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BURLAS, DUDAS,MIEDOS - por Juana Medina

Web: http://juanamedinaficcion.blogspot.com

« Espléndida ante todo. Matías me va a oír. ¿Qué se cree? Pero tengo que estar como para que se desmaye. Ah, menos mal que estos ascensores tienen espejo».
Sara sigue alimentando su convicción y su discurso mientras termina de acomodar la melena ante el espejo. Gira apenas y pulsa el botón de la planta baja. Fin de la jornada laboral. Comienzo de la jornada personal. Primero que Matías la oiga y –ojalá- pasadas las disculpas que ella espera, lleguen los cuidados y los mimos, pero no piensa aflojar. Después correr a su casa. Agustín y Javier están con Margarita que debe volver a atender a los suyos.
El ascensor da un pequeño salto y se detiene. Sara impaciente pulsa varias veces la botonera. Prueba en distintos pisos. No arranca.
Pulsa el botón de alarma que resuena como la sirena de una ambulancia. Pasa un rato. Nadie.
Segundo intento completo, tocar todos los botones y luego la alarma. Nada. Tercer intento, sólo la alarma pero dejar el dedo en el botón para que el mundo la oiga, se enloquezca y responda. Silencio.
Es probable que todos se hayan ido ya. Era tarde cuando terminó de ordenar su escritorio. Llamar al 911…
── Buenas tardes, estoy encerrada en un ascensor.
── …
── Sí, Corrientes… no me acuerdo el número. Es la Compañía de Seguros El Imprevisto, debe ser altura al quinientos.
── …
── ¿Cómo que van a demorar? ¿Otro incendio en la Reserva Ecológica? ¿Cuánto tiempo? Por favor, el encierro es terrible.
Avisar a Margarita.
── Margarita, hola. ¿Todo bien? Es posible que llegue más tarde. Estoy encerrada en un ascensor de la oficina y el 911 dice que los bomberos van a demorar por un incendio en la Reserva Ecológica.
── …
── Sí Marga yo sé, pero aguántame por favor. Voy a llamar a Sergio a ver si puede reemplazarte.
── Hola Sergio, ¿podrías ir a casa a reemplazar a Margarita…
──…
── ¡No me creo nada, estoy encerrada en un ascensor, estúpido! Ya que interrumpís, al menos preguntá.
── …
── Ah claro, el solterito tiene sus compromisos y no puede suspender nada cuando sus hijos lo necesitan.
── …
── ¿Y cómo querés que te demuestre que estoy encerrada en un ascensor?
«¡Pelotudo!»
«Ahora me toca Matías…»
── Hola, ¿cómo pudiste hacerme eso? ¿Qué tal irte a tomar café con la íntima amiga de tu pareja? ¿“Ayer un juramento, mañana una traición”?
── …
── Anda al diccionario, pibe. Traición, perfidia, infidelidad, mala fe, ¿querés más?
── ¿Qué sólo la viste entrar al café y la invitaste a tu mesa porque es mi amiga? ¿Me lo jurás?
Los sollozos se le atragantan. Siente arder las mejillas. Se mira al espejo. Está roja.
── ¿Qué te pasa, nena?
Le parece que oye la voz de Matías por primera vez.
── Estoy encerrada en un ascensor de la oficina, los bomberos no llegan, me duelen los pies, quiero llorar y necesito sentirme querida y segura.
── Sacate los zapatos, sentate en el piso. Yo reclamo. Vas a ver que llegan enseguida.
Se cae la burla, la ironía cargada de bronca. Empieza la duda. ¿Y si por la bendita Reserva Ecológica se olvidan de ella? ¿Y si Sergio no hace nada y Margarita tiene que irse? ¿Y si Matías no consigue hablar? Se ahoga. Ya debe estar azul por la falta de aire.
Apenas lo piensa, el miedo se instala en un temblor incontrolable. Oye a su abuelo diciendo “Lo único seguro que tenemos es la muerte y es lo primero que olvidamos”. ¿Qué va a ser de Agus y Javier? ¿No verlos más?
No puede parar de llorar. Se ve gris. Malditos espejos. Cierra los ojos.
El recuerdo de Sergio sacando del río a Agustín escupiendo agua aquellas vacaciones dibuja la primera sonrisa de la tarde. Y cuando piensa en Matías conteniéndola, aparece la segunda. Se ha ido el temblor.
¿Voces? ¡Voces!
── Tranquila señora, ya la sacamos.
Lentamente, el ascensor empieza a moverse. Se detiene. Dos bomberos rompen el encierro.
Le ponen un cuello ortopédico y la suben a una camilla.
── ¿Es necesario?
── Protocolo.
Cuando por fin salen, Agustín y Javier corren hacia ella y Sergio camina detrás. Sara acaricia a sus hijos. Mira a Sergio y le dice:
── Sos un buen padre, vos.
Más allá está Matías con sus zapatos y su cartera en la mano. Se acerca, la besa y murmura:
── Querida y segura.

