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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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CAMINOS DE DANTE - por Bastián Robinson

CAMINOS DE DANTE
Cuando se cerraron las puertas, el olor a desinfectante de hospital y sábanas lavadas con lejía, dejó paso a una humanidad de siglos con un cierto toque a azufre. Comenzó entonces el lento descenso a las entrañas de la tierra.
—Por favor, un poco de silencio —pidió el extraño personaje que parecía hacer las veces de botones—. A ver ¿alguien va al menos uno?
—Creo que yo, que no he sido bautizado, voy a ese círculo—contestó un humilde muchacho de mirada resignada—, nunca se lo espera uno la verdad, hasta ayer estaba tan bien…
—Vale, vale —cortó el supuesto botones, un anciano escuálido de piel cuarteada y barba rala—, les ruego que no me cuenten su historia, no hay tiempo para tanto, simplemente paguen su moneda —continuó, arrancando de la mano del joven una enorme pieza de plata y dejándolo con un mohín de perplejidad.
—Yo creo que voy al menos cuatro, lo mío era la avaricia —terció una voz desde el fondo extendiendo su moneda.
—Muy bien ¿alguien al círculo menos cinco, iracundos, perezosos? Se dispone de la nueva edición del Diccionario moderno de términos pecaminosos, por si alguno no tiene muy claro por qué está aquí.
—Oiga, oiga, un momento ¿qué broma es esta? —interrumpió impaciente Fabián—, yo voy a la cafetería.
De repente se hizo el silencio. El espacio pareció reducirse aún más, el aire se esfumó haciendo irrespirable la atmósfera y las desconchadas paredes negras del ascensor parecieron sufrir un burbujeo de lava ardiente. Por unos segundos, pareció que la mirada del anciano quebraba las más elementales normas euclidianas, pintando en su fondo martirios imposibles de seres que agonizaban. Eso podía ser un enfado.
—Pero ¿cómo demonios se ha metido usted en este ascensor? —terció la voz grave del desaseado botones— Bah, ni siquiera en selección funcionan las cosas como antes…
Fabián Pocero, sofocado de la mezcla de acetona y vapores de orín de la habitación en que se hallaba el abuelo Leandro, había decidido despejarse con un café y un pitillo. El patriarca del clan, que se había criado endilgando mandobles de cuarta de acero toledano en los arrabales del Madrid de los cincuenta, era ahora el dueño de un imperio mafioso con pies de barro, cuya herencia se empezaba a disputar entre dos de sus nietos: uno poseía un importante despacho de abogados en la capital, el otro, su preferido, era Fabián. Aunque el abuelo siempre había gozado de una salud de hierro, sufría ahora de una extraña dolencia de hígado que le mantenía postrado desde hacía varias semanas. Fabián sospechaba que había sido envenenado.
—Lo siento joven, pero tendrá que permanecer hasta el final del viaje, luego ya veremos qué hago con usted —dijo el botones sacándole de su ensimismamiento—. A ver ¿alguien baja más allá del menos seis? — Se hizo un breve silencio.
—A mí me importa un carajo que me lleve al menos seis o al menos diez, como si me quiere dejar en el limbo (aunque soy cristiano viejo), pero creo que por asesinato es el menos siete —contestó un cordobés fornido como un centurión.
— ¿Ha matado usted a alguien? —le interrumpió curiosa una prostituta moldava.
— Acabo de descerrajarle un tiro en el pecho a un abuelo mafioso que se estaba pudriendo en la 226, pero no me culpen, yo solo soy un profesional, y de los finos. Me pagan —siempre insuficiente—, y aprieto el gatillo. No disfruto, pero tampoco me tiembla el pulso. El que tendría que estar en este ascensor es uno de sus nietos, el que soltó los cincuenta mil machacantes, escondido tras el roble americano de la mesa de su despacho de abogados en el Paseo de la Castellana.
—Un momento, un momento —intervino el anciano de la barba enfermiza—, si estamos mezclando asesinato y traición, usted va al noveno círculo, no al séptimo. Le va a encantar, los prados de asfódelos son tan extensos que una sombra errante podría vagar libremente durante años sin cruzarse con nadie.
Fabián, que había escuchado muy atento al cordobés y empezaba a entender que iban directos a la tierra de tinieblas de donde no se regresa, pensó que al fin había llegado el momento de devolver al abuelo Leandro todo lo que este había hecho por él en vida.
—Espere señor…
—Caronte —contestó el anciano botones.
—Tenga —dijo depositando tres enormes monedas en la palma de su mano—, yo también me bajo en el noveno círculo.

