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La espera - por Isabel

Sentada en el suelo frío del ascensor, Nadia no entendía porqué motivo tardaba tanto en llegar el técnico. Había pulsado el botón de emergencia hacía ya más de diez minutos y le habían confirmado que iban con urgencia. Los nervios le habían jugado una mala pasada, tanto que se le trabó la lengua y su pronunciación en alemán dejó mucho que desear cuando habló por el interfono.

Diez eternos minutos entre la séptima y octava planta de aquel moderno edificio, donde trabajaba su amigo Eric. Empezó a sentir ansiedad. No estaba teniendo lo que se dice muy buena suerte. Había entrado en el edificio más importante de Berlín intentando parecer segura para hacer aquella entrevista de trabajo y aunque los nervios estaban haciendo de las suyas por dentro, tenía la certeza de que aparentaba lo que pretendía. Había llegado al mostrador y al dar su nombre, nadie parecía tener constancia de que le esperaban para hacer aquella entrevista. Lo primero que pensó “estos alemanes no son tan perfectos como nos quieren hacer creer”. Le costó entender lo que le decía la recepcionista. Menos mal que llevaba el diccionario para poder consultar en caso de duda o bloqueo. Lidiar con los alemanes no era nada fácil.
Un pequeño movimiento le hizo creer por un instante que el ascensor ya se ponía en funcionamiento, se levantó de forma enérgica, pero no fue nada más que una ilusión, el ascensor seguía parado.
Decidió permanecer sentada mientras hojeaba el diccionario,aprovecharía aquel momento para memorizar alguna palabra más por si el entrevistador le daba por utilizarla.
No podía concentrarse, llegaba tarde a la entrevista. Al gerente de la empresa poco le iba a importar su circunstancia.
Pensarían “ española tenía que ser, no saben lo que es la puntualidad”. Lo peor sería la bronca de Eric diciendo: “¿por qué no subiste por las escaleras ?”, como si ella fuera una “runner”en forma. Maldijo su mala suerte, una buena oportunidad laboral que se le presentaba gracias a su amigo instalado en aquella ciudad dese hacía unos años, que iba a desaprovechar de una manera absurda. Seguro que su móvil olvidado en la mesilla de noche estaría fundido con todas las llamadas que él le estaría haciendo . Lo peor es lo mal que iba a quedar Eric con su jefe. Empezó a sentir angustia junto a un nudo en el estómago. Imaginaba la cara del gerente de la empresa y como estaría pidiéndole explicaciones a Eric del motivo por el que no había aparecido. Se había acabado aquella oportunidad antes de haber comenzado. Nadia golpeó la puerta del ascensor con el pie, tenía que descargar la rabia que sentía. Se acordó de la noche anterior, de las copas hasta las tantas en casa de Eric y cómo le había presentado su nuevo ligue, una joven sueca.
Un ruido estridente llegó a sus oídos justo cuando estaba mirando fijamente hacia la puerta esperando señales de vida.
—Hay alguien ahi? —la voz grave del técnico le sacó de sus pensamientos.
—Sí, estoy encerrada —dijo de forma espontanea.
—No se preocupe, la vamos a sacar.

La puerta se abrió y un hombre de mediana edad muy serio le ayudo a salir. De forma rápida se arregló el pelo, se expolsó el polvo de los pantalones y se dirigió a la oficina de su amigo.
La esperanza es lo último que se pierde y estaba dispuesta al menos a intentarlo.
Tocó al timbre y en menos de diez segundos la puerta automática se abrió. Entró y se dirigió a una mesa. Buscó con la mirada a Eric, pero no le vio.
—Vengo por la entrevista de trabajo. Disculpe, sé que llego muy tarde, pero es que me quedé encerrada en el …
—Lo siento, pero no hay ninguna vacante ya.
—¿cómo es posible? Soy amiga de Eric Preguntele a él.
—Usted ¿ también es su amiga?
Nadia no entendía a qué se refería. Miró hacia el fondo y entonces lo comprendió todo. Eric estaba ayudando a una joven chica a ubicarse en su nuevo puesto. Nadia la reconoció, era su ligue.
Eric la vio y se acercó hasta ella.

—Lo siento Nadia. Anoche me dijo que necesitaba el trabajo y …
Nadia no le escuchó. Salió de aquella oficina y cerró la puerta. Mientras bajaba por las escaleras las lágrimas asomaron a sus ojos. Aquella traición no podría perdonarla jamás.