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23 comentarios

  1. 1. Tavi Oyarce dice:

    Hola Juana.

    Haces sentir la angustia del encierro, la claustrofobia total del personaje. Las dudas, la impotencia, todas esa emociones que deben afloran en esa situación. Imagino que allí el tiempo tiene otra dimensión, y que los problemas abruman más que lo normal.
    Como te lo he dicho siempre, un gusto leer tus relatos tan amenos. el personaje de Sara, extrañarle

    Me sonó discordante el verbo “enloquecer”, eso y nada más.

    “Ah y eso de: ¿“Ayer un juramento, mañana una traición”?, ¿
    ¿un guiño a Gardel, el grande?

    Otro excelente cuento tuyo
    Saludos

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 00:24
  2. 2. Juana Medina dice:

    Sí Tavi, más que a Gardel es un homenaje al Tango en general. Nuestras letras, algunas francamente geniales, quedan en dichos en sobrentendidos por lo gráficas y poéticas que son.
    En cuanto a que el mundo enloquezca, dejando de lado que en cierto modo lo está, cuando un sonido de alarma como las ambulancias, los patrulleros, los bomberos o los ascensores suena sin parar, con tal de no oirlo más el mundo empieza a reaccionar. No siempre de la manera correcta, por supuesto.
    Gracias por tus siempre alentadores comentarios. Esta versión está un tanto recortada en razón de la cantidad de palabras. Si quieren está en mi blog:http:/juanamedinaficcion.blogspot.com

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 00:57
  3. 3. Juana Medina dice:

    Falta la coma después de “dichos”y me faltaba decirte que por supuesto pasaré por el tuyo.
    Un abrazo

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 01:00
  4. 4. beba dice:

    Hola,Juana:
    Buenísimo tu relato. Me gustó la originalidad de la forma, y la inclusión tanguera.
    Has trabajado muy bien las imágenes afectivas, las emociones.
    Muy buen manejo del lenguaje, como siempre.
    Señalo: “que solo la viste”, y no “qué solo la viste”.
    Lo demás, excelente.
    Si quieres leer mi historia (escribí traidor en vez de traición), puedes pasar por mi blog: ahorayodigo.blogspot.com
    El cuento se llama “Mis musas están de parto”. También está “Hijos del Sol”, uno de los primeros intentos, que luego empujé por otro carril.

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 01:24
  5. 5. Juana Medina dice:

    Gracias beba, tanto por el aviso del acento sobrante como por los comentarios. Prometo pasar por el blog, estaba extrañándote en la lista.
    Nos leemos

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 03:57
  6. 6. Diego Manresa Bilbao dice:

    Hola Juana,
    Muchas gracias por tu comentario. Tu relato me ha gustado mucho, mas que nada por la normalidad. Cuando crees que todo saldra mal y te pones en lo peor, y al final, todo se resuelve razonablemente bien… La vida, en fin…
    Muy bueno.

    Nos leemos!

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 18:39
  7. Buen relato Juana, uno generalmente no espera que la normalidad, se convierta en un plato fuerte y por eso es muy difícil mantener la tensión. Los diálogos en una sola dirección (no dejan de ser monólogos), están muy bien. En el apartado de correciones tienes que separar el de Marga y el de Sergio por un espacio, darle pausa, que respire. La historia al final podría haberse titulado “Tranquila y segura”. Corrige también las comillas por fuera del interrogante.
    Como siempre un placer leerte.

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 23:20
  8. 8. Juana Medina dice:

    Gracias Pepe por tu atenta lectura. Siempre se aprende.
    Un abrazo

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 00:47
  9. 9. KMarce dice:

    Saludos Juana:
    Gracias por leer y comentar mi relato del mes.
    Siempre con tus relatos tan originales, aunque la historia se plantée como cotidiana.
    Al igual que todos, celebro el vertigo de “la Sara”, al final la he visto con las grenas alborotadas, el maquillaje corrido y un ojo con un tic nervioso. Pobre.
    Me ha gustado ese —…, no sé si aplicaría el guion o raya de diálogo, pero me ha gustado así.
    El único detalle es cuando ella cambia de llamadas, creo que era mejor ponerle puntos suspensivos y no abrir guiones de diálogo, porque recuerda que se usa cuando son varios dialogando, aquí sabemos que ella está sola y todo es un monologo.

