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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La Luna y un juramento - por Osvaldo Mario Vela Sáenz.

Renato se encontraba de pie y descalzo en aquel apartado lugar. Las plantas de sus pies no las sentía ni frías ni calientes, al darse cuenta de aquella sensación tan neutral, fijó su mirada en ellas. Su observación culminó siendo un atractivo visual por la perfección estética de sus extremidades inferiores. Parecería que el tiempo vivido había sido generoso con ellas.
El suelo, de los alrededores, cubierto de agudas protuberancias rocosas que lo mantenían firme en el mismo sitio. Si tratara de caminar por aquel disparejo terreno, donde la luz reinante delataba con intermitentes destellos los afilados guijarros, estaba seguro que sus pies sangrarían.
Aquella inactividad, forzada por el amenazante ambiente, le permitió unos momentos para meditar. Su vista recorrió la cercanía de aquel lugar ¿Dónde estaba? ¿A qué se debía que se encontraba ahí un sombrero de copa que le parecía familiar? ¿Porqué, a pesar de la incomodidad que lo rodeaba, él sentía una plenitud interior que no entendía? Sus ojos entonces buscaron el horizonte, la luz era muy clara pero no lastimaba sus pupilas. La lejanía parecía no tener fin. Jamás había tenido una experiencia así. La incógnita de la extraña atmosfera que ahora anidaba en su entendimiento lo motivó a buscar el firmamento; Alzó su rostro hacia el infinito.
La mente de Renato, acelerada por su estado de ánimo, le transmitió a su razonamiento una señal como en clave Morse. Sus sentidos capturaron de aquella onda transmisora la verdad de su situación. Allí, en las alturas de aquella inmensidad de espacio desconocido que observara en ese momento, se encontraba plasmada una redonda y estética figura: el planeta Tierra. ¿Sí la Tierra la veía tan lejos, entonces en que sitio se encontraba él?
Nuevamente y para convencerse, Renato aplicó toda su atención en esa belleza dibujada por pinceladas divinas en aquel lienzo espacial. Ya no le cabía duda alguna: los continentes que tantas veces estudió en el Atlas Universal que su padre le regalara estaban perfectamente delineados en la clara visión; se trataba de la Tierra y el fieltro para su testa, a sus pies, era la conexión divina a su origen.
Al instante, la certeza de un lejano terruño desencadenó sus recuerdos como en cascada; se vio en su casa, en aquella cama de hospital, en la cual sobrellevó su enfermedad por tres años.
La larga convalecencia le permitió al enfermo intensas despedidas para toda su familia. Cada uno de sus seres queridos entendía como sería su final mucho antes de que llegara. Todos recibieron de él, el amor del patriarca acompañado de consejos llenos de valores. Pero en ese momento, por la situación tan especial que lo aquejaba, solo llegó nítida a su percepción la última conversación que sostuvo con su nieta Clarita. En fechas anteriores ya se había presentado ante ella con un sombrero de mago para evitar que se diera cuenta que el abuelo había perdido su blanca cabellera por las sesiones de
“quimio”. En esa ocasión, la saludó mimosamente con un guiño y un leve ajuste de sus dedos sobre el ala del alto gorro.
—Abuelo, me dice mamá que nos dejas para ir a vivir con Diosito.
—Clarita, tú y yo ya hemos platicado de esto antes. Por varios meses has sabido que mi enfermedad me separará de ti.
—Si lo sé, pero como quiera me duele mucho que te vayas.
—No tienes por qué preocuparte ya sabes que desde arriba te seguiré cuidando.
—Güelito, eso siempre me lo has prometido pero quiero que me lo cumplas.
—Mi amor, te juro que así lo haré.
Clarita entonces volteó hacia el ventanal de la habitación y apuntando con su diestra le dijo.
—A cambio de esto abuelo, yo te prometo que en noches bien iluminadas, me voy a asomar por esa ventana y de rodillas esperaré a que dé allá de arriba me mandes tus besos y tus bendiciones.
El recuerdo de las concluyentes palabras de Clarita lo ubicaron plenamente.
—Yo siempre pregunté que a donde te llevaría Diosito y un día tú me contestaste: a la Luna.
La Luna: hecha de queso, reina del firmamento, inspiración de enamorados, hoy, se convertía en morada de un juramento.