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21 comentarios

  1. 1. Escritores anónimos dice:

    ¡Buenas tardes Bastián! Siento mucho no haber comentado en tu anterior relato, pero es que los exámenes me estaban asfixiando, por eso te comento ahora, como compensación.
    Tengo que admitir que no he encontrado ningún fallo en tu relato a pesar de habérmelo leído un par de veces (aunque tengo que decirte que no soy muy buena crítica así que no me fiaría). En cuanto a aspectos “técnicos”, la estructura es clara, el ritmo rápido, la lectura amena y la puntuación adecuada. Todo un acierto la gran cantidad de diálogos ya que es rápido de leer y uno se entera mejor.
    Metiéndonos de lleno en lo que viene a ser la historia propiamente dicha, tengo que decir que es original, yo lo veo como dos historias que se juntan, la de Fabián y la del propio ascensor. Muy original la idea de este ascensor que baja al infierno. No me han quedado muy claras dos cosas:
    1: qué significa Caronte (yo creo que es un nombre pero ¿el de quién?)
    2: por qué el protagonista se baja con el cordobés, yo supongo que para vengar la muerte de su abuelo, pero entonces tendría que cargarse al hermano.
    Espero que contestes mis dudas. Besos.

    Escrito el 17 marzo 2016 a las 18:05
  2. 2. Paola dice:

    Hola Bastan
    Precioso!!!!!
    Ahora no puedo comentar, en cuanto pueda te digo

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 13:10
  3. 3. Paola dice:

    Aquí estoy!!

    Si Dante levantara la cabeza!! Yo creo que se lo pasaría “divino” con tu relato.

    Vaya ocurrencia! Me ha parecido magistral.

    Me encantó la entrada :Cuando se cerraron las puertas, el olor a desinfectante de hospital y sábanas lavadas con lejía, dejó paso a una humanidad de siglos con un cierto toque a azufre.
    Lo intuí con lo del azufre y dije: No me lo puedo creer!

    Bien llevado, el Caronte todo un tipo, perro viejo harto de todo.
    ¿Que se creería Fabian que eran los campos de asfódelos? Le tuvo que sonar bien para tomar la decisión.
    Y, no sé como lo has hecho, pero en 750 palabras te ha dado tiempo a meter una historia secundaria, la del mafioso y su imperio con pies de barro

    Me ha encantado, me he divertido un montón. Enhorabuena.
    Nos leemos

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 19:28
  4. 4. Earendil dice:

    Saludos, Bastián Robinson.
    En primer lugar felicitarte sinceramente, pues es uno de los mejores relatos que he leído hasta ahora en el taller de este mes.
    Vengo de comentar el de Escritores Anónimos y he leído que tenía unas dudas sobre tu escrito. Tú le comentabas que se las aclararías tras diversos comentarios, para tener más valoraciones. Pues ahí va la mía.
    Me gusta mucho la mitología griega, y yo sí sé quien es Caronte, pero esa duda ya se la resolverás tú a quienes desconozcan el dato. De todas maneras, el texto se entiende perfectamente sin saberlo, pues bien podrías haber utilizado otro nombre y la historia no hubiese sufrido ningún menoscabo por eso.
    Me gusta especialmente la comparación de los distintos desniveles del ascensor, con los diferentes círculos en que Dante Alighieri divide el Infierno, en su famosa Divina Comedia. De manera muy sutil, has ido presentando a los personajes de tu relato en función de sus pecados, en un diálogo fluido y sencillo, que nos pone en situación inmediatamente.
    Respecto a la otra duda de Escritores Anónimos, yo tampoco lo tengo muy claro. Si su intención es vengar la muerte del abuelo, creo que matar al pistolero no sería la solución, si no matar al hermano. Según el texto, el cordobés mata al abuelo de la habitación 226, pero el que va en el ascensor es el nieto. ¿Es que tal vez se ha equivocado y ha matado al nieto en su lugar? ¿Por eso se extraña de estar muerto tan pronto? ¿Y al oír la historia del propio asesino, decide quedarse para que su abuelo viva más tiempo y, de paso, vengue su muerte?
    Me alegro mucho de haber pasado por aquí y disfrutar de tu magnífico relato. Enhorabuena.
    Si quieres pasarte por el mío, soy el 123.

