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Camila - por Alicia

Se abrieron las puertas del ascensor y repentinamente Camila y yo tuvimos que callar nuestra discusión. Buenos días, dijo entre dientes una señora que entraba y ni siquiera se detuvo a mirarnos. Se acomodó en una esquina mientras nosotros estábamos en el centro porque el espacio lo permitía. Éramos tres, sumergidos en un silencio ensordecedor. La puerta lentamente se cerró y continuamos bajando.

Ya me había acostumbrado a vivir en aquel edificio curtido, ruidoso, gris y de 20 pisos; aunque no me gusta vivir en pisos altos, no me quedó otra alternativa que alquilar uno de los apartamentos del último piso. Siempre que entraba en aquel ascensor viejo, descuidado y sucio, sentía una extraña amargura, porque eran demasiados pisos para bajar y subir a diario. Hoy no fue un día distinto, en cuanto a mis emociones cuando tenía que utilizar el ascensor, solo que el amor de mi vida: Camila, había decidido separarse de mi por un tiempo y no se le ocurrió mejor momento para decírmelo que cuando entramos al ascensor. Más desagradable, imposible. Las emociones fueron muchas, solo en segundos: una sensación de mareo, sudor, cosquillas en el estómago. Todo aquello suspendido en mi alma, porque comenzamos a hacer paradas casi en cada piso.

El silencio me carcomía, nos mirábamos de reojo, uno al lado de otro, pero con una distancia abismal. Yo me preguntaba: ¿qué pasó?, ¿dónde me perdí?, concluía en mis pensamientos con una sola palabra: traición. Pero no podía preguntar, no podía insinuar. El ascensor se abrió ahora en el piso 14, entraron un par de jovencitas risueñas, supongo que son hermanas, no lo sé. Sus buenos días fueron efusivos y agradables. Ya éramos siete individuos, cada uno con su historia, con sus pesares, pero el episodio de mi vida, en ese momento, era un bloque que caía desde el techo de aquel transporte vertical.

Un ruido seco me sacó de mi letargo, las luces se apagaron, un murmullo comenzó a invadir el espacio de aquella caja oscura. El ascensor frenó no sé en cuál piso porque las luces que los señalan hacen ya hace un tiempo que no funcionan. Sabemos por cual piso vamos cuando la puerta se abre y vemos el cartel pegado en la pared de enfrente, claro si no lo han arrancado o rayado.

Mi corazón comenzó a palpitar con tanto fuerza que yo no podía casi controlar mis pensamientos: ¡se va a desprender!, ¡nos vamos a matar!, ¡Camila no me dejes!, ¡no entiendes que te amo!. Mis últimos pensamientos estaban en mi boca vociferando una súplica de amor, en medio de este incidente. Alguien encendió su celular y dijo con voz ronca: todos calmados, ya nos van a sacar de aquí. Era un hombre mayor que había tomado el ascensor creo que en el piso 17 o 16, no recuerdo. Pero pareciera seguro, como no lo estaba yo. Empezamos a gritar todos juntos: ¡sáquennos de aquí!, ¡auxilio!. El hombre mayor nuevamente dijo ya con voz más fuerte: ¡cierren la boca!, todos juntos solo confunde. Vamos a escuchar que ocurre afuera, vamos a ponernos de acuerdo. Como si aquella encerrona fuera una reunión. Yo empecé a gritar enfurecido, sin control, sentí una cachetada que me atontó. Era mi Camila, en esa penumbra su sombra era inconfundible.

La abracé y le dije en voz baja: vamos a morir aquí. Y ella con un tono conciliador, aunque yo sé que estaba cargado de vergüenza por mi escena, me dijo: no vamos a morir, no va a ocurrir nada, seguro estamos muy cerca de Planta Baja. Piensa en tus planes de hoy, busca en tu mente algo agradable, nuestro amor, nuestros momentos.

En unos instantes nos dimos cuenta que yo no era el único desesperado. La señora del piso 14 se sentó en el suelo a sollozar, las chicas plantaron sus libros en el suelo y también se sentaron. Yo me senté y resignado entendí que no estaba en mis manos la solución. Le pregunté a una de las chicas, con voz temblorosa: ¿qué estudias?. Ella respondió con amabilidad: Estoy en el cole, voy a perder mi examen de literatura, será en otro momento. Entendí porqué en esta época tan tecnológica entre sus libros llevaba un diccionario.

En unos momentos el ascensor comenzó a moverse, sus luces se encendieron, se apagaron, comenzó a bajar, con lentitud, luego estrepitosamente.

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6 comentarios

  1. 1. Guiomar de zahara dice:

    Hola Alicia:
    Tu relato crea cierta tensión. A los personajes, creo les falta algo de vida. El final previsible. Con eso no quiero decir que sea ni malo ni bueno, solo que se venía venir. Una cosa: en cuatro líneas repites tres veces pisos, pensamientos, suelo…
    Una sugerencia, ten a mano un diccionario de sinónimos. Por lo demás, bien.
    Un saludo.

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 10:00
  2. 2. Noemi dice:

    Hola Alicia, tienes un buen relato lástima que está un poco superpoblado. Me explico: demasiados personajes secundarios oscurecen el punto dramático (la ruptura amorosa)demasiadas explicaciones desenfocan al lector, diluyen el misterio si por ejemplo quitas el segundo párrafo “Ya me…en cada piso” subes la tensión un montón de voltios sabemos que hay un problema entre ellos, nos preguntamos cuál puede ser, etc. se crea un hueco ¡misterio!Es solo una sugerencia prueba con la tijera porque el núcleo de tu historia es muy bueno (¡dos amantes a punto de romper se enfrentan a la posibilidad de morir repentinamente!)¡Da para mucho, fantástico!Espero seguir leyéndote. Yo estoy en el 118.

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 18:40
  3. 3. Luis Ponce dice:

    Hola Alicia:
    El tema es manejable, pero concuerdo con Noemí: los árboles no te dejan ver el bosque. Si te centras en el conflicto y eliminas alguno de los personajes secundarios, podrías darle un giro más dramático al relato.
    Saludos.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 00:55
  4. 4. Voldo dice:

    Hola Alicia,

    La introducción de varios personajes sin ninguna conexión entre ellos genera un poco de desorientación. Estoy de acuerdo con lo comentado, deberías haber centrado más el relato en la pareja que en lo que es la situación del ascensor en sí. Empieza muy bien el relato, de hecho prácticamente la primera mitad del relato la encuentro muy interesante, pero se pierde después un poco. Al final la palabra Diccionario sale un tanto forzada. Otra recomendación; es mejor escribir los números en palabras.

    Escrito el 25 marzo 2016 a las 14:15
  5. 5. Alicia dice:

    Gracias a todos por su apoyo y recomendaciones.

    Escrito el 4 abril 2016 a las 20:12
  6. 6. celeste dice:

    Hola Alicia, gracias por pasarte por mi relato, y por tus palabras.
    Coincido con todas las sugerencias de los compañeros, y te animo a seguir porque me gusta como escribes. Te buscaré en el próximo taller!!!

    Escrito el 6 abril 2016 a las 06:01

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