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LA PARÁBOLA DEL PSICÓLOGO Y EL SOLOMILLO - por Roger/NHICAP

Trabajo en una carnicería de barrio, Hijos de Martínez S.L. Cada día, visito las zonas vip de la ciudad en busca de clientes, gente de posibles que acepten nuestra oferta MPM: Martinez Premium Meat (en inglés queda más rompedor, según el "pringao" de mi jefe). Ofrecemos carne de alta calidad mediante un servicio personalizado a domicilio con garantía en el plazo de entrega.
Acepto este empleo cutre, es lo que hay, para ir tirando mientras encuentro una ocupación acorde a mi reciente licenciatura en Psicología. Espero que no sea un viaje de la facultad al sector cárnico y de aquí a ninguna parte. No obstante, si en tres meses no consigo colocarme de psicólogo tomo el portante, me piro al extranjero para ejercer allí mi profesión. Y entonces, la Chata, mi prenda, me manda al carajo.
El curro me lo facilita el propio Pepe Martínez, un tipo engreído a quien conozco de tomar cañas con los amiguetes. «Tienes aptitudes para la venta, seduces con la sonrisa y cautivas con la palabra», me dice el cabrón para estimular mi ego. «Con tu educación, presencia y esa manera de vestir, aseada y discreta, nos ayudarás a imprimir el toque de distinción que necesita el solomillo para ser el plato de referencia en una beauty party». Así de cursi es el gilipollas de Pepe; y menuda chulería se gasta el pavo: pretende que el solomillo alcance el glamour de un perfume de Chanel.
Lo mejor del curro son los ascensores, la terapia para soportar los estúpidos comentarios que escucho a diario: «mi madre prefiere lomo alto y yo solomillo»; «el costillar es más sabroso que el brazuelo»; «sí, a la niña le encanta el jarrete». Sin embargo, en un ascensor me relajo examinando a las personas que viajan conmigo, las escudriño con disimulo, incluso con cierto descaro en ocasiones, y analizo mentalmente percepciones y comportamientos.
Estos recuerdos vienen a mi mente mientras espero el ascensor del edificio Maravilla, doce plantas de elegantes viviendas y despachos profesionales. Aquí capté mi primer cliente hace seis meses y hoy, gestiono doscientos pedidos mensuales de la beautifull people ¡Un éxito!
Al entrar, observo a todos los viajeros y memorizo su planta de destino. Me acompañan dos mujeres, tres hombres y el chiquillo del chandal amarillo chichón, muy concentrado en hacer un minucioso repaso visual a la veinteañera friki, de pecho muy desarrollado y voluminoso. No existe palabra en el diccionario, concupiscencia se queda corta, para describir la turbación en el careto del chaval ¡Menudo morro el tío! La muchacha está molesta.
Cuando se baja en la tercera planta, lo taladra con la mirada y le llama mamón de mierda. Él no se inmuta; el resto ni se entera.
Me fijo en la otra mujer, una guapa gachí: pocos años mayor que yo, atractiva, bien arreglada y de porte elegante. Diría que pertenece al mundillo de la moda y que esconde la timidez con su aparente arrogancia. Sabe que la observo, gira la cara y cruzamos las miradas dos segundos, tiempo suficiente para que el centelleo de aquellos ojos vivaces me desconcierte. El corazón se acelera y solo puedo sonreír.
Después, vuelve la mirada al frente, entorna los ojos ligeramente, eleva la mano despacio y tantea con suavidad la melena bien peinada; un gesto muy coqueto, lleno de encanto. Esta mujer me mola por el carácter pasional que oculta tras su imagen distante
Sexta planta: acaba el flirteo porque ella abandona el ascensor, digna y sonriente. ¡Lástima!
En la séptima, salgo junto al señor bajito que lleva unas gafas diminutas y redondas apoyadas en el extremo de la napia. Parece don Florencio, el viejo librero amigo de mi padre. De repente, me mira y dice:
—Muchacho, yo también observo en los ascensores. Pareces inteligente, pero ¿Estás satisfecho con lo que haces? —escucho sus palabras sin pestañear, inmóvil como una estatua—. Dedícate a lo tuyo, otra cosa es una traición a ti mismo —continúa, sin apartar su mirada avispada—. No olvides tu sueño, lucha tenazmente por lograrlo. Adiós y suerte, hijo.
Sin más, el hombre se aleja hasta el departamento 703 y desaparece en su interior. Por curiosidad, me acerco a leer la placa dorada que hay en la puerta: D. Ángel García. Doctor en Psicología Aplicada. Consulta: días laborables, 10-14 horas.
¡Joder, con el colega! Me ha calado hasta el alma. Es cierto que el solomillo me va alejando de la psicología.
Cruzo el umbral del 703. Quiero asesorarme con este hombre: el Ángel del Maravilla.

