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Viaje a los recuerdos - por Wiccan

Un suspiro acompañó el movimiento de sus dedos por las desgastadas teclas. Cerró sus ojos rebosantes de sabiduría y permitió que la añoranza lo envolviese mientras la maquinaria hacía descender el pequeño habitáculo. Don Marcial no pudo evitar que una sonrisa melancólica asomara mientras una vez más pensaba en el poco valor que se le daba a aquella estancia que había representado un lugar tan importante para él. «¿Cómo podría otros ser conscientes de la vida que se respiraba allí?»

«¿Parece que va a llover?» «Al final se ha aguantado el día». «¿A que piso va? » «¿Viene por negocios o por placer? » Frases manidas, clichés, las habría escuchado y pronunciado innumerables veces. Y aún así, don Marcial conseguía entrever en ellas un pequeño esbozo de la forma de ser de una persona. «Solo son conversaciones incomodas por no estar callados», respondía la mayoría de aquellos con los que compartía sus cavilaciones. «Pero podrían estar callados», consideraba él.

El movimiento se detuvo y la puerta se abrió. Feliz, seleccionó al azar otro número y lo presionó para comenzar el ascenso. «Así es la vida, hay veces que subes y hay veces que bajas», reflexionó el antiguo botones. Treinta y cuatro años llevando a clientes de un piso a otro, treinta y cuatro años de historias que solo él conoce.

Un vistazo a la esquina inferior derecha trajo a su mente un diccionario de idiomas. Recogerlo fue la excusa para comenzar una de esas conversaciones tontas y por compromiso entre su dueña y el chico que también se inclinó para recuperarlo. Aún relata con orgullo la vuelta de aquella pareja en su luna de miel, y la foto que les hizo agachados con el pequeño libro en sus manos. Don Marcial siempre se sintió como si hubiese sido una especie de cupido y maestro de ceremonias en su templo particular.

Otra parada, un nuevo botón y esa familiar sensación de caída. Así entendía otras historias vividas, que parecían hundirle, pero cargadas de emoción. Recordó observar a un hombre entrar con paso firme y una tierna sonrisa dirigida a la gente de la que se despedía. Recordó verlo romper a llorar en cuanto se cerraron las puertas, manifestando por fin el dolor por el fallecimiento de su amigo, casi un hermano. Por alguna razón, se sintió libre para compartir su pesar con el operario del ascensor. Y Don Marcial lo consoló. Un momento de conexión duro, pero digno de atesorar.

¿Y cómo olvidar las historias de celos y traición? Mientras el elevador volvía a cambiar de sentido, el responsable de su manejo reprimió entre dientes una carcajada. También en su hotel habían tenido lugar una buena dosis de infidelidades descubiertas, encuentros furtivos y matrimonios rotos. Se miró al espejo y rememoró su imagen reflejada en una superficie parecida aunque agrietada. Así estuvo la luna de la pared una semana, tras una discusión entre una pareja que había abusado de la bebida en la cena. Los insultos y acusaciones se escuchaban desde antes de resonar dentro de la reducida estancia y terminaron con un puñetazo en el cristal, una mano sangrante, dos dedos rotos y una importante multa por el destrozo.

Entre evocaciones y melancolía, el antiguo empleado continuó su especial paseo hasta que dirigió su mano al pulsador que le reencontraría con el nuevo botones. Le estaba muy agradecido por haberle permitido entretenerse con su juguete favorito por última vez, aprovechando el poco ajetreo de la mañana. A Don Marcial le gustaba pensar que, en cierto modo, ahora su viaje formaba parte de la historia del ascensor, y ese compañero casi desconocido recordaría en su retiro al anciano loco que estuvo veinte minutos yendo y viniendo de un piso para otro. Le había costado aceptar el no poder volver, pero mucho más saber que la enfermedad lo haría olvidar sus vivencias. Sin embargo, al observar la puerta abrirse y disponerse a salir, con esa quietud y resignación que da la edad, meditó: «Los viajes en ascensor siempre se acaban, y la vida se representa muy bien en ellos».

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14 comentarios

  1. Hola Wiccan. Melancólico como los relatos que hablan de recuerdos, el tuyo es muy bueno. Durante todo el tiempo pude ver imágenes de los recuerdos de Don Marcial, muy linda la manera en que lo contás. Y por supuesto, el reto adicional se cumple a la perfección.
    Además es una buena idea, ya que por simple -y ahí está el secreto-, no creo que haya muchos que la hayan pensado, y además con mucha riqueza de historia.
    No tengo nada para decir acerca de las formas, me parece que está bien escrito.
    ¡Exitos!