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7 comentarios

  1. ¿Qué me vas a contar a mi de los alemanes si los sufro a diario? Me ha hecho gracia el argumento de tu texto porque yo me he visto en situaciones similares.
    De la estructura y el vocabulario no tengo nada que decir, está todo “Perfekt”. Y la historia en sí, pues aparte de gustarme por verme reflejado, creo que está bien desarrollada y es original. Se hace fácil el seguimiento de la historia y consigues hacer que el lector empatice con la protagonista. El final me ha gustado, no sé por qué pero me gustan que las cosas terminen mal, sobre todo en relatos cortos. Sigue así porque creo que lo haces muy bien.
    Si te animas con el mío, es el 197.

    Escrito el 17 marzo 2016 a las 14:44
  2. 2. CARMELILLA dice:

    Hola Isabel,
    Me gusta tu relato, lenguaje sencillo y claro. La trama muy bien situada y con un avance ágil y adecuado. La historia que has elegido es una historia con muchas posibilidades de que haya ocurrido y de que pueda ocurrir, es decir, bastante realista.
    Muy bien usadas las palabras obligatorias y bien relacionadas entre ellas.
    Sobre los pensamientos,comentarte que cuando se escriben han de ir entre comillas latinas que se obtienen pulsando y manteniendo pulsado la tecla alt más 174 para abrirlas y alt más 175 para cerrar. A mí todavía me cuesta y cuando me quiero dar cuenta se me cuelan las comillas de siempre.
    Lo que me resulta un poco chocante es que Nadia se atreva a presentarse a una entrevista de trabajo con un diccionario por si no entiende alguna palabra, probablemente si su amigo no le hubiera traicionado, lo hubiera hecho el diccionario, al jefe no le resultaría muy convincente contratar a alguien que no controle el idioma.
    Isabel me gusta tu trabajo, ¡bien hecho!
    Seguimos participando.
    Saluditos.
    Sobre los p

    Escrito el 17 marzo 2016 a las 19:38
  3. 3. CARMELILLA dice:

    Por cierto Isabel, se me olvidó comentarte que marcaste el relato como que participaba en el reto, pero la trama no se desarrolla toda en el ascensor, el reto no está cumplido.
    Saluditos otra vez.

    Escrito el 17 marzo 2016 a las 19:41
  4. 4. Zelfus dice:

    La estructura y presentación del texto me han parecido formales, como que cada escena encaja donde es. Sin embargo, encuentro al narrador cargado hacia favorecer que la situación de desarrolle de un modo específico. Creo que eso no se debería ver, como los hilos de las marionetas.
    El contenido es bastante urbano, parece sacado de una experiencia personal de algún modo, por lo que se hace creíble. A mí también me gusta que salgan las cosas mal pero no me parece lógico que Eric cambie el plan en la noche, justo después de hablar con su amiga, y no se tome la molestia de avisarle o de reparar el daño al verla. Eso explicaría el que ella no lo haya llamado al celular desde el ascensor.

    La situación descrita no movió mis emociones, pero en general me parece bien escrito.

    Escrito el 17 marzo 2016 a las 19:58
  5. 5. Perdescrit dice:

    ¡Hola, Isabel!
    He leído tu relato y, he de admitir, que me ha gustado y que apenas le puedo sacar errores.(Aparte que los errores que he visto son muy pequeños :P).
    Empiezo: Considero que hay partes que las podrías empezar de otra manera para que no quede “raro”.
    ·Hay en ciertas partes en la narración (sobre todo al final) que van más rápido de lo que convendría. (Quiero decir: hay partes que parece que quieren contar más de lo que se dice…supongo que también es por el límite de palabras.
    En cuanto a lo que me ha gustado te puedo decir que el lenguaje es sencillo y claro (cosa que se agradece), la historia me ha parecido muy natural e incluso a mí, humilde lectora, me ha dolido la traición de Eric (Las personas hacemos muchas injusticias y estupideces sin sentido) y las palabras están muy bien metidas 🙂
    En fin, a seguir trabajando.

    Escrito el 18 marzo 2016 a las 16:47
  6. 6. KMarce dice:

    Saludos Isabel;
    He terminado el día y alcancé la medianoche, pero como aún no ha llegado el reto del abril, decidí terminar mi listado voluntario de lecturas y tenía el tuyo en casi penúltimo (aún me quedan tres por leer).