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23 comentarios

  1. 1. R.R.Gómez dice:

    Hola Osvaldo. Que gusto me da volver a leer algo tuyo, ya que la otra recopilación no pude ni pasarme ni comentar ningún relato. He estado muy ocupado.

    La verdad es que vi en tu relato una belleza tan tuya desde que te leo que me envuelve y me hace seguir leyendo, más y más. Ya te he dicho que los principios de tus relatos me hacen creer que me vas a matar de aburrimiento con grandes descripciones sobre algo (en este caso el mirarse la planta de los pies). Pero, sucede que nunca es así y sigo leyendo hasta el final, cogiéndole un cariño enorme a tus personajes, en este caso a Renato y a su nieta Clarita, me llenaron de sensibilidad (Oye, no soy una persona sensible, pero me dejaron en esa situación)

    Enhorabuena y felicidades por tu relato. Me gusto.

    Pásate por el mio. Es el 37. Espero que te guste, porque cuando lo mande y lo leí como por sexta vez, la sentí como recortada o algo pesada. Es dificil comprimir un relato de 2661 palabras en 750.

    ¡Nos leemos luego!

    Escrito el 16 abril 2016 a las 21:56
  2. 2. Luis Ponce dice:

    Hola Osvaldo:
    muy tierno relato, bien ubicado el tema y original el uso del sombrero de copa.
    Un poco de cuidado con ciertas mayúsculas: “Alzó sus ojos”, Diosito.
    No tengo clara la imagen de los intermitentes destellos y me quedan dudas sobre:” se vio en su casa, en aquella cama de hospital”, ¿estaba en su casa o en un hospital?
    Por lo demás tiene un desenvolvimiento natural apegado a las circunstancias y un toque de ternura rescatable.
    Nos leemos.

    Escrito el 17 abril 2016 a las 00:29
  3. 3. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Rolando, gracias por tu visita y tus buenos comentarios. sabes comunicar positivismo y te lo agradezco. ya me di una vuelta por tu texto.
    Hola luis Ponce. Tus comentarios me vienen muy a la mano porque así puedo explicar lo de la cama de hospital que me golpeaba al leer mi texto. Acá en México cuando alguien necesita guardar cama por largo tiempo se consigue una cama de hospital en renta o en venta, ésto en beneficio de la familia para que no sufran penalidades al otorgarle cuidados. en cuanto a los destellos me refiero a aquella brillantez que reflejan las aristas de los guijarros, al cambiar de posición los ojos que las observan. Gracias.

    Escrito el 18 abril 2016 a las 13:38
  4. 4. Juana Medina dice:

    Salud Ossvaldo,
    preciosa historia. Conmovedora de verdad y con detalles de gran verosimilitud como ese mirarse los pies y no poder moverse, más el sombrero de copa que le ha servido para ahorrarle a su nieta una imagen demasiado triste.
    Aprendí algo de México. Me pareció muy sensato que para enfermos terminales o de larga internación, haya camas específicas para que puedan estar en su casa.
    Repito, muy bonita historia.
    Un saludo

    Escrito el 19 abril 2016 a las 00:09
  5. 5. Roger/NHICAP dice:

    Hola Oswaldo,
    Impregnas tus relatos de una enorme ternura, a base de manejar las palabras con mucha delicadeza y presentar a unos personajes, en esta ocasión al abuelo y nieta, que gusta imaginarlos por la dulzura que trasmiten, algo que, por desgracia, no siempre se encuentra en esta sociedad actual.
    Me gustó mucho el sentido que otorgas al sombrero de copa, con la frase: “se trataba de la Tierra y el fieltro para su testa, a sus pies, era la conexión divina a su origen”
    Una historia que activa la sensibilidad del lector, al menos a mí que tengo nietas chiquitas.
    Un abrazo

    Escrito el 19 abril 2016 a las 11:02
  6. 6. L.M.Mateo dice:

    Hola, Oswaldo:

    De nuevo lo has conseguido, con ese sentido pausado tan tuyo para las letras. Un relato de lo más tierno, y un tanto diferente a los que he leído hasta ahora. Mi enhorabuena.

