foro. Ahí mismo, en el mensaje 60, recomendé tu texto.
    Tanto cuando se propone la escena, como cuando sale la recopilación, o cuando Iria y Tomeu ponen una entrevista con algún escritor o alguna otra cosilla sobre el uso de un signo de puntuación, recursos para ecritores… está bien leer los mensajes de los compañeros.
    Recomendé tu texto porque creí que merecía la pena que los demás lo leyesen. Sentí que había recibido pocos comentarios en comparación con la calidad. Además, después de leer algunos de tus comentarios, consideré estupendo que otros compañeros vieran cómo comentabas.
    Entré también en tu jardín. Me encantó.
    Ánimo y sigue participando. Podremos aprender mucho de ti y contigo.
    Un abrazo.

    Escrito el 5 marzo 2016 a las 14:41
  14. 14. Demetrio Vert dice:

    Hola Nina.

    vengo aquí por recomendación de Isolina. Esto funciona así. Excepto ella que se los lee todos y los comenta, no conozco a nadie que lo haga (yo, obviamente, no puedo.

    Personalmente me intereso más por la etructura del texto. La grámatica, la sináxis, etc., se van aprendiendo, y en cualquier caso en este foro hay maestros en ello. Isolina, sin ir más lejos.

    En mi opinión es un buen Primer Capítulo de novela. En pocas palabras sabemos del lugar, de los personajes, y del momento. Y de una protagonista de la cual está todo por contar. Perfecto.

    Voy a entrar en lo de la “toca”. Más por lo que han dicho algunos compis que por el uso que le has dado a la palabra. En mi opinión, es muy precisa. Mi abuela, mi madre y cuantas mujeres me rodeaban en mi pequeño pueblo cuando yo era pequeño lo hacían así. Sentados todos ante la mesa camilla calentandonos en el brasero, cuando por cualquier razón tenían que levantarse, lo primero que hacían era acomodarse la “toca”. Un gesto instintivo. Y no era una toca de monja, sino esa capilla de punto, hecha con lana, de color ceniza oscuro, que las mujeres de entonces solían llevar en el invierno sobre sus hombros, cruzada la prenda en el pecho.

    A mí, particularmente, el detalle me ha parecido una foto de lo que tantas veces ví. Claro que soy de la provincia de Valencia, y puede que por otros lugares, la prenda, tenga otra denominación.

    Leeré tu próximo escrito y trataré de hablar de las comas. Hay algunas fuera de lugar, en mi opinión.

    Me ha gustado mucho.

    Nos leemos.

    Escrito el 8 marzo 2016 a las 18:45
  15. 15. Demetrio Vert dice:

    Perdón por las faltas de ortografía, pero cuando escribo directamente en formularios, se me debarajusta todo.

    Escrito el 8 marzo 2016 a las 18:47
  16. 16. Nina Latte dice:

    Isolina, gracias por contestar tan rápido. Ahora sé lo que es “el foro”. Desde que me presenté, sólo pasé un par de veces de vuelta; está claro que tengo que repasarlo más a menudo.

    Y si lo que dice Demetrio Vert es cierto (que te los lees y comentas todos :O ), estaré muy pendiente de tus recomendaciones. No sé ni cómo puedes hacerlo, porque yo si los leo y comento (aunque sea sin mucho detalle), no llegó a la próxima escena propuesta.

    Demetrio, te agradezco mucho tu comentario. Y, si en algún momento estás disponible, me gustaría recibir tus comentarios sobre las comas. Muchas gracias por adelantado.

    Escrito el 10 marzo 2016 a las 20:21
  17. 17. Isolina R dice:

    Hola Nina:
    En algunas escenas he leído todos los textos, en otras no. Cuando menos leo suelo llegar a los sesenta. Y en cuanto a comentar suelo andar entre veinticinco y treinta. Demetrio exageró con lo de que comento todos.
    Cuando empecé a participar sí leía todos. En las escenas 28, 29 y 30 creo recordar que me los tragué toditos. En las dos siguientes ya no lo logré. En una leí unos cien y en la otra sesenta.

    Lo de comentar me lleva bastante tiempo porque miro la ortografía, los signos de puntuación, la reiteración de palabras… Así que más de treinta es una tarea demasiado cansada.
    Mi compromiso al principio fue cumplir el reto “beba” (los diez siguientes al mío) y luego responder a todos los que me comentaran a mí y comentar a los que me interesaban. Ahora he reducido el compromiso a los tres siguientes al mío, responder a los que me comenten y comentar a quien me interese.
    En la escena del ascensor leeré muchos para ver qué solución ha dado el personal al uso de esas palabras.
    Como somos tantos participantes, el grado de implicación es muy diverso. Cada cual saca provecho de la experiencia según su carácter y sus intereses.
    En fin, ya irás viendo cómo va todo.
    Demetrio hace unos comentarios literarios magníficos.
    Saludos.

    Escrito el 11 marzo 2016 a las 02:17

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