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El ascensor de las ocho y diez - por Laia Gabue

Web: http://www.milrinconesinfinitos.blogspot.com.es

«¡Ahí está! ¡Por fin!» El sonido del ascensor subiendo. Despego la oreja del interior de la puerta frotándomela para que desaparezca el ligero entumecimiento. Abro y salgo tan rápido cómo puedo al rellano. Toco el botón del ascensor justo antes de que lo hagan desde el piso inferior, por lo que el aparato pasa de largo recogiéndome a mi primero. Una vez dentro me acomodo la chaqueta y alboroto un poco el pelo con ambas manos dándole ese toque salvaje que me sienta tan bien. Pellizco suavemente mis mejillas, doy un suspiro largo y me preparo para que la mejor de mis sonrisas esté lista en el momento exacto en que las puertas se abren en el cuarto piso y entre él.

—Buenos días —dice levantando la cabeza para observarme de forma fugaz y se gira hacia la puerta nada más entrar, dándome la espalda.
—Buenos días —contesto soltando un pequeño gallo. «Dios que nervios ¡Mierda!, que estúpida soy, había olvidado darle al botón de la planta baja y ha tenido que darle él. Creerá que soy idiota.»

Empieza la bajada. Con los pies fijos en el suelo alargo tanto como puedo el cuello hacia delante y cierro los ojos inspirando tan silenciosamente como me es posible para disfrutar un segundo de su dulce aroma a recién levantado. No huele a jabón, ni a colonia, pero el olor de su piel me resulta más que apetecible.

«De repente da un golpe al botón rojo de parada del ascensor haciendo que el aparato se detenga en seco. Se gira, clava sus intensas pupilas en las mías y sin dejarme pronunciar palabra me cierra la boca con un apasionado beso. Nuestras lenguas se enroscan una y otra vez en un lazo infinito. Mientras con la mano derecha agarra firmemente mi cabeza enredando sus dedos en mi pelo, la otra desabrocha con destreza uno a uno los botones de mi camisa dejando a la vista el sujetador de encaje negro. Me besa los pechos y empieza a reseguir mi cuello con la lengua hasta llegar a la oreja donde acaba dando un suave mordisco al lóbulo. Entonces se detiene un momento para mirarme de nuevo, siento su respiración sobre mis mejillas. Nuestras manos entrelazadas. Los cuerpos tan pegados que puedo sentir la dureza de su entrepierna contra mi. Vuelve a besarme mordisqueándome el labio inferior. Coloca mis brazos por encima de la cabeza juntando las muñecas, que aprieta fuerte contra la pared con una sola mano, a la vez que la otra se desliza ligera por mi muslo, se cuela por debajo de la falda y me quita las bragas. Luego…. ¡Mierda! ¡Pero si hoy no llevo falda!»

Caigo de mi nube en el mismo momento en que el recorrido del ascensor llega a su fin.

—Hasta luego —y sale del ascensor nada más abrirse las puertas sin tan siquiera girarse.

Mientras, yo me quedo ahí, con el rubor del sofoco tiñéndome las mejillas.

«Madre mía, que calor hace hoy» pienso a la vez que agito la chaqueta despegándola del cuerpo. «¿Si Nico se enterara de lo que me ocurre cada mañana, lo consideraría traición? En mi opinión no existe la infidelidad de pensamiento pero no se si estoy demasiado capacitada para argumentarlo. Quizás debería buscar ambas palabras en el diccionario, o mejor, en Google, por estar preparada en el caso de que se enterase algún día. ¿Pero cómo se va a enterar? ¿Quien va a contárselo?¿Yo? Desde luego, a veces pienso cada tontería. Bueno, ya puedo volver a subir a casa a echarme otra vez en la cama junto a Nico. Con un poco de suerte igual consigo recuperar el sueño dónde lo he dejado. Y si no, mañana, a la misma hora y en el mismo lugar, tenemos otra cita.»

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8 comentarios

  1. 1. Verso suelto dice:

    Está ingenioso y tiene humor. Bien encajado el despertar de ese sueñi diario que no es pecado.
    Y está bien escrito.
    Felicidades.
    SI quieres pásate por el mío es el 182.

