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El antiguo aroma - por Gisela Lupiañez

El antiguo aroma.

Moira llegó con Lucas y Martina a la casa vacía antes que el camión de la mudanza. Dos meses después del funeral la casa de la abuela Natalina conservaba aún las cortinas de falso encaje marrón, el juego de sillones grises y su olor: el de la lana nueva con la que siempre estaba tejiendo algo, mezclado con el de cebolla y crema de choclo del pastel y las empanadas que cocinaba.
Los chicos salieron corriendo hacia el interior de la vivienda apenas pasaron el umbral. Sola, Moira caminó por la sala con la sensación de estar parada en el decorado de una obra de teatro que ya hubiera visto y que estuviera a punto de usarse para representar una obra diferente. Escuchaba a sus hijos riendose, abriendo y cerrando puertas, explorando todo. No sabía cómo conjugar ese presente con el pasado, marcado por la cualidad extraña de la luz del mediodía al atravesar las cortinas marrones y el olor de la casa, que para ella era el olor de su abuela. Se sentó en uno de los sillones algo confundida mientras miraba por la ventana en espera de que llegara el caminón con sus cosas.
Estaba perdida en sus recuerdos cuando sintió el frío en el vientre. Una aguja helada nació en el sitio exacto donde había llevado a cada uno de sus hijos durante nueve meses, y desde allí se extendió hacia la columna vertebral, congelándole la espalda. La sensación era molesta, pero no desconocida. La despertaba muchas noches. Buscó en su cartera el aerosol con el medicamento para el asma. Lo tenía en la mano derecha cuando le llegó la voz de Lucas: ¡Mamááááá, Martina tiene un ataque!
Encontró a los niños en el viejo comedor de diario. Martina estaba sentada en el piso. Tenía la cara blanca, los ojos un poco hundidos, las aletas de la nariz dilatadas. Jadeaba por la boca abierta y tosía. A su lado su hermano le repetía el mantra que todos en la familia conocían:

-Tranquila, respirá conmigo, uno…dos, uno.. dos. Ya te trae la mami el remedio. Uno, dos..
Moira se sentó en el piso y subió a la pequeña sobre sus rodillas cruzadas, la espalda de la niña contra su pecho. Le ayudó a aspirar el remedio con la letanía que usaba siempre para guiarla:

-Respirá. Guardá el aire. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, soltá. ¡Muy bien! Otra vez. Respirá. Uno, dos…
El aerosol era de efecto inmediato y en pocos minutos Martina pudo respirar mejor. Pero ya no podría correr y agitarse por el resto del día. Moira la llevó al living y la recostó en el sillón gris más grande. Estaba terminando de acomodarla cuando sintió la bocina del camión. Mateo se asomó a la ventana y le confirmó:
-Mamá, llegó la mudanza.
-Ahí voy. Quedáte vos con tu hermana.
Y salió para ayudar a bajar cosas.
Hacia la tarde ya estaba todo casi ordenado. No tenían muchos muebles: una mesa, cuatro sillas, las camas, la cocina, la heladera. La mayoría de las cosas eran prestadas. Parte de la ropa todavía estaba embalada en cajas, pero en general pudieron cenar e irse a dormir más o menos cómodos.
Al dar una recorrida final Moira tuvo otra vez esa sensación de estar parada en un escenario, pero esta vez el decorado de la obra antigua estaba mezclado con el de la nueva. El aroma que impregnaba ahora la casa era el de eucalipto del vaporizador que funcionaba en la habitación de Martina y el del champú del baño de los chicos. Pero existía todavía un rastro de olor a lana y pastel de choclo.
Cerca de las tres de la mañana el antiguo aroma se intensificó hasta cubrir por completo el nuevo,pero nadie se dio cuenta. Los chicos dormían con el ronroneo del vaporizador de fondo. Y Moira soñaba que conversaba con la abuela Natalina.

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4 comentarios

  1. 1. B.M. Donald dice:

    Se vislumbra una historia de buenos y entrañables recuerdos evocados por unos aromas que parecen estar encerrados y sin oportunidad de desvanecerse.

    Quizá la puntuación se tendría que ir repasando. Dejo el apunte que se describe en “Taller de escritura” cuenta cómo son “Los símbolos que abren y cierran los diálogos directos” explica que es incorrecto usar el guión corto (-) para abrir un diálogo, las comillas correctas son otras. Como en casi ningún teclado se encuentran los signos correctos, combinando estas teclas se obtienen los adecuados. Los dejo para el próximo escrito= Alt0151 (—) Alt174 («) Alt175 (»)

    Creo que hay mucha descripción y poca situación. Suena más como una redacción de un momento de un día, tal vez, algo especial por empezar en un nuevo lugar ya conocido por la protagonista.
    Quizá algo más de explicación para saber qué ha pasado, o intentar contar algo que sucedió para poder visualizar, de alguna manera, por qué se mudan allí.
    Gracias por la narración, un saludo.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 11:01
  2. 2. Nuria GR dice:

    Hola Gisela. Me ha gustado mucho tu forma de evocar sensaciones, recuerdos, sentimientos… Si bien la descripción de los aromas ayuda mucho a imaginar, por ejemplo, la nostalgia del momento en el que se encuentra la protagonista al regresar a la casa de su abuela, resulta quizá un poco repetitiva tanta alusión al aroma.
    En mi opinión, para darle un poco más de gancho a la historia, debería haber alguna alusión al motivo que les ha llevado hasta allí. Coincido con B.M. Donald en que resulta en algún momento muy descriptiva pero poco explicativa.
    Por lo demás, resulta entrañable y está bien escrita.
    Será un honor para mí si quisieras pasarte por mi texto, el nº 28, y dejarme tu opinión ¡Hasta la próxima!

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 17:54
  3. 3. Miriam Torres dice:

    Hola Gisela!!!

    Lo primero de todo, felicitarte por el texto. Está muy cuidado y bien descrito. Además, la trama invita a seguir leyendo, por lo que has conseguido lo que propone el reto de este mes a la perfección.

    Poco más que añadir, salvo un par de detalles sin importancia y, seguro, que producto de la transcripción del texto: “riéndose” (falta la tilde) y “caminón” (creo que quisiste decir camión, por lo que sobra una n)

    Se me ha hecho muy grato y ameno leerte. Si quieres echarle un vistazo al mío, es el nº 57.

    Nos leemos pronto!!!

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 15:51
  4. 4. Gisela Lupiañez dice:

    Muchas gracias por sus opiniones.
    B.M. Donald y Nuria GR revisaré mi texto en cuanto a la abundancia de descripciones. En defensa de mi texto puedo decir que estaba intentando crear una atmósfera, si bien no era exactamente la nostálgica del recuerdo que ustedes mencionan sino otra muy diferente. Lo que indica que necesito trabajar más el capítulo para lograr el ambiente que busco para mi historia. Con respecto a lo que ha pasado antes, bueno… la intención era justamente que se presentara la curiosidad que invita a leer el siguiente capítulo.
    Miriam Torres, tienes razón con los errores que marcaste, y efectivamente son errores de tipeo. Los corregiré en el original.
    En breve me pasaré por sus relatos.
    Gracias nuevamente!

    Escrito el 21 febrero 2016 a las 00:06

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