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El profesor del aula treinta y tres - por Thelma López Lara

El profesor del aula treinta y tres

María, era una estudiante de filología, se encontraba en el período de exámenes de grado. Recuerdo que ese día, ella caminaba por los pasillos de la universidad, cargando muchos libros en sus brazos, entre esos venía por supuesto el diccionario, que no le podía faltar. Se dirigía hacia el ascensor. Cuando estaba a punto de ingresar, la puerta comenzó a cerrarse. Ella no podía detenerla, traía sus manos ocupadas. Sólo vio como una mano desde adentro la detenía.

—Gracias, señor. —El tono de voz de María, se escuchaba agitado.

—Con gusto, ¿a qué piso se dirige? —le dijo el señor, extendiendo la mano hacia el tablero.

—Gracias, voy para el piso treinta y tres —contestó María, acomodándose los libros de un lado para otro.

—¿Le ayudo?, la veo incómoda —le dijo el señor.

—No, gracias. —María, se mostraba un poco escéptica. No quería darle los libros a un extraño, máxime que los iba a utilizar en la evaluación. Además, a ella sólo le preocupaba llegar al aula. No quería entablar conversación con nadie, su mente estaba concentrada en la prueba.

El señor comprendió que la joven no quería conversar. Entonces optó por seguir leyendo un libro de bolsillo que traía en sus manos. Ellos se encontraban por el piso quince, cuando se escuchó un gran estruendo deteniendo el ascensor.

—¡Nooo!, esto no me puede pasar. Tengo que hacer el examen —gritó María, dejándose caer junto con los libros.

—Escríbale un mensaje a su profesor —le dijo el señor, con un tono de voz pausada.

—No puedo, no conozco al profesor que me va a aplicar la prueba, mucho menos tengo su número telefónico.

—Tranquila, este desperfecto lo van a solucionar. Sé que no nos abandonarán —dijo el señor, tratando de suavizar la situación.

—Cómo voy a tranquilizarme, sabiendo que dentro de diez minutos tengo que estar en el aula. Si no lo hago, no puedo graduarme —dijo María, llorando de la congoja.

—¿En qué número de aula tiene la prueba? —le preguntó el señor.

—¡Qué importa eso!, lo que interesa es que este aparato funcione —le contestó María, enrojecida de la cólera.

—Disculpe joven, me interesa mucho saber, en cuál aula tiene usted ese test. —Insistió el señor.

—Aula seis. —María le contestó entre dientes y con cara de pocos amigos.

—Joven, no se preocupe, yo soy el profesor que le aplicará el examen —dijo el señor, con una sonrisa amigable, queriendo agradar a María.

María, lanzó un grito y vociferando le dijo: —¡eso es traición!, vio toda mi angustia y no me dijo en ningún momento que era el profesor. Qué clase de profesional es usted.

—No he querido traicionarla o engañarla. Esto que pasó, no es traición, fue falta de comunicación. Durante el trayecto, he tratado de comunicarme con usted, y lo único que he recibido son rechazos.

María, se sentía tan avergonzada con el profesor, que no se atrevía volverlo a ver.

—Mi nombre es Pablo Quirós –le dijo el profesor, extendiéndole la mano para saludarla.

—Qué vergüenza profesor, disculpe mi forma de actuar. Estaba tan preocupaba por la situación, qué me ausenté del momento. Mi nombre es María Loría. Usted me ha dado una gran lección de vida. Debemos estar presentes en todo lo que hagamos, sólo así podemos vivir a plenitud. Perfectamente pude haber evitado toda esa situación desagradable, por una agradable y además enriquecedora.

De pronto el ascensor comenzó a funcionar, llevando a María y al profesor al piso treinta y tres.

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8 comentarios

  1. 1. Laura dice:

    Hola Thelma. Aceptaste el reto!!!
    Me gustó la forma casual en que el diccionario entra en el relato.
    Ante la situación del ascensor, ¿no podía comunicarse con algún compañero informando el problema que tenía?
    Me pareció que la estudiante se tomó a la tremenda que el profesor no le haya dado su identidad.
    No me termina de cerrar el final. Hubiese preferido la omisión de algunas partes para que no quede como me pareció, casi un cuento con moraleja.
    De todos modos, felicitaciones. Aceptaste el reto!!!

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 00:12
  2. 2. Frida dice:

    Hola Thelma. Reto superado. Pero al igual que Laura, he de coincidir en que María, monta un escándalo por nimio detalle, no tiene fundamento su rabieta. El final sí me gusta, pero el desarrollo que nos lleva hasta ese final es abrupto y forzado, creo que si nos explicases o mostrases que, María está teniendo un ataque de ansiedad por lo de su examen mezclado con una claustrofobia, sería más fluido. He de añadir también, que durante los diálogos has reiterado demasiado :dijo María, preguntó el señor, contestó María, contestó el Señor, creo que en ocasiones podría haberse omitido quién dijo qué, pues por el diálogo, existen ocasiones en las que el lector sabe perfectamente quién habla, como por ejemplo cuando María dice: gracias Señor, o cuando él le dice: ¿le ayudo? la veo incómoda. Por ese la sabemos que es él quien habla.