    Sin embargo, tengo que llamarte la atención sobre algunos aspectos formales, que empañan un poco tan hermoso texto:

    – “El suelo, de los alrededores, cubierto de agudas protuberancias rocosas que lo mantenían firme en el mismo sitio”. En esta frase hay dos fallos. Deberías eliminar la primera coma, y el “que” y sustituirlo por una coma (o añadir el verbo “estar”): “El suelo de los alrededores, cubierto de agudas protuberancias rocosas, lo mantenían firme en el mismo sitio”.

    -“la cercanía de aquel lugar ¿Dónde estaba?”. Falta un punto tras la palabra “lugar”.

    -“¿Porqué…”. Recuerda que el interrogativo siempre, siempre, siempre se separa (sin excepción, así no te dará problemas).

    -“¿Sí la Tierra la…”. El “si” condicional, va sin acento. El “sí” de afirmación, va con acento.

    -“entendía como sería su final”. Para ese “cómo” (que debería ir acentuado), te voy a dar un truco. Si puedes añadir “carajo” (por adaptarlo al vocabulario de tu zona, jajaja) detrás, acentúalo: “entendía cómo carajo sería su final”.

    -La palabra “quimio” está aceptada en el diccionario, por lo que no es necesario ponerla entre comillas. (Y atención, que has saltado de párrafo en mitad de una frase. A mí me pasa porque tengo los dedos gordos, espero que tú no tengas la misma mala suerte). 😉

    -” con su diestra le dijo.”. Debería ir dos puntos, en vez de punto y a parte, ya que introduce diálogo.

    -“tú me contestaste: a la Luna.”. Aquí hay una cita directa, por lo que la frase debería ir entre comillas y comenzar con mayúscula. “«A la Luna»”.

    Como ves, son pequeños detalles. Espero que alguno de los truquitos te sirvan para el futuro.

    Respecto a la cama de hospital, muchos lo han olvidado, pero los enfermos crónicos (sobre todo en casos de cáncer), tenían una. Normalmente, al ser enfermedades largas, no se quedaban en el hospital. Y no hablo de hace tantos años como algunos creen. Para mí, ha sido todo un detalle que lo hayas nombrado.

    Un abrazo muy fuerte.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 00:18
  7. 7. Victor Hugo Montenegro dice:

    ¡Hola Osvaldo!

    Me gusta la forma en que argumentas la historia, está bien escrita y tienes un lenguaje claro que te va llevando por la historia sin hacer esfuerzo, eso demuestra claridad en las ideas. Ahora ten cuidado de no extenderte mucho en las descripciones en los relatos cortos y mas en este de menos de 750 palabras. Vamos a ello, los dos primeros párrafos me gustan en su ambientación y la descripción es refrescante, pero ¿donde dejas la historia? porque en los dos primeros párrafos no veo ni un solo indicio que me muestre de qué tipo de historia se va a desarrollar y cual es el camino. Ya en el tercer párrafo empiezas a tirar luces de para donde es que va el cuento. En cuanto a los diálogos del final, le dieron otro aire a la historia, y sí, me parecieron apropiados y bien manejados.

    ¡Enhorabuena, muy buen trabajo!

