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La sonrisa - por José Torma
Web: http://www.cuentoshistoriasyotraslocuras.wordpress.com
Con aire cansado observa a la pareja acercarse al ascensor. Cinco años lleva ya con el puesto de revistas, mismos que los ve discutir “amigablemente” por el crucigrama del diario.
—¿Cuarto estomago de rumiante? —pregunta él con voz débil.
—No soy diccionario, entiéndelo, si me gustara el bendito juego, lo resolvía yo sin tu ayuda.
—Vamos gordita, sé que tienes la respuesta en esa cabecita tuya.
—¡Abomaso! —le grita jugando.
No los conoce de nada, pero entiende su dinámica. Jamás se han detenido a comprarle algo. Ella le sonríe de vez en vez, él nunca lo ha mirado. Cientos de historias se desarrollan frente a sus ojos todos los días, sin embargo, esta pareja tiene algo especial, algo que le atrae. El sonido de la campana anunciando el arribo del coche lo saca de su ensimismamiento. La chica nota su mirada y le dedica una sonrisa fresca que llena su espíritu. La conexión dura 2 segundos, luego las puertas se cierran y solo queda su reflejo distorsionado en la puerta de metal.
*****
Hoy es un día diferente, la temperatura ha descendido, síntoma inequívoco de que el verano está llegando a su fin. La gente pasa frente a él luciendo suéteres y bufandas de colores. Está preocupado aunque no lo sabe. El ajetreo diario sigue su curso pero él nota algo diferente, la rutina se ha roto y no logra descubrir el porqué.
Voltea a la puerta, justo a tiempo de verla entrar, lleva el cabello recogido y cubre sus hermosos ojos con unas pesadas gafas oscuras. Por primera vez va sola, lleva el diario doblado bajo el brazo, y aunque apresura su paso, no logra alcanzar a subirse al ascensor y se queda ahí, estática. Se levanta los lentes y los acomoda sobre su cabeza. Sus ojos están enrojecidos, ha llorado. Él intenta poner en su sonrisa el mayor consuelo posible y se la dedica. Ella capta su mirada y se acerca al puesto.
—Buen hombre, ¿tendrá un bolígrafo? —pregunta con voz entrecortada—. Resulta que he extraviado el mío.
—Aquí lo tiene señorita, ¿hay algo más en lo que la pueda ayudar?
La ve dudar un poco antes de tomarlo, lo examina y sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas. Pascual saca su pañuelo y se lo ofrece de modo caballeroso.
—Soy una tonta, discúlpeme. Es solo que es la primera vez que tengo que hacer esto sola y de algún modo siento que lo que hago es una traición. No sé porque tendría que ser así —Se limpia una lagrima y suelta una pequeña sonrisa—. Seguro que hoy si sabría la respuesta—. Toma el periódico y escribe en el crucigrama.
—Todo va a estar bien —le dice con seguridad.
—Se ha ido, no va a volver y sin embargo yo debo continuar.
La ve agarrar fuerza, sacar el pecho e inhalar con fuerza. Le entrega la pluma y él sabe que va a estar bien. El conocido sonido del elevador al llegar termina con su momento y la ve subir. Le sonríe una vez más y su imagen se queda grabada para siempre en su mente. Más de cinco años lleva ahí, historias anónimas, todas con el mismo fin, pero hoy, por primera vez, experimentó el dolor de la pérdida. Entiende ahora mejor las cosas.
Al llegar la tarde, recoge sus pertenencias y se prepara para salir, pasa por la recepción y las letras le llaman nuevamente.
“Hospital Oncológico Martin Ruiz”
Mañana será otro día.
Hola José Torma, tu relato me ha parecido muy bonito, felicidades.
Paso a decirte lo poco que he visto mejorable:
– “los mismos que los ve discutir”
– “No soy un diccionario”
– dices “el arribo del coche” ¿te refieres a la cabina del ascensor?
– tras “a tiempo de verla entrar” creo que iría mejor un punto y coma y decir “tiene el cabello recogido” porque una línea después dices otro “lleva”
– “No sé por qué”
– “lágrima”, te olvidaste la tilde
– “sin embargo” entre comas
– no sé de dónde eres, en España diríamos “La ve coger fuerzas” pero sé que en otros países lo de “coger” es algo bien distinto
– repites en la misma frase “fuerza”
– “Martín”
Espero haberte ayudado.
