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La entrevista. - por Biophilia

Eliot revisó por enésima vez toda su documentación mientras el timbre que anunciaba que habían llegado a la tercera planta retumbaba en el desvencijado y abarrotado ascensor.
Una semana atrás había recibido una respuesta positiva a uno de los múltiples currículums que tan desesperadamente había enviado por internet y ese mismo día databa su entrevista de trabajo.
Seis años atrás, cuando concluyó su tediosa y a la par estimulante etapa en el instituto, la crisis económica del país empezó a crecer a una velocidad abismal así que, con un pie en la universidad pensó que, para cuando se graduase tres años más tarde, las cosas habrían mejorado..¡Cuánto se equivocaba!
Una vez hubo terminado, su dignidad y sus carácter se tornaron agrios al verse expuesto a trabajos con horarios inconstantes, mal remunerados y bastante variopintos gracias a los cuales pudo costearse su master universitario en desarrollo económico y políticas públicas.
Después, durante un par de años, ejerció como becario aquí y allí hasta que regresó a sus pésimos orígenes laborales y se maldijo a sí mismo una vez más por haber invertido tanto dinero en unos estudios que no le habían servido absolutamente para nada, salvo para conocer a un par de chicas y a Carlos, su compañero de clase y mejor amigo.
Entonces ocurrió. Una semana atrás se encontraba en su dormitorio engullendo vorazmente una bolsa de patatas fritas mientras leía pasivamente su correo electrónico cuando lo vio: una respuesta en su bandeja de entrada de una de las mejores empresas economistas de la ciudad como remitente, concediéndole una entrevista una semana más tarde y deseándole suerte.
Incrédulo y eufórico llamó a sus padres y hermanos, a Carlos y por último a su casero, al cual le debía dos meses de alquiler, asegurándole que le pagaría pronto.
Y allí se encontraba, en el ascensor de un rascacielos colosal ojeando una y otra vez su currículum cerciorándose de que no le había dado ninguna patada al diccionario en cuanto a faltas de ortografía.
Pese a que se había acicalado con esmero, sudaba abundantemente por los nervios. Se miró en el espejo de aquella lenta y aglomerante caja metálica y sonrió al comprobar que no destacaba para con el grupo de trabajadores que lo flaqueaba.
Una vez más sonó el timbre, que esta vez anunciaba la llegada al piso 15. Todavía le faltaban siete. Maldijo para sus adentros a la empresa por no haber concertado la entrevista en un piso cuya llegada fuese más accesible por las escaleras.
16.17.18.19..entonces sonó un ruido ensordecedor y el ascensor apagó sus luces y dejó de subir.
-¡Mierda, no es posible!- dijo Eliot a voz en cuello mientras las voces de sus posibles futuros colegas le coreaban con sus quejas.
Era demasiado bueno. La concesión de la entrevista, la empresa, las condiciones de trabajo..Algo tenía que salir mal. Por eso se hallaba en alguna parte entre el piso 19 y 20.
Miró su reloj: aún tenía 10 minutos para salir de allí y llegar a tiempo a la dichosa entrevista.
Con todo, no fue así. Cuando llevaban aproximadamente tres cuartos de hora, el último hálito de optimismo por parte de Eliot se esfumó y adoptó una vez más su actitud derrotista. Su sudor empezó a mezclarse con sus lágrimas y aburrido, se sentó a aguardar.
No sabía cuánto tiempo había pasado cuando se despertó y alguien había abierto la puerta.
Desanimado tomó las escaleras en dirección a la planta 22 donde encontró una cara conocida.
Carlos. Seguramente había ido a esperar a que su entrevista finalizara para que éste le contara todo con lujo de detalles y unas cervezas de por medio. En ocasiones Carlos era un gran apoyo, en otras sin embargo, era un auténtico pesado.
Eliot se acercó, contándol la odisea en el ascensor mientras Carlos lo miraba de soslayo..
-Así que has perdido tu oportunidad.-Finalizó Carlos.
-Eso parece, al menos hoy. Puede que tenga alguna si explico lo sucedido.-replicó Eliot esperanzado.
-Desengáñate, imbécil.-dijo Carlos con un tono de voz que Eliot no había oído nunca antes.-Yo también envié mi currículum a la empresa y por supuesto, también tenía la entrevista hoy mismo. Sabía que tú tenías las de ganar por tu master, por eso me las he ingeniado para que tu ascensor dejase de funcionar para que no me dieras problemas.
-¿Qué? ¿Bromeas? No pued..-empezó a decir Eliot, atónito por aquella traición mientras contemplaba boquiabierto como Carlos se alejaba.
-Ah, por cierto. Tengo nuevo trabajo.-Dijo, volviéndose. Entonces desapareció por las escaleras.