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 19:32
  5. 5. Paola dice:

    Me meto en lo que no me importa pero yo he entendido que el joven viendo que la cosa pintaba mal decide quedarse en esa planta porque cree que de entre todas ellas es la mejor por lo de los campos de asfódelos que no es en realidad otra cosa que el infierno para los antiguos griegos.

    Bastian, sacanos de dudas!!

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 20:00
  6. 6. Chiripa dice:

    Hola Bastián,
    Me ha gustado tu relato.
    Es original, tejido con fino humor y diálogos que nos ubican a los pecadores en el lugar que les Dante les daría.
    Me quedó la duda de por qué el nieto del mafioso termina en l’inferno.

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 21:00
  7. 7. Bastián Robinson dice:

    Hola compañeros!
    Lo primero de todo, por supuesto, muchísimas gracias por pasaros por mi relato, es un gran honor tener compañeros tan comprometidos, y si he logrado que paséis un buen rato, me alegro muchísimo. No hay mayor reconocimiento.
    Por un lado me divierte mucho el hecho de que mis relatos (o parte de ellos) tengan diferentes interpretaciones, o haya aspectos que no se entiendan. Eso se explica perfectamente porque mi cabeza es así: un caos. Pero por otro lado, creo que es uno de mis peores defectos como aprendiz de escritor, que no acabo de transmitir la IDEA, aunque sí (quizá) la belleza de la misma. Intento superarme día a día (como Rambo), y vuestros comentarios me ayudan muchísimo.
    La idea en “Caminos de Dante” era hacer un paralelismo entre los Nueve Círculos de Dante, el acceso al más puro infierno, con la bajada del ascensor, en este caso de un Hospital. Aunque estoy seguro que muchos lo conocéis, el personaje de Caronte, o Carón, según la mitología griega, era el barquero que permitía el tránsito de las almas de los nuevos difuntos de un lado al otro del río Aqueronte (en el Hades, más o menos el infierno), viaje por el que pagaban un óbolo (moneda de plata). Por eso en la Antigua Grecia era tradición enterrar a los cadáveres con una moneda bajo la lengua. En este caso el paralelismo convierte a Caronte en un ascensorista. Los tiempos cambian…
    La trama principal supone que el cordobés ha asesinado al viejo y ¿cómo ha muerto?, eso forma parte de otra historia en la que está envuelto el abogado (prometo desarrollarla cuando otro reto lo permita, pero está relacionada con la rivalidad de los dos clanes. Forja de mitologías de cuchillo y esquina, como dice el viejo maestro Borges).
    Lo siento Paola, pero aunque no tiene mala pinta de los paseos por los campos de asfódelos, el verdadero motivo de que se queda en el noveno círculo es vengarse, en la figura del mercenario (por eso le paga un extra al ascensorista). Pero ahí es donde cojea de verdad la historia (gracias Escritores Anónimos, Earendil y Paola), porque una venganza real sería contra el otro de los nietos, el abogado, y no contra el mercenario (aunque digamos que inocente del todo no es). Cuando Fabián se “huele” que de ahí no sale, que va hacia el infierno, decide al menos bajarse con el cordobés, y quizá endiñarle unos pases de acero toledano en los higadillos. Me he permitido la licencia (creo que el manual del buen realismo mágico así me autoriza) a que el verdadero motivo por el que Fabián se mete en el ascensor, es un ERROR. Él en realidad sí que iba a tomar un café…
    Bueno pues así es mi cabeza, un desastre el 99% del tiempo, jajaja
    Siento haberos endosado este peñazo, y reconozco que si he tenido que hacerlo, es porque no he sabido transmitir. La CLAVE para llegar al lector. Tengo mucho que mejorar en ese sentido.
    Gracias y nos seguimos leyendo!!

