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La hipótesis del sombrero - por Diana Hunt

–Houston, ya estoy en el transporte. Acercándome al sector 3A.
En el centro de control de la NASA, Bárbara sonrió por el tono auto-suficiente del capitán Dyson. De pronto, el jefe puso una mano gruesa en su hombro y ella se mordió el labio. Dudó, pero el jefe le hizo un gesto apremiante con las cejas.
–Capitán Dyson, aquí Houston. Diríjase al sector B –respondió ella con un deje de remordimiento.
Dyson tardó unos segundos en asimilar la orden.
–¿Sector B?, ¡no me digas! El programa de entrenamiento no contempla…
–Dyson, haga como se le manda –intervino el jefe con sequedad.
Bárbara le quitó el micrófono.
–Déjeme a mí, por favor –susurró.
–Tenemos que ir al grano. Estos paseitos de entrenamiento cuestan millones –respondió el jefe con la cara roja–. Cuanto antes se acabe, antes podremos iniciar el plan de exploración exterior.
Bárbara sacudió su flequillo oscuro. Empezaban a llegar imágenes desde la cámara de Dyson. Podía ver cómo, unos segundos atrás, los pies del astronauta habían entrado en el jeep gris fabricado para el terreno lunar.
–Houston, ¿alguna orden concreta? Sé que tengo el honor de ser el primer hombre en pisar este sector.
Bárbara arrugó la frente y tomó aire.
–Envíe todas las imágenes posibles… Y muestras, si hay novedad.
Dyson sonrió condescendiente. Para Bárbara era evidente que él se preguntaría qué novedad iba a encontrar. Después de todo, aquel era solo un vuelo de entrenamiento antes del gran viaje al exterior del Sistema Solar. Desde el centro de control vieron a Dyson encogerse de hombros. Luego condujo con parsimonia y empezó a describir eses por la superficie lunar.
–¡Oh, qué lugar tan idílico! Bárbara, tendrías que ver esto de cerca. No comprendo cómo alguien casi tan preparado como yo no sale del sillón.
Se rió. Bárbara tragó saliva. Pensó en varias respuestas ingeniosas, pero ninguna le pareció oportuna. De pronto, la voz de Dyson sonó alarmada.
–No puede ser…
Frenó. Ajustó su cámara y se comenzó a visualizar un objeto oscuro a veinte metros.
–Dyson, aquí Houston, ¿qué ocurre? –preguntó Bárbara sin entonación.
El capitán saltó del jeep. Intentó correr. Era como si hubiese olvidado la diferencia de gravedad. Dio grandes saltos. En Houston comprobaron que el corazón se le aceleraba; la escafandra se llenaba de vaho. Llegó junto al objeto y se agachó. Poco después se vio en la pantalla: un sombrero negro, de copa. El capitán le dio varias vueltas en sus manos.
–Houston. Yo…
–Dyson, ¿lo que vemos es un sombrero? –Barbara tragó saliva. Miró al jefe antes de continuar. –¿Cómo ha llegado ahí, capitán? –intentó dominar su voz.
Dyson solo negó con la cabeza. Después de un minuto se levantó con el sombrero agarrado. Miró en todas las direcciones. Su escafandra se volvía blanca a cada exhalación rápida. Bárbara y el jefe observaron cómo Dyson regresaba a la nave a máxima velocidad del jeep.
–Dyson, aquí Houston. Por favor, díganos cómo se puede explicar que ese objeto haya llegado hasta ahí.
Tras quince minutos, aún no habían recibido respuesta de Dyson. Solo se escuchaba su respiración acelerada y algún «no puede ser».
–Capitán, necesitamos de su criterio –dijo el jefe.
Bárbara apartó la mirada de la cara consternada de Dyson que ocupaba la pantalla.
–Bien, capitán, inicie maniobra de regreso –dijo el jefe con sequedad.
Luego, desconectó el comunicador con la Luna.
–Dyson no es nuestro hombre.
–Cualquiera habría reaccionado así –dijo Bárbara con la garganta seca.
El jefe se volvió.
–Pues no irá cualquiera.
–Lleva dos años entrenándose para cruzar el sistema.
El jefe dio un manotazo a la mesa.
–Y no ha superado la última prueba.
Se quedó pensativo un momento.
–Pero usted… –Señaló a Bárbara con un dedo enorme–. Al menos, usted fue capaz de colocar allí un sombrero sin dejar huella.

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5 comentarios

  1. ¡Hola Diana!,

    Me ha gustado bastante tu historia, sobretodo el momento sombrero. Creo que es una prueba muy divertida :).

    Lo que no entiendo, sin embargo, es la reacción del astronauta. No la encuentro muy creíble.

    El final,¿sugiere el jefe que sea Bárbara la que cruce el sistema?. No sé si dejas muy claro cual es el objetivo del entrenamiento, ¿a que sistema se refieren?

    Otra cosa que me ha llamado la atención, es la cantidad de veces que los personajes dicen algo con la boca seca, o con sequedad o sin entonación. Creo que aquí podrías utilizar otros recursos, el famoso “mostrar no decir”.

    Tampoco me hagas mucho caso, ni siquera sé por donde empezar al comentar un texto. ¡Es lo más difícil del taller!

    Escrito el 18 abril 2016 a las 09:16
  2. 2. Luis Oliveira dice:

    Hola Diana.. de nuevo. 😀

    Me ha dejado bastante intrigado la historia, quisiera saber qué pasa más adelante.

    Me hubiese gustado también, ya que la historia está contada desde el punto de vista de un narrador, que describieses un poco lo que sucedía en el interior de Dyson: qué preguntas se hacía, cómo reaccionaba su organismo, qué conclusiones sacaba.

    ¡Enhorabuena por tu trabajo!

    Escrito el 18 abril 2016 a las 17:11
  3. 3. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Diana. Por lo que pude dilucidar de la historia, este relato es un resumen de una obra mucho mas extensa. Debido a eso, yo al igual que luis, quisiera saber mas de lo que pasa en un narración con tanta intriga. Se sabe que hay una misión, pero también hay silencios en esa misión, que no le dan vida a la historia. Esa falta de comunicación la vuelve un poco tensa y al final nada se resuelve. Me gustaría conocer mas de la historia porque en realidad se lee interesante. Enhorabuena.

    Escrito el 19 abril 2016 a las 23:47
  4. 4. Escorpión dice:

    Cordial saludo Diana.
    Me gustó tu trabajo y sobre todo el final.
    Creo que debes de tratar de ponerle sinónimos a los nombres:
    Bárbara, aparece 12 veces, Dyson: 11.
    La primera línea debes escribirla mejor, para dar un mejor enfoque al lector.
    Aquí me perdí “Bárbara le quitó el micrófono.
    –Déjeme a mí, por favor –susurró.
    –Tenemos que ir al grano. Estos paseitos de entrenamiento cuestan millones… ”
    No comprendo el fenómeno del por qué se le va poniendo blanca la escafandra.
    El final fue lo que más me gustó. Me dejó pensando. ¿Cómo lo hizo?
    Un abrazo.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 23:53
  5. 5. Diana Hunt dice:

    Muchas gracias por los comentarios. Todos me ayudan mucho. Voy tomando notas para una futura revisión.

    Saludos y ¡nos leemos!

    Escrito el 21 abril 2016 a las 12:18

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