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El ascensor - por Candi Fuentes Arroyo

A las seis y cuarto de una gélida mañana de enero, entré en el ascensor de mi bloque a toda prisa. No tenía tiempo para bajar desde un duodécimo piso. Pulsé el cero, pero el ascensor no obedeció. Volví a pulsar y empezó a bajar. Cuando había dejado atrás el quinto piso, el ascensor se bloqueó. Toqué el botón de emergencias y el telefonista me dijo que vendrían enseguida. Yo, que nunca había sentido claustrofobia en los ascensores, esa mañana comprendí bien por qué hay gente que huye de ellos.
«Llegaría tarde al trabajo», pensé. El corazón se me aceleró como si hubiera visto un fantasma, un sudor frío me recorrió de pies a cabeza y, por un momento, creí que me iba a desmayar.
Las manos me sudaban como si hubieran puesto la calefacción a treinta grados. Pensé en la calefacción, en los treinta grados. Sentía cómo me sudaba el pelo y me veía casi borrosa en el espejo. Al cabo de un rato, reparé en el abrigo de plumas, el gorro, la bufanda y los guantes que llevaba puestos: las mismas prendas que cada mañana utilizaba, pero que hoy me estaban haciendo sentir como si estuviera en una cárcel sin salida. Las prisas por salir de allí me nublaban la mente y no respondí con rapidez ni me quité toda esa ropa que se hacía innecesaria y que me estaba asfixiando. A cada segundo que pasaba, la sensación de abatimiento era mayor. Me aflojé la bufanda y me quité los guantes y el gorro. No me quitaría el abrigo por si llegaban pronto. Tenía prisa por salir, tenía que presentar el informe trimestral en el trabajo. El calor aumentaba y mis nervios se desataban cada vez más. Grité pero nadie respondió. Cogí el bolso y no encontraba el móvil. Lo seguí buscando con impaciencia, revolviendo el bolso. Tocaba cada cosa que tenía, pero el móvil no aparecía. Mi ansiedad aumentaba y el calor también. Nada del móvil. Abatida me senté en el suelo, todavía con el abrigo puesto. En cualquier momento llegarían a rescatarme y saldría corriendo de aquel encierro, pero cada segundo parecía otra hora más. Mientras más tiempo pasaba, más tiempo había tenido el abrigo y la bufanda. Si ya había pasado calor, para qué quitármelo si estaban al llegar y, basta que me lo quitara, llegarían en ese momento. Sentía más y más calor, más y más nervios, más y más abatimiento. Sentada en el suelo, me apoyé de espaldas en la pared y respiré hondo. Parecía que no había respirado desde las seis de la mañana. Miré el reloj: las seis y veinte. Nunca había sentido tanta calor en enero, quizá porque nunca me había quedado encerrada en un ascensor.
Me puse a rezar, en voz alta, todas las oraciones que me sabía, uniendo una con otra sin pararme casi a respirar. Sentí sed, mucha sed. El sudor me corría la frente abajo. Quizá sería mejor resignarme y pensar que estas cosas pasan y que es mejor estar tranquila. Pero yo no estaba tranquila ni veía fácil tranquilizarme.
«El jefe me echaría del trabajo, estaba segura. Llevaba tiempo buscando una excusa para echarme. Con lo que yo me había esforzado por la empresa y ahora quería colocar en mi lugar a un conocido suyo… Lo leía en sus ojos y en sus actos. Hoy se lo estaba poniendo fácil. Pero de todos modos, es una traición, por su parte», pensé.
Por fin, algo se me vino a la mente y me serené: «Mejor me quito el abrigo y espero mientras repaso el informe».
Cuando fui a sacar el informe del maletín, me encontré con el móvil. Lo abrí corriendo y vi que tenía abierta la aplicación del diccionario. Ya debería estar en el trabajo. Nunca salgo con mucho tiempo porque tardo en llegar veinte minutos andando, pero hoy no llegaría. Miré el reloj deprisa y marqué a la empresa para explicar lo ocurrido. Sin embargo, no me cogieron el teléfono. Me volvieron a sudar las manos de forma desproporcionada. Sentí demasiada calor. Por fin, me quité el abrigo y saqué el informe. Intenté distraer mi mente leyéndolo.
Al momento, el ascensor empezó a sonar. Tardaron tres minutos en arreglarlo y, mientras lo hacían, sonaba mucho ruido. La cabeza parecía que me iba a estallar.
Cuando el operario abrió la puerta para sacarme, sentí alegría y alivio, pero al levantarme y coger mis cosas me mareé y caí redonda al suelo.

