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Instante de fuegos artificiales - por Penny Lane

Web: http://eldesastredesof@gmail.com

El autor/a de este texto es menor de edad

El ascensor era el único lugar del hospital que no despertaba en ella ansias de llorar o vomitar. Con el paso de los años, había aprendido a adorar su música que cumplía la función de desinfectante emocional, la luz exagerada de los fluorescentes que resaltaba la palidez de su piel y el espejo siempre sucio en el que veía reflejadas sus ojeras, sus ojos que en silencio brillaban pidiendo auxilio, sus labios agrietados por ese frío que no provenía precisamente del exterior.
Pero incluso en aquel lugar que se había convertido en su único refugio sufrió Arabella una traición más de aquel destino que parecía aficionado a colocar una piedra tras otra en su camino cuando, en el cuarto piso, Matías penetró en el ascensor. Llevaba entre las manos un diccionario de griego y esos apuntes de literatura clásica que tanto la habían fascinado a ella hace unos meses, cuando ambos se escondían juntos en una de las salas destinadas a realizar pruebas médicas que ambos habían sufrido en sus terminaciones nerviosas, en su propia piel.
–Arabella-dijo él cuando se encontraron de frente, con esa sonrisa helada que parecía capaz de detener el tiempo.
–Matías-contestó ella, sorprendiéndose ante su propia incapacidad de mirarle a los ojos.
–Aún recuerdo lo mucho que te gustaba tener el ascensor ocupado durante horas, subiendo y bajando por los pisos del hospital como si quisieras convencerte de que estás en una montaña rusa.
–¿Y por eso has venido aquí? ¿Acaso me estabas buscando?
–Claro.
–¿Y por qué ahora? Te fuiste cuando me estaba muriendo. Dejaste de visitarme con esos libros tan antiguos que habías robado en bibliotecas, de cantar conmigo a pleno pulmón como si nuestros cuerpos aún estuvieran enteros, de contarme todas aquellas historias mitológicas que estabas aprendiendo en aquella carrera que empezaste a estudiar desde el hospital solo para convencerte de que seguías viviendo, de hacer planes de futuro aún cuando sabíamos que el nuestro era incierto.
–Dejé de ir a verte porque tuve miedo.
–¿Miedo de qué?
–De ver cómo tu cuerpo se moría, y de saber que algún día encontraría todas esas premoniciones del final en mi propio cuerpo.
–Pues ya lo ves, aún no me he muerto-contestó Arabella, pulsando el botón del noveno piso de forma completamente aleatoria, solo porque, contra todo pronóstico, quería alargar aquel momento.
–Lo sé.
–Pero volveré a empeorar en algún momento, ya lo sabes. Volveré a estar muriéndome, y lo acabaré haciendo.
–También lo sé.
–¿Por qué vuelves, entonces?
–Porque ahora soy yo el que se muere. Estar alejado de ti no me ha impedido encontrar por todos mis rincones las señales de que esto se acaba, ¿sabes?
–¿Y qué es lo que quieres que haga yo?-preguntó Arabella, descubriendo cómo ante sus ojos aparecían en la cara de Matías unos ojos alunados y demacrados, una piel pálida que caía desencantada sobre unos huesos demasiado marcados, unos labios finos y carentes de color que parecían implorar a gritos el beso de la muerte que acabara con todo.
–Me basta con que estés. Aunque me odies, aunque ya no quieras escucharme, ni leer mis libros, ni cantar conmigo, ni planear un futuro que ya sabemos que no existe. Me he dado cuenta de que no quiero compartir el final de mi vida con nadie que no sepa lo que es estar muriéndose, y también de que quiero gastar el tiempo que me queda recuperando el que perdí sin ti.
Arabella no emitió respuesta, porque no encontraba en su interior las palabras apropiadas para ese momento, pero en lugar de ello se dirigió de nuevo al panel de los botones, y pulsó primero el del último piso y, seguidamente, el de el que se enontraba más cerca del mundo real, del suelo.
–Es el trayecto más largo que mi ascensor y yo podemos ofrecerte.
–Créeme, es suficiente-contestó Matías, con ese brillo en la mirada que se asemejaba a un instante de fuegos artificiales que da paso a una noche que, según dicen, dura para siempre.

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6 comentarios

  1. 1. Guiomar de zahara dice:

    Penny Lane: No sé si de verdad eres menor o no, pero tu escrito no es el de un niño. La historia es cruda, espero no sea autobiográfica o cercana.
    Los tiempos de las frases, hay que cuidarlos más: si es presente, no es pasado(gustaba…estás) y alguna cosilla más. Leyendo el texto en alto, uno se da cuenta de muchas cosas. Sigue escribiendo ¡Tienes madera!
    Un cordial saludo.

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 15:54
  2. 2. Chiripa dice:

    Hola Penny Lane!
    Me ha gustado mucho tu relato!
    Aunque el tema es doloroso, lo has escrito de una manera muy hermosa, utilizando bellas descripciones.
    Me gustó la incorporación del diálogo, porque da movilidad a la lectura.
    Buena ortografía y uso de la gramática.

    Algo que me hizo notar una literauta es hacer coincidir los tiempos verbales. Por ejemplo en:
    “…que tanto la habían fascinado a ella hace unos meses,…”
    mejor se lee: que tanto la habían fascinado a ella hacía unos meses.

