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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Proyecto Luna - por José Antonio Caudeli

Nuestro destino: la Luna. Hemos elegido este viaje sin retorno, solución final de nuestras vidas, y lo hemos aceptado con gran orgullo.
Son tiempos en que la humanidad desborda su mundo, excede la capacidad de sus recursos sustentables. Ningún ahorro, ni restricción diaria es ya suficiente para recuperar a la martirizada naturaleza. Su rebelión contra nuestra existencia es continua y día a día empeora.
El Estado nos propone como solución, ser los pioneros de un nuevo mundo en el espacio exterior, a solo un paso de la Tierra. Seremos a nuestra edad (más de ochenta), colonos de una tierra virgen, promesa de una nueva humanidad.
Aún nos sentimos útiles. Aunque las condiciones de vida no serán las mejores, seremos poco a poco los artífices de una colonia lunar habitable pero en mayor escala; y nuestros descendientes nos lo agradecerán.
Plantaremos, abonaremos, expeleremos CO2, mearemos urea; nuestra simple acto de vivir servirá para completar el ecosistema artificial creado, llegando de esta forma a ser algún día auto-suficientes.
¿Afines a los intereses creados por la mega-corporaciones?
¿Que me importa?
¿Hace cuanto tiempo no me decían que YO era necesario, irreemplazable?
Y esto no es todo. Al ser la gravedad de la Luna menor a la de la Tierra, nuestros movimientos serán tan gráciles como cuando eramos jóvenes. Casi no sentiremos la presencia de nuestros jodidos huesos.
Para nosotros esta será la tierra prometida, esperanza de una segunda juventud.
La nave transportadora, Prometeo, es el cohete más gigantesco que jamás haya visto. Resplandeciente, solitaria en medio del desierto, apunta orgullosa su ojiva hacia el cielo ansiando traspasarlo.
Desde mi ventanita veo cientos de compatriotas ingresando a la estación de lanzamiento, pero supongo que son miles los que entran por otras pasarelas y rampas. Todos imbuidos del mismo anhelo.
Vinimos a llenar este inmenso panal buscando la miel de la vida. Con una sonrisa en la cara nos despedimos de nuestros seres queridos. Beso va, beso viene. No es la muerte de nadie. Nuestros hijos, nietos, podrán visitarnos cuando ellos lo deseen, tal vez más veces de lo que están habituados.
Ahora contamos los segundos. Mi mujer, Celia, está callada, pensativa. Aprieto su mano, la acaricio y nos miramos. Nos entendemos bien sin ninguna palabra. Los motores rugen, otra historia comienza entre chispas y temblores.
Me pongo un sombrero de copa que traje a manera de casco astronauta. Una ocurrencia mía que no ocasiona ni una mísera sonrisa. Que no decaiga el ánimo. Todo va a las mil maravillas, alejándonos a gran velocidad de esa hermosa gota de agua que flota a nuestras espaldas.
Prefiero ya no mirar atrás.
Vienen las mozas espaciales, muy elegantes a servirnos todo tipo de manjares. Comida natural que hace tanto tiempo no degustaba. La manada devora enloquecida y hasta se oye el atragantamiento de alguna glotis. Hay clima de festejo y chin-chin de copas alegres que ríen jocosas suavizando la situación.
Mientras pienso si tengo lugar en el estómago para el postre, ya casi estamos llegando. Esto ha sido tan fugaz, tan normal como un viaje en avión. Ya diviso la cara poceada de la Luna, es mas gris de lo que pensaba. Sin embargo tornamos a su lado oscuro. Cerca del polo sur es donde esta ubicada nuestra base.
¿Por qué habrán elegido ese sitio?
¿Para que no vivamos mirando hacia nuestra casa?
La oscuridad de afuera es total.
Una rubia azafata se acerca a mi oído. El capitán de la nave me invita a ser el primero en pisar suelo lunar. Todo por lo original de mi sombrero. La voluntad mía de querer ser el ´´distinto´´, ha tenido su fruto.
Que suavidad, que destreza tecnológica para estacionar con tanta precisión esta tremenda mole en terreno hostil. Los nuevos inmigrantes terráqueos han arribado.
No les niego que estoy algo nervioso. Que a pesar de que solo es un momento de separación le he dado un beso en la frente a mi Celia y voy adelante de la mano de un oficial.
Se abren las compuertas presurizadas, escapa una nube de vapor.
Una arrugada mano grisácea se extiende del otro lado, dándome la bienvenida.
Apenas me roza…un shock eléctrico me inmoviliza…y me lleva por una larga cinta tele-transportadora…hacia un lugar más blanco que la luz misma…insoportablemente brillante.
Esto…solo da ganas de dormir.

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7 comentarios

  1. 1. Majencio dice:

    Interesante historia, me recuerda un poco a Soylent Green. La estructura del relato, con muchos pequeños párrafos me parece un poco rara, pero, pese a ello, encuentro que la narración tiene ritmo.

