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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Luna de Miel - por Diego Manresa Bilbao

Luna de miel en la Luna. Qué original…

Ese fue el regalo de bodas que nos había hecho mi suegro. A pesar de que en los últimos años el viaje a nuestro satélite se había hecho infinitamente popular, por barato, y destino típico de recién casados, por connotaciones lingüísticas obvias, a Claudia y a mí nos hacía ilusión. Nunca habíamos estado; era el típico viaje que sabes que algún día harás, por lo que en nuestras vacaciones solíamos elegir destinos más exóticos; Ganimedes o Europa, tan de moda ahora en círculos alternativos. Al fin y al cabo, en la Luna casi lo único que había eran los típicos hoteles de “todo incluido” en los que te ponían una pulserita en la muñeca y te pasabas la semana en la piscina del hotel bebiendo margaritas junto a ingleses borrachos y jóvenes en sus viajes de fin de carrera.

Pero era un plan que nos apetecía. Nos iba a venir bien un poco de tranquilidad después de todo el estrés que habíamos tenido -más Claudia, obviamente- preparando la boda, todo ello añadido a nuestra vida diaria, con nuestros trabajos aburridos y rutinarios; yo en la filial española de la NASA y Claudia las oficinas centrales de aquel vendedor de armas armenio.

Y, a decir verdad, la luna de miel fue tal y como la esperábamos; incluso mejor, diría yo. Nos dedicamos a despertarnos tarde, languidecer toda la mañana en la piscina del hotel, retozar mientras echábamos unas siestas larguísimas, salir a cenar y tomar una copa con otra pareja -que habíamos conocido allí- todas las noches, para después seguir ejerciendo el matrimonio hasta casi el amanecer.

Un gran viaje, hubiera dicho. Hasta que llego El Último Día.

Estábamos haciendo la maleta, recién levantados –a mediodía- pues la lanzadera que nos debía llevar al Embarcadero Principal salía a la una de la tarde. Desde allí cogeríamos la aeronave low-cost que el tacaño de mi suegro nos había reservado de vuelta a la Tierra; aunque había que reconocerle que los únicos vuelos Luna-Madrid a un precio razonable eran los que RyanSpace ofrecía. Y justo en el momento en el que Claudia dijo “ya estoy lista” las alarmas empezaron a tronar y por la megafonía del hotel se oyó:

“Sentimos comunicarles que las salidas del complejo han quedado clausuradas hasta nueva orden. Les emplazamos a que se dirijan al Salón Central del Hotel, en el que se les dará una explicación detallada y les informaremos de los pasos a seguir. Lamentamos las molestias”

He de reconocer que mi primer pensamiento fue “vaya putada”. Me fastidiaba mucho que por uno de esos simulacros de incendio pudiéramos perder la lanzadera. De todas formas, la culpa había sido nuestra por despertarnos tan tarde. Por cosas como éstas siempre dicen que vayas con tiempo al hacer un viaje.

En contraste con mi tranquilidad y mi enfado, la cara de Claudia reflejaba un sentimiento distinto, una mezcla de preocupación y responsabilidad que me tenía despistado y, por qué no decirlo, un tanto alarmado.

Alarma que fue en aumento cuando, en nuestro camino al Salón Central, lo único que veíamos era gente corriendo y azafatas del hotel con rictus de funeral. Llegamos a la sala sin saber exactamente a qué atenernos.

Cuando el Director del Hotel se dirigió a nosotros, su rostro estaba bañado en lágrimas:

– Queridos amigos; hoy es un día muy triste para la raza humana. Las noticias que llegan de nuestro planeta son realmente aterradoras; y un tanto confusas, dada la cantidad de medios que están expresando sus opiniones. Sinceramente, no me veo capaz de contarlo con palabras, con lo que prefiero que lo vean ustedes mismos.

Fue en el momento en que descubrió la ventana central del salón, estratégicamente colocada para tener una visión completa de la Tierra, cuando pudimos ver el drama que nos encogió el corazón.

Nuestro planeta estaba, literalmente, en llamas. Más bien lo que estaba era explotando; repleta de miles, tal vez millones de explosiones superficiales, cada una mayor que la de al lado, que estaban devastando la superficie terrestre, dejándola convertida en un erial de proporciones dantescas. No me era posible imaginar cuantos muertos debía haber ya. Podía ver una enorme explosión cerca de Madrid, por poner un ejemplo cercano.

Cuando miré a Claudia, con toda la desolación del mundo pintada en mi rostro, ella estaba tranquila, y casi sonriente. Mirándome a los ojos, me dijo:

– Lo sabía. Por fin ha ocurrido.

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15 comentarios

  1. 1. Paola dice:

    Vaya con el vendedor de armas armenio!
    Un relato auténtico, me ha parecido estupendo. Lo de la “pulsera todo incluido” en este caso, viene de perlas.
    Quién sabe, a lo mejor tienes razón y las lunas de miel, algún día, serán así y tu relato será únicamente tachado de catástrofista.

