Descenso - por Gama

Pulsé el botón de planta baja y las puertas se cerraron. Salí tan rápido de la oficina que aún tengo en la mano el diccionario con el que he estado trabajando.

Son cinco años ya los que he pasado en la biblioteca pública del estado, primero, empecé a trabajar como ayudante cuando prestaba mi servicio durante licenciatura y ahora que me gradué, conseguí un puesto formalmente. Me encargo del mantenimiento del software de catálogos y de la biblioteca virtual desde una pequeña oficina en el último piso del edificio, en total son siete.
Debo de admitir que últimamente no he trabajado mucho, dedico mi tiempo completo a la lectura, siempre me ha apasionado. Ahora se ilumina en blanco el botón con el piso seis.

Salí de mi oficina a prisa porque recibí una llamada de un desconocido, me dijo muchas cosas que lamentablemente ya esperaba, y al final, pude comprender el mensaje. Tiene que ver con mi novia, que ya no sé si seguirá siéndolo después de esto. Piso cinco.

Devoro novelas. Desde que era un niño lo hacía. Me entusiasma la idea de poder viajar a distintos lugares y ser distintas personas con sólo sentarte a leer un libro. También debo de admitir que las novelas de horror son mis preferidas. Creo que no es necesario aclarar por qué. Piso cuatro.

Odio hacer anotaciones o introducir tinta ajena en las hojas impresas pero hoy he hecho una excepción. En el diccionario que sostengo he subrayado con rojo la palabra traición. Según éste, es una falta que comete una persona que no cumple su palabra. Creo que encaja bastante bien. Ahora se ilumina el botón del piso tres.

Éste edificio siempre está solo, nadie aprecia las letras, nadie lo hace como yo. Estoy convencido que mi vida sería miserable si no tuviera libros conmigo. A decir verdad, puedo decir que mi vida son los libros. Lo que ocurre cuando cruzo la salida, es ficción. Piso dos.

¿Por qué las personas no pueden ser personajes? Todos son tan planos, tan iguales, cada vez me parecen menos reales. Y justo cuando creí que había encontrado a alguien que sobresalía del resto y que veía las cosas de otro modo…

Piso uno.

Siento mucho odio. Siento mucho dolor. Me lastima el hecho de que nadie se pueda dar cuenta que hay personas diferente. La odio a ella, los odio a ellos. Sólo puedo sentir odio y nada más. Ella me ha abandonado, los libros ya no me satisfacen, no encuentro nada más aquí. Voy a escribir mi propia ficción, tal vez es lo que necesito. Ahora se ilumina el botón de planta baja.

Las puertas del ascensor se abren.