    Quizas quisieras aclarar por qué ella considera que el elevador es el lugar de una traición más en su destino…….o cuál exactamente es la traición.

    Felicitaciones, Penny Lane!!!

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 18:45
  3. 3. Escritores Anónimos dice:

    ¡Hola Penny Lane! Antes de empezar me gustaría hacer una pregunta que no viene a cuento, pero bueno… ¿eres amante de los Beatles o de “El Club de los Corazones solitarios”? Yo tengo que admitir que de la última de las opciones.
    Pero bueno vamos a empezar. Como han comentado mis anteriores dos compañeras es un relato muy crudo, con buenas descripciones, buena ortografía. Aunque tengo que hacer un par de “puntualizaciones” que las hago con la mejor de las intenciones:
    *En el primer párrafo veo demasiados “sus”, yo suprimiría o cambiaría alguno. Una opción sería: “…la luz exagerada de los fluorescentes que resaltaba la palidez de la piel y el espejo siempre sucio en el que veía reflejadas sus ojeras, sus ojos que en silencio brillaban pidiendo auxilio, y esos labios agrietados…”. Aunque magistral descripción.
    *En el segundo párrafo añadiría una coma tras “único refugio”, suprimiría en la frase “…que tanto la habían fascinado a ella…” el “a ella”, debido a que es una reiteración del CD.
    En la oración: “… cuando ambos se escondían juntos en una de las salas destinadas a realizar pruebas médicas que ambos habían sufrido en sus terminaciones nerviosas, en su propia piel.” Repites dos veces “ambos” lo que puede desviar la atención del lector. Por lo que yo habría reestructurado la oración así: “…cuando se escondían juntos (con el juntos se sobreentiende que son los dos)en una de las salas destinadas a realizar las pruebas médicas que ambos habían sufrido en sus terminaciones nerviosas, en su propia piel.”
    *En el primer diálogo te falta un espacio, sería: “—Arabella —dijo él cuando se encontraron…” Los guiones no deben ser estos: “-” sino estos “—”, es decir guiones largos, creo que algunos si los has puesto aunque otros no, a mi me pasa a veces lo mismo.
    *Te ha pasado lo mismo con el espacio en la oración: “–Matías-contestó…”.
    * De nuevo el mismo error en otro diálogo: “–Pues ya lo ves, aún no me he muerto-contestó Arabella…”
    *”–¿Y qué es lo que quieres que haga yo?-preguntó Arabella…”, de nuevo lo mismo, aunque tengo que aplaudir tu facilidad para realizar estas descripciones tan magníficas.
    *En este oración: “…y, seguidamente, el de el que se enontraba más cerca del mundo real, del suelo.” Has escrito “enontraba” en vez de “encontraba” y “el de el” en vez de “el del”.
    *Y nuevamente el mismo problema con el espacio del diálogo: “–Créeme, es suficiente-contestó Matías…”.
    Coincido con el problema de los tiempos verbales, aunque no puedo restarte mérito, ya que, siendo menor, has recreado una escena llena de dolor y realismo, con giros increíbles, buenas descripciones y bien narrado. Te recomiendo simplemente tener cuidado con los tiempos y los diálogos y la próxima vez conseguirás la perfección.
    ¡Ánimo y besos, sigue así!

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 17:04
  4. 4. Laia Gabue dice:

    ¡Hola Penny Lane!

    Preciosa historia aunque muy dura. Y perfecta forma de narrarla. Has conseguido que una historia tan dramática suene tierna. Felicidades.

    Coincido con los comentarios que han hecho los compañeros, prácticamente han dicho todo lo que yo había detectado al leerlo, sólo un par de cosas más:

    Algunas de las frases son demasiado largas. Las separas con comas pero yo en alguna ocasión usaría el punto y seguido, para darle tiempo a respirar al lector. Creo que así el texto sería un poco más fluido y fácil de leer.

    Una minucia, en la frase “Matias penetró en el ascensor” a mi me parece raro usar penetrar para referirse a entrar en un ascensor. Yo usaría entró, sin más. A veces intentamos buscar sinónimos más rebuscados pero acaban sonando raros.

    Por el resto, es un fantástico relato muy bien escrito. Enhorabuena.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 10:56
  5. 5. Carmen Serrano dice:

    Hola Penny Lane, no puedo añadir nada más a lo que han dicho los compañeros. La elección del tema es lo que más me ha gustado aunque no me ha quedado claro si son personajes reales o son espíritus vagando por el hospital. Si fuese esto último, superimaginativo. Enhorabuena por el relato. Un saludo

    Escrito el 24 marzo 2016 a las 23:56
  6. 6. Caritobel dice:

    Hola Penny Lane.

    Lo bueno que otros compañeros hagan las correcciones antes que uno, es que te da la oportunidad de centrarte más en la historia. Sí, hay problemitas de tiempos, y otras cosas que ya señalaron. Pero hay un potencial de escritura muy bueno en vos. Sos descriptiva y logras darle forma a tus personajes. Es un relato dramático, y a la misma vez deja entrever matices sutiles, pero bien logrados.

    Me gustó, seguí puliendote, vas por buen camino.

    Saludos.

    Escrito el 6 abril 2016 a las 07:06

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