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La pequeña continua el viaje - por Liliana Del Rosso

Web: http://solosimplesrelatos.blogspot.com.es/

La pequeña continúa el viaje

Música ambiental, luces, todo en orden. Seis y cincuenta, primer viaje de la mañana. Infalible, la enfermera de noche que cuida al abuelito del noveno.
La puerta del ascensor se abre, entra Clarisa, agotada, se mira en el espejo, intenta acomodarse el cabello, se huele las manos, se abre el escote, un gesto de desagrado empaña su rostro.
Las puertas se cierran y bajamos. Pese a la vejez del mecanismo nos desplazamos con rapidez.
Un pequeño golpe me alerta, «los frenos de la cabina, hay que revisarlos».
Séptimo piso. Una mujer mayor entra en la cabina, saca un pañuelo embebido en “Chanel número 5”, lo mueve frente a su cara mientras se coloca en el extremo opuesto a Clarisa.
«Vieja idiota, yo huelo a desinfectante por que he limpiado a un enfermo pero tú hueles a sudor rancio por que no te duchas, cochina». Piensa la enfermera mientras mira en el tablero el número de la próxima parada.
Quinta planta, una madre y su niña pequeña. Avanzan pausadamente y se colocan en el centro de la cabina casi sin moverse.
—Mamá, no te olvides de comprar el diccionario.
—Si cariño.
Segundos interminables de profunda indiferencia, cada uno en su mundo desairando al resto de los pasajeros.
El viaje continúa hasta la cuarta planta. Un joven sonriente, pese a los auriculares, la música invade el momento.
—Buenos días. Hola pequeña hoy madrugas— dijo el joven mientras entraba en el ascensor. Una traición al protocolo de silencio tácitamente instaurado.
—Sí. —contestó la madre mientras pensaba. «Este muchacho siempre tan entrometido».
Un estrepitoso ruido, las luces se apagan, finalmente un golpe seco.
—Mamá, mamá. ¿Que ha pasado?, mi pierna me duele mucho.
—Tranquila pequeña el ascensor sufrió una avería. —dijo el joven mientras su cuerpo caía sobre la niña.
Quietud, segundos, minutos de fría quietud.
—Muchacho, mira qué pasa con la enfermera que no se mueve.
—Señora tóquela, usted está más cerca.
—Muchacha, ¿estas bien?
—Si, gracias señora, creo que me he golpeado la cabeza. Pero estoy bien. No me duele nada. ¿Y usted?
—Yo, no me hice nada, estoy perfecta —respondió la anciana plena de energía.
—¡Muchacho! ¿Cómo estás?
—Bien, sentí un fuerte golpe pero ahora ya me puedo mover. ¡Miren! Creo que vienen a buscarnos —Dijo el muchacho mientras ayudaba a la madre a levantarse.
—¿Y mi hija?
—No, ella no viene con nosotros. — dijo la enfermera mientras intentaba ponerse en pie.
—Muchacha deja que te ayude a salir.
—Debería ayudarla yo a usted.
—Venga que soy una vieja cochina pero he vivido muy bien y tú has sufrido demasiado.
El mutismo se rompe.
Golpes y gritos en el exterior, finalmente la puerta se abre.
—¡Por Dios! ¡Están todos muertos, el ascensor está destrozado!
El último viaje, engranajes, cables y poleas, ya no podía más.
¿Saben que es lo mejor que ha hecho Dios? Que al final de la vida todos se igualan.
—¡Debajo del muchacho, alguien se mueve! Rápido una camilla. —Gritaba uno de los bomberos que abrió mis ancianas puertas.

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9 comentarios

  1. 1. Otilia dice:

    Hola Liliana Del Rosso,
    Tu relato me ha resultado fácil de leer y muy original.
    Me parece muy buena la frase:”Segundos interminables de profunda indiferencia,cada uno en su mundo (Aquí pondría una coma)desairando al resto de los pasajeros”.Muy realista.
    Nos seguimos leyendo. Saludos

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 11:36
  2. 2. Sabina DuAr dice:

    Hola, Liliana Del Roso.

    Lo primero que sentí desde el primer renglón y hasta el final, fue la sensación de un texto teatral.
    Me atrevo a creer que tienes mucho que ver con ese tema.

    El texto es limpio y ágil, logras describir la situación en el interior del ascensor de una manera creíble.

    Sin embargo creo que te hace falta complementar algunas ideas.

    Un joven sonriente, pese a los auriculares, la música invade el momento.
    Es importante que revises esta frase, siento que le falta algo que sólo tu conoces.

    Hola pequeña hoy madrugas. Es una pregunta? se podría reformular, ejemplo: Hola pequeña, madrugas los lunes?