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 19:12
  2. 2. Chiripa dice:

    Hola Laia, agradezco tus comentarios y sugerencias a mi relato. Los he tomado en cuenta y he hecho algunas de las correcciones que sugeriste.
    A ppios de semana volveré por aquí para comertar tu relato, luego de cumplir con los que me corresponde comentar.
    Concuerdo contigo en que los contenidos de nuestros relatos se acercan bastante.

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 18:00
  3. 3. Caritobel dice:

    Laia: Justo vengo del texto de Chiripa, y si, se parecen mucho. ¡que tendrán los ascensores que los relacionamos enseguida con fantasías sexuales! Y fue bastante recurrente la idea en la mayoría, aunque con variaciones.
    Mientras leía, me dije a mi misma “otra vez una escena de sexo del aire”, pero no, me engañaste. Pura imaginación la de la muchacha. Mirá que solo levantarse para ver al hombre del ascensor cuando podía estar acostadita al lado de Nico, que sí le da la hora. Que fiaca, yo no lo haría, ja ja ja – y eso que soy joven-.

    Tengo una cuestión dando vueltas, me parece que no cumplís con el reto adicional porque no todo sucede en el ascensor, por lo que entiendo la mujer esta en otro lado antes de estar en el elevador. No sé si soy estricta o qué, pero creí que estaba en su departamento. Vos me dirás bien como es el asunto.

    Por lo demás me pareció un texto bien llevado, ágil, con buena escritura – si hay errores no los vi-.

    Te felicito.

    Si tenés tiempo, ganas, o lo que sea y querés pasar por mi relato soy el número 194.
    Saludos.

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 06:49
  4. 4. María Kersimon dice:

    Pasé un rato agradable leyendo tu texto que, como dicen los compañeros, es ligero, ágil y bien llevado. No hacía falta el final referido a que volvía a la cama con su pareja. Las tres últimas frases te las podrías ahorrar por innecesarias. Genial el descubrimiento de que lleva pantalones como hilo conductor para salir del (en)sueño. Tu sigue escribiendo así de bien.
    Un saludo.

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 17:14
  5. 5. Chiripa dice:

    Otra vez por aquí, Laia, pagando mi deuda.

    Observo un buen manejo de las reglas de ortografía y gramática. Y del tema del sexo en ascensores, que como que es uno de los más deseados, o mejor dicho, “fantaseado”.

    Por la forma como lo escribiste, tu relato me ha divertido mucho. Ella no necesita ni a Nico para disfrutar del sexo, ya que su imaginación se encarga de todo!!!
    La “tapa del frasco” ha sido la manera como la sacaste de su fantasía.

    Felicitaciones, Laia.
    Feliz semana

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 15:28
  6. 6. Laia Gabue dice:

    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Normalmente intento devolver los comentarios a todos aquellos a quien me comentan así que miraré de pasarme por vuestros relatos si no lo he hecho ya, jeje.

    Caritobel, tienes razón. Al principio ella está esperando al ascensor dentro de su apartamento. Ni siquiera me había planteado que esto hacía que no se cumpliera el reto ya que la historia en si, si que pasa en el ascensor, el principio sería sólo un apunte para que se entienda lo loca que está, jeje. Pero estrictamente es cierto que no todo el relato se acontece en el ascensor, así que touché… seré más cuidadosa en el próximo.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 11:37
  7. 7. Frida dice:

    Hola Laia. Como siempre un texto rítmico. Como comentaron los compañeros cuando se propuso el reto, lo del ascensor da para muchas fantasías de índole erótico. Tu relato, aun tratando un cliché, se sale de lo impuesto. Y sí, coincido en que ella está un poco loca, porque eso de levantarse todas las mañanas sólo para bajar con el chico en el ascensor… En fin, que hasta yo misma he sentido en mi piel la calor que hace en ese ascensor cuando él se va.

    Como apunte, te comento que hacia el final dices:
    ” pero no se si estoy demasiado”, el se debería haber sido sé.

    Nuevamente te felicito. Hasta la próxima.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 19:51
  8. 8. Carmen Serrano dice:

    Enhorabuena Laia, un relato muy sugerente y divertido. Muy bien escrito, con ritmo. La única “pega” que le puedo encontrar es que quizás el tema es muy tópico, bien resuelto pero tópico. Un saludo.

    Escrito el 24 marzo 2016 a las 23:53

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