    Escrito el 17 marzo 2016 a las 19:13
  2. 2. Jose Luis dice:

    Hola
    Me paso por tu relato para echarle un vistazo y dejarte mi comentario.
    En cuanto a la forma
    «¿Cómo podría otros ser conscientes —————— «¿Cómo podrían otros ser conscientes
    «¿A que piso va? ———- «¿A qué piso va?
    incomodas ———- incómodas
    historias que solo él conoce. ———— historias que solo él conocía. (el relato está narrado en pasado, por lo que es mejor seguir siempre en pasado para respetar la coherencia)
    También en su hotel habían tenido lugar una buena dosis de infidelidades ————— También en su hotel había tenido lugar una buena dosis de infidelidades
    En cuanto al contenido, es un relato muy bonito que rezuma nostalgia por el pasado. Creo que está bien narrado y ambientado, y nos hace sentir algo especial por el personaje.
    Un saludo

    Escrito el 17 marzo 2016 a las 20:09
  3. 3. Oda a la cebolla dice:

    Hola, Wiccan. Bonito y emotivo relato, repleto de homenaje melancòlico. Muy bien descrito, en todo momento. A pesar de los acentos que faltan y que ya te apuntaron, se lee muy fàcil. Saludos y felicidades. ¡Nos leemos! Buenas noches.

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 00:24
  4. 4. A.R.Payán dice:

    Hola Wiccan!!
    Relato bonito sobre una profesión en peligro de extinción.
    Me ha gustado la forma en que narras los recuerdos de Don Marcial.
    Has conseguido que la lectura sea fácil y que se entienda sin problemas.
    Un saludo

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 21:38
  5. 5. CARMELILLA dice:

    Hola Wiccan:
    Me gusta tu relato, con un lenguaje claro y sencillo consigues una escena muy emotiva. Las palabras claves utilizadas con mucho acierto. Muy original, el final de la vida profesional y el comienzo del final de los recuerdos de toda una vida (intuyo de fondo a esa maldita enfermedad que nos convierte en desconocidos ante los seres queridos).
    ¡Estupendo trabajo!
    Seguimos leyéndonos y participando.
    Saluditos.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 18:08
  6. Dejando de un lado los cuatro fallos o errores de escritura que entre otras cosas ya te los han señalado, he de decirte que tu relato emana una ternura y una humanidad que sólo se logra con esa dosis de sencillez y talento que utilizan los escritores de verdad. Te leo y pienso, por ejemplo, en “La colmena“ de Cela, o en “La hoja roja“ de Delibes.
    Es un relato entrañable que deja ver tras de sí, toda la vida del ascensorista jubilado don Marcial y del amor, cosa rara hoy en día, que ha puesto en su trabajo de treinta y cuatro años. La afabilidad de don Marcial te deja en paz. Esos recuerdos que pasan por su mente, la película de su vida laboral, y ese jugueteo final con los mandos del ascensor, mostrando el cariño que siente por su herramienta de trabajo lo engrandecen. Dan ganas de darle la mano y decirle: don Marcial, usted es admirable porque ha sabido cumplir con su deber transmitiendo ese felicidad que a tantos nos hace falta. Usted será un jubilado feliz, y se lo ha ganado.
    Wiccan, creo que has sabido transmitir con el sosiego y la calma necesarios, el sentir de ese hombre que desde la ficción nos saluda y nos guiña un ojo.
    Felicidades.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 20:29
  7. 7. Tavi Oyarce dice:

    Hola Wiccan

    Muy bien llevada las remembranzas del viejo ascensorista.
    Toda esa gama de recuerdos que son las experiencias de un hombre que decide volver a lo que seguramente para él, era su segundo hogar.
    Tarde o temprano todos viviremos ese momento y lo importante es llegar sin daños.
    Escrito con sabiduría.

    Te hago dos alcances:
    Hay una idea que se repite tres veces. y en mi opinión con una bastaría:
    el antiguo empleado continuó…- , reflexionó el antiguo botones…. Treinta y cuatro años llevando…

    Lo otro:
    El aun de la frase siguiente no lleva acento:
    Y aún así, don Marcial…
    Cuando esta palabra puede ser reemplazada por “todavía” sí lleva acento.
    Espero haber aportado algo a tu excelente relato.

