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Ser de la Luna - por Kein V. Raad

Al descender de la nave y pisar tierra firme, Lois avanzó unos cuantos pasos sintiéndose más aventurera que nunca. Sin darse cuenta ya dejaba atrás a su hermano, que con mucho menos de su espíritu, junto a la nave permanecía petrificado. Cuando al fin se movía, tras indicárselo reiteradamente su hermana, el desubicado de Allan no paraba de mirar a todos lados temiendo encontrarse con un marciano.
—Ya te dije que no existen, ¡y mucho menos en la Luna! —exclamó Lois—. Además, observa bien; como siempre, no hay más que polvo.
Allan no tuvo más remedio que seguir a su hermana mayor, Lois ya marchaba al frente como líder en una típica expedición. Cada par de minutos, su hermana se detenía a esperarlo y él apretaba el paso hasta alcanzarla. Generalmente lo lograba sin esfuerzo; sin embargo, llegó el momento en que pareció perder el ritmo.
—¡Espérame! —gritó Allan, como si Lois no lo escuchara lo suficiente por los auriculares—. ¡Mira lo que he encontrado!
—¡Dios, mis oídos! —se quejó Lois—. ¿Qué traes allí?
—Toma, lo he conseguido en uno de los pequeños cráteres que dejamos atrás.
Lois tomó en sus manos el gran sombrero de copa que ahora le enseñaba su hermano. A pesar de la cantidad de polvo adherido a él, se distinguía su color negro y una cinta roja que lo adornaba.
—¡Oh, apuesto a que los magos de este lugar sí que tienen talento! ¡Ni cuenta nos hemos dado de a dónde se ha ido el dueño de este simpático sombrero! —bromeó Lois.
—¿Podemos volver a casa? Ya tienes lo que querías.
—¿Esto un objeto lunar? Puedo conseguir uno igual en 5 dólares.
Allan lucía decepcionado de no haber tenido tanta suerte. El paseíto no terminaba de agradarle y cada vez que avanzaba odiaba más su traje. Lois únicamente lo vio sonreír un poco cuando le permitió quedarse con el sombrero.
Los chicos deambularon un largo rato por la superficie del satélite. Allan se esmeraba inútilmente en encontrar algo digno de pertenecer a la colección de objetos espaciales de Lois; mientras ésta, en posición de juez, aprovechaba el «entusiasmo» de su pequeño hermano para descansar. Esto continuó así por varios minutos; hasta que un enano, de tez oscura y cabello blanco rizado, se acercó para interrumpir la dinámica.
—Lois… —pronunció Allan con voz temblorosa.
El enano se acercaba cada vez más a ellos, y al percatarse del hecho, Lois pensó que el viaje empezaba a ponerse interesante.
—Observa como intenta articular palabras sin saber que ni siquiera podríamos escucharlo. —comentó Lois—. Me pregunto si al igual que los Saturnianos, los habitantes de la Luna habrán estudiado nuestro idioma. Aunque este lugar luce mucho más solitario y…
—Me está señalando. —interrumpió Allan, evidentemente asustado.
—¡A ti no, tonto, al sombrero que llevas en tus manos! Seguramente le pertenece. —indicó Lois.
Lois tomaba todo particularmente a la ligera, parecía ya estar acostumbrada. Por el contrario, Allan era entendiblemente más nervioso; y sin dudarlo, hizo un gesto para devolver el sombrero.
—¿Qué haces? ¿No ves que hasta ahora no hemos encontrado algo mejor? —dijo Lois deteniendo el avance de Allan.
Pero al toparse ya de frente con la misteriosa criatura, Allan entró en pánico y se decidió a devolver el sombrero. Lois reaccionó de inmediato pero no lo pudo evitar, sólo alcanzó a quedarse con la cinta que llevaba el sombrero.
El extraño ser de la Luna recibió el sombrero sin expresión alguna, y al darse vuelta, Allan emprendió tan rápido como pudo su regreso a la nave. Lois se vio entonces obligada a ir tras él, temiendo que no recordara bien el camino.
Cuando al fin llegaron a la nave, Allan insistió en volver a la Tierra de inmediato hasta que Lois finalmente accedió. Había sido uno de sus viajes más cortos e infructuosos.
—Y yo que pensé que ya tenías edad suficiente para acompañarme. —le dijo Lois a Allan, totalmente resignada—. Toma, guarda la cinta roja, quizás llegue a usarla para sujetar mi cabello. Además, al fin y al cabo la encontramos en la Luna. ¿No?
Allan se tomó su tiempo para a obedecer a su hermana, hasta que repentinamente se giró hacia ella:
—¡Lois, lo sabía! —exclamó eufóricamente Allan.
—¡Deja de hacer eso! ¿Ahora qué quieres?
—¡Lee la inscripción al respaldo de la cinta!
—Ya la leí y no me satisface. Ya tengo un objeto de Marte.