.

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20 comentarios

  1. 1. Roger/NHICAP dice:

    A mis posibles lectores, una aclaración y un ruego.
    El relato no cumple el reto porque me gustó más esta segunda versión que transcurre un 50% dentro del ascensor y el otro 50% casi, en espera del ascensor.
    Me gustaría recibir opiniones sobre tres posibles títulos:
    a)el que figura arriba
    b)El Ángel del Maravilla (se entiende si se lee al 100%)
    c)El Ángel del Maravilla o la parábola del psicólogo y el solomillo.
    Gracias y a leer relatos

    Escrito el 17 marzo 2016 a las 16:58
  2. 2. Don Kendall dice:

    Hola Roger:
    Gracias por compartir tu trabajo.Comento esta 2ª versión que es la única que conozco. Es un relato formalmente bien escrito, al menos para mí y las condiciones las cumple. Como lector no acaba de engancharme. Es un narrador en primera persona omnisciente y a la vez es el personaje principal. Hay dos partes muy diferenciadas. En la primera hay 313 palabras antes de saber que “son ¿recuerdos? que vienen a la mente mientras espera un ascensor”.Es en este trozo de relato donde hay dos personajes que como lector me gustaría descubrir y el significado que tienen para ese personaje-narrador (Pepe y La Chata). Sin embargo continúa la segunda parte sin que nada me enganche y mucho menos un personaje tan deslavazado como ese Doctor de Psicología con ramalazo paulo-coelhano. En resumen, me queda la impresión de ser parte de un relato mayor o de una idea en unos primerísimos esbozos. Ya te digo que es mi opinión totalmente despreciable ¿eh? 😉 . Si el relato comenzara con el párrafo con el que finaliza la primera parte :

    Estos recuerdos vienen a mi mente mientras espero el ascensor del edificio Maravilla, doce plantas de elegantes viviendas y despachos profesionales. Aquí capté mi primer cliente hace seis meses y hoy, gestiono doscientos pedidos mensuales de la beautifull people ¡Un éxito!

    tal vez como lector estuviese más tiempo enganchado, no sé.. 😉
    En cuanto al título, dado que pides opinión no pondría ninguno de los tres, si no que me quedaría con algo así : “Psicosolomillo en ascensor”, “Carne de ascensor”
    De nuevo mi agradecimiento por poder leer tu trabajo, que comento por que mi relato es anterior al tuyo y tengo que hacer la visita a mis colegas de vecindad. Mi relato es el #67. Un abrazo

    Escrito el 17 marzo 2016 a las 19:24
  3. 3. Bastián Robinson dice:

