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Como dice la canción: "Adiós, con el corazón..." - por Jose Luis
—Buenas tardes. Le atiende Pantaleón Escrache. ¿En qué puedo ayudarle? —Eran las doce y media. La voz del técnico del servicio de asistencia sonó metálica y neutra a través del interfono.
—Buenas tardes. Me he quedado atrapado en el ascensor y quiero que venga alguien a solucionar el problema. —La respuesta de Eusebio Rato, infame director de una sucursal bancaria, parecía firme y decidida, pero la procesión iba por dentro, pues se sentía agobiado—. ¿Cuánto tardarán en venir? Tengo prisa.
—¿Cuál es la dirección?
—Calle Roblocho, portal sesenta y nueve.
—¿En qué piso se encuentra?
—En el decimocuarto, creo.
—Enseguida enviaremos a alguien. ¿Está solo?
—Sí. ¿Cuánto tardará?
—Unos veinte minutos. Un poco de paciencia, señor. Ninguno de nuestros técnicos está disponible ahora mismo, pero hay uno que ya está avisado.
—Bien, gracias.
Eusebio, con todo, no se sentía tranquilizado. Era verdad que tenía prisa, porque debía acudir a una cita con su médico para hablar sobre la medicación para el corazón. (Tomó nota mental para buscar en el diccionario la palabra “miocardio”.) La medicina recetada por el doctor no le estaba haciendo el efecto deseado. De hecho, en aquellos momentos estaba sudando a mares. Dejó el maletín en el suelo y se aflojó el nudo de la corbata.
Fue entonces cuando Eusebio escuchó una voz muy familiar saliendo del interfono del panel de control:
—¿Cariño? ¿Estás ahí?
Eusebio no se lo podía creer. ¡Se trataba de su mujer!
—¿Obdulia, eres tú?
—¿Cómo te encuentras? ¿Va todo bien? —inquirió Obdulia con dulzura.
Eusebio estaba confundido. No tenía sentido que su esposa, la cual suponía que estaba en casa, le estuviera hablando por el interfono del ascensor.
—Estoy en un ascensor, que está atascado. Ni sube, ni baja. A ver si viene pronto el técnico. ¿Pero tú dónde estás?
—En casa no, desde luego. —La réplica de Obdulia sonó sarcástica. Eusebio percibió la profunda burla que escondían sus palabras.
—¿Pero qué es esto, Obdulia?
La cara de Eusebio se tornó escarlata por la furia y la estupefacción. No podía creer que su querida mujercita le estuviera faltando al respeto de esa manera. Cierto que ella era casi treinta años más joven y que, a veces, se salía del lugar que le correspondía dentro del matrimonio (en casa mandaba él, desde luego), pero aquello era demasiado…
—¡Cállate y escucha con atención por una vez en tu vida! Aunque no te lo merezcas, vas a conocer toda la historia. Estoy en la oficina del servicio de asistencia con Pantaleón, con quien has hablado hace un momento. Saluda, Pantaleón.
—Hola, señor Rato. ¿Qué tal? —La voz de este hombre también sonó mostrando sorna y desdén.
Eusebio estaba en estado de choque; no pudo replicar.
—Sabe tu apellido porque yo se lo he contado, amor mío. De hecho, quiero que sepas que Pantaleón es mi amante.
Su sospecha de traición se había confirmado. Eusebio se agarró el pecho con fuerza; tenía el ritmo cardiaco desbocado. Lo único que pudo musitar fue:
—¡Zorra!
—Has jodido a muchas personas, Eusebio. Has desahuciado injustamente a familias enteras, has engañado a mucha gente con las participaciones preferentes, entre ellas al padre de Pantaleón. Y a mí me has tratado como una mierda durante tres años. Es hora de que pagues. ¿Sigues con nosotros, cariño? ¿Qué tal tu corazón? Debes saber que te he cambiado la medicación…
Aunque Pantaleón y su amante no pudieran ver a Eusebio desde donde se encontraban, ambos habían previsto perfectamente lo que el cornudo estaba haciendo, o tratando de hacer…
El banquero sacó el teléfono móvil del bolsillo interior de la chaqueta, al tiempo que gritaba:
—¡Sé lo que intentáis, hijos de puta! Pero no lo vais a conseguir. ¡Voy a llamar a la policía!