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 18:24
  3. 3. Isolina R dice:

    Hola, Thelma:
    Creo que el texto está bien pero necesita que lo pulas en la forma un poquito más.
    Repites innecesariamente “María”, “señor”, “profesor” y “joven”. Solo aparecen dos personajes y con la ventaja añadida de que uno es hombre y la otra mujer. No hace falta que los identifiques todo el tiempo. Si añades un adjetivo en el inciso aclaratorio ya basta (“respondió asustada”, por ejemplo). Te propongo un reto: que esas palabras aparezcan solo una vez cada una.
    Los vocativos deben ir siempre entre pausas: “—Disculpe, joven”, “—Qué vergüenza, profesor”.
    Entre sujeto y predicado no debe ir coma: “María era una estudiante de filología”, “El tono de voz de María se escuchaba agitado”, “Esto que pasó no es traición”.
    “Filología” en mayúscula.
    “traía sus manos ocupadas” para mí queda mejor: “traía las manos ocupadas”.
    “Solo vio cómo una mano”.
    “máxime que los iba a utilizar” queda mejor “sobre todo porque los iba a utilizar”.
    “mucho menos tengo su número telefónico” queda mejor “y no tengo su número telefónico”.
    “llorando de la congoja” queda mejor: “acongojada”.
    En: “María, lanzó un grito y vociferando le dijo: —¡eso es traición!,” sobra la coma tras el sujeto (“María”). El diálogo con rayas se pone en renglón aparte. Vociferar y lanzar un grito es lo mismo, deberías dejar solo uno.
    En: “Estaba tan preocupaba por la situación, qué me ausenté del momento” debe ser “preocupada” y “que”.
    “por una agradable y, además, enriquecedora.”
    Espero que estas sugerencias te resulten útiles.
    Saludos.

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 19:05
  4. 4. Manoli VF dice:

    Hola Thelma. Ya Isolina te corrigió en cuanto a la forma, por lo que no voy a entrar en ello, lo mío es más de contenido y, a este respecto, estoy de acuerdo con Frida que la escena hubiese sido más creíble si lo hubiese enfocado más por la ansiedad que por la conversación y la rabieta no muy proporcionada y lo del final rotundamente lo cambiaría para que no soltase esa especie de moraleja o sufismo que, aunque válido se desvirtúa un poco del contexto. Si quieres resaltar esa condición, yo haría que no supiese la identidad del profesor hasta que las puertas se abren y concluiría a modo de:
    “Lo que no sabía María es que el hombre con el que tan arisca se había mostrado era su profesor y sólo al verlo entrar en la misma clase comprendió que acababa de perder puntos cuando menos en lo que a comportamiento se refiere. ”

    Por supuesto lo mío son solo sugerencias, lo dejo ahí.

    Un saludo.

    Escrito el 22 marzo 2016 a las 19:13
  5. 5. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Thelma, entre Manoli e Isolina han cubierto lo que se debe de mejorar en tu escrito, A mi solo me queda por agregar que te felicito porque tienes una redacción muy fácil de seguir y por lo mismo mantienes la atención del lector. Enhorabuena y adelante.

    Escrito el 23 marzo 2016 a las 05:52
  6. 6. Thelma López Lara dice:

    Hola, compañeros (Laura, Frida, Isolina, Manoli y Osvaldo):

    Muchas gracias por las recomendaciones que tan gentilmente han aportado a mi relato. Sólo sé que cada día aprendo más y esto se debe a los excelentes aportes que he recibido de la familia Literautas.

    Saludes.

    Escrito el 24 marzo 2016 a las 06:26
  7. 7. Caritobel dice:

    Hola Thelma.
    Después de los excelentes comentarios de los demás compañeros poco queda por decir.
    La verdad la idea me gustó, coincido en lo de enfatizar en la preocupación de la protagonista por el examen para que la reacción de enojo sea proporcional. Y también le quitaría el final al estilo moraleja. El final que ha sugerido Manoli, es algo así como lo que yo hubiese esperado.
    Sin embargo creo que el texto tiene mucho potencial. Si seguís las sugerencias tan bien ofrecidas, te quedaría impecable.
    Felicitaciones por lo logrado,y seguí adelante.

    Saludos.

    Escrito el 27 marzo 2016 a las 03:40
  8. Después de las recomendaciones de los compañeros, poco puedo aportar. Salvo decir que estoy de acuerdo con ellos. El final no me parece del todo mal, pero el enojo de la muchacha, como ya te mencionan, parece algo infundado. Casi me suena al todo de una niña caprichosa que quiere que el mundo actue como ella quiere. El camino que usaste para llegar hasta ese final pienso que no fue el mejor. Aun así no esta mal el relato. Narras muy bien. Solo creo que debiste mostrar mas la ansiedad de la chica.
    De todos modos, muy bueno.
    Saludos y perdona que comente tan tarde.

    Escrito el 2 abril 2016 a las 17:43

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