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El Lado oscuro de la Luna - por Echos

Había llegado el final de la raza humana, el pánico se reflejaba en el rostro de cada uno de los tripulantes, las explosiones se escuchaban por todos lados acompañados de los gritos de los desafortunados consumidos por el fuego…

—¿Otra vez el mismo sueño? — Preguntó un compañero que pasaba cercano al narrador propinándole un golpe en la nuca que parecía viajar en cámara lenta por la falta de gravedad, mientras señalaba la Tierra con la otra mano —Es la tercera vez que lo cuentas, siempre lo modificas y ¡fíjate bien! desde aquí se ve intacta.

El narrador desilusionado dejo de contar su historia, se despidió de los pocos compañeros que mostraron interés por su sueño y abordó una vieja excavadora; su fiel compañera desde que llego a la desoladora geografía lunar. La humanidad por fin había encontrado la manera de erosionar y destruir algo más que su bello planeta, en un momento de lucidez las grandes potencias mundiales dejaron de lado sus intenciones de destruirse unos a otros, uniendo las mentes y esfuerzos de sus mejores científicos nucleares, físicos, matemáticos, etc., dando como resultado la primera colonia obrera de humanos capaz de explorar y explotar el gran recurso encontrado en su único satélite natural, se descubrió que las rocas lunares era capaces de atraerse fuertemente entre si consolidándose nuevamente en una sola igual que el mercurio pero esta característica únicamente se observaba con la gravedad de la Tierra, según los reportes de los ingenieros en la superficie lunar, solo eran simples rocas, evidentemente estas extrañas propiedades rápidamente se convirtieron en el objeto de deseo y ambición de las potencias involucradas; todos quería un gran pedazo de Luna en su nación, las razones eran diversas: desde la construcción de las inútiles casas presidenciales hasta la simple curiosidad científica por explicar las fuerzas de atracción y repulsión entre nuestro planeta y su satélite natural.

Todos los trabajadores se encontraban alrededor de la tercera o cuarta década de la vida, además, se veían de complexiones similares en la distancia y de diversas tonalidades azules por el reflejo de la luz cósmica sobre sus pieles al atravesar los gruesos e indispensables cascos, la mayoría de ellos habían perdido a sus familias durante el gran holocausto climático que azotó a la Tierra por varios años debido a la contaminación y el abuso desmedido de los recursos no renovables, eran personas sin promesa o mínimo una fecha de regreso a la Tierra por eso nadie debía extrañarlos; evidentemente ellos no lo sabían.

Destacaba entre ellos un hombre que acudía a su zona de trabajo con un desgastado y sucio sombrero de copa adherido al casco, siempre fue un misterio como era que conseguía mantenerlo adherido sin que se le cayera, todos los días hablaba consigo mismo sobre sus posesiones terrestres tanto materiales como afectivas antes del “gran desastre”.

—¡Corran a las cápsula de resguardo, lo más rápido que puedan! — Escucharon todos por el intercomunicador integrado en sus cascos mientras la alarma sonaba enloquecida de fondo en el aviso —Nos acercamos a la zona de oscuridad total, recuerden que allí hemos perdido a varios de ustedes…

Todos se apresuraron a dejar sus puestos, para intentar llegar a hasta la zona indicada a brincos, corriendo o arrastrándose según la falta de gravedad y el terreno se los permitían. En los momentos de oscuridad total algo sucedía con la mente de los hombres, perdían la cordura en un instante sufriendo alucinaciones continuas, el miedo en sus corazones se tornaba insoportable y exteriorizaban una agresiva psicosis incluso contra sí mismos, los médicos insistían en llamar a este trance: lunatismo.