Un abrazo, compañero.
Hola queridísimo Compadre, es un placer verte de nuevo en el taller. La habilidad que posees para despertar sentimientos es innata en ti no importa el reto o el tema. Un puesto de revistas junto al ascensor cumplió el reto. al igual que Cryssta note el uso de la palabra fuerza, la segunda podría ser substituida con inhalar “profundo”. además de eso, lo que pude notar, bien puede desaparecer ante una historia tan bien narrada, Te felicito. estoy por enviarte el segundo tomo, solo que la próxima boda de mi hijo me ha mantenido ocupado.
Hola José:
No te encontré el mes anterior.
Lo que más me agrada de tus relatos, son esos mundos entrañables e indefinidos que logras en la escritura.
Todo va quedando como en suspenso.
Manejas con maestría la elipsis, tan difícil de conseguir para algunos de nosotros.
Un mundo observado desde un kiosco, donde la vida pasa de manera distinta, sin ajetreos, como un testigo de la vida.
Te felicito José
¡Hola José! Un gusto volver a leerte por aquí. El giro final me encantó, cambia radicalmente el sentido de todo el relato, lo sobredimensiona. Perfecto.
Te han apuntado algunas erratas. Te dejo otras que he visto:
-“estómago”, te dejaste la tilde.
-“lo resolvía yo sin tu ayuda”, el yo sobraría
– … “así (Aquí iría un punto) —Se limpia una lagrima y suelta una pequeña sonrisa—. Seguro que hoy si sabría la respuesta—.”
-“Seguro que hoy si(este si no es condicional por tanto debería llevar tilde) sabría la respuesta”
Un abrazo
Buenas Jose!
Me ha gustado mucho tu relato, la verdad. Creas unas imagenes muy nitidas y tiernas sobre esa pareja. Solo hay una cosa que no me queda clara. Se supone que el ha muerto, por que ella vuelve al hospital? O los dos recibian terapia?
Nos leemos!
Dramático asunto el del padecimiento y muerte por cancer, que tratas con delicadeza desde la mirada de un eterno testigo del sufrimiento ajeno, pero que también hace suyo, al menos en el caso de la dama que a veces le sonríe. Enhorabuena!
Me ha gustado mucho tu relato, Jose.
Saludos!
Estimado José:
Con sumo gusto te he leído, y puedo decirte que tu historia me ha gustado. Me ha dejado un fondo de melancolía difícil de explicar. Entiendo perfectamente el sentimiento que provoca la ausencia de la persona querida que siempre y en todo momento te ha acompañado.
Ahora paso a la parte más “cruel” del taller; comentarte intentando hacerlo de la mejor manera posible.
“Cinco años lleva ya con el puesto de revistas, mismos que los ve discutir “amigablemente”. Aquí creo que deberías añadir la palabra “los”. Sería así: “Cinco años lleva ya con el puesto de revistas, “los” mismos que los ve discutir “amigablemente”. También podría ser: “los mismos que los ha visto discutir “amigablemente”.
“…si me gustara el bendito juego, lo resolvía yo sin tu ayuda”. Creo que el tiempo verbal está equivocado. Pienso que deberías poner: “…si me gustara el bendito juego, lo “resolvería” yo sin tu ayuda”.
—¡Abomaso! No está recogido en el diccionario.
“Ella le sonríe de vez en vez”. Me suena mejor decir: “…de vez en cuando”. Pero puede ser que en ¿Méjico?, se diga de esa manera.
De todas maneras y lo más importante es que sabes transmitir sentimientos.
Enhorabuena y felicidades.
Hola Jose.
El remate final se gana el relato, me gusto mucho.
Solo una pista se encuentra del mismo y la encontré en la segunda lectura, cuando dices “—pregunta él con voz débil”.
Te invito a pasarte por el mio (n°5)
Nos estamos leyendo
Gracias, José por tu vista a mi relato y comentarios!
Hola, José:
Muy bueno tu cuento. Muy delicado el tratamiento del tema de la enfermedad y la muerte, mediante alusiones, pistas y… bromas.
Buena escritura, aunque coincido con algunas observaciones sobre acentos y algún otro “yuyito”. Felicitaciones.
