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EL ULTIMO TRAYECTO - por conchi

––Estoy cansado de este trabajo, subiendo cafés, recados, todo el día a la veintitrés. Hoy será el último día, hablaré con el jefe y aunque vuelva a sobornarme con otra miseria, está vez es un no rotundo.––Hablando solo, Pablo malhumorado en el ascensor, apretó el botón en la primera planta donde se encontraba la cafetería y la Biblioteca. Las carcajadas de dos jóvenes que habían entrado en el bajo, captaron su atención. Leían una revista. La rubia de ojos claros, cruza su mirada con la de él. Le sonríe siendo correspondida. La otra joven sigue leyendo en voz alta sin dejar de reír.
––Tu signo pisciano está recibiendo un regalo cósmico que transformará tu vida amorosa positivamente.
––¿Eso les sucederá a los piscis? ––pregunta Pablo. Ellas dejan de reír, lo miran serias e interrogantes.
––Si, yo soy piscis, y espero hace tiempo esa oportunidad. ––dice amistosamente. La mirada de la joven vuelve a fundirse con la de Pablo provocando un volcán en su interior. El diccionario que Pablo lleva en la mano cae, los dos se agachan a recogerlo. Pablo roza su mano sin proponérselo y un escalofrío corre su cuerpo. Ella enroje. La joven que ve interrumpida su lectura, puede percibir la química surgida entre ellos. Mirándolos con media sonrisa, y de forma irónica se dirige a Pablo.
––¡No cabe duda que este es su día! Con cierto bochorno la joven rubia de ojos azules, baja la cabeza. Pablo mira a los ojos a la joven de la revista, respondiendo amablemente a su observación.
––¿A qué piso van?
––Al veintitrés, a una entrevista de trabajo.
––No me diga que van a la empresa Boeder,S.A.––dijo Pablo con cierto entusiasmo.
––Exactamente allí va ella, yo solo la acompaño.
––Yo trabajo allí, y hoy podría haber sido mi último día, pero creo que ese horóscopo me cambio el rumbo. ––Pablo dirige la mirada a la joven que le ha dado la vitalidad de un adolescente.
––Puedo presentarte al jefe, le llevo este diccionario, puedo recomendarte.
––Se lo agradecería mucho. ––dijo la joven con cierta timidez. ––El ascensor paró en el piso diecisiete. Una señora cargada de carpetas entró. Pablo con gesto galante se dirige a ella.
––Deme, démelas, yo se las llevaré.
––No, no pesan, además voy a la diecinueve.
––En ese momento el ascensor cambio de rumbo hacia abajo.
––¡Vaya, nos lo han quitado! Vamos para abajo otra vez, ahora ya no será tan corto su viaje, sigo dispuesto a llevarle sus carpetas. ––dijo Pablo a la señora, mientras que las dos jóvenes cruzaban sus miradas sonriendo por la situación.
––Dieciséis, quince, catorce trece. ¡Lo que digo, nos llevan al bajo! ––El ascensor se detuvo en la primera, entrando una joven, bien vestida, con pinta de secretaria con una bandeja y tres cafés en vasos de cartón. Dirigiéndose a Pablo le comentó.
––Señor Pablo, si fuéramos novios seguro que no nos veríamos tanto, ya le he visto hoy tres veces, y solo son las diez de la mañana.–– En ese momento la señora que iba cargada de carpetas le resbaló una de ellas cayendo encina de los cafés. Y estos a la vez encima de las dos jóvenes. Las miradas de todos ellos se posaron en las dos jóvenes. La joven secretaria al encararse con la joven rubia de ojos azules retrocedió unos pasos con cierto nerviosismo, cosa que llamó la atención de todos atrayendo todas sus miradas. Con cierta decisión golpeo el botón del ascensor intentando pararlo con el fin de salir cuanto antes de allí. Pablo dirigiéndose a ella un tanto preocupado por su estado repentino, le pregunta.
––Carmina ¿Qué le ocurre?
––Pare, pare el ascensor tengo que bajar, aquí huele que apesta.
––Bueno mujer, no es para tanto, solo huele a café. ––La señora de las carpetas no salía de su asombro con la que había organizado. Y solo pedía disculpas a todos, pero parecía que nadie la escuchaba. El histerismo de la secretaria ponía nerviosos a todos. Pablo se vio obligado a tomarla por el brazo y zarandearla intentando calmarla.
––Carmina ¿Qué le ocurre? ––Mirando con acentuado asco a la joven rubia de ojos azules no dudo en decir.
––El, él es el causante de mis problemas y de lo que le pasó a mí hijo, siento asco, me da nauseas, ¿Qué hace aquí?–– Pablo no salía de su asombro.
––¿Esta preciosidad de criatura es tu marido?…. ¡Esto es más que una traición! ¡Ahora que empezaba a creer en el horóscopo! ¡Dejo este trabajo!….Definitivamente.