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 21:13
  8. 8. Bastián Robinson dice:

    Para Chiripa!
    Perdona por no mencionarte, creo que has escrito el mensaje mientras yo hacía lo propio con el mío…
    Gracias por pasarte por mi relato, y por tus comentarios. Espero solucionar las dudas (normales) que tenías.
    Gracias y nos leemos!

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 21:16
  9. 9. earendil dice:

    Hola de nuevo, Bastián Robinson.
    Acabo de leer el comentario que me has dejado en el relato de Escritores Anónimos, sobre el espacio entre la raya de diálogo y el signo de interrogación/exclamación. No sé por qué algunos procesadores de texto señalan como un error que no se deje ese espacio, pero hay que ignorar la sugerencia, ya que entre la raya y la primera letra no debe haber espacio alguno, como en cualquier diálogo que empiece por letra.
    Saludos y hasta otra.
    P.D. Por cierto, ¿has leído el Último Catón, de Matilde Asensi? Creo que te gustaría.

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 20:06
  10. 10. Caritobel dice:

    Hola Bastián.
    En cuanto a lo formal, me di cuenta de algo en la siguiente oración.

    “sofocado de la mezcla de acetona y vapores de orín de la habitación en que se hallaba el abuelo Leandro”. Yo hubiese puesto “por la mezcla…” y “en la que se hallaba”.

    Soy súper nueva con el tema de análisis formal, así que en algunos relatos me doy cuanta con más facilidad y en otros no de los posibles errores. Pero en tu caso, no tengo más que endosarte. Me pareció una escritura prolija, y correcta.

    Ahora con el tema contenido, me resultó interesante la temática y esta analogía con la historia de la divina comedia. Pocos fueron los que supieron superar- y yo me incluyo- la temática de la fantasía sexual en el ascensor, o la traición y muerte en el mismo espacio. Y vos, sí que incluirse una temática diferente.

    Creo que aunque va súper fluido hasta la parte en que aparece el sicario, luego de eso la historia se pierde bastante, confundiendo demasiado. Incluso aunque Fabián estuviera en ese ascensor por equivocación, y no estuviera muerto. Muchas dudas aparecen, como la de no saber que hace el matón ahí, ¿Salió mal el trabajo con el abuelo Leandro y alguien lo decidió matar a él? Es que no me explico porque el cordobés esta ahí también. Y tampoco entiendo como Fabián se puede vengar de los asesinos de su abuelo en el infierno. Yo hubiese hecho otro trato.
    Yo entiendo que a veces alguna información puede aparecer insinuada- como decís vos que hay otro relato para explicar lo de los clanes-, pero otras deben dejarse como hilo conductor para el final. Si no hubiese sido por esto que te comento, la historia hubiese sido impecable.

    Te re entiendo cuando decís que tu mente es un caos y se refleja en la historia, a mi me pasa lo mismo. Me imagino ochocientas mil cosas que no se pueden plasmar en setecientos cincuenta palabras, y me quedan cosas inconclusas a veces. Quiero decirlo todo, pero que se entienda, y a la misma vez dejarle mi marca a la historia, y medio que a veces me enredo. – hago catarsis, ja ja ja-

    En fin, te dejo saludos. Si querés pasarte por mi texto soy el 194.

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 20:36
  11. 11. Bastián Robinson dice:

    Para Earendil:
    Muchas gracias por resolver la duda que tenía respecto al guion. No paro de aprender en este foro, la verdad es que es un auténtico placer.
    Respecto a El último Catón, me la leí al año siguiente de su publicación (que fue en 2001 si no recuerdo mal), y la verdad es que me encantó. Recuerdo que La Divina Comedia era clave para la resolución del misterio, y bueno en general el clásico de Dante es un pedazo de libro que no debería faltar en los anaqueles de los bibliófilos, entre los que me cuento.
    Gracias de nuevo Earendil, y nos leemos!

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 23:25
  12. 12. Bastián Robinson dice:

    Para Caritobel:
    En primer lugar, gracias por pasarte por mi escena. Tus comentarios en lo formal me parecen muy valiosos, y tomo buena nota de ello.
    En cuanto al contenido, tienes toda la razón punto por punto. No he sido capaz de transmitir la idea claramente (creo que no estaba clara ni en mi cabeza), y por ello se han generado tantas dudas. Los lector@s valientes que dicen claramente los fallos que ven, son los que hacen que mejoremos y estemos cada día más cerca de nuestros sueños.
    Teniendo en cuenta todos los fallos de contenido que han salido, estoy “pariendo” un relato, esta vez sin límite de espacio, que espero se entienda y se expanda. Gracias de nuevo.
    Voy a estar unos días desconectado y en cuanto vuelva, me paso por el círculo 194.
    Nos leemos!