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13 comentarios

  1. 1. Alma Rural dice:

    Muy bien dibujada la angustia que sentía la protagonista de este relato bloqueada en el ascensor. Te felicito, Candi.

    Me ha gustado como has marcado el ritmo del relato pasando de la descripción de los hechos a los pensamientos de la chica protagonista.

    Lo único que he encontrado un poco raro es el tiempo verbal que a veces usas cuando escribes los pensamientos de la protagonista.
    Donde pones: “«Llegaría tarde al trabajo», pensé.”, yo no pondría esta frase en condicional sino en futuro “«Llegaré tarde al trabajo», pensé.” Al leerlo en voz alta, si me pongo en la situación de la protagonista, me resulta un poco raro tal y como está.

    Por lo demás, creo que este texto está muy bien escrito y es de fácil lectura. Te felicito, Candi.

    Un saludo.

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 00:42
  2. 2. Candi Fuentes Arroyo dice:

    Buenas tardes, Alma:
    Gracias por tu comentario.
    Lo del tiempo verbal es una errata que se me ha pasado aunque lo he leído varias veces, porque no lo he dejado reposar. Yo tampoco diría eso en condicional, y creo que nadie.
    Un saludo.

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 20:57
  3. 3. Elvi dice:

    El texto esta muy bien relatado, la angustia que trasmites la haces real a través de de los estados anímicos por los que va pasando tu personaje y alguna vez todos hemos vivido algo similar.
    Me gusta la forma escalonada en la que vas exponiendo todos lo acontecido.
    El reto esta logrado, pero te faltan las palabras diccionario y traición y ya seria redondo. Por lo demás no tengo nada que decirte.
    Un saludo.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 19:55
  4. 4. Candi Fuentes Arroyo dice:

    Hola, Elvi:
    Gracias por pasar a comentar mi relato y por tu aportación. Este mes le está costando a la gente entrar a comentar.
    Cuando he leído otros me ha ocurrido que cuando acabo no recuerdo si están las palabras del reto, incluso con el mío me has puesto en duda, pero sí están por suerte para mí. Así que me tomo como cumplido lo de redondo a tu parecer. Gracias.

    Un saludo.

    Escrito el 23 marzo 2016 a las 15:45
  5. 5. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Candi Fuentes, estoy de acuerdo con los comentaristas que me precedieron, en que tu escritura es clara y fácil de seguir.Te felicito.
    No encontré ningún tropiezo al desplazarme por los renglones y los párrafos, aunque el segundo me pareció algo largo. Como si estuviera encerrado en un elevador, me empezó a faltar el aire y me sentí algo abatido. Si pudieras separar las diferentes ideas contenidas en él e independizarlas, lograrías una lectura mas fluida.
    Te agradezco tu doble visita a mi texto.

    Escrito el 24 marzo 2016 a las 00:47
  6. 6. C.S López dice:

    Hola, aquí ando devolviendo la visita. Quizás mi critica no sea de mucha ayuda, pero espero que te pueda ayudar con algo.

    Primeramente, me disculpo por la tardanza es que el trabajo me tenia ocupada.

    Honestamente tu relato es muy bueno, es simple y facil de entender. Desde que comencé a leerlo me preguntaba en donde acomodarías el diccionario, jeje.

    Me gustó mucho la forma en que expresaste la desesperación y la claustrofobia. Me pude visualizar todo a la perfección.

    No veo casi errores, creo que lo unico que note un poco raro es cuando el personaje principal esta pensando.

    Si se esta hablando hacia simisma. Creo que las comillas fueron en un lugar equivocado.

    Yo lo cambiaría mas o menos así.

    «El jefe me echará del trabajo, estoy segura. Lleva tiempo buscando una excusa para echarme. Con lo que yo me he esforzado por la empresa y ahora quiere colocar en mi lugar a un conocido suyo… Lo leía en sus ojos y en sus actos. Hoy se lo estoy poniendo fácil. Pero de todos modos, es una traición, por su parte», pensé.

