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La chica del ascensor - por Diana Arnau

Me metí en el estrecho ascensor y recé porque no entrase nadie más, necesitaba estar sola. Soltar esa ansiedad que me oprimía el pecho. Presioné con insistencia el botón, pero las puertas no se cerraban. Llena de rabia y con los ojos rebosantes de lágrimas desistí y me apoyé contra la pared intentando que mis piernas no me fallasen. Entonces escuché unos pasos que se apresuraban. No quería ver a nadie, así que volví a presionar el botón. Ni caso. El ascensor estaba en mi contra. Cerré los ojos y respiré hondo para aparentar ser una persona normal y entró una chica.
Me cayó mal desde el primer momento, no quería ver a nadie. Necesitaba estar sola.
Me miró de reojo y yo seguí mirando al suelo. Accionó el botón y se cerraron las puertas. Puto ascensor… ¿ahora sí, no?

El cubículo empezó a ascender. La tensión se notaba, esa necesidad de hablar con alguien por el mero hecho de estar encerrados en el mismo metro cuadrado….

No quería, no quería saber nada más de nadie.

De repente un ruido raro, un crujido inesperado, me sacó de mis maldiciones mentales. El ascensor se paró y las luces empezaron a parpadear.

¿Algo podía salir peor? Si, seguro que podía, así que mejor no hacerse esa pregunta.

– Pero ¿qué coño…? -dijo la chica presionando de nuevo los botones.
– ¡Joder! Lo que faltaba…
– Este viernes nos ha traicionado… ¡Parece lunes! -dijo sonriéndome.

Entonces fue cuando reparé en ella. Tenía una sonrisa encantadora. De esas que salen sinceras. Una nariz muy personal, pero no demasiado grande. Unos ojos oscuros maquillados con eye-liner y el pelo corto blanco como la nieve. Estaba tan ofuscada que no había reparado en el brillo de su pelo. Presionó el botón de llamada de emergencia, ya que yo no me movía de mi esquina.
Tenía los brazos cruzados sobre el estómago. Era mi postura habitual desde hacía unos meses.

Los tonos de llamada se sucedían y no respondía nadie. Volvió a llamar.

Un tono…

Dos tonos…

Tres tonos…

– Servicio de emergencias ¿dígame? – al oír la voz sonreímos.
– Disculpe, el ascensor se ha parado y las luces parpadean.
– De acuerdo…

Tenía una voz tan agradable. Tardarían unos minutos en localizar la avería y mandar al técnico. Todo se solucionaría pronto.
No sé si fueron esas palabras o el hecho de estar encerrada en un ascensor a muchísimos pisos de altura, pero empecé a sentir miedo. Una sensación de desolación empezó a apoderarse de mí, el nudo en la garganta se hacía más grande y las ganas de llorar se me acumulaban. Me contuve, pero empecé a respirar con dificultad y a notar que la presión del pecho aumentaba.
Me deslicé por la pared y me senté en el suelo abrazándome las rodillas. Mi respiración se aceleraba y sentía que aquel cubículo se hacía más pequeño. Empecé a ver las cosas borrosas así que decidí cerrar los ojos. Me estaba mareando.
La chica se dio cuenta y se agachó a mi lado. Echó el brazo sobre mis hombros y me susurró.

– Tranquila. Escucha mi respiración. Imítame. -me giré y la miré extrañada, no me gustaba que me tocasen.- no, relájate. Cierra los ojos y no pienses en esto. Escucha mi respiración. Céntrate en eso. -no sé si fue que la hice caso pero empecé a sentir que la presión del pecho disminuía y que el mareo cesaba. Ahora me sentía cómoda a su lado.

No encontré palabras en mi diccionario mental para describir lo que allí estaba pasando. Me quedé quieta, mirándola. Tenía una mirada tan tranquila, parecía que veía dentro de mi. Me miraba formando una sonrisa con sus labios, sin rastro de traición, ni de engaño en sus ojos; parecían tan puros…

– Me llamo Saisha. -me tendió la mano. Sonriente.- Encantada.
– Judith.

Al rozar su piel sentí cómo si la nube negra que se cernía sobre mí desapareciese, los pensamientos negativos se esfumaban y me sentía bien.

– Qué bien verte sonreír.

Dijo eso con su melosa voz y lo escuché con cierto eco. De repente dejé de sentir su mano con la mía, abrí los ojos que no recordaba haber cerrado y no la vi. No había nadie. Solo yo y mi reflejo en el espejo, con la mano tendida.

El ascensor se abrió. Seguía en la planta baja.

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6 comentarios

  1. 1. Carolina dice:

    Hola me ha gustado tu relato, al principio muestra una escena convencional pero a medida que avanza la protagonista tiene que vencer ciertos conflictos dentro de un ascensor con la ayuda de alguien o tal vez solo consigo mismo. Ese punto del relato yo creo que es decisivo y ayuda a que el lector interprete e imagine.
    Muy bueno!