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 23:31
  13. 13. Werchy lam dice:

    Querido Bastian, de caos nada, y en cualquier caso si eres caótico, bienvenido seas tu, y todos los caóticos que se te asemejen.
    ¡Cómo me ha gustado tu relato!¡Ole tu pare, tu mare y todo tu “caotismo” 🙂
    Antes de que se me olvide, aquí en los comentarios no me salen los guiones largos. Y otra cosa, a mi me pasa igual me marca como error ortográfico el guion largo de dialogo cuando va una interrogación.
    Ahora vamos a los fallitos:
    -…botones-. A ver, ¿alguien va al menos uno..”- falta la coma
    – mirada resignada-.Nunca se lo espera uno….- Debe de haber un corte, así que punto.
    -Muy bien, ¿alguien va al menos cinco….- la coma otra vez
    – Vale, vale-cortó el supuesto botones….barba rala-. Les ruego que no me cuenten su historia”
    Punto, porque el “vale” se lo dice a uno, y lo de la historia al resto.
    – Muy bien,¿alguien va al menos cinco?
    Coma de nuevo tras el muy bien
    -En la misma frase: iracundos perezosos? Se dispone de un Diccionario Moderno de Términos perezosos….
    Aquí necesitas una pequeña acotación entre iracundos perezosos y el Se dispone. Algo como que mire a las caras de los integrantes del ascensor y ante su falta de respuesta añada: Se dispone de un Diccionario Moderno de Términos Pecaminosos, en mayúsculas porque está citando un libro, entrecomillado o con cursiva, como tu quieras.
    -Un momento, ¿qué broma es esta?- de nuevo la coma
    ¡Cómo me he reído con lo de la cafetería!
    Bueno sigo.
    – el aire se redujo, no se esfumó
    -Eso podría ser un enfado. Esto entre comillas angulares, que ahora no quieren salir. Alt 174 y Alt 175. Sobre todo porque parece ser un pensamiento o de Fabian o en general de todos.
    Pero, ¿cómo demonios?- La coma. Si tras la interrogación escribes en minúsculas le precede una coma, si escribes en mayúsculas, un punto. A tu elección depende de la pausa que quieras hacer.
    Sofocado por la mezcla
    A ver- pausa-¿Alguien baja más?- o como o punto, ya sabes
    Me pagan, siempre insuficiente, y aprieto el gatillo- entrecomas y otra cosa, quizás mejor insuficientemente, pero como es mejor tirar poco de adverbios acabados en mente, pues poco. Y mejor entre comas, aunque eso va en gustos, a mi no me gustan los guiones.
    Un momento, un momento-intervino el anciano de barba enfermiza-.Si estamos hablando…
    Mejor hacer una pausa, así que tras enfermiza, guion, punto y Abro en mayúsculas.
    ¿barba enfermiza?
    Aunque te parezca mucha cosa no lo es tanto. Son correciones que muchas de las veces las hacen las editoriales. Creo que a García Marquez siempre habría que corregirlo formalmente. No te apures pues. A mi también me pasa veces, sobre todo si voy con prisas.
    En cuanto al pago de Fabian, es verdad que eso no nos a quedado claro. Es solo un retoque. En cuanto a eso bastará un simple pensamiento de Fabian entrecomillado con angulares para decir, como tu quieras. Yo sigo al cordobes para cargármelo y luego ya veré como subo, algo así.
    Independientemente de los fallitos me ha encanto leerte, descubrirte y corregirte. Te pienso poner en mis imprescindibles, porque que forma más amena, divertida, didáctica incluso, que tienes de escribir.
    Y ahora sí, por favor, por favor, pásate por el mío. Soy el 82
    Un abrazo.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 19:13
  14. 14. Werchy lam dice:

    Mejor,
    Me pagan siempre poco, y aprieto el gatillo. Lo veo mejor así

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 19:20
  15. 15. Werchy lam dice:

    ¡Madre mía la de errores que he puesto yo al escribirte! 🙁

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 19:22
  16. 16. Melisa dice:

    Hola, Bastián.