Ya sabes que puedes leer “Mis musas están de parto”, en mi blog,
ahorayodigo.blogspot.com
Hola José,
ya te echabamos de menos en el foro, bonito relato en el que descubres en la penúltima línea la dimensión real de la historia.
Al principio, nos engañas, muy habilmente he de reconocer, con lo que parece una pareja rota, como muchas, por circunstancias de la vida que no describes, pero tampoco para tu historia.
Solo al final,nos levantas el velo y observamos que cuanto creiamos no era y cuanto era, aparece de improviso, con unas sencillas palabras que lo dicen todo: “Hospital Oncológico Martin Ruiz”
Mi enhorabuena, tenias las musas inspiradas.
Ha sido un placer leerte. Un saludo.
que pena, comentaría pero Torma no contesta, no se si lee los comentarios.
bueno, un saludo atento.
Hola José.
Lo mejorable técnicamente ya lo dijeron. Además me sucede algo bien particular, cuando la historia me atrapa, dejó de lado lo objetivo y me dejo embargar por la belleza del relato; en este caso tus palabras se adueñaron por completo de mi atención, y te puedo jurar que mientras escribo se me escapan las lágrimas. Es muy bueno lo que lograste, e impecable la forma en como nos llevas emocionalmente de un lugar a otro sólo con detalles en ti estilo de escritura.
Lo único en lo que no estoy de acuerdo es con que no creo que cumplas con el reto opcional, estrictamente la historia no sucede toda en el ascensor. Estoy de acuerdo que muchos usaron la técnica de evocar otros recuerdos en el ascensor para agregar más escenarios sin dejar de cumplir el reto, pero aquí no estarían el puesto de revista no esta en el ascensor, él que cuenta la historia solo ve todo desde cerca del ascensor. Además la historia termina en la recepción del hospital.
Pero eso no quita el placer de haberte leído.
Muchas gracias por compartir tu talento.
Saludos.
Hola José:
Había pasado mucho tiempo sin leerte y he retomado tus relatos “por la puerta grande”. ¡Qué bonito lo que has conseguido con éste! Es muy difícil transmitir emociones cuando se moldean de manera sutil. Mi más sincera enhorabuena. Me ha encantado.
hola maese José!
lo poco que podría subrayar como mejorable ya lo han comentado más arriba. con excepción de algún uso mejicano que aunque me resulte extraño (por no usarse tal cual en españa) en mi opinión le da “sabor” al relato.
en cuanto al contenido, pues mientra los leía estaba pensado que tendría que comentarte que le faltaba contenido. pero la verdad es que aunque sea una trama sencilla lo evocadora que resulta salva cualquier pega a ese respecto.
felicidades.
un abrazo, nos leemos
Sergio Mesa
Hola José,
Me ha gustado la historia y sobre todo lo bien que la has contado, la segunda parte es muy emocionante. La última frase hace que te replantees todo el relato, y que veas detalles que se habían pasado por alto. Y es que, aunque la exposición al dolor puede hacer que te deshumanices, los pequeños detalles (como la discusión por el crucigrama en tu historia) pueden devolverte a tu esencia. Muy bien hecho.
Saludos,
Peter
José, gran relato. Lo leí en tu blog pero no comenté, así que dejo constancia de mi paso ahora. Había visto un par de cosillas (otras no) y Cryssta ya las ha comentado. Un abrazo.
Saludos José T:
Como siempre buscando las emociones y lo lográs. Muy bien por tí.
Coincido en los comentarios, te han mostrado esos puntos de mejora que te pulirar el relato.
Una pega que tengo manía: los números, ese 2 debe ser dos.
Por lo demás, siempre eres una lectura voluntaria pero obligada, el mes acaba hoy y estoy volando a leer a mi listado, alegre de haber llegado al tuyo.
¡Nos leemos!
Gracias a todos por su visita. Espero terminar pronto con las cortesias. Este 2016 ha venido muy ajetreado laboralmente y deja poco tiempo para el vicio de la escritura.
Saludos.
Los compañeros ya te han dicho todo así que no abundaré mas en el tema. Emotivo relato, sin duda, con un final inesperado. Ese giro me sorprendió. Fue como la luz al final del tunel. Excelente. Me encantó.
Felicitaciones y saludos.