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Máximo, un susto al día. - por Lamarsalada

Web: http://lamarsaladabc.blogspot.com.es/

Salí de casa sin echar la llave. Iba buscando en el diccionario la palabra traición. Quería incorporarla al nuevo manuscrito que estaba escribiendo.
Llamé al ascensor, estaba absorto en el libro que llevaba en las manos. Se abrió la puerta y entré. Noté que había poca iluminación dentro, tendría que hablar con el conserje—apunté mentalmente—.
Las puertas se cerraron, dentro había un olor a metal, a humedad. Levanté los ojos del libro y miré a mi alrededor. Todo estaba en orden, las paredes de cristal estaban relucientes, los fluorescentes del techo en su sitio. Había una rejilla de ventilación pegada a los fluorescentes. Tenía una pequeña mancha marrón, la miré más de cerca, parecía reciente.
Una gota calló en mi hombro, parecía sangre. Cuando volví a mirar a la rejilla, de ella, estaba empezando a chorrear un líquido oscuro y viscoso.
Me apoye en la pared contraria del ascensor. Esto no tenía lógica.
Pensé… pensé…no, ayer no había fumado hierba. Había estado tranquilo en casa viendo una peli.
Aquello seguía cayendo y llenando el suelo. Tenía que pensar. No. ¡Tenía que salir de allí!
Me di cuenta de que yo no había pulsado ningún botón, las puertas estaban cerradas y estaba bajando pisos.
No podía ser, habían desaparecido los botones. ¿Cómo narices iba a salir?
Comencé a dar golpes a las puertas, sin resultado alguno. La sangre ya me llegaba a los tobillos.
¡Esto no podía estar pasando! Era una situación irreal. De una película mala de miedo.
El marcador electrónico de los pisos si funcionaba, ponía piso 80. ¡Joder, no podía ser!
El bloque sólo tenía treinta pisos. Se le había ido la olla al aparato, seguro.
Empecé a moverme dentro del cubículo, buscando algún tipo de botón de emergencia.
Se oyó el sonido del ascensor bajando de planta, era un sonido agradable, como cuando cae agua a un recipiente.
Miré al suelo, el líquido me llegaba a las rodillas. ¡Esto cada vez se ponía peor!
Seguía bajando de planta 78, 77, 76…Y cogía velocidad, cada vez iba más deprisa el ascensor. 70, 69, 68, 67, 66, 65, 64, 63, 62…
Miré hacia arriba, debía haber una trampilla donde estaban los fluorescentes, —en todas las pelis que tratan sobre estos aparatos las hay—. Intenté saltar para agarrarme a ellos pero el líquido pegajoso me tenía atrapado. La situación parecía de chiste. ¡Iba a morir allí!

40, 39, 38, 37,36…
El líquido me llegaba al cuello, era pestilente. Me recordaba al aperitivo que preparaba los domingos mi madre, sangre encebollada. ¡Qué asco! Me vino una arcada. ¡Era lo que faltaba, vomitar aquí dentro!
La velocidad cada vez era mayor, los pies ya no tocaban el suelo. Ahora casi llegaba al techo, flotaba en la masa sanguinolenta, me sentía mareado. La sensación era igual a cuando montaba en la montaña rusa a toda pastilla.
10, 9, 8, 7, 6, 5, 4…Cerré los ojos. La sangré me iba a cubrir por completo, cogí aire y desaparecí en el fluido pegajoso.
¡Isma, Isma despierta! ¿Estás bien?—me zarandeaba Ana, mi vecina.
— ¿Qué ha pasado? ¡Dios, estoy vivo!—conseguí decir.
—Estabas sin conocimiento. ¿Te encuentras bien? Mi vecina me miraba como si estuviese loco. Me encontraba en el hall, fuera del ascensor. Ni siquiera había entrado en él…
Me levanté como pude, recogí mi diccionario. Gracias, Ana—le sonreí un poco avergonzado por la situación.
— ¿Bajas conmigo?, ya está aquí el ascensor—me sonrió ella también.
Vi abrirse las puertas. Mi corazón pegó tal brinco que casi sale por mi garganta.
—Lo he pensado mejor, necesito un poco de ejercicio. Bajaré por las escaleras, nos vemos—le contesté todo abochornado.
Lo sé a sonado a cobarde. Pero es que no estaba preparado para más sustos ese día…

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5 comentarios

  1. Hola Lamarsalada. ¡Guau! Metés miedo a través del relato, lo lográ muy bien, y además encaja bien el reto opcional. Buena historia de suspenso, un thriller. Es buena la historia, y es claro el final, yo hubiera tomado la misma decisión que el protagonista 😛
    Solo un par de detalles en lo que a forma se refiere, y tiene que ver con el uso de guiones. En la oración “…una trampilla donde estaban los fluorescentes, —en todas las pelis que tratan sobre estos aparatos las hay—. ” fijate que usás una coma antes del guión, y luego del de cierre, un punto. En este caso deberías usar el punto directamente, no la coma. Después en el resto del texto no vi espacios entre el final del diálogo y el guión, y debería haber uno. Hay una entrada en el blog de Literautas que habla del uso de los guiones en diálogos, no la tengo a mano pero de seguro la vas a encontrar con facilidad, si queres leerla.
    De nuevo, excelente thriller.
    ¡Exitos!