La voz de Obdulia sonó despreocupada:
—Hombre, será difícil porque le he quitado la tarjeta al teléfono esta mañana…
Eusebio soltó una risita burlona. Comprobó que era verdad lo que le había dicho su esposa acerca de la tarjeta, pero a la muy tonta se le había escapado un detalle importante: sin tarjeta todavía se podía usar el móvil para llamar a emergencias. Marcó el ciento doce y esperó… en vano. ¡No había cobertura!
—Somos muchos, Eusebio, más de los que crees, y lo hemos planeado estupendamente, sin dejar cabos sueltos. Un ejemplo: Manuela, la mujer que acabas de visitar en persona para notificar el desahucio de su familia, ha colocado cerca un inhibidor de frecuencia.
El banquero ya no pudo soportar el dolor en el pecho y cayó al suelo.
Hola José Luis. Excelente relato. Me parece una historia bien contada, los diálogos como modo de contar historias siempre me gustaron, y la tuya tiene ese detalle. Genera una antipatía con Eusebio que es claramente deseada, el personaje es detestable, pero esa es la intención del autor, lo lográs muy bien. El reto opcional quedó bien cumplido.
Solo dos cosas. Una en cuanto a formas, he visto que ponés puntos aparte antes de los guiones, no estoy muy seguro de que estén correctamente ubicadas, la verdad es que al no estar seguro no lo digo como sugerencia, sino como nota. La segunda es que, debido al ritmo de la historia, el final me parece un poco abrupto; siento que es una transcripción de un relato más largo, adaptado para que se encuadre en 750 palabras, lo que has logrado bien, pero ese detalle del final quita un poco toda la gran virtud de la historia. Solo es una visión personal, claro está, ya que el relato es muy bueno.
¡Exitos!
Hola Jose Luis!
El relato está bien trabajado. No me he percatado de nada que esté mal. Coincido con Fernando en cuanto al final, a mí tambien me parece demasiado abrupto, así parece que la historia se queda a medio contar.
Personalmente me a gustado y me he entretenido leyéndolo.
Hola José Luís:
Magnífico relato, muy bien llevado. Ya desde el primer momento con lo de infame director intuyes y deseas que le pase algo. Yo pensaba se que se iba a precipitar el ascensor, pero esa forma de venganza es más elegante. Incluso intuyo cierta ironía en el numero de la calle y especialmente en el título que ahora veo la pista de como va a palmar.
Unicamente te comentaría que en lugar de decir “…no se sentía tranquilizado…”, yo diría no se sentía tranquilo o no se había tranquilizado.
No me devuelvas la visita ya que no tengo relato.
Un saludo
Hola José Luis, me encuentro de nuevo un relato tuyo que posee esa armonía de estructura que te motiva a seguir adelante sin un tropiezo. Los diálogos cumplen su faena informática con precisión. Felicidades. No se que tenga el piso catorce, pero es el mismo que uso yo en mi historia. Enhorabuena.
¡Buenos días José Luis! Es la primera vez que te leo y me he quedado maravillada. Tu relato mantiene buen ritmo, sin faltas de ortografía y con puntuación adecuada. (Aunque estoy de acuerdo con Isan en la frase “…no se sentía tranquilizado…”).
A mí el protagonista me da pena, no tanto desagrado como a mis compañeros. Tal vez si es cierto que el final es demasiado precipitado, pero al quedar todo bien atado es solo una opinión personal.
Reto superado con mención de honor, aunque tal vez la palabra diccionario está demasiado rebuscada, yo habría buscado darle un poco más de protagonismo (esto es otra opinión).
Por lo demás un relato magnífico, enhorabuena!
