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Destino - por María

Cada día el mismo ritual. Cada mañana el mismo vaso de café en la mano izquierda, y la misma sonrisa desenfadada. Me guiñas el ojo, y marcas tu destino. Intento sostener la mirada, pero al instante me invade cierto pudor y me escabullo entre los demás pasajeros del ocasional viaje.
Imagino quién serás. Qué cosas te gustan, cuáles te aterran; si alguna vez dejaré de sentir que el rojo incendia mi cara, y podré por fin decirte aunque sea un simple hola.
Lo cierto es que me conformo semana tras semana con solo verte en este ascensor, que nos enlaza hasta el piso 12, momento en el que nuestros caminos se dividen en distintas direcciones.
Particularmente hoy, una vez más te veo subir. Intento superar mis fantasmas. ¿Será por qué es mi cumpleaños. ¿Será por qué los 33 años ya empiezan a pesar, o por qué es un día en el que el pie derecho va a ser mi gran aliado?. No tengo claro el origen, pero si la certeza que es hoy o nunca.
Subís, veo el café, tu mano, tu sonrisa… No me miras, y no me guiñas el ojo. Seguro no empezaste bien el día. A todos nos pasa…
De repente, veo una mano, un cuerpo, otra mirada. Alguien te acompaña, y esta vez ese alguien marca tu destino. Cuchichean. Intento oír, pero el viejo que tengo delante tiene una tos cuasi tuberculosa que me impide siquiera escuchar murmullo alguno.
Los pisos pasan. 5to, 6to, 7mo… Y me empiezo a desesperar. Me prometí que era hoy o nunca. Busco en mi diccionario mental alguna palabra que al pronunciarla logre cautivarte, logre llamar la atención, logre al menos decirte: "sigo acá, espero por vos".
Maldita mi suerte, restan dos pisos. Hoy o nunca me repito. Y por fin logro acercarme, Estoy detrás tuyo. Llegamos al 12. Te toco el hombro. Te das vuelta. Ahí está ! , otra vez esa sonrisa que adoro!. Me guiñas el ojo. Pronuncio un tímido hola, al que respondes simpáticamente. Presurosa intento seguirte. Trastabillo, te pierdo de vista por un segundo. Me alivio al verte, aunque me dura un instante. Imposible no sentir mayor traición. Tu mano aferrada a otro. Juntos, felices, en la misma dirección. Intento mantener la cordura, aunque me dura muy poco. Me perturba que no hayas elegido mí mano. Aborrezco a ese otro. Me ensaño con tu espalda. Una y mil veces de acuchillo. Te desplomas en tu propio charco de sangre, que se expande descontrolado.
Me siento satisfecha, orgullosa de mí. Una vez más cumplo con mí patrono San Agustín que reza: “Ama y haz lo que quieras”.

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6 comentarios

  1. 1. Javier Mora dice:

    Maria; me perdí al final del relato, creia que habia sido por los por los signos de puntuación y al reelerlo me doy cuenta que ya no me quedó clara la parte en la que estan dentro del elevador y si es que después cuando le apuñala ya han salido. Por cierto ¿de dónde sacó el cuchillo? ¿era una chica oficinista?. Interesante. Saludos.

    Escrito el 17 marzo 2016 a las 22:10
  2. Hola María. En principio, el reto opcional lo entiendo cumplido. Me gustó la manera en que relatás lo que sucede en la mente de la protagonista, le das mucha vida interior, y eso me pareció enriquecedor. Según avanza y llega al final, parece ser bastante vehemente con sus propios deseos, y en el final expresamente entiendo que sucede en su mente, no en la realidad. No sé si estoy equivocado, pero esa es la interpretación que hice.
    Con respecto a las formas, encontré que usas signos de admiración en cierre pero no en apertura, en estas frases: “…Ahí está ! , otra vez esa sonrisa que adoro! …” Eso me pasó a mí durante bastante tiempo, acostumbrado a los teclados norteamericanos y al inglés, en el que solo se cierran los signos, pero en español debí esforzarme para cambiar esa costumbre y usar los de apertura también. Creo que en tu caso puede que te pase lo mismo.
    La historia es buena, y se lee bien, con comodidad, es ágil y de agradable lectura.
    ¡Exitos!