    Pero me ha gustado mucho. Sobre todo porque eso mismo le pasó a una compañera en el trabajo, solo que ella iba de entrada y todos nos preguntabamos porqué aún no había llegado a trabajar, dos horas después, llegó igualita a la Sara…
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 06:21
  10. 10. Manoli VF dice:

    Me ha gustado mucho, Juana. Reflejas las emociones de los personajes muy bien y la ansiedad e incertidumbre por el encierro (aunque con tanta compañía telefónica era una soledad concurrida). El ritmo y los diálogos los he visto bien, si que hay muchos giros coloquiales propios del castellano hispanoamericano (yo soy española) y la construcción de las frases a veces me ha chocado, pero en conjunto se ve bien. Y la forma de meter las palabras indicadas resulta muy natural.

    Nos seguimos leyendo.Un saludo.

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 19:38
  11. 11. Luis Ponce dice:

    Hola Juana:
    Gracias por pasar por mi relato.
    El tuyo trasmite la rabia, la desazón y el desconcierto. Como de algo tan simple como quedarse en el ascensor, tiene que llegar Sara a reconsiderar su vida, sus relaciones, sus sentimientos.
    Bien usado podría convertirse en una pieza de publicidad para Telefónica.
    Me ha encantado.
    Saludos.

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 23:34
  12. 12. Juana Medina dice:

    Gracias KMarcé, Manoli y Luis.
    Kmarcé; La idea de -… se debió a la que subyace y que se dice algo más adelante. En realidad a Sara oye las palabras de los otros sin oirlas de verdad, recién cuando Matías empieza a preguntarle qué le pasa, Sara oye por primera vez. También fue una forma de ahorrar palabras, por supuesto.
    Manoli; si bien me encanta el español, soy argentina y no quiero negar mi lenguaje, sino usarlo en sus características y su riqueza. Al contrario, creo que de intentarlo todo sonaría muy ficticio.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 19:13
  13. 13. Dianet dice:

    Hola juana

    He notado la incertidumbre y desesperación de Sara, eso siempre es bueno para un lector pues tenemos que ponernos en su lugar para así entender a los personajes. Es una historia bastante buena, lo único que me confundía un poco los diálogos. Parecen ser fáciles a la hora de desarrollarlos pero son los más difíciles a la verdad 😉

    Gracias por pasar por el mío. Un saludo.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 12:08
  14. 14. Bastián Robinson dice:

    Hola Juana Medina:
    En primer lugar muchas gracias por pasarte por mi relato y por tus amables comentarios. Me encantó también el tuyo, y ,me quise ir a tu blog para leer la versión completa, aunque la verdad, has extraído aquí lo importante, el corazón del texto. Vi de refilón una cita del maestro Borges en uno de tus relatos, y con eso ya me has ganado para siempre.
    Me ha parecido una apuesta muy valiente en cuanto al formato, pues la conversación telefónica, aunque es muy cinematográfica, es difícil tratarla por escrito. Creo que lo has logrado, has sabido transmitir la angustia dejando ver solo una de las partes del diálogo, pero “asomando” luego que ella tampoco las oía al completo, tal era su agobio.
    Creo que has tratado muy bien el perfil psicológico de la protagonista, reflejando sus miedos y sobre todo sus inseguridades. Enhorabuena.
    Gracias por compartir tu trabajo.
    Nos leemos!

    Escrito el 24 marzo 2016 a las 17:04
  15. 15. beba dice:

    Querida Juana:
    Por favor, le transmites a la buena de Clara A mi gratitud por su visita y comentario, Un abrazo.Parece que las dos andamos como turco en la neblina con los mensajes. ja, ja, ja.

    Escrito el 25 marzo 2016 a las 03:31
  16. 16. Juana Medina dice:

    Cuánto me alegra. Beba, que hayas recibido el comentario. Realmente creo que en materia de informática al menos yo ando por la época de la Lemuria. Felicitaciones otra vez por tu relato.
    Un abrazo

    Escrito el 25 marzo 2016 a las 19:04
  17. 17. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Que gran relato Juana. sabes usar las palabras adecuadas para plasmar la incertidumbre de Sara. Lo que primero empieza como miedo, sus divagares lo convierten en pavor. Hay un dicho que dice “la que espera desespera”; situación en que el tiempo transcurre como en cámara lenta y sus emociones dan paso a los rencores guardados en forma acelerada: excelsa narrativa. Te felicito.