    Coincido con lo comentado por Carmelilla, te comento que laboré en el departamento de RRHH, y puedo decirte con honestidad que ese diccionario me arruinó la lectura, no porque estuviera ahí, sino por el uso que pretendía darle. Por lo que al final he pensado que la sueca se ganó el puesto no por una “traición” sino porque demostró quizá, ser más competente.
    He notado algunas palabras o frases a mejora, te las marco:
    “¿por qué no subiste por las escaleras ?” — Aquí se metió un espacio al final separando el ?
    Al gerente de la empresa poco le iba a importar su circunstancia.— La frase «poco le iba a importar», me parece una expresión muy íntima, recuerda que estas usando el narrador omniciente, y este es imparcial, nunca debe ser juez, ni para bien o para mal. La expresión usada, puede encajar si indicaras que esa expresión le pertenece a ella. Así sucede con las frases, en el siguiente párrafo. A veces se puede pensar que son los pensamientos de ella, y no la narrativa del narrador omniciente. Por lo que cada expresión propia de ella debería estar marcada como tal. (Pensarían— Ella pensaba…)
    —Hay alguien ahi? —la voz grave…— hace falta el signo ¿ en la apertura de la pregunta/ y la tilde en «ahí».
    —¿cómo es posible? — cómo deber ir en mayúscula, es inicio de frase.
    Lo que no me cuadra de la historia, es el factor tiempo. A no ser que Eric laboré como gerente en RR.HH., no comprendo porqué una demora de diez minutos le hizo perder una oportunidad de trabajo. Lo usual durante el proceso de entrevistas, es hacer un margen de al menos treinta minutos entre cada entrevistado, o por orden de llegada. El proceso de selección de personal, se hace a través de lo que se obtiene de esas entrevistas, entre del gerente de RR.HH. que es el primero en entrevistar, y el jefe inmediato. Después de la preselección y esa segunda o tercera entrevista, el último en entrevistar es el Gerente (si aplica), ya que ellos son personas muy ocupadas; por lo que ese final tan abrupto me dejó sin palabras. Perdón, pero conozco los procesos y mi lógica no me permitió saborear lo que se estaba maquinando como la traición de su amigo.
    La idea en general, me parece buena. No hay nada peor que alguien con «influencia» te robé las oportunidades,( y peor con la ayuda de una persona de tu confianza). Creo que sí la sueca fuera escoltada por Eric a la oficina del Gerente, y la pobre Nadia comprende lo que “ocurre”, y él la hubiera ignorado por completo, como si no existiera… me junto con ella para darle de palos a Eric, a la salida.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 1 abril 2016 a las 08:16
  7. 7. Isolina R dice:

    Hola, Isabel:
    Perdona que llegue tan tarde a comentar. No he podido hacerlo antes.
    Me ha gustado tu texto aunque creo que necesita una revisión para corregir los pequeños errores de expresión. Te digo lo que he visto:
    “Nadia no entendía por qué motivo”.
    Mejor: “entre la séptima y octava plantas”.
    “Había llegado al mostrador y, al dar su nombre, nadie parecía tener constancia de que le esperaban para hacer aquella entrevista. Pensó: «Estos alemanes no son tan perfectos como nos quieren hacer creer»”.
    “Un pequeño movimiento le hizo creer, por un instante, que el ascensor ya se ponía en marcha. Se levantó de forma enérgica; pero no había sido nada más que una ilusión” (lo de repetir “ascensor” en el mismo párrafo no me convence mucho).
    “Decidió permanecer sentada mientras hojeaba el diccionario. Aprovecharía aquel momento”.
    “Pensarían: «Española tenía que ser, no saben lo que es la puntualidad»”.
    “Empezó a sentir un nudo en el estómago” (yo quitaría la palabra “angustia”, solo con el nudo en el estómago puede bastar).
    “y cómo estaría pidiéndole explicaciones a Eric”.
    “—¿Hay alguien ahí?”.
    “—dijo de forma espontánea”.
    “un hombre de mediana edad muy serio le ayudó a salir”.
    “se expulsó el polvo”.
    “—¿Cómo es posible? Soy amiga de Eric. Pregúntele a él”.
    “—Usted, ¿también es su amiga?”.
    “—Lo siento, Nadia. Anoche me dijo que necesitaba el trabajo y…”
    “Mientras bajaba por las escaleras, las lágrimas asomaron a sus ojos”.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 14 abril 2016 a las 12:36

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