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6 comentarios

  1. 1. gaia dice:

    Muy bueno!r puedes leer en el 17

    Escrito el 18 abril 2016 a las 03:31
  2. 2. Frida dice:

    Hola Kein. La historia es interesante, pero podría dar mucho mas de sí, ¿cómo?, pues al principio, haciéndonos ver que dos hermanos viajan a la luna, nos haces creer que los viajes espaciales son más habituales de lo que creemos, he llegado a pensar, que quizás en el astro lunar habría mucha más vidilla, además, tienes un enano. Te concentras demasiado en la inseguridad de Allan, pero esa parte, con habérnosla echo notar al principio, basta; usa al enano, puedes darle mucha más vida a esta historia, tienes una gran base, tan solo deja volar la imaginación. Puedes hacer que este relato verse en algo más que en una chica adicta a los recuerdos extraterrestres. Conviértelo en una aventura, tienes todos los ingredientes en el puchero, solo remuévelos.

    Eso en cuanto a la parte argumental, en cuanto a lo técnico, apuntarte unas cosillas.

    1.”que con mucho menos de su espíritu,” En esta frase hablas de que Allan tiene menos espíritu que Lois, pero en mi opinión, para dejarlo más claro, deberías haber escrito: “que poseía menos espíritu que ella,”

    2.”¿Qué traes allí?”, creo que suena mejor decir: “¿Qué traes ahí?”

    3.”Puedo conseguir uno igual en 5 dólares”, el en me suena raro, pues lo normal es decir: “puedo conseguir uno igual por 5 dólares”.

    4. Usas demasiado el nombre de los hermanos, deberías mentarlos menos, por ejemplo, en los diálogos, no hace falta que distingas siempre quién habla, muchas veces, los sustantivos pueden indicárnoslo, como por ejemplo cuando dices:”—¡A ti no, tonto,…” ese tonto, nos indica que es Lois la que habla.

    Con un pequeño pulido que le dés, te quedará mucho mejor el relato.

    Escrito el 19 abril 2016 a las 19:25
  3. 3. Kein V. Raad dice:

    Hola Frida, gracias por tus comentarios, los tendré muy en cuenta. Definitivamente los diálogos no son mi fuerte, incluso en el punto 4 que me señalas noto que casualmente “Lois” aparece dos veces de seguido en el relato. Trabajaré en ello. Saludos.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 01:01
  4. 4. John Doe dice:

    Hola Kein.
    Me ha gustado bastante tu relato, los caracteres y personalidades de los personajes son bastante claros y diferentes y ese contrapunteo es interesante, el final es genial y deja abierta la historia para una continuación, Saludos.

    Escrito el 22 abril 2016 a las 23:29
  5. 5. MOT dice:

    Hola Kein V. Raad

    Me ha gustado mucho tu relato. Buena historia, con potencial, y tal y como te ha dicho ya FRIDA, ahí hay buenos ingredientes.

    Pero me ha ocurrido que, por un uso inadecuado de las comas y los punto y coma, el ritmo no cuadra, no “entra” con naturalidad. También he notado que a veces los tiempos verbales no están bien utilizados, haciendo que me haya tenido que parar a leer esas partes, con la consiguiente pérdida de concentración. Respecto a los párrafos y los diálogos, también deberías cuidar la forma en que los has usado, pues creo que si los retocaras y revisaras, el relato ganaría, y mucho.

    Muy de acuerdo con todo lo dicho por parte de FRIDA.

    Te recomendaría, si está en tus manos, compraras dos libros que a mí me han ayudado MUCHÍSIMO, (si puedes, claro), y que son:

    * PUNTUACIÓN PARA ESCRITORES Y NO ESCRITORES
    * GRAMÁTICA PARA ESCRITORES Y NO ESCRITORES

    Ambos de Silvia Adela Kohan – Ed. ALBA – Colección: GUÍAS + DEL ESCRITOR

    P.D. Me encantó el final. Creo que es EXCELENTE, en plan “sorpresa” y no esperado.

    Enhorabuena, sigue escribiendo y verás como vas puliendo más y mejor de cada vez. Y sobre todo, LEE, LEE MUCHO. Yo llevo más de 300 libros leídos (soy un devorador, lo reconozco, je je je) y no veas la diferencia entre mis primeros relatillos, de hace unos tres años, a los de ahora, que sin ser nada del otro mundo, son bastante más potables que aquellos… y casi todo el mérito se lo debo a tanto leer (clásicos, modernos, ensayos, tutoriales, etc…)

    Saludos … MOT

    Escrito el 24 abril 2016 a las 19:36
  6. Hola Kein!!

    Coincido con los compañeros en que le puedes sacar más juego a tu historia, pero me encanta la idea que dejas entrever de que los viajes a la Luna parecen una cosa cotidiana.

    Y con los diálogos, expresas muy bien la inseguridad de Allan.

    No dejes de escribir!!

    Mi relato es el 123.

    Un saludo!!

    Escrito el 25 abril 2016 a las 16:58

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