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 20 abril 2016 a las 04:25
  8. 8. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Juana, gracias por tus palabras, Si tan solo pudieras imaginar lo que significan para mi; me levantan el animo.
    Roger, me alegra que te haya gustado pero mas me alegra que alegra la referencia que haces de tus nietas pequeñas. Gracias.
    L. M Mateo. Déjame decirte que tus truquillos me parecen simplemente únicos. Acentuar cómo, no se me va a olvidar; carajos. Gracias los tendré en cuenta.
    Victor, estaba esperando que alguien comentara sobre los primeros dos párrafos.Gracias. A menudo se escucha la expresión morir es volver a nacer. Escogí hasta el personaje principal, Renato, que significa volver a nacer. estoy entonces relatando una transformación de alguien que ha pasado a mejor vida pero cuya energía permanece latente. El cambio tan drástico mantiene a su nueva esencia perdida. no sabe donde se encuentra. mira sus extremidades y las ve como si su larga vida no las hubiera castigado. por eso era importante el principio de la historia

    Muchas gracias a todos.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 05:19
  9. 9. KMarce dice:

    Saludos Osvaldo:

    Muchas gracias por pasar por mi relato, te tenía en lista, así que doble obligada a visitar el tuyo.

    Como siempre, muestras esa sensibilidad que te caracteriza. Me ha gustado mucho el relato, porque sabemos que él cumplió la promesa…
    Te han mencionado algunos detalles, pero siendo casi media noche por estos lados, no los he leído muy bien, así que perdona si repito.
    He notado que esta vez, hay fallas en la puntuación. En las primeras preguntas, se olvidó un punto. Es decir, tengo entendido que se coloca mayúscula si hay punto previo, sino irán con minúsculas y separadas por coma o punto y coma. En este caso, es la primera la que entiendo que debería ir un punto primero, las demás están bien porque el signo ? se aceptaría como punto. (…aquel lugar ¿Dónde estaba? ¿A qué se debía…)
    Se te coló una tílde en: “¿Sí la Tierra…”, debería ser Si, porque es condicional.
    En la frase:”con su diestra le dijo.”, debería de ir con :
    Leí tu explicación acerca de la cama de hospital: Podría entenderse algo así: ” se vio en su casa, en la rentada cama de hospital,…”; así lo aclaras cualquier confusión.
    En mi país es casi imposible conseguir una cama así, comprarla sale carísimo y las familias de los enfermos deben ingeniarsélas para tener a su ser querido cómodo. Mi abue sufrió un infarto cerebral, la dejó inválida hasta que falleció; así que usamos un colchón suave que permitiera doblarse para que ella se sentara, metiendo como mil almohadas detrás del colchón. Ella estuvo muda casi un año, pero luego ya pudo hablar y recibió terapia, y ya podía sentarse en una silla de ruedas; ella murió dos años después, con casi noventa y siete años.
    Así que tu relato me ha causado mucha nostalgia, la extraño muchisímo pese a que ella tiene catorce años de haber fallecido.
    Ahora entiendo porque no hay noche que yo no deje de buscar ver la Luna.
    Precioso, te felicito. ¡Nos leemos!

    Escrito el 20 abril 2016 a las 07:21
  10. 10. Demetrio Vert dice:

    Hola Osvaldo.
    Magnífico relato.

    Como siempre, yo voy a la estructura.

    Buena presentación. Un pelín larga para este tipo de relatos tan cortos, pero creo que necesaria.

    En cuanto al nudo, bien desarrollado. Solo que el conflicto, que es el motivo del nudo, aparece al final, lo que da la sensación de estar leyendo algo muy descriptivo, incluso en las acciones que lo componen. El conflicto (en este caso la promesa del abuelo que estará en la Luna), en mi opinión, debería aparecer antes. Cuando se pregunta el abuelo donde está y lo reconoce, entonces debía recordar porqué. El nudo, entonces, desarrollaría el cómo ha conseguido cumplir su promesa y si ha tenido dificultades. Tal vez se dió cuenta tarde de que el sombrero de copa era divino o mágico. En fin, esa lucha por cumplir su promesa, percibiéndose de que puede lograrlo en los últimos momentos de su vida, lo que motivaría un desenlace sorprendente. Desde su cualidad de humano no sabe cómo cumplirá su promesa, y al final, de una manera inesperada y sobrenatural, lo consigue.