¡No pares de escribir! ¡Nos leemos!
Besos
En el 14 empieza el mío también, creo que somos muchos, o es un caso de contagio in media res. Me encanta el humor sarcástico que destila tu relato Jose Luis, y cuando ya pasa a ser humor del negro es lo mejor. Un abrazo.
Hola José Luis, me dejaste con la respiración suspendida. Me gustó tu relato, muy bien escrito y no creo ver nada fuera de lugar. Lo que sí encuentro es que, si fuese una historia detectivesca, a los “asesinos” los mandarían a la cárcel pronto, pronto, porque dejan muchas pistas y todo lo informan.
Gracias por pasar por mi relato. Saludos. Nos seguimos leyendo.
Gracias José Luis por pasarte por mi relato, es de gran valor tus consejos. Qué decir del tuyo, pues, nada, excelente, me gusta como usas los tiempos y es un trabajo de todo un profesional.
Lo primero que me llamó la atención de tu relato fue el título. Un buen comienzo ¿no crees? y la verdad es que me he alegrado de haberte leído. Buena historia, desde el principio creas la intriga e invitas a seguir leyendo.
A mi me parece un buen final, ya sabemos que la limitación de palabras obliga la mayoría de la veces a precipitarlo, si no quieres tener que modificar el resto del relato.
Como te he dicho me ha alegrado el haberte leído.
Un abrazo.
Si quieres pasarte por mi relato es el número 41. Me encantaría saber de tu opinión.
¡Hola, José Luís!
Magnífico relato que nos has dejado.
Estoy de acuerdo con los demás comentaristas en cuanto al final, que parece un poco precipitado. Pero ¡qué más da!, para lo que le quedaba en el convento…
Me viene a la mente una frase que oí en una película de niños, pero que viene al pelo. Decía: “No somos machos, pero somos muchos”.
La verdad es que han montado un buen complot entre todos. Tal vez con un buen susto hubiese sido diferente, pero entonces no les habría sabido tan bien.
Me alegro de haber pasado por aquí y te agradezco tu visita a mi relato.
Nos leemos.
Hola, Jose Luis:
Magnífico relato.
Así que no pienso ponerle ningún pero ni hacerte ninguna sugerencia de mejora.
Enhorabuena.
Saludos.
Hola, José Luis.
Estoy, desde luego, de acuerdo con todos: tu relato es estupendo. Buena ocurrencia para esta escena del ascensor. Muy bien.
El final es abrupto, pero así son también los infartos: fulminantes.
Enhorabuena, y gracias por comentar el mío.
Un saludo,
“Asesinato express en el ascensor” Buen relato, José Luis. Es previsible a medida que se lee pero no por eso le resta contundencia. Sobre el final quizá pudiera alargarse, alargando un poco más la agonía, no mucho, quizás una última visión o recuerdo que pase por la mente del personaje, pero vamos, que así yo también lo veo logrado. Un saludo.
Saludos Jose Luis.
Agradecida de tu visita a mi relato y tus consejos.
En cuanto al tuyo, ya te han hablado de algunos puntos que omitiré, pero he notado que has usado los guiones de diálogo cuando es solo una persona la que está en el ascensor. La normativa es que si la persona no está presente en la escena, no se usen, en este caso se recomienda, el uso de las «» o “”, yo siempre prefiero las “”, pero la inclinación es hacer uso de las flechas españolas antes de las comillas inglesas.
Por lo que el diálogo debería de redactarse así:
Fue entonces cuando Eusebio escuchó una voz muy familiar saliendo del interfono del panel de control:
«¿Cariño? ¿Estás ahí?»
Eusebio no se lo podía creer. ¡Se trataba de su mujer!
—¿Obdulia, eres tú?
«¿Cómo te encuentras? ¿Va todo bien? » —inquirió Obdulia con dulzura.
O si fueran las comillas inglesas:
“Buenas tardes. Le atiende Pantaleón Escrache. ¿En qué puedo ayudarle?” —Eran las doce y media. La voz del técnico del servicio de asistencia sonó metálica y neutra a través del interfono.
