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Subiendo - por Dante Tenet
Roberto caminaba por el hall del edificio, el maletín en la mano, un día más llegando al trabajo, ocultaba su temor mostrando una determinación que no sentía, pero sus ojeras delataban otra noche sin dormir. Al llegar a la puerta del ascensor, miro a los lados y no había quien estuviera esperando. Respiro profundo, hoy nadie lo amenazaría mientras subía hasta su oficina. Desistió de ir por las escaleras, permaneció parado aguardando.
«Aguanta mientras sube, cierra los ojos y espera que llegue tú piso», se dijo para sí.
—Disculpa.
Roberto giró con temor.
— ¿Sí?
— ¿Vas a subir? —Una mujer que nunca había visto, le pedía paso.
«Peligro, y esta quien es», pensó.
Entro detrás de ella, las puertas se cerraban a su espalda cuando una mano se interpuso y al abrirse nuevamente entraron “Ellos”, lo habían emboscado.
Empezaba la tortura diaria, seis pisos de angustia y temor. Sentía las gotas de sudor correr por su frente, “Primer Piso” le hablo con voz queda.
—Conmigo puedes ser sincero. Se lo que paso. Pocos podrían haber resistido esa traición.
Apretó los labios fuertemente, hoy no pensaba contestarle a ninguno.
Se abrieron las puertas, “Primer Piso” bajo, volvieron a cerrarse.
—Soy tu última oportunidad. —Cuéntame. — ¿Dónde escondiste los cuerpos? —Pregunto “Tercer Piso”, hablando a su espalda.
Ahora, no sería tan simple como apretar los labios y esperar que se abran las puertas. La camisa se le pegaba al cuerpo y un temblor involuntario lo recorría sin cesar.
— ¡No sé de qué hablas! —Contesto con un grito.
— ¿En realidad no sabes? Todos vimos lo que paso esa noche y queremos sus cuerpos.
Las puertas al abrirse, fueron como el gong salvador para un boxeador al borde del nockout.
« ¿Cómo podrían, saber lo que realmente había ocurrido?», pensaba, mientras le palpitaba el corazón como si fuera un caballo al galope dentro del pecho y las sienes le latían fuertemente.Las puertas se cerraron y la marcha arranco nuevamente.
— ¿Vaya, te crees un asesino exitoso? —Ahora era “Quinto Piso” quien le hablaba, lo miraba de frente y de sus ojos salían llamas rojas.
—Hoy es el día de tu juicio, no podrás eludirnos más. —Continuó.
— ¡Aléjate, aléjate! —Grito, mientras se desprendía la camisa, para tomar la cruz que colgaba de su cuello y mostrársela.
—Yo no estoy aquí, esa cruz no te servirá, nuestros mundos son muy diferentes.
—Sí, dime entonces. ¿De dónde eres? —Preguntó desesperado.
—De todos y de ningún sitio. Vivo en los remordimientos de tipos como tú…
Roberto calló por un instante, el ascensor parecía subir más lento, quería escapar pero no podía…
La miraba de fuego de “Quinto Piso” y sus palabras amenazantes hicieron que retrocediera y apoyara fuertemente la espalda contra uno de los lados.
Rozaba la cruz con el pulgar incesantemente, pidiendo piedad a un Dios que seguramente no lo querría ayudar. Sin que se diera cuenta cómo, se abrieron las puertas, bajó “Quinto Piso” y se cerraron nuevamente.
Entonces comenzó a reír, había pasado otro día y ellos no lograban quebrarlo. Reía de las amenazas y de los miedos. Algún día se cansarían de acosarlo y el seria el vencedor.
El ascensor se detuvo, las luces se atenuaron y reparo en la extraña que había subido con el, ella lo miraba fijamente.
— Tú que miras. —Le dijo con insolencia.
—Toma esta tarjeta y lo sabrás. Es tu boleto al infierno. — Respondió.
— ¡No, no, no, no iré contigo a ninguna parte, piedad! —Contestó gimoteando.
—Tranquilo, ya no tienes otro lugar a donde ir, además no te queda ninguna alternativa.
Tomo la tarjeta y leyó “Piedad, no está en mi diccionario” sintió que se ahogaba, la cabeza parecía estallarle y todo se volvió negro.
Abrieron las puertas en el sexto piso, nadie bajo. La alarma sonaba como un aullido desesperado. Lo encontraron muerto.
Todos sus compañeros lo miraron un buen rato, atónitos, mudos, nadie se atrevió a romper el llanto de la alarma.
Cuando la policía retiraba el cuerpo, alguien pregunto qué había pasado, la respuesta fue escueta y contundente —Ataque al corazón.
— Pobre, no resistió que la mujer lo abandonara y se llevara sus hijos. —Acotó la recepcionista, mientras el ascensor se ponía en marcha nuevamente…
Hola Dante Tenet, tu relato me ha gustado mucho, me ha parecido muy original. Paso a decirte lo que veo mejorable:
– tienes que darle un buen repaso a la acentuación pues te ha sobrado la tilde en “tu piso” y te han faltado un montón de tildes que al no ponerlas cambian totalmente el texto despistando al lector. No es lo mismo decir “miro a los lados” que “miró a los lados” “respiro” que “respiró”, “bajó” que “bajo”, etc…
– tras “llegando al trabajo” iría mejor un punto y seguido
– yo quitaría el “pero” delante de “sus ojeras”
– «Peligro, ¿y esta quién es?»
– cuando habla “Tercer Piso” sobran guiones (repásate la entrada del blog donde se dice cómo se ponen los guiones de los diálogos
– “y esperar que se abrieran las puertas”
– « ¿Cómo podrían saber lo que realmente había ocurrido?»