    En el siguiente renglón me gustaría encontrar el sabor a cuento, no tan teatral.

    Tranquila pequeña el ascensor sufrió una avería. Otra frase para reconsiderar. Te sentirías consolada con esta frase?.

    Venga que soy una vieja cochina… esta frase no me convence, hay algo que sobra del contenido.

    ¿Saben que es lo mejor que ha hecho Dios?… quién habló?.

    Comentario Personal

    Un cuento con sabor a teatro, muy limpio y ágil.
    En general si me gustaría encontrar un poco más de sabor a cuento.

    El último viaje. Qué tal como título?

    Felicitaciones, un trabajo como el tuyo requiere mucho trabajo, y tu lo haz logrado.

    Un abrazo.

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 23:24
  3. 3. Sabina DuAr dice:

    Hola Liliana Del Rosso.

    Se me me olvidó abonarte lo de los diálogos internos.

    Fortaleza tuya.

    Nos vemos en escena.

    Escrito el 20 marzo 2016 a las 07:59
  4. Gracias Sabina DuAr por tu comentario.
    Es la primera vez que participo en un taller literario y me parece una excelente idea. Compartir trabajo, descubrir debilidades y fortalezas resulta muy enriquecedor.
    Todas tus comentarios son muy acertados.
    La frase “Tranquila pequeña el ascensor sufrió una avería” es algo pobre,quizás debí acompañarla con algo mas de presencia del narrador. Si, en realidad no reconforta demasiado.
    El título, el último viaje,fue mi primera opción, peri temía que dieces demasiadas pistas sobre el desenlace.
    Un placer contar con comentarios tan enriquecedores.
    Un saludo Sabina.
    Nos vemos en escena.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 00:58
  5. 5. Emyl Bohin dice:

    Buenas noches Liliana Del Rosso:
    Aunque tarde vengo a cumplir el compromiso de comentar los tres relatos siguientes al mio. Veo que soy el último y que las dos compañeras ya lo han hecho a su debido tiempo.
    Podría decirte que el relato me ha encantado, que el buen uso que haces de los diálogos consigue que la acción haga avanzar la historia y se lea en un suspiro, que no solo es una historia que se ve, si non que se oye y se huele, que el final sorprendente, aunque lleno de tragedia, deja un brillo de esperanza. Y podría decirte alguna cosa más y todas serían ciertas, pero… lo que más me ha llamado la atención son las coincidencias, que le vamos a hacer. Tu relato detrás del mio, los dos son ascensores de hospital y en los dos se descubre en el último párrafo que el narrador es el propio ascensor. Mi ascensor es nuevo en los años sesenta y aunque en el tuyo no hay (no he encontrado) un dato que lo sitúe en una época concreta, quiero creer que es en la actual con lo que sus “ancianas puertas” pueden indicar que se trata del mismo ascensor cincuenta años más tarde. Historia de un ascensor.
    Dejando al margen estas curiosidades que me han hecho sonreír, debo darte la enhorabuena por el relato del que podría decirte muchas cosas y todas buenas.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 01:11
  6. Buenos días Otilia, Gracias por tu comentario.
    Si, es correcta tu observación de la coma, de hecho el tema de puntos y comas es uno de mis temas a fortalecer.
    He leído tu cuento. Una historia de amor muy bonita.
    Un saludo.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 11:58
  7. Gracia Emyl Bohins
    Tu comentario me anima a seguir en esta aventura de escribir. La doctora, me gustó mucho. Tímida pero muy sutil con su saludo.
    Dejas una puerta abierta, yo ya me imagine un pequeño romance.
    Un saludo.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 12:07
  8. 8. Jose Luis dice:

    Hola Liliana
    Gracias por tu comentario a mi relato. Voy a leer el tuyo y dejarte mi reseña.
    A nivel formal habría que poner alguna coma dentro de algunas frases. Tomo ésta como ejemplo:
    —Tranquila pequeña el ascensor sufrió una avería. —dijo el joven ——————- —Tranquila pequeña, el ascensor sufrió una avería —dijo el joven (delante de los guiones que van delante de los verbos dicendi como dijo, contestó, gritaba, no hay que poner punto.
    —Si cariño. ——– —Sí, cariño.

    En cuanto al contenido, tengo que decir que has logrado aguantar bien el secreto y ocultar que el personaje principal del relato es el propio ascensor, bien personificado. Tu relato es dinámico y entretiene mucho.
    Un saludo

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 16:52
  9. Buenos días Jose Luis.
    Gracias por tu visita. Tus recomendaciones son muy acertadas, me gusta el giro que dan a la lectura. Pequeños detalles que hacen mas clara y fácil la lectura.
    Un saludo.

    Escrito el 23 marzo 2016 a las 11:38

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