    Hola Roger/NHICAP:
    En primer lugar, gracias por compartir tu trabajo, solo eso ya es un mérito. Paso a hacerte unas consideraciones, con ánimo totalmente constructivo, y sobre todo MUY MUY personales y basadas en mi escasa experiencia.
    -Me ha quedado la impresión de que en el relato no “pasa” nada. Me explico, cuando te lo juegas todo en tan pocas palabras, tiene que haber un elemento detonador que haga que el lector se enganche, y si puede ser, al principio. Me da la sensación más de ser parte de un libro o de una novela, que seguramente sería estupenda.
    -Creo que en el “pensamiento” de un mismo personaje conjugas vocabulario muy culto con otro muy barriobajero/vulgar/cotidiano como curro, pringao… A mi modo de ver, se puede conjugar el lenguaje culto con el soez, pero con la jerga, queda algo un poco más impostado. Repito que esto es extremadamente personal.
    -Creo que el tratamiento psicológico que haces del personaje, esa introspección con la que tanto nos deleitaba Virginia Wolf, está bien conseguido.
    En general, un buen relato, que mejoraría con una chispa de “acción”. Muchas gracias y nos leemos

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 08:54
  4. 4. Bastián Robinson dice:

    Perdón, me había olvidado de decirte que el título que le has puesto… !ME ENCANTA!
    Gracias

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 08:55
  5. 5. Lemo dice:

    Hola Roger,

    Después del “repaso” de los dos compañeros anteriores uno no sabe que poner, ja ja.
    El título original es el que más me gusta, pero quizás hubiese enfocado el tema de otra manera al tratarse justamente de una parábola. Dos partes diferenciadas, quizás como sugiere Don Kendall lo correcto hubiese sido integrar la parte inicial del relato dentro del análisis de las personas del ascensor.
    Pero vamos buena parábola, como no sigamos nuestro camino inicial, es muy difícil retomarlo.

    Un saludo.

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 00:27
  6. 6. marazul dice:

    Roger, me ha gustado tu relato. Siempre te leo, es verdad, pero es que esta vez he entrado a saco y precisamente por el título. Yo lo dejaría así porque es un acierto. Ya con el título me he reído y con el resto mucho más. Te ha salido una historia divertida, ligera y muy amena. ¿Quien dijo que no pasa nada?. Sólo con la descripción tan natural que haces de los personajes ya es una gozada. Y esas expresiones coloquiales son precisamente lo que le da dinamismo al texto. Ah…! y un sentido del humor fresco. Encantador.
    Un saludo

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 22:23
  7. 7. beba dice:

    Hola, Roger:
    Me gusta tu relato; el título me prendió desde el principio.
    Es indudable que el licuado de psicología y carnicería es ta incongruente que muevea risa desde el vamos.
    No hay sino quitarse el sombrero por la puntuación, ortografía y vocabulario; hasta el “mezcoche” de registros cobra sentido en esta encrucijada vital del protagonista.
    La construcción es entrecortada; nada lleva a nada, a pesar del éxito de ventas de carne.
    Lo que no me gusta, decididamente, es este Doctor Maravilla que no estaba y sale de golpe para dar consejos como un ángel guardián. No sé cómo lo arreglaría yo; pero sí sé que no me gusta ese final.
    Si lees mi historia en ahorayodigo.blogspot.com (“Mis musas están de parto”)encontrarás que yo también manotée como pude para calzar las tres palabritas.
    Suerte.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 01:15
  8. 8. Caritobel dice:

    Hola Roger/NHICAP

    El título me trajo hasta aquí, así que yo voto por el título que tiene el relato.
    Por más que “no pase nada” y que el relato gire sobre observaciones que hace el protagonsita, creo que es bien llevado, con una escritura prolija y clara. Eso si, el último personaje que resulta un psicólogo, no me cierra del todo. Me hace mucho ruido. No me gustó para el final de la historia

    Saludos.

    Si te apetece leerme, soy el relato 194.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 02:19
  9. 9. Peter Walley dice:

    Hola Roger,

    A mí el título que le has puesto me parece el mejor, yo dejaría éste. Si no yo podría algo del tipo ‘Poniendo toda la carne en el ascensor’, o algo así.

    Sobre el relato, me ha resultado muy divertido. La única pega es la que te ha puesto Bastián: el tono del protagonista oscila demasiado entre el lenguaje culto y el coloquial. Creo que centrándote en cualquiera de los dos la historia quedaría mucho más redonda.

