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«Celebración de aniversario» - por Alonso García-Risso

Celebración de aniversario

—¿En qué piensas, Augusto? —preguntó la mujer, acercándose a su esposo que se encontraba frente al espejo de pie.
—No lo sé —dijo distraído, sin apartar la vista de la imagen que le devolvía el espejo.
—Pero… —insistió la mujer—, creo que algo te intranquiliza.
—La verdad, Cristina, cada vez que miro la figura reflejada en la superficie del cristal, percibo con extrañeza, una distorsión del espacio; un pozo sin fondo, en el que las simetrías se expanden y desforman. Sin embargo, sé que estoy ‘aquí y ahora’, como visto y calzo. Lo bien que me sienta el sombrero de copa que me escogiste en la tienda. Todos me verán con él y dirán qué hermoso sombrero de copa luce Don Augusto.
—Bien, también opino lo mismo, esposo.
—La cuestión es que, poco antes de que llegaras —aquí mismo— he tenido una alucinación vívida. El espejo me tragaba, transportándome fuera de este tiempo y espacio.
—¿Cómo así?, ¡Explícate hombre por Dios!, que me asustas.
—…me vi en un tiempo futuro como habitante del planeta azul que se recorta en el horizonte, siempre girando igual a un trompo. Lo llamamos tierra…
—Y, ¿qué hacías allí?
—Pues, era escritor. Y tenía la tarea de escribir un relato. El texto debería narrar la odisea de viajar hasta aquí. ¡Imagínate!, viajar desde la tierra a la luna y explicar el hallazgo de un sombrero de copa. ¡Qué locura!
Lo último no representa ninguna dificultad; pues llevo puesto un sombrero de copa. Tu misma puedes dar de fe de ello.
—¡Mira! ¡Mira!… no habrás comenzado a brindar antes de tiempo. —dijo Cristina, con una pizca de malicia.
—No, te lo digo muy en serio.
—Dejemos esta historia hasta aquí. Recuerda que celebramos nuestro aniversario; y, nuestros invitados nos esperan. —lo miró de arriba abajo y le dio un ligero toque, acomodándole el corbatín.
—No me has creído —dijo Augusto, algo compungido.
—Ya te quitaré esa cara; pues, te guardo una sorpresa mayúscula.
—¿Si?
—Lo verás —lo tomó de la mano y lo arrastró al salón. Caminaron entre los reunidos, saludando a derecha e izquierda. Localizó a uno de los invitados. Se encaminó hacia él. Augusto, la conocía mejor que nadie, y la siguió, sospechando que todo aquello era parte de la sorpresa prometida. Frente al personaje tomó aires y dijo:
—He aquí un escritor. Ha escrito un libro que tiene por título: “De la tierra a la luna”. Te presento a Don Julio Verne —y agregó:
—Don Julio, mi esposo Augusto García Jiménez —hizo un gracioso mohín y dijo para sí: “Yo no creo en coincidencias, ni hechos fortuitos…”. Luego se mezcló entre los invitados, con natural despreocupación.

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10 comentarios

  1. 1. Ophelie dice:

    Hola Alonso, me ha encantado tu relato además creo que está bien escrito y muy original. El final muy bueno y bien llevado. Solo me he permitido corregirte un par de cosas: Que se encontraba frente al espejo de pie… quedaría mejor… de pie frente al espejo. Tomó aires… Tomó aire. En general muy bueno. Si quieres consultar algo estoy en el número 156. Un saludo

    Escrito el 17 abril 2016 a las 20:38
  2. Saludos Ophelie: Es un placer conocerte; y, por supuesto agradecer tu gentil comentario.
    Te dejaré un par de aclaraciones sobre las observaciones que me has hecho.Estas nacen en el uso del lenguaje y bagaje cultural de sociedades de América austral:
    a) “Espejo de pie”, se corresponde con un espejo, de antigua usanza, largo y angosto que devolvía la imagen completa de la persona.
    b) La expresión “tomó aires” se usa como: ‘darse infibulas’. Para el caso, la esposa agrega una cuota de dramatismo, en la presentación que hace de Verne a su esposo y viceversa.
    Tus observaciones son acertadas; pues. tomando en consideración los distintos usos de los términos; en el texto se prestan para alterar el sentido, de lo que se ha deseado espresar.
    Buscaré las rectificaciones pertinentes, que logren una mayor claridad a la historia. Gracias

    Escrito el 18 abril 2016 a las 10:55
  3. 3. Paola dice:

    Hola Alonso
    Me ha parecido un relato inteligente y divertido.
    Se lee muy bien y lo he disfrutado.

    Por aquello de que es interesante que nos apunten detalles para ir mejorando, te diré unas cosas que cambiaría, teniendo en cuenta que soy escritora novata.

    “Bien, también opino lo mismo, esposo.” Yo añadiría un “mío” al final

    “Lo último no representa ninguna dificultad; pues llevo puesto un sombrero de copa. Tu misma puedes dar de fe de ello.” esta parte la omitiría porque parece que quiere remarcar algo por si no nos hemos enterado bien, es como si remarcaras en amarillo algo para tenerlo presente.

