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Entre los Muros de la Realidad - por Hyo

– Bien, Ray. Si te parece, vamos a empezar.
Rachel se tiró hacía atrás sus cabellos rubios. Sus ojos avellana reflejaban la figura de un pequeño niño. Cabizbajo, el pequeño asintió.
– Es muy importante que seas sincero, – dijo calmadamente– debes entender que esto no es solo algo crucial para ti, sino para mucha gente.
Sus palabras sonaban dulces, sin ningún tono ofensivo. Sin embargo, el niño no dejaba de estar tenso.
– Bien, Ray. – repitió – Empecemos con la primera pregunta.
Puso en marcha la cámara, enfocada exclusivamente a la imagen de Ray. En la grabación solo se podía ver la figura de un niño moreno, con pelo corto y desordenado
– ¿Cómo te sientes después de la separación de tus padres?
El niño alzó los hombros, para después dejarlos caer.
– Indiferente. – aclaró – Bien, es algo normal, a tu edad yo solo pensaba en jugar con mis muñecas.
No hubo ninguna risa, ninguna contestación.
– ¿Crees que pueden volver a estar juntos?
Una negación, una mejora.
– Tu madre planea volver a casarse – dijo Rachel –, pero nunca se sabe.
Rachel sonrío, miró las hojas que tenía entre sus brazos. Después de leer un par de líneas, siguió.
– Ray, ¿qué piensas de la profesión de tu padre?
Ray Hollguey levantó la mirada.
– ¿Qué quiere decir? – su voz salió distorsionada; tosió un par de veces. Parecía enfermó, pensó Rachel.
La doctora anotó algo en las hojas, mientras sus ojos se entornaban.
– ¿Sabes de qué trabaja, no?
Ray negó con la cabeza. Era mentira, los dos lo sabían.
– Recuerda, – dijo Rachel – esto es un asunto importante.
– Lo sé.
– Entonces, debes responder la verdad.
– ¿Tú lo sabes, doctora? ¿Sabes cómo llaman a mi padre?
Rachel agachó la mirada, miró de nuevo los pápeles. En el informe sobre el niño aparecían solo los nombres de los padres, James Hollguey y Helena Scattorn. En los comentarios se podía leer que era necesario comentar la profesión del padre, que él era el punto de enlace.
– Sí – dijo Rachel.
– Pues entonces no debería preguntar.
– Pero te pregunto, porque no sé si realmente lo sabes, Ray.
Rachel junto sus manos, apretándolas, también sus labios.
– Comprendo que no quieras hablar de algo tan delicado, – dijo Rachel – tus padres se han divorciado por esto, por la profesión de tu padre. Pero yo no estoy aquí para ayudarte, solo quiero hacerte preguntas. No soy una psicóloga, Ray. Solo quiero saber de ti.
– Para mí es lo mismo.
– Sé que tus padres intentaron hacerte hablar con ese doctor – dijo Rachel.
Además de lo del padre, en los comentarios del informe señalaba que el niño estaba en terapia.
– Es cierto – dijo Ray – Lo intentaron, pero no hablé con él.
– ¿Estuvisteis solo mirándoos?
Ray volvió a dejar caer los hombros, echándose hacia atrás. Rachel se fijó en sus ojos, parecían brillar de un extraño dorado.
– Tu padre, lo que hace… ¿Lo crees? ¿Crees en lo mismo que él?
– ¿Y usted?
Rachel cogió aire.
– Sí, – dijo con confianza – yo soy como tu padre, Ray, también creo.
– Eso es mentira.
Rachel se quedó sorprendida, viendo la frialdad con la que Ray la había negado.
– ¿Por qué piensas eso?
– Es evidente, si lo creyera, no estaría aquí sentada.
– ¿Dónde estaría?
– Encerrada en un psiquiátrico, por loca o muerta por el gobierno. Hacen mucho eso, ¿Sabe? Y no es coña, solo tiene que ver la tele para darse cuenta.
Rachel se echó a reír, relajándose. Debía parecer natural, confiada delante de ese niño.
– Supongo, – dijo Rachel – no soy tan importante como tu padre, no sé ni la mitad de cosas que él. Pero los dos trabajamos para los mismos jefes.
– Mi padre trabaja solo.
– No, él trabaja para la Agencia – dijo Rachel.
– ¿Agencia? ¿De verdad existe?
Rachel dudó unos segundos si había escogido bien la palabra para definir el organismo para el que trabajaba.
– Sí. Y es enorme, increíble, somos como una especie de héroes enmascarados.
El silencio reinó la sala unos segundos. Ray miró a su alrededor: las paredes grises, el cristal que parecía un espejo, la mesa de metal y solo ellos dos. Justo como en las películas policiacas que le gustaban a su abuelo.
– ¿Por qué estoy aquí? – preguntó finalmente Ray.
– Queremos proponerte algo, – dijo Rachel – necesitamos a dos niños.
– ¿Para qué?
– Para un viaje, un viaje muy especial.

