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Atente a las consecuencias - por Nina Latte

Web: https://eneljardiningles.wordpress.com/

Valle espera impaciente a que el ascensor llegue hasta su piso. Por el hueco vacío resuena el chirrido de los cables mal engrasados y el eco de la fricción metálica de las poleas. Se abren las dobles puertas y su interior exhala un aire mohoso de reliquia putrefacta.

“A ver si cambiamos ya de Presidente en la Comunidad y se pone un ascensor nuevo”, piensa al recordar la conversación con sus padres durante la cena, “Julio es un roñoso y no será porque le falte el dinero”.

Pulsa el botón del primer piso y, de forma instintiva, aprieta los libros de la academia contra el pecho al sentir un pequeño temblor: el ascensor está bajando.

En el breve trayecto, prefiere distraer su mente para no entrar en pánico. Le gusta tenerlo todo bajo control. Sonríe al recordar lo bien que le están yendo las cosas los últimos meses: tiene un trabajo nuevo, un novio con dinero y está otra vez en su ciudad. Le ha costado mucho esfuerzo conseguirlo y demasiadas noches en vela. No fue fácil convencer a papá y a mamá para que la dejaran volver de Bremen. Para ellos era la gran oportunidad que nunca tuvieron y ¡encima gratis! Porque además la acogió una familia, parientes de su padre, con unos niños encantadores.

“Unos buenazos”, piensa Valle. Cómo la ayudaron con el idioma y eso que ella presumía delante de sus padres de ser casi bilingüe. Recuerda con amargura cuando se dio cuenta de que no entendía nada y de que nunca encontraría un trabajo. Pero ella no podía reconocer ese fracaso, “eso es para otros menos listos que yo”. Por eso tuvo que inventar aquellas historias -cada vez más increíbles- sobre su familia de acogida. Para que la dejaran volver. Y eso que cuando les dijo que la obligaban a hacer todas las tareas del hogar, a cuidar a los niños de noche y que le tenían prohibido llamar a su propia familia, no fue suficiente. ¡Tuvo que inventar que el padre la había amenazado con pegarla! Le gusta imaginarse la cara de ese pobre hombre cuando le dijo, parafraseando a su detective favorito de la tele: “atente a las consecuencias”.

Valle sonríe satisfecha al ser consciente de su inteligencia superior y de lo bien que le ha salido la jugada. Lo único para lamentar es que ya no se hablan con la familia alemana, ni con sus parientes aquí en la ciudad. “Menos dinero para cuando me case”, suspira contrariada.

Con un ruido ensordecedor, el ascensor se descuelga, se inclina, araña las paredes del hueco vertical y se detiene dejando un silencio infinito y a Valle encogida en un rincón con los ojos desencajados. El corazón se le va a salir del pecho. Intenta estirarse para alcanzar el botón rojo de “emergencia”, pero la cabina cede otro poco y Valle grita.

Su bolso y sus libros están desparramados por el suelo. Le tiembla todo el cuerpo y apenas acierta a encontrar su móvil, para darse cuenta de que no tiene cobertura.

El piso del ascensor se calienta. Parece estar suspendido encima de una llama. La parte central se vuelve de color rojo incandescente y, ante sus ojos, se derrite y se funde dejando un agujero.

Inclina un poco el cuerpo para asomarse por el orificio y puede ver un inmenso abismo infernal, con almas en pena alargando los brazos hacia ella para arrastrarla a su condena eterna.

Valle grita, golpea las paredes, intenta escapar… pero el hueco se va agrandando. Se traga su bolso, su móvil y sus libros.

Valle da pasos hacia atrás, hasta quedar de puntillas en un rincón. Se agarra a la baranda que hay delante del espejo y, cuando todo el suelo se funde, permanece colgando de ella. Puede sentir las llamas tratando de alcanzar sus pies.

Escucha una voz, levanta la vista y se ve a sí misma en el espejo. “Atente a las consecuencias”, dice su propio reflejo.
Valle pierde las fuerzas y el infierno la engulle.

El ascensor llega al primer piso precedido por el chirrido de cables mal engrasados y el eco de la fricción metálica de las poleas.

Se abren las dobles puertas y su interior exhala un aire mohoso de reliquia putrefacta.

Un olor ceniciento inunda el habitáculo y en el suelo solo queda un diccionario de alemán abierto por la página ciento veintitrés:

“Das riecht nach Verrat: eso huele a traición”.

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7 comentarios

  1. 1. narranacion dice:

    Hola Nina.

    Me encanta el giro constante en el relato. Primero piensas en una estudiante modelo, que resulta no serlo para nada. Después crees que estás en un relato intimista y algo cotidiano, un ejercicio de autoevaluación del personaje que finalmente ¡desata los infiernos! Y además, cuando ya echaba en falta el diccionario y la traición, sorprendes con un gran final.