    Escrito el 17 marzo 2016 a las 18:29
  2. 2. Marley dice:

    Hola Lamarsalada¡, Tu historia es realmente simpática, se puede sentir la intriga y a la vez resulta divertida. Lo pasé bien leyéndola.

    Te añado algo más a lo que dijo Fernando, es la “a” en “Lo sé a sonado a cobarde” seria Ha sonado a cobarde.. Felicidades por tu relato 😉 Yo me encuentro en el piso 119 y con sangre también 😉

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 19:25
  3. 3. lamarsalada dice:

    Gracias,por los apuntes.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 12:00
  4. 4. Alfonso Besada dice:

    Hola, Lamarsalada. Muy buena ambientación. Has sabido crearla, esa angustia por la sensación de ahogo por la sangre. Yo acabo de cenar y me he sentido asqueado, sinceramente, al igual que el protagonista. Y ya cuando he leído lo de la sangre encebollada… ahí me has rematado. Es bueno saber transmitir esas sensaciones al lector porque es la manera de atraparlo dentro del relato.

    En cuanto a la forma, pocas cosas. Al principio, deberías haber metido la palabra “traición” entre comillas, como acabo de hacer ahora, porque haces referencia al concepto lingüístico de la misma. O en caso de poderla poner en cursiva, mejor.

    La frase “Noté que había poca iluminación dentro, tendría que hablar con el conserje—apunté mentalmente—.” expone un pensamiento del protagonista, por lo que deberías haberla escrito así: “Noté que había poca iluminación dentro. «Tengo que hablar con el conserje», apuntó mentalmente”.

    Lo de escribir los números con números en lugar de letras, imagino que lo habrás hecho por la limitación de las 750 palabras. Si no, has de saber que si son cortos, se escriben lo letras.

    Por último, veo que no controlas mucho el uso de las rayas en los diálogos. Piensa en las rayas como en los paréntesis. ¿Dejas un espacio entre los paréntesis y su contenido? Pues con las rayas pasa igual. Al hablar un personaje, da lo mismo que empiece el párrafo con una letra, un signo de interrogación o uno de exclamación; se pone la raya y a continuación el texto, sin espacio de por medio. Cuando en ese párrafo, como narrador tienes que hacer una acotación o aclaración, es como usar los paréntesis: “—¿Bajas conmigo?, ya está aquí el ascensor —me sonrió ella también”. Todo esto te lo explican en este artículo: http://lema.rae.es/dpd/?key=raya, del Diccionario Panhispánico de Dudas.

    En general, el relato está muy bien y muy conseguida esa forma de envolver al lector y meterlo dentro del ascensor junto al protagonista, sometiéndolo a la misma angustia que él. Saludos.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 23:07
  5. 5. JORGE BLANCO dice:

    Hola Lamarsalada:

    Relato lleno de angustia que va in crescendo. Lo que empieza con una apacible rutina, pronto se convierte en congoja.

    El sueño es un tema recurrente y, por eso, previsible, así que cuando se recurre a él hay que ser original.

    No me ha quedado claro si, en realidad, el protagonista no salía de casa sino que llegaba con un pedal del 15 y se había quedado sobado en la puerta del ascensor, o si sufre alucinaciones habituales.

    Me ha gustado cómo cumples el reto en cuanto a ascensor, traición y diccionario y, además, te lo ventilas en los primeros compases, pero no creo que hayas cumplido del de que todo ocurra en un ascensor como has marcado, ya que al principio y al final está fuera de él.

    Señalar algunos pequeños matices:

    Al principio ya dices que vas con el diccionario, enseguida vuelves a reiterar “el libro que llevaba en las manos”

    “se le había ido la olla al aparato” tal vez sea una expresión inapropiada para mi gusto, ya que no se corresponde con el objeto ni con la situación.

    “La situación parecía de chiste” tampoco lo veo idónea para una situación angustiosa por la que está pasando el protagonista.

    Bueno, me ha gustado como lo has llevado y como lo has resuelto. Felicidades.
    .

    Escrito el 23 marzo 2016 a las 22:00

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