– mejor que “le latían fuertemente” sería decir “le latían con fuerza” y luego falta un espacio tras el punto
– “mientras se desprendía de la camisa para tomar la cruz…” aunque ¿no sería mejor que solo se desabrochara la camisa? parece algo exagerado que se la quite entera
– “la mirada de fuego”
– “fuertemente”, “incesantemente”, “seguramente” y “nuevamente” en solo cuatro líneas, dale un repasito a eso. Podías, por ejemplo, cambiar “nuevamente” por “de nuevo”
– “Tú qué miras”
– un punto tras “alguien preguntó qué había pasado”
– creo que el verbo acotar no está bien utilizado cuando habla la recepcionista y sería mejor poner otro verbo
– estaría mejor sin el “nuevamente” del final
Espero haberte ayudado. Un abrazo.
Hola Dante Tenet.
Tu relato me ha sorprendido gratamente, nunca me hubiera imaginado algo así dentro del ascensor. Muy interesante y, como ya te dijeron antes, original.
Respecto a la parte formal, apoyo a Cryssta en todo. Seguramente si lo trabajas más puede quedar mucho mejor.
Y tengo unas preguntas, ¿”Ellos” están sólo en su mente? ¿Son los propietarios de los cuerpos?
Que buen texto Señor Dante Tenet. No tengo consejos técnicos, me parece logrado, de buena narrativa y contenido. Y con diálogos que me parece agrega cierta dificultad para transmitir una historia y que se entienda. Muy convincente, y crea un buen ambiente y geniales personajes, jeje. Genial, me ah gustado mucho, le invito a pasar por mi texto, el 3 🙂
Saludos cordiales y éxitos, gracias por compartir su texto con nosotros. 🙂
Nic-Is
Cierto, los comentarios de Cryssta son acertados y en eso trabajaré, para el próximo relato.
En cuanto a tus preguntas, “Ellos” están en su mente, es su consciencia culpable la que los trae.
Aprovecho para agradecer tus comentarios
Que tal Dante, antes que otra cosa, agradezco tu visita a mi relato.
Lo que te dice Cryssta es muy importante, aun yo, que soy malo acentuando, cai en la cuenta de muchos que faltan, una repasada te ayudara a mejorar. Yo voy en camino, aun fallo pero ya menos cada ves… eso creo jaja
Tu relato es bueno, la idea de que tu propio subconciente genera personajes que van con cada piso me parecio de muy buena factura. El final es un poco predecible, pero solo por el mutismo de la chica, que de entrada la asocie con la muerte.
Tragica historia, te felicito.
Saludos.
Vaya, qué grata sorpresa.
Realmente me ha gustado mucho tu historia, más allá de todos los pequeños fallos mejorables que ya te han señalado, creo que lo importante aquí era crear algo interesante, original y creativo utilizando las 3 palabras del reto. Tú has incluido las palabras de una forma muy natural, creo que en esa parte lo lograste.
Tengo ya varios escritores anotados a los que quiero leer en el próximo taller, y a ti te anoto porque me ha gustado mucho lo creativo de tu relato.
Saludos y hasta la próxima.
Hola Dante,
Gracias por pasarte por mi relato.
Coincido con lo que han dicho otros comentaristas, hay muchos fallos de acentuacion y puntuacion, que hace que el texto pierda calidad.
Sin embargo, con unos repasos eso se arregla.
Nos leemos!
Hola Dante.
Muy interesante el relato. El ritmo me mantuvo en el aire hasta que lo finalicé.
Muy original el uso del diccionario.Me encantó.
No voy a repetir lo de Cryssta con respecto a la puntuación y uso de acentos. Con la práctica se van resolviendo.
Nos seguimos leyendo!!!
Hola, Dante.
Súper original. Los ascensores pueden causar mucho agobio…, ¡pero el tuyo se lleva el premio!, aunque es su subconsciente el que le traiciona. Muy bien relacionados los tres términos y el reto. Valoro mucho tu imaginación y capacidad para reflejar los sentimientos de ese hombre allí encerrado. A pesar de las tildes y alguna cosilla que ya te han dicho, me parece muy bien escrito, pues creo que consigues lo que te has propuesto. El contenido muy bueno. Me ha gustado esa frase: “Piedad no está en mi diccionario”, buena manera de introducir esa palabra requerida.
Felicidades y hasta pronto.
Un saludo
Me parece excelente tu relato pero es verdad que tendrías que corregir mucho el tema de la acentuación, los tildes y algunas expresiones.
“no había quien estuviera esperando” creo que más fácil sería poner “no había nadie esperando”, “nockout” se escribe knock out…
Me parece que el texto está muy bien armado y cierra muy bien, me gustó mucho leerlo. Lo único que podría decir que tal vez la cuestión de los cuerpos no sea muy clara. Se supone que su consciencia y él saben donde están. Si los distintos pisos representan su consciencia y los remordimientos, creo que esos “pisos” deberían girar en torno a una confesión, a la posibilidad de entregarse, de contar lo que hizo o al miedo a ser descubierto…
Si al principio jugás con la idea de la presencia amenazante de “ellos” que no sabemos a quiénes se refiere creo que justamente ese dato incierto podría funcionar en el sentido de que el protagonista necesita contar a alguien lo que hizo o que la amenaza es la posibilidad de ser descubierto por otros. Entiendo que la cuestión de los cuerpos genera más misterio y que se conecta con el final del relato pero bueno es solo una interpretación, algo que al reelerlo recién me surgió. Saludos y gracias.