    Escrito el 17 abril 2016 a las 16:22
  2. 2. Guiomar de zahara dice:

    Hola Diego: acabo de terminar de leer tu relato y ¡vaya final! la verdad esperaba cualquier cosa ¿pero que la recién casada lo supiera?
    ¿El causante del fin de la tierra fue el vendedor de armas armenio?
    eso no lo he entendido muy bien.
    Por lo demás tu relato me ha parecido interesante, como si te hubieras adelantado en el tiempo.
    ¡Enhorabuena!

    Escrito el 17 abril 2016 a las 16:33
  3. 3. Victor Hugo Montenegro dice:

    ¡Hola Diego!

    Cuando uno se enfrenta a un texto, después de unas líneas, se sabe con qué clase de escritor está tratando. Y de este relato solo puedo decir que me ha fascinado y se nota el trabajo por parte del escritor. Merodeando en los relatos de los compañeros, cuando encontré este, en las primeras líneas me agarró, hay una narrativa bien trabajada que es lo que más destaco en un escrito, es decir, se cuenta algo, esta ese motor que va haciendo correr la historia, sin necesidad de caer en tediosas descripciones para forzar a la historia a caminar.

    ¡Enhorabuena, excelente trabajo!

    Mi relato es el 112. El efecto lunar. Cualquier comentario es bienvenido. Gracias

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 17 abril 2016 a las 18:04
  4. 4. Juana Medina dice:

    Salud Diego,
    Un relato excelente ágil, bien escrito y tremendamente “realista”. Puedo creerlo perfectamente en no demasiado tiempo.
    Muy inteligente y bien pensado. Qué esposa se buscó tu personaje…¿verdad?
    Muy bien arrado. Un placer de lectura.
    Felicidades

    Escrito el 19 abril 2016 a las 00:47
  5. 5. Darkan dice:

    Hola Diego. Me agrada tu relato. Tiene recursos creativos como “seguir ejerciendo el matrimonio” y el suspenso final alrededor de la tragedia atrapan al lector. Sin embargo, creo que hubiese sido mejor restarle un poco a la descripción de la luna de miel y la boda. Dado que es muy corto el cuento que debemos escribir, sugiero ser un poco más concreto e ir al grano lo antes posible. Como verás, los lectores tienden a pensar que cada cosa que mencionas en un cuento tendrá una razón de ser o un propósito. En el caso del trabajo en la NASA del personaje o el tema del armenio, en lugar de dar información confunden un poco al lector. Saludos y gracias por compartir tu relato.

    Escrito el 19 abril 2016 a las 02:29
  6. 6. Eri dice:

    Muy buen relato, me ha gustado mucho, soy nueva en esto y mi primer relato es el numero 118.
    Un saludo

    Escrito el 19 abril 2016 a las 06:51
  7. 7. Werhylam lam dice:

    Hola Diego,
    A mi me ha gustado el planteamiento al irte tan lejos en el tiempo.
    Por ponerle algún pero, por qué has puesto El Último Día en mayúsculas?
    La frase “no me imagino cuantos muertos debía haber ya” Ese debía haber ya,chirría y además enseguida viene un Podía. Se repiten sonidos.
    Por lo demás muy bien.
    Enhorabuena. Soy el 57 por si quieres pasarte

    Escrito el 19 abril 2016 a las 23:07
  8. 8. Beatriz dice:

    Uiiii Diego
    Total Recall versión psico… Claudia (uich)
    El texto es original y la lectura agradable, pero el final no me gustó…
    Namasté

    Escrito el 20 abril 2016 a las 03:52
  9. 9. Frida dice:

    Hola Diego,casualmente eres la segunda persona que se inspiró en la luna de miel para este relato, la otra persona, es Amparo rouanet moscardó, en el número 93.

    Me gustó el relato, de hecho has sabido comenzarlo muy bien, hablándonos de toda esa aburrida parafernalia que rodea a los novios cuando se van de luna de miel ¿alguien ha visto un vídeo más aburrido que el que se traen los novios cuando van de viaje?, Yo no. Y así como lo veo, tú nos lo muestras, además de pincelarnos esas modas pasajeras existentes, las costumbres tan rutinarias que todos adquirimos y realizamos como ovejas que van al redil. Y he aquí, que a partir de la segunda mitad del relato, este se vuelve más interesante, para acabar de forma trepidante. Que conste que a partir de que comienzan los problemas, algo me sospechaba yo con Claudia, aunque claro, lo que en aquel entonces creía era algo oscuro sobre tráfico de armas que haría que la secuestrasen por saber demasiado, desde luego no me esperaba el mazazo final. El cual está muy logrado y, nos dejas con la miel en la boca, porque una vez que has llegado ahí, como lector deseas saber más, no sólo sobre el ataque, sino sobre esa fría y calculadora Claudia, que se sonríe ante tragedia de tal magnitud.