    En resumen, veo todos los elementos para estructurar un buen relato. Solamente hay que combinarlos adecuadamente para crear tensión, dramatismo.

    Un excelente manejo del lenguaje.

    Nos leemos.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 12:00
  11. 11. Wolfdux dice:

    Poco más puedo añadir a los excelentes comentarios de los compañeros. Un relato que rebosa ternura por todos sus poros, con una prosa muy tuya que engancha desde el inicio. Felicidades. Un abrazo.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 19:42
  12. 12. Peter Walley dice:

    Hola Osvaldo,

    Buen relato, me parece que has ido de menos a más. Al principio despista un poco (si no fuera porque sabemos que este mes estamos en la luna ;-)) pero la parte final con la conversación con la nieta es preciosa. Dejas al lector con una sonrisa en los labios, lo que no es fácil con un tema como el que has elegido. Enhorabuena.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 19:47
  13. 13. Marcelo Kisi dice:

    Hola Osvaldo!

    Mil gracias por tu cálido comentario a mi relato!

    Me gustó mucho el tuyo, lleno de humanidad y ternura. Te confieso que los amores entre abuelos y nietos me pueden! Por un pelín no se me escapó un lagrimón.

    Ya te han hecho muchas indicaciones para mejorar, así que me dediqué a disfrutar: el ambiente lunar etéreo, el encuentro íntimo con su propia muerte, los recuerdos de patriarca. Muy bien logrado, felicitaciones!

    Escrito el 21 abril 2016 a las 01:56
  14. 14. Leonardo Ossa dice:

    Hola Osvaldo, me agrada mucho haber encontrado otro escrito tuyo en donde se realza al ser humano. La historia es muy real y llena de sentimiento.
    ¡Felicitaciones Osvaldo! No pude participar tampoco este mes, pero sigo motivado para retomar el ejercicio de escribir cuando me llegue la oportunidad.
    Saludos.

    Escrito el 22 abril 2016 a las 03:26
  15. 15. Cryssta dice:

    Hola Osvaldo, muchas gracias por pasarte por mi relato y comentar.

    En cuanto al tuyo te diré que me ha gustado aunque tengo que confesar que el primer párrafo no me ha enganchado. Podrías arreglarlo con una sola palabra. Si pones “Renato, desconcertado, se encontraba de pie y descalzo en aquel apartado lugar”. Ahí yo me hubiera preguntado ¿qué hay en ese lugar para que Renato esté desconcertado? Recuerda que es importante enganchar al lector desde el primer momento.

    Los compañeros ya te han dicho algunos fallos que has tenido así que yo te diré dos que tienen que ver con la palabra “de”

    – esto es un fallo que he observado en varias personas y no sé si es debido a que ignoráis cómo se dice o a que en vuestros países es correcto decirlo así. Me estoy refiriendo a “estaba seguro que” o “se diera cuenta que” se tiene que decir “estaba seguro de que”, “se diera cuenta de que”. Un truco es preguntarse “¿de qué está seguro?” y uno se contesta “de que…” “¿de que se dio cuenta?” “de que…”. Como vosotros lo ponéis la pregunta es “¿qué estaba seguro?” “¿qué se dio cuenta?” y como ves no tiene sentido

    – la otra cosita es que has puesto “esperaré a que dé allá de arriba” y sería “esperaré a que de allá arriba”

    Yo no entendí bien que eso de que el sombrero fuera “la conexión divina a su origen”, creo que sobra lo de “divina”.

    Por lo demás la segunda parte del relato me ha parecido una historia muy tierna.

    Nos leemos en el próximo taller. Un abrazo.