    Espero que te haya servido de algo.

    Escribes muy bien, felicidades y le agradezco nuevamente por su visita.

    Escrito el 24 marzo 2016 a las 02:33
  7. 7. Laura dice:

    Me encantó tu texto.
    Cuanta tensión!!!! Me atrapaste en ese ascensor. Y me dejaste de una pieza con el final.
    Adhiero al aporte de Alma Rural en cuanto a “Llegaría tarde al trabajo”
    Y también haría algunos puntos y aparte que pienso que no quitarían dramatismo porque de este modo lo leí sin respirar casi.
    Seguimos escribiendo!!!

    Escrito el 24 marzo 2016 a las 11:02
  8. 8. Lionel Muñoz dice:

    Hola candi, antes que nada gracias por comentar mi relato, disculpa que haya tardado en contestar pero aunque esta vez me demore (estoy a full con el cumple de mi hija que es el sabado) siempre lo hago: primero los 3 que corresponden, luego los que me comentan, y luego un par más.

    Ahora si:
    El relato me pareció entretenido, me gustó, pero note algunos errores.
    En su primer pensamiento quedaría mejor “llegaré tarde…”, y en otros no se entiende bien porque están narrados y entre comillas cuando debería ser o lo uno o lo otro.
    En dos oraciones seguidas mencionas “calefacción”, un sinónimo me parece más apropiado.
    En esta frase hay un interrogante:”Si ya había pasado calor, para qué quitármelo si estaban al llegar y, basta que me lo quitara, llegarían en ese momento.” le faltan los signos.
    Eso más o menos note que me llamo la atención. Nos leemos el mes que viene
    Saludos

    Escrito el 24 marzo 2016 a las 22:03
  9. 9. Candi Fuentes Arroyo dice:

    Hola, a todos:
    Muchas gracias por pasar por mi relato y dejar vuestras aportaciones. Me han sido de utilidad. Siempre lo son.
    A C.S. López, gracias por tu aportación con el pensamiento, se me ha colado el tiempo verbal en condicional en vez de en presente. Me pasó al principio y también me lo han indicado varios compañeros. En cuanto a la colocación de las comillas, no sé qué quieres decir, porque las has puesto donde mismo yo.
    A los que me habéis comentado sobre la densidad del segundo párrafo, lo tendré en cuenta para hacerlo más fluido.
    A Lionel, lo de llegaré ya lo he tenido en cuenta. En cuanto a lo de calefacción, buena aportación y lo de las comillas, van las dos cosas porque aunque el narrador el es personaje en primera persona protagonista, está narrando la situación y en un momento determinado se para y hace incapié en un pensamiento concreto que va entrecomillado, por ejemplo: “Mejor me quito el abrigo y …”
    Por lo demás, me ha gustado que hayáis sentido algunos esa sensación que quería transmitir de agobio o rapidez, pues lo vi en un relato que he leído recientemente y nunca había escrito nada del estilo.
    Gracias a todos, de nuevo. Nos leemos el mes que viene.
    Un saludo

    Escrito el 27 marzo 2016 a las 19:30
  10. 10. Escorpión dice:

    Mi saludo.
    Interesante tu relato. La introducción, bien. El nudo excelente , esa descripción de la angustia de la dama, pero no me convence el desenlace, creo que le falta fuerza.
    Te felicito y te animo a seguir participando.

    Escrito el 31 marzo 2016 a las 19:10
  11. 11. Candida Fuentes Arroyo dice:

    Gracias, Escorpión:
    Tendré en cuenta tu aportación para mejorar mi relato.

    Un saludo.

    Escrito el 2 abril 2016 a las 12:28
  12. 12. Laura dice:

    Una acotación que se me pasó en la anterior visita.Con respecto a tu relato: creo que no es “Sentí demasiada calor.”. Para mí es …”demasiado calor.”, teniendo en cuenta que la palabra calor es de género masculino.

    Escrito el 16 abril 2016 a las 15:12
  13. 13. Candi Fuentes dice:

    Hola, Laura:
    Gracias por tu apreciación, pero ahí he empleado la forma de hablar de mi zona. Aquí lo mismo lo decimos en masculino que en femenino.
    Un saludo.

    Escrito el 28 junio 2016 a las 17:59

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