Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Plaisir - por pato

Web: https://saturellibrero.wordpress.com/

Pueden llamarme Maurice Charnel. Soy propietario, relaciones públicas y camarero de un pequeño y exclusivo bar, ubicado en una también exclusiva zona residencial en algún lugar del mundo. Mi clientela la conforman, principalmente, hermosas y aburridas mujeres casadas con adinerados empresarios o ejecutivos que pasan la mayoría parte del tiempo viajando por el mundo cerrando lucrativos negocios. Estas elegantes señoras con sus necesidades básicas y no tan básicas bien cubiertas, no tienen muchas ocupaciones más allá de sus horas de gimnasio, piscina, masajes y clases de yoga, así que ocupan muchas de sus tardes solitarias probando los cocteles que preparo en mi bar.
Al bar lo llamaremos “Plaisir”. Está en la playa, tiene una docena de ambientes muy confortables, separados entre sí por frondosas y tupidas plantas distribuidas de forma que cualquier persona puede entrar y salir del local sin ser visto por el resto de los parroquianos. La privacidad y la discreción son muy importantes para mis clientes.
Yo imaginaba que las charlas de estas distinguidas señoras versaban sobre su último viaje o el anillo de diamantes que acababan de sumar a su colección de joyas o de la dificultad de encontrar personal doméstico de confianza estos días. Digo que lo imaginaba porque el breve espacio de tiempo que tardo en servir las bebidas sus conversaciones, por lo general, cesan.
Un día un par de clientas habituales, tras varias rondas de piñas coladas, me pidieron que preparara la siguiente en la mesa delante de ellas, porque querían aprender cómo hacerlas. Mientras trabajaba, ellas continuaron su conversación en alemán, convencidas de que yo no las entendía:
-¡Cuarenta y dos minutos! Esta vez tomé el tiempo porque la primera me había parecido una eternidad –dijo la más madura, una mujer cercana a los cincuenta, aunque con esta gente es difícil calcularles la edad. La llamaremos Claire.
-¡No te creo! –contestó la más joven, tendría treinta y muchos quizás, será Catherine para nosotros.
-Pues es verdad, por supuesto no te voy a contar la prodigiosa imaginación que tiene porque sin duda pensaras que soy una mentirosa –alardeó Claire.
-¡Tienes que presentármelo! –exigía con vehemencia Catherine.
-No querida, a este no.
La coctelera se me cayó al suelo. ¡A este no! ¿Cuántos amantes habían sido intercambiados antes por estas distinguidas señoras? Limpié lo más rápido que pude todo el desaguisado y repuse el material para empezar los cocteles de nuevo. Claire me miró suspicaz, creo que por un segundo dudó si yo entendía lo que hablaban, negó suavemente con la cabeza en lo que parecía el convencimiento total de que eso era imposible y continuaron con su conversación.
– ¿De dónde los sacas? –preguntó Catherine.
-Aparecen querida, aparecen.
Es evidente que no era la primera vez que estas dos damas hablaban de sus aventuras sexuales su conversación fluía con la naturalidad de quien está acostumbrado a una rutina, por poco rutinario que pueda parecer lo que estaban hablando.
Mi imaginación volaba tras oír esta conversación, primero pensé incluirme en los servicios prestados por el bar, pero tras mirarme en el espejo, mientras limpiaba los servicios después de cerrar, lo descarté. Más tarde se me ocurrió contratar a un par de jóvenes mancebos para incluirlos en el personal, estúpida idea sin duda. Un sinfín de disparates se me cruzaron por la cabeza cuando finalmente, ya casi dormido, apareció la gran idea: compré una docena de pequeños micrófonos inalámbricos, que escondí en cada una de las mesas, un precioso receptor multicanal y unos pocos discos duros para almacenar decenas de voces, miles de horas, cientos de secretos. Cinco años después y tras un trabajo verdaderamente titánico de purga y selección nace este libro.
Sé que piensan que soy un tipo deshonesto, depravado y cínico, un oportunista, un cerdo tramposo, probablemente lo soy pero no más que las personas que pueblan este pequeño y exclusivo vergel y que dan vida a estas páginas. De hecho, no creo que yo sea mucho más deshonesto, depravado, cínico, oportunista y cerdo que tú que has pagado para leer este compendio de lujuria, excesos y traiciones. Y lo mejor de todo, seguramente, lo que más te provoca, querido lector, es que esta historia sea protagonizada por personas reales. No son invenciones de mi mente, ya quisiera yo tener una imaginación tan prolífica. Los nombres de los lugares y las personas han sido cambiados para proteger la privacidad y la intimidad de los protagonistas (en realidad para protegerme a mí de posibles demandas), pónganse cómodos y disfruten. Bienvenidos a mi mundo.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

7 comentarios

  1. 1. Vodnik dice:

    Me parece un muy buen inicio para una novela. Te felicito porque me ha enganchado desde el principio y me he quedado con ganas de más. Parece una buena introducción a lo que parecen pequeñas narraciones de las confidencias de mujeres asiduas al bar.