    Escrito el 25 marzo 2016 a las 23:35
  18. 18. Juana Medina dice:

    Gracias Osvaldo, uno se apabulla un poco con tantos halagos, pero es una alegría que haya quien quiera leer y lo disfrute. Pasaré a visitarte
    Nos leemos

    Escrito el 26 marzo 2016 a las 03:38
  19. 19. Vespasiano dice:

    Hola Juana:
    Primero agradecer tu paso por mi relato y comentarlo. Después decirte que este mes nos has regalado una historia llena de angustia y de reflexiones, de recuerdos de otras situaciones de miedo vividas. Temor por el futuro de sus hijos, miedo a que se olviden de ella. En fin, una situación estresante que está viviendo la protagonista y que muy bien has plasmado en tu relato por lo que te felicito.
    Ahora bien, he encontrado algunas cosas que te apunto y que a pesar de hablar el mismo idioma a mí me suenan un poco extrañas:
    “debe ser altura al quinientos”. Sonaría mejor: “debe ser a la altura del número quinientos”.
    “Llamar al 911…” Creo que esto debería ir entrecomillado, pues se trata de un pensamiento, de realizar alguna acción para poder salir del encierro. « Llamar al 911…»
    “Avisar a Margarita”. Igual que lo anterior: «Avisar a Margarita»
    “Ya que interrumpís”. Pienso que quedaría mejor: “Ya que me interrumpís”.
    “── Sacate los zapatos, sentate en el piso”. Creo que aunque está escrito conforme se habla en Argentina, faltarían las tildes: “── Sacáte los zapatos, sentáte en el piso”.
    “…sacando del río a Agustín escupiendo agua aquellas vacaciones dibuja la primera sonrisa de la tarde”. No me parece adecuado que la protagonista sonría al recordar aquella situación, más bien debería haberla angustiado más. Pero bueno es una percepción mía muy particular.
    Hasta la próxima,

    Escrito el 26 marzo 2016 a las 12:29
  20. 20. Jose Luis dice:

    Hola Juana
    Gracias por tu comentario a mi relato.
    En cuanto al tuyo he visto esto, aparte de lo que ya te han señalado otros compañeros:
    Después correr a su casa. ———— Después a correr a su casa.
    Agustín y Javier están con Margarita que debe volver a atender a los suyos. ————— Agustín y Javier están con Margarita, que debe volver a atender a los suyos.
    Sara impaciente pulsa varias veces ———– Sara, impaciente, pulsa varias veces
    Pulsa el botón de alarma que resuena ————- Pulsa el botón de alarma, que resuena
    no me acuerdo el número ———- no me acuerdo del número
    ¿Cómo que van a demorar? ———- ¿Cómo que van a demorarse? ———— ¿Cómo que se van a demorar?
    Sí Marga yo sé ——— Sí, Marga, yo sé
    Ah claro, ——– Ah, claro,

    Tu relato me ha gustado mucho, se ajusta al reto perfectamente, y haces notar la desesperación de la protagonista creando la tensión justa y necesaria para un relato tan breve. Bien tramado y rematado.
    Un saludo

    Escrito el 26 marzo 2016 a las 23:45
  21. 21. Marazul dice:

    Hola Juana
    Reconozco que me has puesto un poco nerviosa con tu relato. Esas frases cortas, las preguntas, los silencios….aportan dinamismo y contribuyen a crear angustia y tensión.
    En cuanto al sentido consigues plasmar una vida sólo en un momento y con muy pocas palabras. Creo que el lector termina conociendo al exmarido de Sara, a sus hijos, a su cuidadora, a su novio…..y a la propia Sara con ese toque lingüístico tan simpático característico de los argentinos.
    Un placer leerte Juana
    Marazul

    Escrito el 29 marzo 2016 a las 22:09
  22. 22. Pato Menudencio dice:

    Hola, el relato está bien escrito. Los diálogos fluyen de manera natural y ágil.
    El único pero es el pensamiento inicial de la protagonista, me pareció un poco forzado.

    Saludos.

    Escrito el 31 marzo 2016 a las 15:20
  23. Poco puedo aportar a lo dicho. Un relato que hace empatizar al lector rápidamente. Un saludo.

    Escrito el 31 marzo 2016 a las 20:29

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