    Escrito el 22 abril 2016 a las 08:54
  16. 16. Jose Luis dice:

    Hola Osvaldo
    Tu cuento me ha interesado, y me ha parecido lírico y descriptivo, incluso emocionante a veces. Es como si fuera un poema escrito en prosa, utilizando la palabra para transmitir bellos sentimientos. La única pega que he visto, aparte de las correcciones formales que otros compañeros ya te han hecho, es lo del tema del sombrero de copa, pero creo que es un problema que todos hemos tenido.
    Un saludo

    Escrito el 22 abril 2016 a las 16:31
  17. 17. Ratopin Johnson dice:

    Hola Osvaldo,

    En algún momento vislumbré de qué se podía tratar, pero no le quita ni un ápice de interés a tu historia. Al contrario, me animaba a seguir leyendo para comprobar que no iba mal encaminado. Lo has ido desvelando muy bien, quitándole hierro a la gravedad del asunto, y añadiéndole ese tono de ternura.
    Por cierto, creo que alguna similitud con mi relato tiene, o el mío con el tuyo, vaya :).

    Ah se te ha colado el punto y coma aquí o la mayúscula de “Alzó”. Pienso que quedaría mejor con punto y seguido
    “…anidaba en su entendimiento lo motivó a buscar el firmamento; Alzó su rostro hacia el infinito.”
    Gracias por haberte pasado

    Saludos

    Escrito el 23 abril 2016 a las 11:05
  18. 18. Marazul dice:

    Osvaldo, realmente tu relato parece un cuento lleno de sensibilidad. Al fin y al cabo es una forma muy delicada de tratar el tema de la muerte. Las preguntas que se hace Renato, las contestaciones que da a su nieta, no son más que una forma de aliviar lo que desconocemos. Y esa promesa de Clarita de mirar a la luna en las noches muy iluminadas para recibir los besos del abuelo, una forma de aferrarse a la vida. Muchas personas van al cementerio a poner flores porque necesitan un lugar de referencia, otros miran a la luna, al cielo o a las estrellas.
    Es un relato tierno y filosófico.
    En cuanto a la forma hay cosas que realmente no me atrevo a corregir. Es que noto la diferencia entre el español de la península y el de Méjico, y pienso que tal vez no esté mal, si no que en el lenguaje coloquial es así. De cualquier forma se ve bonito jajajajaj
    Por último decirte Osvaldo una cosa: ¿Realmente Renato tenía las piernas bonitas?. ¿Y por qué lo plasmas en la historia?. Me ha parecido muy gracioso ese detalle.
    Saludos

    Escrito el 23 abril 2016 a las 19:11
  19. 19. MANOLI VF dice:

    Muy buen relato, Osvaldo, contado de forma entrañable. Buena redacción y contenido que conecta con el lector. Enhorabuena. Un placer leerte.
    Un abrazo.

    Escrito el 25 abril 2016 a las 00:35
  20. 20. Vespasiano dice:

    Hola Osvaldo:
    Parece que en tu relato, como el de algún compañero, has elegido la Luna como la última morada de una persona tan carismática.
    Te apunto alguna cosa que he visto y quiero señalar para dar fe de qué a pesar de llegar tarde a tu relato, he intentado encontrarle “tres pies al gato” y no repetirme en los comentarios con relación a otros compañeros que ya lo han hecho acertadamente.
    “Su observación culminó siendo un atractivo…” En esta frase me parece muy grandilocuente utilizar la palabra ”culminó”. Creo que iría mejor “terminó” o “acabó”.
    Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:
    culminar CONJUGAR ⇒
    intr. Llegar algo al grado más elevado, significativo o extremado que pueda tener:
    mi carrera culminó con la realización de esa obra.
    ¿A qué se debía que se encontraba ahí…? Creo que el tiempo verbal debería ser:
    ¿A qué se debía que se encontrara ahí…?
    Por lo demás me ha parecido una historia muy entrañable, donde plasmas la relación tan fraternal entre el abuelo y su nieta.
    Por mi parte esa relación la he vivido por partida doble al poder disfrutar primeramente de mis nietas y actualmente de un bisnieto.
    Felicidades.