    El vocabulario me parece el correcto para explicar las confidencias de gente de la alta sociedad aunque parece también algo burlón.

    Si hubiera un segundo capítulo sin duda lo leería.

    Saludos.

    Escrito el 17 febrero 2016 a las 22:05
  2. 2. Maria Kersimon dice:

    Muy original, bien escrito y con ritmo. Lo leí de un tirón porque me enganchó. Un buen principio para una novela sin duda, si consiguieras mantener la tensión. Me parece interesante el recurso de dirigirte al lector para implicarle. Me recordó el verso de Baudelaire en “Au lecteur” de las Flores del Mal: “hipocrite lecteur, mon semblable, mon frėre”… Me gusta el reconocimiento de la depravación, el oportunismo, la lujuria, el exceso… Y que arrastres al lector. Le da gancho. Es transgresor. Me gusta menos el regusto machista que deja tras masticarlo (?toda señoras maduras?)

    Escrito el 17 febrero 2016 a las 23:04
  3. 3. Jimmy conway dice:

    Muy buenas, Pato.
    Felicitarte por el primer capitulo de lo que espero sea un libro completo. Me encantó la idea y sin duda es bastante original, tanto en contenido como por la forma que lo presentas. No veo ni rastro de machismo. Más bien un fiel reflejo de una alta sociedad que si puede ser algo machista. Un saludo.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 21:39
  4. 4. Saldivia dice:

    Hola Pato. Que excelente idea para una novela! me has traído a la memoria una ocasión en la que descubrí que desde el baño de la oficina en que trabajaba se escuchaban las conversaciones del baño del salón de belleza contiguo, un día capté una lección de como se hace una felación (y sus ventajas para mantener la fidelidad del marido) que fue una delicia.

    Volviendo a tu capítulo 1, lo encuentro muy atractivo, con una dosis de irreverencia que le pone picante. Seguramente yo sería uno de esos lectores deshonestos, depravados, cínicos, oportunistas y cerdos que comprarían el libro. ¡Éxitos!

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 00:35
  5. 5. Eguzkia dice:

    Hola Pato.
    Coincido con lo dicho por los compañeros. Me ha gustado la idea de plasmar en una novela conversaciones sacadas de un lugar de relajación y probablemente de desinhibición.
    Por poner un pequeño “pero” tal vez el introducir el tan manido tema de “mujeres maduras con cierto poder adquisitivo” pueda parecer algo machista.
    Bueno, pero me ha encantado, tienes un estilo descriptivo muy visual.
    Gracias por compartirlo con nosotros.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 18:11
  6. 6. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Pato, Creo que debo decirte que tu relato me atrapo desde el principio; Mi curiosidad llegó a ser por un momentomas grande que la del cantinero y narrador de la historia. Así es que para cuando llegué aldesenlace de la narración, e incluiste a tus futuros lectores igual de cerdos al pagaar por el compendio de vivencias, debo de reconocer que si te decides a publicarlas voy a ser un pecador asiduo. Te felicito por esa imaginacion tan enfocada que tienes.
    Estoy re-cerquita de ti.

    Escrito el 21 febrero 2016 a las 04:33
  7. 7. beba dice:

    Hola, Pato:
    Me pareció originalísimo tu proyecto de novela, y muy coherente en todos sus elementos. Me gusta (¿hipocresía?)el equilibrio para ser cínico y elegante; para sugerir sin ser grosero.
    No obstante, coincido con Eguzkia en que acotas el espectro enfocando sólo a señoras viejas y ricas; las jóvenes de cualquier nivel socio económico, y los caballeros, también son una fuente de sorpresas cuando alardean de sus “picardías”. De todos modos, ese es el ángulo elegido y está muy bien logrado.
    Revisa algunos detalles como las marcas de diálogo o de pensamientos; algún acento faltante; algunas comas sobrantes que podrían ser punto y coma; algunas cacofonías. 1-“…hablaban de sus aventuras sexuales su conversación…”, punto y coma antes de conversación. 2-“propietario, relaciones públicas”, encargado de relaciones públicas.3- “Mi clientela la conforman…” Conforman mi clientela… 4-“…sin duda pensaras…” pensarás.
    Adelante.

    Escrito el 5 marzo 2016 a las 02:31

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.