    El uso de la primera persona y la forma en que el protagonista se expresa, resulta muy entrañable y eso hace que el final funcione bien. Consigues en poco espacio que el lector se haga “amigo” del narrador y entiendo que eso no es fácil.

    La expresión “mozas espaciales” me ha chocado un poco, pero en este caso entiendo que puede ser para caracterizar al “abuelete” protagonista.

    Gracias por el relato.

    Escrito el 17 abril 2016 a las 18:22
  2. 2. beba dice:

    Hola, José Antonio:
    Muy bien narrado. Gramaticalmente, correcto.
    Me gusta el idealismo fatalista conque el protagonista emprende la aventura. La mención de lo cotidiano, de las carencias que afligen a los viejos, la falta de proyectos, que ensombrece la vida… La actitud cauta de Celia es la certeza de haber sido “jodida” otra vez, con alguna treta para mantener contentos a los viejos y desmantelarlos.
    El desenlace es previsible, aunque sorprende la descarga eléctrica; el camino hacia una luz tan blanca,me sugiere las visiones de la agonía.
    Muy buena tu historia.
    La mía, 164.

    Escrito el 17 abril 2016 a las 22:34
  3. 3. Anna dice:

    Me ha gustado mucho el personaje, y a pesar de que quizá heche en falta algo de diálogo, la forma de narrar también me agrada. Además, creo que introduces muy bien el ambiente en el que se desarrolla la historia.

    Escrito el 19 abril 2016 a las 14:27
  4. 4. Cryssta dice:

    Hola José Antonio, tengo que decirte que tu relato es uno de los que más me han gustado de cuantos he leído (y ya he leído muchos.

    Creo que solo tienes que cambiar unos detallitos para que quede perfecto:

    – una coma tras “restricción diaria”
    – “Naturaleza” con mayúscula
    – “las mega-corporaciones”
    – “¿Qué me importa?” con tilde porque es pregunta
    – “¿Hace cuánto tiempo…” con tilde porque es pregunta
    – “éramos jóvenes”
    – “es más gris”
    – “Sin embargo, tornamos a su lado oscuro”
    – “está ubicada nuestra base”
    – sobra la coma tras “el distinto”
    – “Qué suavidad, qué destreza” con tilde porque es admiración

    Espero leerte en más ocasiones porque escribes muy bien, una pena que tengas pocas visitas. Si visitas a otros compañeros seguro que pasan luego por aquí.

    Escrito el 22 abril 2016 a las 12:41
  5. 5. José Antonio Caudeli dice:

    Gracias por los comentarios a todos los colegas. Prometo estar más activo con mis visitas a los otros relatos. Tengo perfectamente en claro que esto es un dar y recibir de paciente labor correctora con la que todos podemos mejorar, aunque muchas veces dudo de estar suficientemente capacitado para la tarea.

    Escrito el 23 abril 2016 a las 00:12
  6. 6. Wiccan dice:

    Buenas Jose Antonio,

    Me ha gustado el relato, el tono que tiene y lo emotivo de la forma de contar la historia, esa primera persona hace que el relato de las inquietudes del protagonista y su explicación de las razones a realizar ese viaje haga que nos impliquemos más con él como lectores, que empaticemos mucho más.
    Formalmente el texto creo que está perfecto, lo único que noté fue un error de concordancia en “nuestra simple acto” que está claro que es un problema de revisión, pero en general no me pareció que existiese nada a tener en cuenta.
    En cuanto al contenido, creo que consigues comprimir en un relato muy corto las inquietudes, sensaciones y emociones del protagonista, tanto en relación a su decisión de partir como en cuanto a sus sentimientos como anciano en la Tierra o en el propio viaje. La frase que me ha gustado más por lo que representa es en la que el protagonista se pregunta cuando había sido la última vez que le habían dicho que era necesario, creo que es una frase que condensa todos los sentimientos que el protagonista va teniendo en uno solo, y que hace consciente al lector del tema de fondo que quieres tratar en la historia que es el sentimiento de abandono de nuestros mayores. Si que es cierto que tal como cuentas la historia el final se siente un poco previsible, pero a mi entender es un problema menor.
    En definitiva, enhorabuena por un relato muy bien escrito, con mucha carga sentimental y con un importante mensaje en su interior. Seguimos leyéndonos.
    Un saludo!!!

    Escrito el 23 abril 2016 a las 01:32
  7. 7. Cryssta dice:

    José Antonio, claro que estás capacitado para comentar los relatos, todos lo estamos. Lo bueno de aquí es que cada uno aportamos algo distinto. Unos se encargan de hacer los halagos, otros de mirar la estructura del relato, otros la parte formal, otros aclaran lo que significan palabras que los demás desconocen…. Así se puede ver lo que se ha hecho bien y lo que se puede mejorar.

    Escrito el 24 abril 2016 a las 17:13

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