    Escrito el 26 abril 2016 a las 16:28
  21. 21. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Agradecimientos.
    KMarce: Gracias por ser tan sincera en tu evaluación y hacerme saber de mis yerros, todos los que estamos aquí necesitamos de esa guía desinteresada que tú sabes dar. Me solidifico con los sentimientos y cuidados que mencionas acerca de tu abuela, porque aquí también nos valemos de colchones suaves o almohadones para ayudar a quienes necesitan ayuda. Además, por la edad de tu abuela y por esos genes suyos de longevidad que llevas, tienes una fecunda labor literaria por delante
    Demetrio Vert: Agradezco tus consejos de estructura, debo decirte que la historia me fue llevando y no pude darle vida al conflicto hasta estar muy cercano al desenlace. Ya estoy trabajando en hacerlo cuando identifica el sombrero con su vida anterior. Gracias
    Wolf dux: Gracias por visitarme. Esas palabras tan positivas y de tanto alcance para mí, me obligan a seguir escribiendo y siempre buscar mejorar.
    Peter Walley: Que bueno que os gusto la parte del dialogo abuelo-nieta. La pregunta de la niña fue muy parecida en lo emocional a la que recibí de una sobrina nieta de mi suegra al ver bajar el féretro que contenía sus restos. “Me dijeron que diosito viene por ella. ¿Por qué la dejamos aquí?
    Gracias Marcelo. He visto tu popularidad crecer a pasos agigantados en los últimos meses. Esto se debe a que tu palabra escrita es un regalo de otra dimensión para quienes te leen, En este comentario tuyo, la palabra se convierte en halago fresco que me llena. Gracias nuevamente.
    Leonardo Ossa: Mira que de verdad extraño tus escritos. Ojala y pronto te puedas dar el tiempo para participar., No creo ser el único que desea encontrarse de nuevo ante tu escritura. Te esperamos.
    Cryssta: estas palabras son para agradecerte tus comentarios a mi texto. Me acabas de mostrar de la forma más sencilla, tanto que me auto-pregunté ¿Por qué no se me ocurrió a mí? Todo lo que se necesita para atrapar a un lector puede ser una sola palabra con la fuerza suficiente para despertar el interés “desconcertado”
    Otra cosita que te agradezco es enseñarme la importancia de la palabra “de”. Y nuevamente es cuestionando la necesidad. “¿de qué?”

    Escrito el 26 abril 2016 a las 21:21
  22. 22. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Agradecimientos
    José Luis: agradezco tus palabras, tu comunicar para conmigo siempre en apoyo de mi escritura lo que me hace seguir hurgando en esta rama que es la escritura. Te concedo la razón en lo del sombrero ha sido un reto difícil de cumplir ya le buscare una mejor forma de manejarlo. Gracias.
    Ratopin Johnson: me gusto la forma en que expresas como independientemente de pensar a donde va todo esto, tu continuaste leyendo y todo se fue desmarañando hasta el desenlace de la historia. Un bonito reconocimiento para ti como lector. Gracias.
    Marazul: en tu comentario recibo una avalancha de buenas vibras pero al final veo esa curiosidad femenina de querer saber algo más de la belleza de las piernas de Renato. Aquí, lo que yo estaba buscando con esa aseveración era plasmar en el lector la creencia que al morir todos recuperamos nuestros cuerpos íntegros. Los cambios marcados por la edad desaparecen. Gracias.
    Manoli VF: Agradezco el pasarte por mi relato. Las palabras que me dedicas, por su sencillez, de verdad que me llenan y me dan fuerza para seguir en esta práctica mensual que tanto le ha ayudado a mi escritura. Gracias.
    Vespaciano: Gracias por buscarle tres pies al gato pues al hacerlo te encontraste las dos mangas del chaleco que me serán útiles al corregir mi escrito. Agradecido por esa constancia tuya para ayudarme a mejorar.

    Escrito el 27 abril 2016 a las 05:15
  23. 23. luis dice:

    Hola Osvaldo. Soy Luis(13). Gracias por leer mi relato.
    Tu narrativa excelente, y un final muy tierno y emotivo. Me encantó.
    Saludos.

    Escrito el 28 abril 2016 a las 18:00

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