    Creo que es la primera vez que leo un relato tuyo. Me recomendaron especialmente que pase a leerte y me alegro mucho de haberlo hecho. 😉

    Muy interesante la historia. Personalmente, creí que Fabián bajaba al noveno círculo para esperar allí a su hermano. Aunque pensándolo bien, al hermano nunca le correspondería ese círculo, al no ser más que un asesino intelectual.

    Tengo algunas pequeñas sugerencias (todas totalmente subjetivas):

    En “A ver ¿alguien va al menos uno?”, me parece necesario aclarar que se trata del “círculo” menos uno, porque tal como está cuesta leerlo como -1.

    En “Se dispone de la nueva edición del Diccionario”, pienso que quedaría mejor “Dispongo de la…” o “Aquí tengo la…”.

    En “uno poseía un importante despacho de abogados en la capital, el otro, su preferido, era Fabián.”, me parece necesario cambiar la coma antes de “el otro” por un punto y coma.

    Felicidades por tu relato, lo disfrusté mucho. ¡Hasta la próxima!

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 21:17
  17. 17. Mariaje dice:

    Hola Bastián,
    me leí tu relato por recomendación de Werchy Lam y tal y como ella prometía, no me ha defraudado.
    Me ha gustado mucho; la idea me parece muy inteligente y está muy bien escrito. Me ha divertido mucho la naturalidad con la que los personajes asumían su triste destino. También destacaría ese puntito cómico que has dejado caer al meter a una prostituta moldava, el nieto de un mafioso y un matón cordobés juntos en un ascensor… Menuda mezcla. Lo que no sé es como no está también el abuelo, porque los jefes de las mafias deberían ir al infierno digo yo.
    Me lió el final, pero ya he leído en los comentarios tu explicación.
    Enhorabuena por tu relato. Si quieres pasarte por el mío, es el 189, me gustaría conocer tu opinión.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 22:48
  18. 18. Don Kendall dice:

    Hola Bastián
    Solo me queda dar unos aplausos y hacer la ola, después de todos los fallos que te sugirieron más arriba.
    Lo que menos me gusta es la explicación a la que te obligaste. No era necesaria, Maestro ;-). Te seguiré leyendo y seguiré aprendiendo de tu buen trabajo. Muchas gracias por compartirlo.
    Un abrazo

    Escrito el 23 marzo 2016 a las 23:49
  19. 19. Juana Medina dice:

    Hola Bastián,
    Tuve que corregir porque empecé con Hola Dante. Es la primera vez que leo un relato tuyo y estoy deslumbrada. Todo lo que consigues con 750 palabras es impresionante. ¡Chapeau!
    El matón cordobés me ha encantado tal vez porque somos compatriotas, pero sobre todo porque lo oía con su tonada provinciana.
    Lo encontré bien escrito con un lenguaje fluido y agradable más una historia secundaria.
    Fue un placer leerte.
    Un saludo

    Escrito el 24 marzo 2016 a las 02:09
  20. 20. Bastián Robinson dice:

    Para Werchy Iam:
    Mucha gracias por pasarte por mi relato y por tu completísimo análisis, especialmente en la cuestión de la puntuación. He aprendido un montón (especialmente, lo que más se me ha quedado, la coma antes de la interrogación cuando va con minúscula).En cuanto al contenido, ya se que el clarificar lo que quiero transmitir es una asignatura pendiente, que gracias a comentarios como el tuyo, espero mejorar muchísimo.
    Gracias de nuevo y me voy directo al círculo 82… a ver qué me espera.
    Nos leemos!

    Escrito el 24 marzo 2016 a las 07:43
  21. 21. Peter Walley dice:

    Hola Bastián,

    Muy original, he disfrutado mucho leyéndolo. La estructura en la que has ido introduciendo los elementos del relato y el final que le has dado me parece perfecto.

    Ya puestos, yo le habría añadido algo más de misterio a cómo acaba Fabián en ese ascensor (en lugar de que se meta sin más), pero es un detalle pequeño en un gran conjunto.

    Saludos.

    Escrito el 31 marzo 2016 a las 17:06

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