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Viaje al marabilloso mundo del Señor Capricornia - por Bea

Emory se había levantado temprano aquel día pese a no haber dormido nada en toda la noche, se había puesto sus mejores ropas, sus zapatos más elegantes, se había echado colonia y se había peinado y requete peinado hasta la saciedad, hoy era un día especial.

Se sentó en la sala de estar y esperó a que el resto de la casa se despertara y desarrollara su ritual matutino. Desde que se habían mudado a aquel cráter en la luna no había visto mucho a su padre, siempre estaba fuera explorando y recogiendo muestras junto con otros astronautas y científicos, pero la última vez que se fue le dijo que tenía una sorpresa para él. Había esperado pacientemente su llegada e incluso una semana después de la misma todavía no le habían dicho nada acerca de la misteriosa y trepidante aventura que le tenían preparada.

Sin embargo ayer su padre se le acercó de forma misteriosa y le susurró al oído: "El día ha llegado comandante, prepárese para recibir su sorpresa mañana a las 11 horas". Desde entonces no había parado de darle vueltas en su pequeña cabecita a lo que su padre le había dicho.

— Emory, cielo, ¿estás listo?— Le dijo su madre con una sonrisa radiante en los labios, sacándole así de sus ensoñaciones. El corazón se le disparó, ¡se le iba a salir del pecho!

Un rato después todos estaban ya metidos en el cómodo aerodeslizador que la comandancia les había asignado igual que al resto de las familias de astronautas y científicos destinados a correr la aventura de colonizar la Luna. El techo del cacharro era de cristal transparente lo que permitía a Emory y a su hermana Elisabeth contemplar las estrellas y constelaciones que los rodeaban fantaseando en cada viaje con descubrir nuevos astros y correr maravillosas y fantásticas aventuras interestelares. Emory adoraba viajar en el aerodeslizador.

Un rato de viaje y miles de aventuras imaginarias después, el aerodeslizador se detuvo. Alrededor, un montón más de aerodeslizadores señalaban el sitio de estacionamiento como lo que parecía ser un parking o algo parecido.

Todos se dispusieron a salir de su transporte y justo cuando lo hicieron se encontraron que frente a ellos se alzaba una preciosa cúpula transparente. En el centro un enorme panel LED iluminaba la imagen de un hombre que vestía un sombrero de copa negro y un traje de domador rojo y dorado.

— Bueno, doy la sorpresa por inaugurada, o como se diga. — Dijo su padre abriendo los brazos de par en par.

— ¡Es un circo! Es…—Dijo Elisabeth

— ¡Es el mundo mágico del Señor Capricornia! — Emory no daba crédito, se lo había pedido a su padre hace lo que parecía ser millones de años pero por lo visto lo había recordado. La espera, los nervios y la noche en vela habían merecido completamente la pena, la vista era algo digno de quedarse sin palabras y así fue, todos los miembros de la familia contemplaban la maravillosa y reluciente cúpula en contraposición con la otra cúpula más grande que los protegía de los peligros del universo y les proporcionaba un entorno respirable.

Dentro encontraron, además de miles de niños eufóricos y padres desesperados, atracciones y espectáculos dignos de los sueños más fantásticos:

En un rincón un enorme tanque albergaba a las elegantes sirénidas las cuales cantaban y se dejaban admirar por todo aquel que se acercaba. Las escamas que cubrían sus cuerpos medio humanos refulgían en un abanico de colores en cada movimiento que realizaban.

En otro rincón, un domador hacía restallar su látigo haciendo retroceder a un Rabby, una especie de perro verde gigante de dos cabezas cuyas fauces estaban llenas de enormes colmillos y babas que quemaban el suelo cuando resbalaban por su mentón.

Cada rincón albergaba una nueva y excitante sorpresa para Emory, era mucho mejor de lo que había soñado despierto durante toda la noche anterior. Corría al encuentro de todos y cada uno de los espectáculos con los ojos como platos y la mandíbula desencajada.

Al terminar el día ya había visto cada espectáculo y montado en cada atracción, incluso en algunas hasta dos o tres veces. Emory montó en el aerodeslizador con la sensación de que había vivido el mejor día de su vida gracias a su padre, jamás lo olvidaría. Aquella noche se acostó temprano. Se metió en la cama, se arropó y cerró los ojos con la esperanza de que Morfeo lo llevara de vuelta en sus sueños al maravilloso mundo del señor Capricornia.