    Escrito el 17 marzo 2016 a las 22:43
  3. 3. Verso suelto dice:

    Hola María, a mi me ha gustado sobre todo el ritmo del relato y la forma bastante natural de incluir las palabras obligatorias.
    Por otro lado me parece una historia bastante cotidiana, de las que nos ocurren, no es forzada.
    Por todo ello te felicito!
    Una pequeña errata de tecleo: “Una y mil veces de acuchillo” debe ser “Una y mil veces TE acuchillo”.
    Si quieres pasarte por mi relato estoy en el 182

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 20:55
  4. 4. JORGE BLANCO dice:

    Hola María:

    Primero comentaré algunos pequeños fallos de redacción que he encontrado:

    En el tercer párrafo, después de una vez más” poner coma.

    “será por qué es mi cumpleaños…” cambiar a será PORQUE en las tres ocasiones en que aparece.

    Después de la interrogación no poner punto. Acentuar Sí.

    Dices “Alguien te acompaña…” dirigiéndote a él directamente (segunda persona). Seguidamente cambias a “cuchichean” (tercera persona). Luego vuelves a interpelarle a él.

    Cambiar estoy detrás tuyo por estoy detrás de ti.

    “Una y mil veces de cuchillo” Es una frase confusa.

    “Con mí patrono”, la palabra mi no se acentúa en este caso.
    Respecto al fondo me ha gustado. La idea es buena y el desarrollo también.
    Estos amores platónicos son muy peligrosos porque por lo general no son correspondidos, como es el caso. Y teniendo un referente como San Agustín cualquier cosa puede ocurrir, ya que aunque efectivamente dijo “Ama y haz lo que quieras”, aunque con otro sentido, también dejó “perlas” como las siguientes:

    – No alcanzo a vez qué utilidad puede servir la mujer para el hombre, si se excluye la función de concebir niños.
    – Las mujeres no deben ser iluminadas ni educadas de forma alguna. De hecho deberían ser segregadas, ya que son causa de insidiosas e involuntarias erecciones en los santos varones.

    Perdón por la chapa que te he metido.

    Escrito el 21 marzo 2016 a las 00:55
  5. 5. drow_jack dice:

    Me aferro al comentario de JORGE BLANCO.

    El contenido es bueno. De principio a fin desarrollas la mortal obsesión de la protagonista sobre ese huésped inadvertido.

    Me ha llamado la atención algunos vocablos de habla argentina (Argentina, Uruguay, Paraguay, no sé matizar). Por ejemplo, “Subís”, “acá”, “vos”. No sé si has querido introducir un origen geográfico a tu personaje de forma sutil, o has delatado tu procedencia. De ser así, ningún problema, pero a parte del léxico, también solemos cambiar la estructura de las frase de una parte del charco al otro. Y lo he notado. Por eso hay partes que me han resultado confusas de leer, en especial el final.

    Hago hincapié con la apertura y el cierre de interrogativas y exclamativas (¿?, ¡!) Hay que estar atentos. Con una releída o revisión es fácil ver el error.

    Has hecho un buen trabajo en este taller, en general, muy bien.

    Escrito el 24 marzo 2016 a las 16:37
  6. Hola María:

    Gracias por leer y comentar mi relato. Paso por el tuyo y me gusta mucho el diálogo interior de la protagonista, los detalles cotidianos: el café en la mano izquierda…, la lucha interior que nos muestras.
    En el descenlace, al igual que en todo el relato, logras el hacernos ver la diferencia entre el final “real” y el psicológico, eso lo disfruté mucho.
    En lo personal, me sorprendió el uso que le das a la frase de San Agustín, me pareció un poco loco, un personaje capaz de justificar todoooooooooooooo, cuánto somos así.
    También tengo algunos comentarios formales:
    – Al usar signos de ¿? o ¡!, es innecesario poner punto. Ej:” ¿Será por qué los 33 años ya empiezan a pesar, o por qué es un día en el que el pie derecho va a ser mi gran aliado?.”
    Revisa la expresión: “Estoy detrás tuyo”, la forma correcta es “Estoy detrás de ti”.
    Bueno, pero todas estas cosas se pueden revisar y mejorar, pero nadie puede construir un relato como el que has hecho.
    Gracias, lo disfruté

    Escrito el 30 marzo 2016 a las 17:04

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