    Saludos, nos leemos.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 22:53
  10. 10. Emyl Bohin dice:

    Hola Roger:
    Después de algún tiempo volvemos a coincidir en este mundo de Literautas, y vuelvo con gusto a leer un relato tuyo. Recuerdo que en tus historias nos situabas en lugares que merecía la pena descubrir, gracias a Internet podíamos saber de la existencia de tales lugares.
    Siguiendo esa costumbre he tratado de situar en tiempo y lugar está historia, pero el único dato, el edificio Maravilla, no he conseguido identificarlo, por lo que tengo que hacerlo con el lenguaje utilizado. Lo del “”Martínez Premium Meat” me indica que es la época actual, así como el licenciado en psicología subempleado que piensa emigrar. El lugar pudiera ser Madrid. Pero lo que me descoloca son determinadas expresiones como “”mi prenda”, “”el pavo” y sobre todo “”la gachí” que las puedo situar en el Madrid castizo de hace décadas y que, salvo que hayan regresado, creo que no las usan nada más que las personas de edad avanzada.
    También ha sido muy ilustrativo las denominaciones de los diferentes cortes de vacuno, buen dominio. Que aparezca dos veces el 703 no sé si tiene algún tipo de connotación oculta o son ganas de darle vueltas a todo. Es el séptimo piso y algún departamento tenía que ser, o quizá lo escribiste el siete de marzo.
    Con respecto al título “El Ángel del Maravilla” creo que le da interés al relato, al leer el título te crea una intriga que solo se resuelve al final de la historia, incluso puedes ir pensando si el ángel es nuestro protagonista o alguna de las personas que van apareciendo en el cuento.
    Resumiendo, un relato bien construido en el que podemos ver a personajes reales en su día a día y con un final ¿feliz?
    Enhorabuena, nos leemos.

    Escrito el 25 marzo 2016 a las 01:39
  11. 11. Emyl Bohin dice:

    … chándal amarillo chichón, supongo que será chillón.

    Escrito el 25 marzo 2016 a las 01:53
  12. 12. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Roger, Ahora me encuentro con un relato tuyo que me pone a trabajar. No encontré la palabra “diccionario” pero no te preocupes, creo que todos los que te leímos lo hemos tenido que usar; reto cumplido.
    La principal meta del taller es aprender, no tanto criticar. Con tantas palabras domingueras como las que menciona Emyl y algunas otras, no había mas respuesta que el diccionario.

    Aquí presentas una historia que enfrenta la disyuntiva de una vida: la fuerza de la necesidad contra la del conocimiento. Ante este vértice de decisión el titulo me parece perfecto.
    A mi me atrapaste desde el titulo y el primer renglón. Yo, en mi preparación escolar, soy Ingeniero Industrial y trabajé treinta y nueve años detrás de un mostrador de carnicería; negocio familiar. Te digo que el comercio ha sido mas remunerativo que la carrera universitaria la cual ejercí por cuatro años.
    El solomillo es un corte que nosotros lo llamamos diezmillo. El brazuelo y el jarrete son parte del “chamberete”.
    Como puedes ver tu escrito ha sido para mi un recuerdo entre cortes y destellos profesionales además de una ardua faena de indagar el significado de muchas palabras desconocidas para mi. Te felicito y te lo agradezco.

    Escrito el 27 marzo 2016 a las 15:21
  13. 13. Roger/NHICAP dice:

    Hola a todos. Quiero agradeceros el detalle de leer mi texto y aportar vuestra opinión y sugerencias. En esta semana espero leeros a los que todavía no he podido hacerlo y dejaros mi comentario.
    De momento solo una aclaración para Oswaldo, mi colega de profesión. Con la pena ingeniero, en el texto si aparece la palabra diccionario. Ocurre hacia la mitad del texto, en el párrafo que comienza por: “Al entrar, observo a todos los viajeros…”. Ahí se dice: “No existe palabra en el diccionario, concupiscencia se queda corta, para…”. Te viste obligado a utilizar tanto el diccionario que olvidaste haber leído esa palabra.
    Gracias de nuevo y un abrazo a todos.