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5 comentarios

  1. 1. Ian Pellicer dice:

    Fluido y muy entretenido
    Además cumple a la perfección con el reto.
    Personalmente me dejo enganchado u con mucha curiosidad por saber que es lo que esta ocurriendo con este niño y su padre, y sobre todo de que va el viaje.
    Espero saber más de esta historia.
    Saludos

    Escrito el 17 febrero 2016 a las 20:24
  2. 2. Frida dice:

    Hola Hyo hablas de que parecía enfermo y, se te coló una tilde,pues no es enfermó sino enfermo.

    Me ha tenido en vilo la profesión del padre durante toda la narración, de hecho te diré que hasta que no mencionaste a la Agencia, creía que era actor porno, luego empecé a pensar en un líder de una secta y, al final me he quedado con dudas, pues quizás en el fondo se tratase de un héroe que al final de sus días fue vilipendiado. Así que reto conseguido, pues yo me leería el siguiente capítulo para saber quién era ese hombre, a qué se dedicaba, qué inacabado propósito dejó como legado a su hijo.

    Escrito el 17 febrero 2016 a las 22:57
  3. 3. Hyo dice:

    Gracias por los comentarios, me alegra que os haya dejado con la intriga. Gracias también por la corrección, es una novela que estoy escribiendo actualmente, y no me había percatado de este error.

    Sobre la profesión del padre, nunca me hubiera imaginado que alguien se imaginase lo de actriz porno, sinceramente. Me he llevado unas risas con el comentario.

    Como curiosidad os puedo dejar una sinopsis de lo que sería la novela, más o menos (todavía está en proceso):

    “Han pasado ocho años desde que el Gran Mensaje llegó, y a pesar de que todavía sé duda sobre su procedencia, uno de los mayores miedos y a la vez incógnitas de la humanidad se resolvió: No estábamos solos.

    Sin embargo, mucho antes de que el mundo se enterase, en Milton, un pequeño pueblo marítimo es la sede de la Agencia. Allí, sus habitantes no son todo lo que parece. Conviven entre ellos turistas de otros mundos, viviendo una idílica vida en el pueblo. Acompañados también por la monstruosa estructura llamada el Plato Plateado, donde la Agencia está llevando su proyecto más secreto, cuyo final se está acercando peligrosamente. “

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 00:44
  4. 4. Jimmy Conway dice:

    Muy buenas Hyo.
    Me encanta la ciencia ficción y tu primer capítulo me ha dejado un muy buen sabor de boca.
    Con respecto al estilo nada que decir. Lo veo muy bien estructurado,con un ritmo que mantiene al lector enganchado desde el principio y una técnica con los diálogos que ¡ Ya me gustaría a mí manejar!. Es lo que más complicado me resulta.
    El contenido, como ya te dije antes, me gustó muy mucho. Si encima dices que es parte de una novela pues mejor que mejor. Asi podremos disfrutar del resto de la historia. Ya nos avisaras dónde podremos leerla.
    Un saludo y enhorabuena.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 14:16
  5. 5. Joaco dice:

    Hyo,

    Me ha gustado la facilidad con la que das una personalidad distinta a los dos personajes, simplemente utilizando la forma de expresarse en el diálogo. Además es fácil de leer y se hace entretenido.

    Quizá ha sido muy precipitado el giro del final, ya que de pronto cambia el tono del diálogo, pero seguramente es por la limitación de las 750 palabras. Lo importante es que consigues que el lector quiera seguir leyendo!

    Un abrazo y ánimo con la novela

    Escrito el 21 febrero 2016 a las 21:35

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