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5 comentarios

  1. 1. Noemi dice:

    Hola Conchi,tu relato es original, casi una escena de película, pero lo encuentro un poco desequilibrado estructuralmente, el principio resulta demasiado largo y el final muy brusco,quizás debieras haber preparado mejor el terreno, los personajes secundarios (la amiga y la señora de las carpetas) tienen demasiado protagonismo mientras que la chica? y Carmina que son protagonistas tienen muy poco. Supongo que en “Ella enroje” quisiste decir enrojece. En fin, espero haberte servido de algo con mi sugerencia. Que tengas mucha suerte, si quieres leerme estoy en el 118.

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 00:23
  2. 2. Luis Ponce dice:

    Hola Conchi:
    La idea es interesante, pero hay que trabajarla bastante.
    El uso de los guiones largos en los diálogos tienen sus reglas, igual la manera de expresar los pensamientos entre comillas. Ambos detalles pueden ayudarte a mejorar la construcción del relato ya darle más credibilidad.
    Es difícil creer que la chica de ojos claros se preocupe por el diccionario caído.
    Si estás hablando de pisos deberías ir al diecinueve no a la diecinueve.
    El cambio de rumbo del ascensor es difícil de creer después de que dos personas habían apretado el veintitrés y el elevador iba de subida.
    La frase”En ese momento la señora que iba cargada de carpetas le resbaló una de ellas cayendo encina de los cafés” es comprensible pero está mal escrita.
    La frase “aquí huele que apesta” me suena redundante.
    El final es confuso, precipitado.
    Si replanteas la construcción puedes logar algo interesante.
    Saludos.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 00:09
  3. 3. Werchy lam dice:

    Hola Conchi,
    Opino como Luis que la idea es buena pero debes trabajarla y rehacerla. Hay fallos de concordancia verbal en las primeras frases que rompen la lectura. Si dice “apretó” “habían entrado” y “Leían” en los párrafos siguientes dices “cruza” “pregunta” “dice”. La voz del narrador no está clara al respecto.
    Es verdad que has desarrollado mucho la parte central y el final se te ha precipitado. Échale un vistazo a dos relatos que te voy a aconsejar donde en los ascensores han entrado o ha habido más gente a parte del protagonista y los han introducido muy bien con breves pinceladas, además son muy divertidos y frescos; el de Bastian Robinson y el de Mariaje.
    Lo mejor de tu texto pese a los fallos de estructura es la sencillez, y el giro final, así que sigue por ahí.
    Nos vemos

    Escrito el 24 marzo 2016 a las 23:05
  4. 4. Voldo dice:

    Hola Conchi,

    Estableces un ritmo muy bueno al principio, pero luego a mitad del escrito la historia sufre un giro repentino. Aceleras el ritmo y mi opinión es que creo que es porque quisiste poner la palabra traición, con lo que deduzco que tuviste que hacer ese cambio.

    No siempre es bueno creer en el horoscopo 🙂

    Escrito el 25 marzo 2016 a las 08:05
  5. 5. Luis Ponce dice:

    Hola Conchi:
    Gracias por tus comentarios. Todo lo que me pides está a la mano, si vas a recursos para escritores en el panel derecho de la página de Literautas, encontrarás la más amplia gama de ayudas técnicas.
    Nos leemos.

    Escrito el 29 marzo 2016 a las 14:47

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