    Me ha gustado mucho y la lectura es amena y de buen ritmo de principio a fin.

    Felicidades

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 12:11
  2. 2. Arameo dice:

    Qué cuenta: Es el relato Valle, una chica con aspiraciones más grandes que su humanidad. Y que al final la convierten en víctima del karma.

    Lo mejor: El relato cumple con creces. Buena descripción y ritmo. Buena psicología del personaje y excelente desenlace

    Lo peor: Casi nada. Por decir algo, podría pulirse un poco el inicio. A menos que el objetivo haya sido pretender desarrollar una entrada apática para ir creciendo el ritmo del relato. Aún así se siente un poco de relleno por ahí.

    En una palabra: Impresionante.

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 21:23
  3. 3. Werchy lam dice:

    Hola,
    ¡Vaya!, Hemos tenido una idea parecida. Y me gusta.
    Técnicamente, y solo si quieres, podrías poner los pensamientos no con las comillas sino así «¡qué buenazos», y las comillas dejarlas para el alemán de la última frase o el “atente a las consecuencias”. Alt 174 y Alt 175 son las teclas para el entrecomillado español.
    Quizás papa y mama, quede demasiado infantil para un chica tan soberbia y quedaría mejor sus padres, pero por lo demás muy bien. Estupendo, alternancia de frases cortas y largas y me ha gustado mucho porque se ve muy bien la imagen en la que se descuelga el ascensor.
    Si no te importa, ya que hemos tenido la misma idea de base, me encantaría que te pasaras por el mío. Estoy justo debajo tuya, el 82.
    Gracias y enhorabuena.

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 11:29
  4. 4. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola, Nina! Creo que lo mejor del relato es el ritmo que le has inyectado. Como ya te apuntaron por aquí, habría que cambiar las comillas de los pensamientos tipo monólogos por las correctas; quizás, tampoco vendría mal darles otro giro de desarrollo, para que no sean tantas. Yo hubiera puesto entre comas alguna aclaración que das entre guiones, que tampoco se han tecleado correctamente.
    Como te decía, el buen ritmo es lo que mejor me ha parecido. El trabajo es bueno. Saludos y ¡seguimos leyéndonos!

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 21:19
  5. 5. Nic-Is dice:

    Hola Nina.
    Es un gran relato, este que nos compartes. A mi también me gusta el ritmo que logras y la creciente tensión. Y la forma en que nos muestras a Valle con su verdadera personalidad escondida tras su imagen de chica buena, te ha quedado excelente. Bien merecido se tiene ese final.

    Escrito el 19 marzo 2016 a las 22:27
  6. 6. Nina Latte dice:

    Hola a todos! Disculpad que conteste tan tarde, pero entre la gripe y el trabajo he tenido poco tiempo. Espero ponerme al día con vuestros ejercicios 

    – Para narranacion: muchas gracias por pasarte por aquí (y por mi blog). Quería que el ritmo fuera rápido, porque el límite de palabras no da mucho margen, pero tenía miedo de que la historia no se entendiera demasiado bien. Un poco más y no me caben el “diccionario” y la “traición”, hahahahaha

    Tuve dudas con un par de finales diferentes, así que los convertiré en nuevas historias para el blog 😉

    – Para Arameo: muchas gracias por tu análisis. Me hubiera gustado darle algo más de profundidad al personaje, pero se liaba demasiado la historia y no me terminaba de gustar. Prometo revisar el inicio.

    – Para Werchy lam: tuve dudas con las comillas y con tu comentario me lo confirmas: tengo que repasar esa parte, hahahaha.

    Lo de “papá y mamá” me parecía de “niña pija/consentida” y que daba otro detalle más de su personalidad. Pero lo cambiaré por “padres” a ver qué sensación me da.

    – Para Oda a la cebolla: gracias por tu comentario. Lo de las comillas tengo que revisarlo, seguro. Voy a mirar también lo de las aclaraciones entre guiones.

    – Para Nic-Is: muchas gracias por pasarte, me alegro de que te haya gustado.

    Prometo devolveros la visita, muchas gracias por vuestros comentarios.

    Escrito el 28 marzo 2016 a las 18:18
  7. Estupendo tu infierno Nina, has encontrado la vía directa para llegar hasta ese ardiente lugar, aunque yo creo que el infierno si existe está más cerca, en las noticias cotidianas por ejemplo. Sartre en uno de sus purgatorios propone una habitación blanca, con las puertas cerradas, y los personajes discutiendo eternamente. Evidentemente este no es el caso, pues Valle pasa por un calvario existencial. La culpa como razón argumental. En fin, las consecuencias nos lo dirán.
    Un abrazo, ya queda poco para el próximo reto.

    Escrito el 31 marzo 2016 a las 19:26

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