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Polvo Lunar - por Oliver Sierra

Tras una semana de azarosos trabajos, una centena de personas habíamos logrado erigir una nave diáfana de sólida construcción. Debía resistir unas condiciones extremas: cuando el Sol incidía las temperaturas se disparaban; cuando desaparecía, un frío letal no tardaba en regir el ambiente.

En el interior todo estaba dispuesto, grandes cristaleras permitían unas vistas panorámicas difíciles de igualar en todo el sistema solar. Aunque aquella magnífica visión del entorno lunar y el cosmos no interesaba ni impresionaba a muchos. El ser humano había escapado de su prisión más duradera. Colonizar un sinfín de satélites y asteroides, de los que extraer millones de toneladas de recursos para saciar su voracidad, impulsaba a la mayoría a la nueva carrera espacial.

Para nosotros, todo eso era accesorio. Solo nos interesaba el polvo lunar, como lo habían bautizado. Extraído mediante sencillos procesos químicos de los depósitos que se acumulaban en las paredes interiores de los cráteres, teníamos más de lo que podíamos consumir. Por lo que organizar una macro fiesta, era el siguiente paso lógico. Este polvo lunar dejaba a la vieja cocaína terráquea a la altura del betún.

―Ni con la aspiradora me molestaría en recoger diez gramos de coca― se jactó el Marqués, nuestro pintoresco camello, que se paseaba por la nave con sombrero de copa y bastón. En el sombrero llevaba cápsulas de medio gramo. ―Una de estas maravillas y tienes para doce horas de fuego en el cuerpo.

En un extremo se había instalado una zona elevada del resto. El equipo de control de audio e iluminación estaba concentrado ahí. Era el lugar perfecto para mantener a Lucio al margen de la muchedumbre.

―Se estiman unas dos mil personas llegadas de medio sistema, espero que los químicos estén dando el callo― dijo Lucio. Un tipo orondo y calvo, quien había sustituido sus ojos por mecanismos biónicos de visión, mientras realizaba comprobaciones de sonido. ―¡Más vatios, hostia!

La ronda nos llevaba a la sala de dirección. Una estancia contigua a la nave de acceso restringido. El cerebro de toda la base. Allí se encontraba todo el instrumental necesario para mantener aquel oasis operativo. La actividad bullía a cargo de dos gemelos con sendas placas metálicas cubiertas de decenas de dispositivos receptores, las cuales cubrían sus antiguos cueros cabelludos. Esos tipos eran un hervidero de información.

―Mucho viento solar en la última semana―dijo uno de ellos sin dejar de mirar a las pantallas, encargado del control de la plataforma de alunizaje. ―Nada bueno para los instrumentos y los propulsores de plasma. Han debido entrar en órbita terrestre hasta esperar a que se disipen.

Los encargados de suministrar el hidrógeno necesario para continuar la producción llevaban dos días de retraso. En la estancia se percibía el nerviosismo.

―Como tarden media jornada más vamos a tener un serio problema―dijo el coordinador mientras examinaba los cálculos. ― Que se vayan olvidando del pago acordado en polvo lunar.

No necesitábamos ya aquello que una vez llamamos dinero. Ese deseo había sido liberado por otra droga aún poco conocida, que nos permitía paradójicamente, alejarnos de esa misma sociedad que abastecíamos.

La última parada de la ronda era quizás, la más crítica. La planta de agua se encontraba protegida en un lateral por un pequeño monte lunar. Aprovechando este resguardo, los generadores se encontraban enfrentados a esta. La planta de generación de agua trabajaba a marchas forzadas y mantenerla a pleno rendimiento era todo un desafío. Caminábamos por el corredor que nos llevaba hasta ella cuando por megafonía se anunció un alunizaje.

―Deprisa, en cuanto se posen en la plataforma hay que conectar las mangueras―me apremió el coordinador.

Apuramos el paso pues nos encontrábamos en el extremo opuesto del complejo. Mientras corríamos, tomando alguna esquina con más escora de la deseable, pudimos percatarnos de la maniobra de aproximación de la lanzadera. Siempre me llamaba la atención como se desarrollaba todo aquello de una forma tan limpia y silenciosa.

Nos quedaban un par de giros hasta llegar a la sala de control de los generadores. En cuanto enfilamos el último pasillo la puerta se abrió y nos ofreció toda una muestra de luces, pantallas y botones.

― ¡Conectad el segundo generador!―gritó el coordinador.

Un seco crujido de los focos llevó la oscuridad varias decenas de metros más allá de los límites del recinto. El último problema técnico acababa de ser resuelto. Con el pretexto de una fiesta, podíamos empezar con la primera reunión del cártel de la cara oculta de la Luna.