—Buenas tardes. Me he quedado atrapado en el ascensor y quiero que venga alguien a solucionar el problema. —La respuesta de Eusebio Rato, infame director de una sucursal bancaria, parecía firme y decidida, pero la procesión iba por dentro, pues se sentía agobiado—. ¿Cuánto tardarán en venir? Tengo prisa.
***
No sé a que punto y aparte se refiere Fernando C., (creo que se refiere al espacio interlineal entre cada diálogo), lo correcto es no dejar esos espacios, así como te lo he marcado en los ejemplos. No sé si fue a próposito o es que al darle copiar/pegar te ha dejado el espacio. Pero la redacción más aceptada es escribir sin espacio interlineal.(1.5-2.0) Y por supuesto, el punto y aparte, aún para anotaciones narrativas está permitido, ya que depende del estilo del escritor.
Sino me equivoco, los espacios interlineales, se permiten en obras de teatro o guiones cinematográficos, (siempre con el indicativo al centro del texto de quien habla). Según leí esto facilita al actor a memorizar mejor sus parlamentos.
Por lo demás, tal como dice Pepe, desde el título, hasta el final, me parece una sátira, un humor sarcastico bien planteado y ese final de humor negro, te hace considerar que el karma existe.
¡Nos leemos!
Hola José Luis:
Admiro el humor que destila tu relato, lo he disfrutado mucho, más que nada por la forma con que manejas los diálogos que lo hacen fluido y grato al leer.
Estoy de acuerdo con Caciba, los infartos no pueden ser en cámara lenta. Es un final de infarto. Quizás otra fugaz aparición del diccionario pudiera haberle dado un poco más de morbo al final.
Pero los cómplices del asesinato van a tener serios problemas a futuro.
Concuerdo con Kmarce en la parte técnica, pues es quien sabe de eso y creo que esos cambios redondean un estupendo relato de humor negro.
Gracias por tus comentarios en el mio, y si cojeo de los tiempos verbales, pondré cuidado en ello.
Te felicito.
Buenas Jose Luis,
Un relato muy bien llevado, me ha gustado como vas dirigiendo la historia por medio de los dialogos, sobretodo esa dulce voz de su mujer en la primera intervención para pasar a la sarcástica de la siguiente, me ha parecido una forma muy buena de despistar en un primer momento al lector y hacerle reaccionar igual que al protagonista.
A nivel técnico poco puedo decir, creo que el relato está muy bien escrito y no he encontrado nada que en un primer momento me haya llamado la atención comentar por lo que buen trabajo.
Muchas gracias por tus comentarios a mi relato.
Un saludo!!!
Buenos días, José Luis:
Creo que en cuestiones formales no tengo nada que añadir a lo que ya han hecho los anteriores comentaristas, pero sí me uno a todos los que han disfrutado de tu relato. También me lo he pasado bien leyéndolo, y he paladeado con fruición esa venganza que todos nos imaginamos alguna vez llevar a cabo.
Saludos desde Pucela.
Hola José Luis,
esta es una historia con muy “mala leche” (como dicen en mi tierra). Tomaré nota de ella cuando tenga que matar a mi exmujer (Tampoco estoy casado ni lo he estado, pero por si acaso).
Saliendo de las bromas, me parece un buen relato. Muy, muy buen relato que te captura desde el principio y se recrea en la antipatia del personaje principal, para que no sintamos ninguna compasión por él (pobrecito).
Solo el final, como te han dicho otros compañeros, es un tanto precipitado en mi opinión. Es el problema de tener que acortar textos más grandes para adaptarlos a un determinado número de palabras. No dudo, en su debida extensión, tú relato gane en ese merecido final, la cuspide que merece.
Un placer leerte y gracias por comentar mi texto, un saludo.
Hola Jose Luis
Un gran cuento, de lectura rápida, el tema muy original. La venganza siempre da para mucho.