    Escrito el 29 marzo 2016 a las 10:00
  14. 14. Cryssta dice:

    Hola Roger, dices en tu relato “menuda chulería se gasta el pavo” y yo digo “menuda chulería se ha gastado el Roger”, parece que tienes un abuelo castizo y se te ha pegado parte de lo que hablaba él: “prenda”, “gachí”, “napia”, “pringao” y lo has mezclado con un lenguaje cheli: “pavo”, “cutre”, “curro”, “colega”.

    A los que no son de Madrid seguro que los has despistado bastante, a mí que soy madrileña me ha encantado leer esas palabras tan castizas aunque sean un anacronismo, de hecho yo tenía pensado poner eso de “prenda” en un futuro relato en memoria de mis tiempos de infancia en los que yo bailaba el chotis y en una actuación del colegio a alguien le tenía que decir, “mi menda, prenda”.

    En fin, dale un repaso al vocabulario que utiliza “el pavo protagonista” y elige cómo quieres que hable, si en plan castizo o en plan cheli. Yo me lo imagino como un joven que habla de una forma culta, que es lo que le pega siendo psicólogo, y que luego habla cheli con los colegas del barrio. Y el que habla castizo es el psicólogo mayor, jajajaja.

    Escrito el 29 marzo 2016 a las 11:07
  15. 15. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Roger, de nuevo por tus terrenos buscando el diccionario y por fin lo encontré. Una disculpa, aunque goce el uso del mío ja ja ja. También quiero decirte que voy a incluir en el desenlace del relato ese pensamiento que leíste; “La naturaleza es la farmacia de Dios”, agradecido y en deuda.

    Escrito el 30 marzo 2016 a las 16:31
  16. 16. Pepe ILLARGUIA dice:

    Me lo he pasado pipa con tu existencial solomillo psicológico. Te comento, como decía el profesor en el aula de la Universidad el primer día de clase: <>, siempre será mejor meterle el diente a algo sólido que dedicarse a destripar a Freud; también el título que has elegido ha sido de lo mejor que he encontrado en este taller de sube y baja sin fin, aunque no se limita y por supuesto es mejorable como los títulos propuestos por Don (lo de “carne de ascensor” es brutal), yo me quedaría con “El milagro del solomillo” o algo así, imagina una madre para darle de comer a sus siete hijos huérfanos, porque así casa con la idea de la parábola y lo del psicólogo pues que me suena más al Doctor Rosado que hacía maravillas con un cigarro encendido en el cuero cabelludo.
    En fin, un placer leerte Roger. Enhorabuena.

    Escrito el 30 marzo 2016 a las 18:44
  17. 17. Pepe ILLARGUIA dice:

    En el comentario anterior se ha saltado las comillas españolas que ponía: . Perdón por el exabrupto. Aprovecho el fallo informático para completar la crítica: el lenguaje madrileño, perfecto.

    Escrito el 30 marzo 2016 a las 18:49
  18. 18. Pepe ILLARGUIA dice:

    Ja, ja se las ha vuelto a saltar, yo creo que no quiere que lo ponga.
    Sin comillas, decía: de padres psicólogos hijos subnormales (verídico, Universidad de Pedralbes – Barcelona).
    Un abrazo.

    Escrito el 30 marzo 2016 a las 18:58
  19. 19. RogerNHICAP dice:

    A los compañeros que todavía no he devuelto su visita, les confirmó que lo haré y dejaré mis comentarios en estos próximos días.
    Un abrazo a todos y mucha imaginación en abril

    Escrito el 1 abril 2016 a las 10:30
  20. El título que ya tiene esta muy bien, pero como ha dicho Emyl, la opción B no me desagrada para nada, por las mismas razones que ella comenta.

    El relato es ameno, me ha gustado como has ido presentado uno a uno a los personajes. Y el cambio que tiene el protagonista ante las palabras del psicólogo. Todo un acierto. ¡Nos leemos!

    Escrito el 6 abril 2016 a las 09:21

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