    “Localizó a uno de los invitados. Se encaminó hacia él. Augusto, la conocía mejor que nadie, y la siguió, sospechando que todo aquello era parte de la sorpresa prometida.” Yo veo este párrafo con demasiados puntos, creo que sonaría mejor así:”Localizó a uno de los invitados y se encaminó hacia él, Augusto, que la conocía mejor que nadie, la siguió sospechando que todo aquello era parte de la sorpresa prometida.”

    Espero que mis observaciones te sirvan de algo

    Saludos

    Escrito el 18 abril 2016 a las 14:57
  4. 4. beba dice:

    Hola, Augusto:
    Muchas gracias por tu visita y tus conceptos.
    Tu historia me gustó muchísimo;entretenida y graciosa; muy original el enfoque de la situación; los detalles del vestuario y el estilo anticuado del lenguaje, en el diálogo entre los esposos, son perfectos como entorno de un Julio Verne que logró llegar adónde quería, por lo visto.
    El sombrero de copa, tan bien calzado en el relato, como en la cabeza del personaje.
    Mis felicitaciones.

    Escrito el 18 abril 2016 a las 15:14
  5. 5. beba dice:

    Perdón: Hola, Alonso. Se me cruzaron los García, por lo que veo. Ja, ja, ja.

    Escrito el 18 abril 2016 a las 15:15
  6. 6. Manoli VF dice:

    Hola Alfonso.

    Me parece una historia interesante, bien contada en general y con esa vuelta de tuerca,inexplicable por otra parte, de transportar (o teletransportar que no se sabe) a Julio Verne a la luna. Ahora bien, paso a comentarte lo que me ha llamado la atención:

    -“expanden y desforman. Sin embargo, sé que estoy aquí y ahora, como visto y calzo. Lo bien que me sienta el sombrero de copa que me escogiste en la tienda. Todos me verán con él y dirán qué hermoso sombrero de copa luce Don Augustó”.

    La palabra desforman no existe, que yo sepa, sería: deforman. La expresión falla: sé que estoy aquí y ahora, como visto y calzo. “LO BIEN que” no encaja, mejor: “lo mismo que se que…” finalmente repites sombrero de copa casi en la misma línea. Te propongo la reconstrucción de este párrafo entero.

    Sobre el contenido, tampoco explicas esa visión que el personaje tiene sobre sí mismo y que es escritor, cuando más tarde está en la fiesta el lector espera que la sorpresa se revele y entonces introduces a otro escritor ahí, y entonces a mí se me desmorona el sentido último del relato.

    Me ha gustado pero creo que habrías de revisar esos conceptos.

    Nos seguimos leyendo, Alfonso. Un saludo.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 11:59
  7. 7. Manoli VF dice:

    Disculpa mi forma de expresarme. Me he liado con los “entonces” 🙁

    Escrito el 20 abril 2016 a las 12:01
  8. 8. Leosinprisa dice:

    Hola Alfonso, me gustan esas ideas que mezclan lo real con lo imaginario para descubrirnos a un personaje que no esperabamos. En ese sentido lo has logrado.

    En cuanto a las correciones, nada que añadir, ya te han dicho todo cuanto podría ser mejorable en el texto en ese concepto y sobran las mismas puntualizaciones.

    Un relato entretenido que merecido ser leido por todos.

    Ha sido un placer leerte y gracias por tus comentarios en mi texto. Un saludo.

    Escrito el 21 abril 2016 a las 10:43
  9. 9. Caritobel dice:

    Hola Alonso.

    Hay algo que no me cierra de este relato, es que siento que no pasa nada de nada. No veo la intriga que atrape al lector. No soy de las que piensan que debe pasar algo sumamente extraordinario, pero no veo el nudo de la historia. No espero que el conflicto sea increíble, pero debe pasar algo. Acá siento que el protagonista parece preocupado, y su mujer lo nota así, y luego aparece Verne, y fin de la historia.

    La vez pasada te dije que la historia era muy corta, esta vez creo que no pasa nada que merezca ser contado.

    Creo que manejas bien la escritura, y tenés tu propio estilo, incluso para comentar, por lo que no se trata de lo técnico. Puede que a la historia le falte “alma”. Esto puede ser puramente subjetivo, pero así lo siento.

    Te comento con la mejor onda, además con toda la intención de seguir leyéndote. Es difícil decir que algo no te cierra o no te atrapa sin que el otro te interpreté mal. Espero sepas entender lo que quiero decirte.

    Saludos. Si tenés ganas de pasar por mi relato y criticarlo ( 🙂 ) estoy en el 11.

    Saludos.

    Escrito el 24 abril 2016 a las 05:17
  10. 10. Thelma López Lara dice:

    Hola Alonso,

    Tu relato es muy original.Las descripciones me han gustado. Has hecho un cierre inconcluso, da para que la historia prosiga.

    Mis felicitaciones.

    Escrito el 25 abril 2016 a las 16:43

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