En líneas generales todo perfecto pero el final me dejo con ganas de mas. yo dramatizaría mas el infarto.
Un saludo
Hola, Jose Luis:
Estupendo. Me ha encantado.
Sí, como dice Liliana, la venganza siempre da para mucho.
No te voy a poner ni una sola pega. Si hubo algún fallo, se me pasó.
Enhorabuena.
Nos seguimos leyendo.
Un saludo.
Hola Jose Luis!
Puede que haya algún error, de gramática, ortografía, o incluso de estilo, pero el argumento es tan contundente, tan acertado, actual, solidario… en fin, mi más sincera enhorabuena.
Hola José Luis,
Gracias por pasar por mi relato. Te debía la visita hace días, pero la verdad es que llevo mucho atraso con los comentarios. Es la vida….
El relato me ha encantado y las mejoras te las han señalado. Además, cuando una historia me lleva “en ascensor” no soy muy detallista.
Algo debo decir, sin embargo, y es personal: el personaje es odioso pero sus vengadores no tienen nada de simpáticos. Hay ciertas crueldades que parecen tener que ver con la contra cara del espejo. Con esto sólo señalo lo que vi. No estoy diciendo que toda historia deba resolverse en una suerte de “buenismo” que por otra parte en muchos casos resultaría falso.
Te felicito. La estructura y el clima están llevados a la perfección.
Nos leemos
Hola Jose Luis.
Me pareció que estaba bien narrado y la temática encaja en el estilo de la película “relatos salvajes”.
Tal vez la limitante de las 750 palabras puede limitar un poco, porque considero que el final es bastante abrupto. Sin contar que se profundiza poco en los contextos de los personajes.
El final se intuía, aunque uno lee y piensa: “Me gustaría hacer algo así con algún desgraciado”.
Saludos.
Hola José Luis.
Los campañeros ya te indicaron algunos cambios técnicos, que son poco y nada, porque en verdad el texto esta muy bien escrito.
Me gustó, sentí la furia de esas personas.
La ironía empieza desde el título.
La última oración si es abrupta, pero los infartos son así.
Es una historia muy bien lograda, que atrapa, no es posible decir que la mujer y Pantaleón sean una especie de justicieros porque tampoco despertaron mi empatía; es una venganza furiosa, en toda regla.
Te felicito.
Hola José Luis:
Primero agradecer tu paso por mi relato y comentarlo.
Tu historia está entretenida y la trama que montaron para cargarse a Eusebio me parece interesante.
También veo que tocas temas muy actuales aquí en España, como los desahucios y las preferentes, tratando de sensibilizar al lector y hacer que el tal Eusebio nos parezca un desalmado.
Ahora te comento algo en lo que llevo varios días pensando antes de comentarte.
Ese “ascensor del futuro”, también debería tener instalado un sistema de cámaras de seguridad que permitiera al Servicio de Asistencia Técnica visualizar en todo momento quién entra o sale del ascensor. Porque no se entendería de otra manera como la esposa y Pantaleón, desde la distancia supieran que en ese momento el Sr. Eusebio estaba solo en el ascensor para hacerlo detener entreplantas por medio de un sistema de control remoto.
Como verás no solo me ha gustado sino que me ha hecho darle vueltas a la cabeza intentando encontrarle “tres pies al gato”.
Felicidades.
Muy bien usados los dialogos. Los personajes me parecen super interesantes y la historia esta bien narrada y excelentemente acabada. Me encantó ese final. Siempre me ha gustado que los malos paguen por lo que han hecho.
Felicitaciones, saludos y gracias por leer y comentar mi relato.
Hola José Luis, como ves todavía a estas alturas del mes yo sigo leyendo algunos textos. Creo que soy algo intuitivo y siempre parto del título. No sé por qué el tuyo me llamó la atención y me he sorprendido gratamente. Muy buena historia, quizás solo sea válida la observación detectivesca que te hacen mas arribo. Te invito a visitar mi texto en 121. Gracias