En la Tierra una pareja se encontraba sentada a la orilla de un lago mirando la calmada y estrellada noche.
—Mira amor, hoy la luna se encuentra en cuarto creciente, el momento en el que se puede apreciar una luz que los astrónomos llaman cinérea, esta permite ver el lado oscuro que tiene la luna— explicó él mientras tomaba la mano de su acompañante. — ¿te casarías conmigo?…

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5 comentarios

  1. 1. beba dice:

    Hola, Echos:
    Los elementos de tu texto apuntan a una historia muy original;me gusta, en especial, la reflexión sobre la problemática de crisis ambiental en la Tierra, y sus consecuencias de destrucción y muerte, que también amenazan a la Luna; el espíritu soberbio y avariento sigue manejando los recursos que crea o muestra la ciencia.
    Ahora bien, me parece que le falta “historia”: el momento de conflicto que pone en acción a los protagonistas se te queda por la mitad, en cuanto a situaciones cruciales.
    El sombrero de copa está “puesto” para cumplir el reto; pero no concuerda para nada, no se integra con la historia.
    Muy poético el final, aunque poco conectado con la historia.
    Saludos. Adelante.
    Mi cuento, 164.

    Escrito el 17 abril 2016 a las 21:03
  2. 2. María Kersimon dice:

    Hola Echos, El relato arranca con dinamismo y me gusta el lado “casual” del obrero que le da un cachete al otro y le hace volver a la realidad. Después hay unas frases muy largas, que te convendría revisar y cortar, por ejemplo desde “el narrador desilusionado” hasta satélite “natural”, a uno le falta la respiración. Creo que el párrafo es una única frase.
    Mezclas realismo y fantasía, que está bien ybse puede hacer, pero si das notas científicas y tu texto parece enfocado al realismo, no pega hablar de leyes de la física irreales ( ¿o me equivoco yo y la atracción entre las rocas lunares se descubrió recién?)
    Lo que te dice Beba en relación a la consisten la del argumento lo veo yo también. Falta, como quien diría, el “nudo” del conflicto. Lo del sombrero, bueno, yo te lo compro, y el final, bueno, trabajándolo un poco más, podría ser un elemento de contraste entre el mito de la blanca luna y la cruda realidad que allí pasa. Vamos, te lo compro también con un pequeño arreglo. Bien por la valentía y el arrojo de ponerte a escribir de manera arriesgada sobre lo desconocido. Tu continua y no lo dejes…con un poco más de control.
    Saludos

    Escrito el 18 abril 2016 a las 10:13
  3. 3. Laura dice:

    Hola Echos.
    Me gustó la naturalidad con que cuentas lo posible cotidiano en una estación lunar. Impecable la forma de narrar
    Y el final me gustó muchísimo.
    Me quedó algo suelto el sombrero de copa.
    Te felicito.
    Seguimos escribiendo

    Escrito el 20 abril 2016 a las 10:33
  4. 4. Manoli VF dice:

    Hola Echos.

    Tu relato tiene buenas ideas, pero tu forma de expresarlas me ha resultado confusa. Advierto contradicciones y ausencias en el argumento: Parece que hablas de que hubo una catástrofe de grandes dimensiones ambiental y climática, pero después hablas de unos trabajadores sin fecha de regreso: “eran personas sin promesa o mínimo una fecha de regreso a la Tierra por eso nadie debía extrañarlos; evidentemente ellos no lo sabían. ” ¿qué era lo que ellos no sabían?

    Después, terminas el relato con una pareja de nuevo en la tierra. Supongo que mezclas el relato del supuesto narrador y la realidad, no lo se, pero no se ve claro, y tampoco esa última frase del lado oscuro de la luna, todavía más confusa al lado de ese imprevisto: “¿Te quieres casar conmigo?”

    En resumen creo que mezclas varios recursos e ideas que hacen que se pierda el hilo de la narración, al menos esa es la impresión que yo he tenido mientras leía.

    Un saludo.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 17:41
  5. 5. Leosinprisa dice:

    Hola Echos, la verdad es que es una historia de la cual se puede sacar mucha sustancia y ser realmente entretenida.

    Pero debes de aclarar un poco las ideas sobre lo que debes contar y como hacerlo, paso a paso. Además, hay frases que necesitas tomar carrerilla para poder leerlas 🙂 eso tiene solución, con unas comas para ir atemperando la lectura.

    Escrito el 21 abril 2016 a las 09:56

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