    Lo que sí debo remarcarte, es que en el primer párrafo has escrito tres veces la palabra típico, creo que una de ellas podrías suprimirla y, la otra cambiarla por mítico.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 11:50
  10. 10. Manoli VF dice:

    “Al fin y al cabo, en la Luna casi lo único que había eran los típicos hoteles de “todo incluido” en los que te ponían una pulserita en la muñeca y te pasabas la semana en la piscina del hotel bebiendo margaritas junto a ingleses borrachos y jóvenes en sus viajes de fin de carrera”

    ¡La verdad es que pintas ese viaje bien poco apetecible, Diego!

    Al leer tu texto se me hizo un pelín pesada esta introducción, pero vale la pena tu forma posterior de abordar el relato, en este tipo de textos la introducción a mí me ha traído de cabeza más de una vez…

    Cuando dices: ” yo en la filial española de la NASA y Claudia las oficinas centrales de aquel vendedor de armas armenio” echo de menos la preposición EN :” Y Claudia EN las oficinas centrales”

    Más tarde cuando dices: “Vaya putada” pienso que debería de ir entre interjecciones: “¡Vaya putada!”

    En cuánto al final pues muy bien, parece que no solo Claudia estaba al tanto de las armas, sino su padre al regalarles tan oportuno viaje.

    He disfrutado el texto y te felicito quitándome el sombrero, (aunque no sea de copa). Un abrazo, Diego 😉

    Escrito el 20 abril 2016 a las 17:07
  11. 11. Pepe ILLARGUIA dice:

    Diego, parece que hace un montonazo de tiempo desde que te leí por primera vez. Creo que vamos mejorando, como el buen vino. En cuanto al tema, has dibujado perfectamente lo que es una típica y aburrida Luna de miel, con las fotos que recordarás a la caída de la tarde, comiendo pipas y viendo TV. En cuanto a los trabajos de los personajes, no me parece que sean idóneos para considerarlos rutinarios. En todo caso un trabajo de funcionario, siempre rellenando formularios, o de vendedora en una tienda de cosméticos.
    Por lo demás hay que cuidar el lenguaje, cuando tachas a los borrachos de un determinado país, se suele entrar en terreno resbaladizo.
    Un placer leerte compañero.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 18:17
  12. 12. Peter Walley dice:

    Hola Diego,

    Muy buena idea y muy bien llevada, la verdad es que con la forma que tienes de redactar podrías describir la guía de teléfonos que yo te seguiría leyendo 😉 a mí la primera parte no se me ha hecho pesada en absoluto, y de hecho me ha divertido como has situado la historia en el futuro con las suficientes cosas parecidas al mundo actual para que resulte reconocible y diferente a la vez.

    Tengo que decir que a mí no me quedo claro que Claudia estuviese involucrada directamente en la guerra terrestre como te han dicho por aquí, aunque quizás tu intención era que sí lo estuviese. En cualquier caso no está mal dejarlo a la imaginación del lector.

    Saludos, nos leemos.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 19:38
  13. 13. Valente dice:

    Hola!! me gusto tu relato, parecía que todo eso podría haber pasado pero el final me ha dejado impresionada. Creía que la esposa estaría desbastada pensando en su padre.

    Escrito el 22 abril 2016 a las 20:56
  14. 14. Caritobel dice:

    Hola Diego.

    Me parece que en algún momento abusas de mayúsculas, escribiéndolas en palabras que no la necesitan.

    Cuando leí el título, me imaginé algo romántico y predecible, al principio pintaba eso, pero después, me sorprendió realmente como llevaste la historia, se me hizo la piel de gallina cuando hablas de la catástrofe en la Tierra. Eso si, la última frase no me gustó, como que no tejiste anteriormente que Claudia podría saber algo sobre esa conspiración del fin del mundo, lo que me hizo “ruido”.

    Pero la historia en su conjunto es buena.

    Te felicito por lo logrado.

    🙂

    Si tenés tiempo de leerme, estoy en el relato 11.

    Saludos

    Escrito el 23 abril 2016 a las 21:10
  15. 15. Ratopin Johnson dice:

    Hola Diego,

    Buen relato, y me gusta el final. Es sorprendente, aquello da un giro inesperado, pero no es demasiado chocante en mi opinión respecto del resto de la historia. Es una buena leche, justo al final, pero a mí me ha gustado. Muy fluido el lenguaje, párrafos que me gustan en cuanto a tamaño y donde los has situado unos respecto de otros.
    Una cosilla:
    “…lo único que había eran los típicos hoteles de “todo incluido” en los que te ponían una pulserita en la muñeca y te pasabas la semana en la piscina del hotel bebiendo margaritas junto a…”. Como dices “hoteles” y luego “hotel”, yo quizá hubiera sustituido el segundo por ota palabra. Y no es fácil porque si pones “complejo”, parece que se queda coja, y si eliges “establecimiento” me suena a “tienda” :). Quizá sí, complejo
    Ah, me has hecho sonreir con lo de RyanSpace. Por una vez, no era culpa de ellos, y mira que me han hecho unas cuantas 🙂

    Saludos

    Escrito el 2 mayo 2016 a las 10:49

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