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LA TRAICIÓN - por BRUSAM

Había escuchado esa palabra por más de una ocasión, no recordaba si lo había escuchado en el ascensor o entre las calles sonnolientas de su alicaída ciudad; o le habían dicho esa palabra cuando iba a la escuela y nunca llegó a buscarlo en el diccionario; estaba confuso entre sus ideas actuales y sus ideas de antaño. Él era un yo dividido entre lo presente y lo pasado, entre reliquias monumentos y lo único que hacía era pensar en el presente y en el pasado pero nunca tenía en cuenta el futuro.

Para no estar en ese dilema, él se fue corriendo por todas las calles de la ciudad, buscó por todas las calles e iba leyendo cada letrero para encontrar esa palabra, su esfuerzo era improductivo, los minutos, las horas se enredaban en él y no en el tiempo.Como todo era estéril, ahora se puso a buscar en todos los diccionarios, no la hallaba; por último él no entendía porque se preocupaba tanto por ese término.

Se sentó, reflexionó; buscó su diminuto corazón no existía latidos; ahora quería encontrarse en sí mismo quería saber quién era, entonces empezó a filosofar consigo mismo, quiso ser un Hamlet; dejó de lado todas las inquietudes y frente al espejo se puso a conversar con él mismo, en cada palabra que decía, en su cerebro aparecía ese término que tanto le incomodaba.

Al ver que no podía estar tranquilo, salió corriendo de su hogar, se fue a buscar a su inolvidable amigo César, este era un tipo un poco filósofo y un poco confundido consigo mismo nunca encontraba la razón de sus cosas. Cuando lo encontró le dijo: "Ey Chéchar, me puedes decir y explicar quién soy", César un poco serio e irónico, le dijo: "Eres lo que no eres, por qué te enredas en ti mismo, acaso tiene importancia lo que dices. Para mí tú eres parte de un ser encerrado en un desierto de ayeres y presentes", con una sonrisa un poco burlona y un poquito seriona le estrechó la mano y lo despidió. No entendió nada de lo que le dio su amigo César. Se fue más confundido entre el ayer y el presente.

Al despertar el atarceder entre destellos del sol y los suspiros de la luna, él se encontraba echado en su cama y enjugando las lágrimas de sus ojos y de su corazón, se encerró en sí mismo y sus labios balbuceaban palabras incoherentes, pues quería conocer el significado de esa palabra que un día la escuchó entre silbidos y gritos de gente inocente y gente culpable de lo que habían hecho. No quiso continuar son ese dilema, buscó entre los sucios trastos todo lo que había escrito, no entendía nada, se horrorizaba al ver cada papel, sus ojos se desorbitaban, su piel salía de su cuerpo se iba a los cielos y regresaba. Todo era un caos en él mismo, se enmudeció, dejó todo y salió a divagar por todas las palabras y los corazones de las personas.

Ya no quería perderse en sí mismo, empezó a buscarse en cada persona para encontrarse en sí mismo, aparecía y desaparecía, no lo entendía pero él existía, era real como irreal. Empezó a meditar, se sentó alrededor de las sillas olvidadas por el tiempo; en su mente iban y venían todas las palabras, empezó a buscarlas, descartó a todas las vocales pues allí no las hallaba acudió a todas las consonantes, de tanto buscar se cansó y se puso a dormitar. Pasaron las horas, ahora entendía quién era, no lo podía creer, no era cierto, no era verdad, él era lo que estaba buscando, él era lo que lo confundía, él era su mismo martirio y su misma condena. Entonces él era la palabra que tanto buscaba. Él no existía, él era el resultado de una acción de los hombres, en sus ojos ya no caían lágrimas, sus labios no balbuceaban, su corazón ya no sufría, estaba más tranquilo en sí mismo.

Ahora ya sabía lo que buscaba era él mismo, entonces fue corriendo a su casa, buscó un papel y con un lapicero, empezó a escribir su nombre para nunca olvidarse. Entre sus dedos ató al lapicero, y con la mano temblorosa escribía letra a letra su nombre, no lo podía creer era él, (qué irónico se decía en sí mismo), terminó de escribir su nombre, empezó a leerlo entre gritos y sollozos, su nombre era TRAICIÓN. Cerró la puerta y púsose a andar entre los corazones.

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3 comentarios

  1. 1. tyess dice:

    Interesante, es bastante inesperado como se da todo en este relato. Su búsqueda desesperada y su conclusión terrible.
    Ya, no lo entiendo, no veo las verdaderas implicaciones de semejante descubrimiento, aunque sí sirven un par de ideas.
    No se, es posible que pueda pulirse un poco el ritmo, se siente como si hubiera saltos, a pesar de que sí, también noto algo de frenético en el modo en que corre de un recurso a otro, transmite la angustia y obsesión del protagonista.

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 21:23
  2. 2. Elvi dice:

    Me parece un relato en su principio muy bien planteado, lo mismo que en su fin.
    Lleva todo el texto un buen ritmo pero te ha quedado pulirlo, por ejemplo: “se fue corriendo por todas las calles, buscó por todas las calles”.
    “Busco en su diminuto corazón no existía latidos”, en vez de no existían y otras cosas similares.
    Por lo demás me ha gustado el contenido y me ha parecido muy interesante
    Saludos.

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 22:00
  3. 3. FERNANDO dice:

    AMIGOS MUCHÍSIMAS GRACIAS POR SU COMENTARIOS.
    LES AGRADEZCO ESTO ME VA A AYUDAR MUCHO.}

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 15:00

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