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9 comentarios

  1. 1. KMarce dice:

    Saludos Bea:

    Muchas gracias por leer y comentar mi relato.
    Que colonizada está la Luna en tu relato, es casi cómo si los años hubieran pasado y ellos se han acostumbrado a esa nueva vida, o quizá hasta han nacido ahí.
    Las historias de niños y felicidad, siempre me agradan; porque los niños son inocentes, se maravillos con y de todo. Muy bien, meter lo impensable, un circo lunar, con especies nuevas y extrañas.
    Es una historia sencilla, contada con ligereza y encanto.
    Entre las mejoras, debes fijarte y mucho en el título, recuerda que es tu entrada y hay un error en maraVillosa. 😛
    Alguna frase, la he sentido larga; sin ninguna puntuación. Puedes acortarlas con punto y coma, o darles punto y seguido. Acostumbra a leer en voz alta (y usando la pausas del relato) para que notes, en donde por “natura”, debería pausarse.
    Pero lo didacto, no quita a lo imaginativo. Espero hayas disfrutado mucho al escribirlo y ver ese colorido en un lugar tan oscuro como debe ser el Universo visto desde afuera.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 18 abril 2016 a las 06:38
  2. 2. Paola dice:

    Hola, Bea
    Un circo en la Luna!! Que original.

    La verdad es que la ciencia ficción se le da a quién se le da, los demás nos trasladamos ahí y “chim pum”

    Me he divertido con las fieras del circo y el pobre domador me ha dado lastima.

    Saludos

    Escrito el 18 abril 2016 a las 10:25
  3. Hola Bea:
    De nuevo leyendo tus relatos. De entrada duele a la vista la “b” de maravilloso, y es una lástima porque pone al lector en alerta y sin embargo lo que sigue está muy bien, pero que muy bien. Un texto tipo cuento infantil con una dosis de imaginación tremenda. Me recuerda a Los Supersónicos, una serie de dibujos animados de principio de los años sesenta del siglo pasado.
    El relato lo enmarco dentro de la literatura infantil que también puede encandilar a algunos adultos. Lo veo bien construido, bien escrito y cumple con lo que se pedía. Tu forma de escribir con frases largas, a mí me encanta, pero dado que parece ir orientado a lectores infantiles o juveniles, tal vez debería ser más simple y utilizar frases más cortas que no hagan necesario recordar el principio y origen de cada una. En definitiva, tal vez tu prosa debería estar más de acuerdo con el contenido del relato.
    De todas maneras felicidades.
    Saludos y nos leemos

    Escrito el 18 abril 2016 a las 14:55
  4. 4. Manoli VF dice:

    Hola Bea.

    Había una vez…un circo en la luna!!

    Has recreado todo un universo familiar en el blanco satélite. Lo primero que te comento, como bien te ha señalado ya K Marce, es esa errata del título que, a priori, es una mala presentación del relato, Pero supongo que ya te habrás dado cuenta y estará doliéndote verlo, así que pasamos al relato, y también aquí, opino como K Marce, en que algunos párrafos se me han hecho poco fluidos, como por ejemplo éste:
    – “Sin embargo ayer su padre se le acercó de forma misteriosa y le susurró al oído: “El día ha llegado comandante, prepárese para recibir su sorpresa mañana” ese “sin embargo ayer” no suena nada bien.

    Por lo demás, la idea está contada en tono realista o sea que bien.

    Te invito a pasarte por mi escena (160) Un saludo.

    Escrito el 18 abril 2016 a las 14:59
  5. 5. Juana Medina dice:

    Hola Bea,
    A esta altura estarás maldiciendo ese dedo infiel que se deslizó hacia la B en el título. Nadie puede dejar de señalártelo porque ya en el título nos hace pegar un respingo en un sentido desfavorable. Pero yo lo entiendo como te dije: en el apuro se desliza un dedo y ¡zas! todos los compañeros empiezan por ahí.
    Pasado ese Rubicón tu historia es encantadora, aquí o en la luna. Y la emoción de ese chico esperando su sorpresa y disfrutándola después nos llega al corazón.
    A mí no me molestan las oraciones más largas, pero quizá sería bueno revisar la puntuación. En la materia no soy quien para decir nada, asi que fiáte de compañeros más seguros y sabios.
    Es para contársela a algún nieto. Mis felicitaciones.