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 21:30
  2. 2. Arameo dice:

    Hola Diana. Me ha gustado mucho tu relato. Se siente muy personal y lleno de interpretaciones. Desde la introducción al interior ensombrecido de la protagonista, hasta el hecho de que sus brazos dicten significado.

    Qué cuenta: Es el relato de Judith, una chica que se topa con el significado de la vida en un ascensor

    Lo mejor: El realismo fantástico me gusta mucho, y tu relato es muy personal y da mucho

    Lo peor: Podrían dibujarse más los conflictos internos del personaje para darle fuerza

    En una palabra: Estupendo

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 06:50
  3. 3. Eve dice:

    Hola Diana. Quería decirte que ha gustado mucho tu relato. Como dicen en un comentario anterior, es muy bueno que el texto deje que el lector imagine.
    Me encantaría saber qué pasa después, espero que sigas escribiendo porque vas por muy buen camino.
    ¡Espectacular!
    Un saludo.

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 17:30
  4. 4. Paola dice:

    Hola Diana

    La primera parte del relato me ha gustado mucho pero según avanzas va perdiendo fuerza quizás porque no sabemos nada acerca de su problema.

    Se lee bien y se entiende todo.

    En cuanto a la forma, si me lo permites, te comentaré algunas cosas que yo cambiaría:

    “– Tranquila. Escucha mi respiración. Imítame. -me giré y la miré extrañada, no me gustaba que me tocasen.- no, relájate. Cierra los ojos y no pienses en esto. Escucha mi respiración. Céntrate en eso. -no sé si fue que la hice caso pero empecé a sentir que la presión del pecho disminuía y que el mareo cesaba. Ahora me sentía cómoda a su lado.”

    Este párrafo está un poco confuso, el lector se tiene que parar y volver atrás para entender lo que pasa y repites “escucha mi respiración”. Yo lo sustituiría por algo como esto:

    “– Tranquila. Escucha mi respiración y trata de imitarme.
    Me giré y la miré extrañada, no me gustaba que me tocasen pero ella seguía sonriendo y añadió:
    – no estés nerviosa, relájate. Cierra los ojos y no pienses en nada.
    No sé si fue por hacerle caso pero empecé a sentir que la presión del pecho disminuía y que el mareo cesaba. Ahora me sentía cómoda a su lado.”

    Como ves he cambiado un poco la puntuación y nada más.

    En el siguiente párrafo repites tres veces la palabra mirada o mirando, busca sinónimos.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 13:56
  5. 5. Dianet dice:

    Hola Diana Arnau, gracias por pasar por mi relato y comentar. Mejoraré esos diálogos 😉

    Me sorprendió tu historia, pues me ha gustado mucho y sobre todo esa confusión del personaje, me dio a entender que todo se lo imaginó y quizás esa chica era ella misma. Enhorabuena.

    Por otro lado note unas cuantas faltas de corrección. Consejo: Para la próxima revisa el texto barias veces y déjalo descansar unos días. No tengas prisa en mandarlo pues no sirve de nada que este ante de tiempo si no esta bien corregido. Siempre es importante.

    Repites mucho la misma frase hasta en un mismo párrafo (…no quería ver a nadie…) La primera vez que lo dijeras era suficiente ya el lector sabría lo que ella quería desde un principio.

    (…Tenía una voz tan agradable…) Esa frase como que no debería de ir en ese principio del párrafo.

    Y los guiones, siempre largos!!!

    No te preocupes es el primer relato que escribes aquí en el taller y es normal. Pero te aseguro que aprenderás mucho, como yo, que sigo aprendiendo cada mes.

    Nos leemos!! Saludo.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 10:16
  6. 6. Diana Arnau dice:

    Bueno! ¿Por dónde empezar?

    Agradeceros a todos los comentarios, me han emocionado realmente y me dejan sin palabras!

    Carolina, me alegra que te haya gustado, muchas gracias.

    Arameo, creo que defines a la perfección lo que quise transmitir. Muchísimas gracias.

    Eve, pues sí. En realidad el personaje es la protagonista de una “novela” que llevo tiempo intentando terminar. A ver si algún día me decido y muestro algo. Me encanta que te guste, muchas gracias.

    Paola, sí, releyéndolo de la forma en que lo has escrito tú queda mucho mejor. Muchas gracias, lo tendré en cuenta para la próxima.

    Dianet, en realidad lo dejé reposar y todo! jajaja Pero debí revisarlo más meticulosamente. En referencia a lo de “No quería ver a nadie…” más que para que el lector lo supiese era para intentar dar la sensación de que ella se lo repetía a sí misma para autoconvencerse…
    No sé, realmente mi idea principal era otra, pero según lo fui escribiendo se transformó.

    Y dicho esto, reitero mis agradecimientos por tomaros la molestia de comentar mi texto, eso me ayudará a aprender y a seguir escribiendo. Un abrazo.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 11:58

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