    Gracias por pasar por el mío.
    Saludos

    Escrito el 27 marzo 2016 a las 07:53
  8. 8. Marazul dice:

    Hola Wiccan
    Un relato muy agradable de leer y fácil en su comprensión. Tu estilo es fluido y muy correcto.
    En cuanto al significado de la historia logras transmitir sensación de añoranza y serenidad a través del protagonista. Un protagonista, don Marcial, testigo de mil historias a lo largo de su larga vida laboral.
    Por supuesto que logras el reto, Wiccan. ¡Son muchos años dentro de ese ascensor!
    Un saludo

    Escrito el 27 marzo 2016 a las 23:14
  9. 9. Cryssta dice:

    Hola Wiccan, gracias por pasar por mi relato. El tuyo me ha gustado mucho y no he querido ver si tenía errores, mejor disfrutarlo simplemente.

    Espero leerte en el próximo taller.

    Un abrazo.

    Escrito el 28 marzo 2016 a las 12:09
  10. 10. Noemi dice:

    Hola Wiccan, gracias por tu comentario. estoy de acuerdo con los compañeros tu relato es muy emotivo el punto clave a mi parecer es la enfermedad de ascensorista que apenas mencionas (¡fantástico!) es un punto genial que podría haber convertido un delicado texto en un bodrio melodramático, en cambio como tu lo tratas se convierte en una vuelta de tuerca que cambia toda la perspectiva, de un relato melancólico se transforma de pronto en la metáfora de la memoria, los recuerdos suben y bajan y de un modo u terminaran desapareciendo,y nosotros con ellos. Te felicito ha sido un toque de artista. Muchos saludos y hasta la próxima.

    Escrito el 29 marzo 2016 a las 23:43
  11. 11. Carolina Tribó dice:

    Hola Wiccan!!!

    Muchas gracias por tus comentarios y sugerencias, los tendré en cuenta.

    Tu relato es genial. Creo que todos hemos hecho un poco nuestro a Don Marcial. Y es increíble la cantidad de historias que pueden surgir en un ascensor y en tantos años.
    Excepto algún acento que se te ha escapado por ahí y que ya te han comentado, el texto está muy bien escrito y estructurado y te metes en el personaje y en como ha vivido esas historias.

    Una de mis ideas para el relato iba a ser esta, meterme en la piel de un botones, pero al final se me echó el tiempo encima y la descarté.

    Buen trabajo.

    Un saludo!!

    Escrito el 30 marzo 2016 a las 17:18
  12. 12. Peter Walley dice:

    Hola Wiccan,

    A veces menos es más y tu relato es un ejemplo: una historia sencilla y bien contada puede emocionar más que una llena de acción. Enhorabuena por tu relato.

    Saludos,
    Peter

    Escrito el 31 marzo 2016 a las 17:20
  13. 13. Ángel dice:

    Hola Wiccan, aunque un poco tarde he querido pasarme por tu relato para comentarlo y he de decirte que me he quedado alucinada.
    A pesar de algunas faltas de ortografía que ya te han comentado que presenta, me ha parecido fascinante la manera en la que has convertido una historia tan sencilla en un regalo a la hora de leer. Engancha, tiene mucho más que emoción y he vivido esas subidas y bajadas con Don Marcial a la misma vez que las leía. Con un final inesperado me quedo totalmente contenta y satisfecha con haberme pasado con tu relato.
    No dejaré de leerte, lo tengo claro.
    Felicidades, ha sido un placer.
    Saludos,
    Ángel

    Escrito el 4 abril 2016 a las 15:38
  14. 14. Wiccan dice:

    Buenas a todos!!!

    Después de haberme pasado por todos vuestros relatos, no quiero dejar de agradeceros en el mío el tiempo que os habéis tomado en leerme y comentarme.

    Muchas gracias Fernando, Oda, A.R.Payán, Manuel, Marazul, Cryssta, Carolina, Peter Walley y Angel, es un orgullo que os guste la historia y vuestras palabras me animan a seguir disfrutando de la escritura con vosotros.

    Gracias también a Jose Luis y Tavi por vuestros comentarios y amables correcciones, está claro que siempre hay cosas que mejorar y os agradezco que me lo indiquéis para poder ser consciente de ellas.

    Muchas gracias Carmelilla y Noemi por vuestros animos también, quise poner el tema de la enfermedad precisamente por lo que comentas Noemi, me parecía una forma de darle la vuelta a la historia, aunque en algún momento pensé que igual me estaba excediendo y dándole demasiado dramatismo, me alegra que no os lo parezca.

    En definitiva, muchas gracias a todos. Espero seguir leyendoos en los siguientes talleres.

    Un abrazo!!!

    Escrito el 16 abril 2016 a las 10:36

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