    Escrito el 18 abril 2016 a las 22:08
  6. 6. Werchy lam dice:

    Hola Bea,
    Es una historia deliciosa, bien contada y escrita y que se disfruta mucho al final. Nos hace volver a ser niños.
    En cuanto a la forma varias cosas;
    Algunas oraciones son largas o están puntuadas de una forma que aún las hace más largas.Vamos a verlas.
    “Emory se había levantado temprano aquel día pese a no haber dormido nada en toda la noche, se había puesto sus mejores ropas, sus zapatos más elegantes, se había echado colonia y se había peinado y requete peinado hasta la saciedad, hoy era un día especial”
    Es un pedazo de frase pero está bien hasta que llegas al final, después de una sucesión de comas casi convendría poner un punto o punto y coma después de saciedad.

    ” pero la última vez que se fue le dijo que tenía una sorpresa para él.Había esperado pacientemente su llegada e incluso una semana después de la misma todavía no le habían dicho nada acerca de la misteriosa y trepidante aventura que le tenían preparada. “. No tiene nada aparentemente pero…se lo dice él, su padre,sin embargo luego hay un habían y también un tenían. Eh, despacio que todavía estamos con su padre y con Emery. Quizás quedaría mejor así:
    Había esperado pacientemente su llegada dos semanas, durante las cuales su madre no le había querido desvelar nada de la trepidante aventura que le tenían preparada.

    “Sin embargo ayer su padre le dijo..” ah,¿pero ya ha vuelto su padre? Lo damos por sentado pero nos lo tienes que decir.
    Ayer cuando por fin regresó su padre le dijo..
    Dos párrafos seguidos que comienzan con “Un rato”.

    El techo del cacharro. Vale no puedes repetir tantas veces aereodeslizador. Pues no lo hagas, escribe simplemente el techo era de cristal. Estas hablando de él por lo que no vamos a confundirnos.
    Los dijo de los diálogos tienen que ir en minúscula.
    — ¡Es el mundo mágico del Señor Capricornia! — Emory no daba crédito, se…
    Separa ese párrafo del diálogo.Así:
    —¡Es el mundo mágico del Señor Capricornia!
    Emory no daba crédito, se…
    Y la raya inicial de los diálogos pegada a la palabra inicial, incluso cuando vaya con interrogación o exclamación.

    Al terminar el día ya había visto cada espectáculo y montado en cada atracción, incluso en algunas hasta dos o tres veces. Emory montó en el aerodeslizador.

    El primer cada sobra.
    Al ´terminar el día ya había visto todos los espectáculos y montado en casí todas las atracciones, en algunas hasta dos o tres veces. Cuando Emory montó en el aerodeslizador de regreso a casa…

    En cuanto a lo demás es un relato precioso, perfecto para un cuento infantil, lleno de imaginación y dulzura, que es en la luna y en el cuál has conseguido meter un sombrero.
    Enhorabuena.

    Escrito el 18 abril 2016 a las 23:14
  7. 7. Janna dice:

    Hola Bea 😀

    Pues veo que ya varios compañeros te han dado una excelentes recomendaciones de tu relato jejeje.

    Puedo agregar que es una bonita historia, amena, alegre, que puedo contarle a mis sobrinos y seguro les encantará.
    Tiene buen ritmo y descripciones.
    En el inicio tienes la palabra “requete” la cual me chilló y no concuerda con el tono que usas en la historia 😛
    Debes tomar en cuenta las sugerencias de Werchy para mejorar considerablemente tu texto.

    Felicidades por tan bella historia !!

    Escrito el 19 abril 2016 a las 00:23
  8. 8. Beatriz dice:

    Me fascinan las sorpresas… y fue un circo… que original
    Lo de la faltota de ortografía ex-profesa del título… no me gustó

    Escrito el 20 abril 2016 a las 04:23
  9. 9. beba dice:

    Hola, Bea:
    Muy bueno tu relato. Un clima delicioso: fantasía, alegría. Aunque ya tuviste algunas observaciones, me atrevo a mostrarte cómo resultaría más claro este párrafo con punto y coma; las coloco entre comillas para que las ubiques:
    Emory se había levantado temprano aquel día”,” pese a no haber dormido nada en toda la noche”;”se había puesto sus mejores ropas, sus zapatos más elegantes, se había echado colonia y se había peinado y requete peinado hasta la saciedad”;” hoy era un día especial”
    Por lo demás, cálidos aplausos.
    Mi cuento, 164.

    Escrito el 26 abril 2016 a las 00:49

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