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4 comentarios

  1. 1. tyess dice:

    Bien al inicio, bien por la ley de Murphy, y admito que estuvo bien el final. Salvo por que falto un detalle, una advertencia disimulada que solo encajara en el último segundo. Así hubiera quedado perfecto.

    En cuanto a forma, no se si los diálogos los dejaste con guión corto solo por facilidad para subir el texto, pero por si acaso lo señalo. También se te pasó un doble punto (..) en un par de ocasiones.

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 21:03
  2. 2. Emyl Bohin dice:

    Hola Biophilia:
    Me ha gustado en líneas generales tu relato, se ve que tienes capacidad para la fabulación y para la descripción, consiguiendo que la acción nos lleve a lo largo de la escena y se lea el relato de manera amena y fluida.

    Parece que el relato, a diferencia de la documentación de Eliot, no ha sido revisado por enésima vez, sobre todo al final, que como bien apunta tyess, hay algún problemilla en los diálogos. Eso, y alguna errata como flaqueaba en lugar de flanqueaba, se puede arreglar. Que la velocidad pueda ser abismal no sé si puede considerarse adecuado. Tambien hay un exceso de gerundios y adverbios terminados en mente, que dicen algunos que conviene evitar.
    Lo que no me ha convencido es la explicación dé Carlos, es como en esas películas cuando el malo le tiene que explicar al protagonista porqué lo va a matar y este de paso aprovecha para escaparse. Pues eso, ni Carlos, ni el malo tienen que dar explicaciones a sus víctimas, en realidad se las dan a los espectadores o a los lectores, para que entiendan algo que no ha quedado muy claro en la historia. Claro que en este caso, hacerlo de otra manera supondría pasar de la 750 palabras. En fin un compromiso.

    Lo dicho, enhorabuena por el relato y lo bien llevada que está la acción.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 16:58
  3. Hola Biophilia, paso a comentar tu relato de la manera propuesta.

    FORMA:
    Hay ciertos errores de ortografía que no señalaré porque creo que saldrían en una revisión exhaustiva, te aconsejo que además del corrector de tu procesador de texto te revises el relato a conciencia para evitar esas faltas. El uso de los guiones no es aceptado para diálogos, usa la raya o guión largo, en Word sale con alt+0151, otra cosa que no está bien es iniciar un párrafo con “Y” y “Pero”, además te recomendaría que repasaras un poco el uso de comas porque falta unas, por ejemplo en la primera oración que resulta muy larga, puedes utilizar comas aclaratorias y no sigo porque me voy a ver muy pesada y quisquillosa.

    CONTENIDO
    Pienso que la idea es buena y necesita un mejor desarrollo, por ejemplo si ahorras palabras explicando con tanto detalle los antecedentes del infortunado muchacho podrías colocar alguna frase o evento que ponga las bases para la revelación final, porque eso se ve un poco sacado de la manga. Además hay algunas inconsistencias: si la empresa es tan importante ¿porqué su ascensor está tan desvencijado?

    Creo que son cositas que bien pueden arreglarse y tomar en cuenta para futuros talleres, esa es la idea. Lo importante es no darnos por vencidos y seguir aprendiendo, saludos.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 19:20
  4. 4. Verónica Murillo dice:

    Perdona es que olvidé señalar que lastimosamente no se cumple el reto, tal vez el “amigo” debió entrar al ascensor y darle la noticia, o con una llamada telefónica antes de que el ascensor hubiera sido reparado, será para la próxima.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 19:28

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