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6 comentarios

  1. 1. Don Kendall dice:

    Hola Oliver. Agradezco el compromiso de leer lo9s tres relatos siguientes al mío. Eres el primero que leo. Me gusta como lector. No me echa afuera en ningún momento. Tiene buena carpintería que hace que el lector no se sienta incómodo. Tiene verosimilitud algo muy difícil cuando hay que tocar un tema como el propuesto esta vez.Con respecto al tema me parece un acierto. Ya puesto a ser un poco exigente, me he quedado con ganas de saber algún detalle más de los personajes que apunta. Seguro que van a dar mucho juego ;-).Ese Marqués , Lucio y sobre todo los dos gemelos, y sobre todo ese narrador quedo con la gana de saber más de él. En resumen, gracias por ofrecernos tu trabajo.Yo tengo mi relato, justo encima del tuyo. Estaré muy honrado con que me des tu opinión

    Escrito el 17 abril 2016 a las 13:17
  2. 2. CARMELILLA dice:

    Hola Oliver,
    Relato que deja la puerta abierta a la continuación de su trama.
    Me ha resultado un poco complicado entender el contenido, algunos párrafos me han “descolocado”, como si saltara la trama sin conectar suficientemente la misma.
    Ya veo que la luna no se salva de ciertos “desaciertos” que los terrestres cometen muy habitualmente.
    Muy original celebrar una fiesta y “el cártel” comienza su negocio, en ese delicado satélite nuestro.
    ¡Buen trabajo!
    Saluditos.

    Escrito el 17 abril 2016 a las 19:50
  3. 3. CARMELILLA dice:

    Por cierto Oliver, repasa cómo escribir diálogo, creo que estás confundido cuando pones el punto y el guión, me refiero al órden. Compruébalo en el blog.
    Saluditos otra vez.

    Escrito el 17 abril 2016 a las 19:54
  4. 4. Koldo dice:

    Buenos días Oliver.

    Dios mio, POLVO LUNAR!!! Ya la hemos liado en la tierra y ahora vamos a por la Luna. Pobrecilla.

    Ya tenemos la fiesta en marcha y ahora me quedo con ganas de saber lo que podría ocurrir allí, con ganas de seguir leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 18 abril 2016 a las 09:28
  5. 5. Diaspora dice:

    Hola, Oliver

    Me gustó mucho como el narrador protagonista discurre hasta llegar a la cúspide del relato, ahí donde queda al desnudo el propósito encubierto de la fiesta lunar.
    Por otro lado, que bueno que ese psicotrópico “polvo lunar”, es solo una ficción. Espero que de ahí no pase.

    Estoy de acuerdo con Carmelilla en cuanto a repasar un poquito el manejo de los guiones en los diálogos.
    Buen trabajo, Oliver.

    Escrito el 19 abril 2016 a las 21:07
  6. 6. Cryssta dice:

    Hola Oliver, muchas gracias por pasarte por mi relato y comentar. Yo, al igual que tú, también agradezco los relatos con párrafos cortos pues creo que dan claridad al relato, así que me ha gustado mucho que tú escribas también así.

    Me he perdido un poco con tu relato pero no sé si es porque ya estoy un poco cansada de relatos sobre la Luna así que prefiero pasar a comentar sobre la forma. Te digo lo que yo veo mejorable:

    – en el blog hay una entrada donde se explica cómo se deben poner los guiones de los diálogos, repásala porque los estás poniendo mal

    – creo que quedaría mejor sustituir “habíamos logrado” por “logramos”, además así te ahorras una palabra, con la limitación que tenemos en el número de palabras hay que ahorrar de donde se pueda

    – tras “el Sol incidía” debe ir una coma pues es una aclaración

    – “Cosmos” es con mayúscula

    – “mediante sencillos procesos químicos” debe ir entre comas, es otra aclaración

    – ahora te voy a dar dos opciones, o pones “teníamos más de lo que podíamos consumir, por lo que organizar…” o bien “teníamos más de lo que podíamos consumir. Organizar…”

    – dices “En un extremo se había instalado” ¿en un extremo de dónde? ahí faltan datos

    – tras “dijo Lucio” iría una coma, no un punto ya que es una aclaración, de todas formas revisa un poco la frase porque da la sensación de que se ha sustituido los ojos mientras realizaba las comprobaciones de sonido

    – tras “la sala de dirección” iría una coma, también es una aclaración

    – creo que estaría mejor decir “dijo uno de ellos, encargado del control de la plataforma de alunizaje, sin dejar de mirar a las pantallas”

    – “paradójicamente” entre comas porque es una aclaración

    – “con más inclinación de la deseable”, la palabra escora se utiliza para buques

    – “Siempre me llamaba la atención cómo se desarrollaba” ese “cómo” va con tilde

    Espero haberte ayudado y leerte en el próximo taller.

    Un abrazo.

    Escrito el 3 mayo 2016 a las 12:25

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