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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Prometo regresar otro día - por Alma Rural

Web: https://almaruralblog.wordpress.com/

La reputación de Albert había sufrido un descalabro importante en los últimos tiempos. Llevaba años sin publicar ningún artículo de interés científico ni ningún descubrimiento importante en ninguna revista de renombre. Sus colegas ya no lo miraban con la misma admiración y respeto de antaño.

Toda su buena fama profesional se trocó en indiferencia el día que decidió comenzar con los experimentos para encontrar la forma de ir a la luna sin que tuviera que ser en una nave espacial y dentro de un traje de astronauta. Buscaba la manera de crear una máquina capaz de teletransportar a la gente al satélite gris de la Tierra. Llevaba con la idea en la cabeza desde que de pequeño viera una serie en la televisión en la que unos hombres del futuro iban de un lugar a otro de la galaxia teletransportándose.

Un día en que estaba trabajando en el laboratorio que había montado en un antiguo taller de coches apareció ante su puerta un mendigo pidiendo algo para comer. El mendigo iba vestido con unas ropas muy raídas y sucias, pero a Albert le llamó la atención que también llevaba sobre su cabeza un impoluto sombrero de copa negro. Su curiosidad científica pudo más que sus reservas ante la falta de higiene de aquel hombre y se decidió a invitarlo a comer con él.

Durante la comida Albert quedó muy gratamente sorprendido por los exquisitos modales del mendigo. Su conversación también le indicaba un nivel cultural muy superior a la media. Así que en un momento dado se atrevió a contarle sus experimentos para ir a la luna con el fin de que él le diera su opinión al respecto.

Al mendigo le dio mucha pena el científico que tenía ante él en cuanto éste acabó con su relato. Era una persona que podía tener todo cuanto quisiera y sin embargo no tenía nada porque no podía realizar su más anhelado sueño.

—Yo tengo la solución a su experimento —dijo el mendigo.
—Sí —exclamó Albert divertido —. ¿Y cuál es?
—Dame la mano y piense en su deseo de viajar a la luna con todas sus fuerzas.

Albert obedeció al mendigo y soñó que estaba paseando por la luna. Entonces con la otra mano el mendigo dio tres golpecitos sobre su sombrero de copa.

—Ahora cierre los ojos, por favor —le dijo el mendigo a Albert quien volvió a obedecer.

Al cabo de unos segundos el mendigo le pidió de nuevo a Albert que abriera los ojos. No se podía creer lo que le estaba pasando. Estaba de pie sobre el suelo lunar de la mano del mendigo.

—¿Cómo lo ha hecho? —preguntó asombrado Albert.
—Yo no he hecho nada. Ha sido el sombrero de copa. Me lleva siempre a donde deseo ir.
—Pero, ¿y la ausencia de gravedad y la falta de oxígeno? —volvió a preguntar Albert —. No llevamos trajes de astronautas y no nos pasa nada.
—¡Ah!, no sé nada de eso. El sombrero se ocupa de todos los detalles de la intendencia. Yo solo me ocupo de disfrutar del viaje.

Albert no salía de su asombro. Tantos años de estudio, tantos experimentos probados científicamente, para que ahora viniera un mendigo con un extraño sombrero de copa y lograra teletransportarlo a la luna sin ningún esfuerzo.

—El único problema que tienen estos viajes sorpresa es que sólo duran un par de horas —dijo el mendigo —. Después hay que cerrar los ojos y el sombrero te devuelve al lugar del que partiste.

Albert decidió entonces no perder el tiempo planteándose más todos sus racionamientos lógicos y pensó que lo mejor sería disfrutar del viaje tal y como hacía el mendigo. Entonces se olvidó de todos sus experimentos por un día y dio feliz su primer paseo lunar.

Dos horas después Albert y el mendigo ya estaban de nuevo en el laboratorio, sentados a la mesa en la que antes estaban comiendo.

—Bueno, ha llegado el momento de despedirnos.
—No sabré nunca como darle las gracias por ese sueño hecho realidad —dijo Albert.
—No ha sido nada —dijo el mendigo mientras estrechaba la mano de Albert en la puerta del laboratorio —. Pero no se olvide nunca de mí. Si así lo hace prometo regresar otro día para llevarlo de nuevo de paseo a la luna.

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14 comentarios

  1. 1. Manoli VF dice:

    ¡Hola, Alma!

    Entretenido relato, parece un cuento infantil de eses que se cuentan a los peques antes de dormirse. ¡Muy apropiado! Me ha hecho sonreír cuando leí eso de que de pequeño había visto una serie dónde se teletransportaba a la gente…igual que la gran mayoría de mi generación con “La guerra de las galaxias” jaja…

    En general lo veo logrado, tanto el tema como la redacción, si hay fallos no creo que sean grandes, por lo menos no me han llamado la atención.

    Te invito a leer el mío (160)

    Un abrazo 😉

    Escrito el 17 abril 2016 a las 17:57
  2. excelente1 y muy entretenida historia, un tema visto pero narrado de una forma muy creativa, sigue escribiendo!
    el mio es el 138 , nos leemos!

    Escrito el 18 abril 2016 a las 03:56
  3. 3. Otilia dice:

    Hola Alma Rural,
    Siguiendo la regla del taller de comentar los tres siguientes al nuestro he leído tu relato.
    Tu historia me ha gustado, la narración hace que se lea fácilmente, por lo tanto reto cumplido. Felicidades.
    En mi opinión, quizás repites mucho algunas palabras: Albert, mendigo, experimento.
    Nos seguimos leyendo. Saludos

    Escrito el 18 abril 2016 a las 11:00
  4. 4. Beatriz dice:

    Reputación, fama, ciencia…alcanzarlo de la mano de un mendigo, es una oda a la humildad
    Namasté

    Escrito el 18 abril 2016 a las 11:43
  5. 5. CARMELILLA dice:

    Hola Alma:
    relato sencillo, efectivamente parece un cuento cuyo público para escucharlo es infantil. La trama avanza adecuadamente y quizá a mí me hubiera gustado que Albert expresara de una manera más emocional y contundente el “milagro” que ha hecho que cumpla su sueño.
    Alguna coma ha faltado.
    Me gusta la trama, cumplir sueño aunque sea a través de los relatos es estupendo.
    ¡Buen trabajo Alma!
    Seguimos participando.
    Saluditos.

    Escrito el 18 abril 2016 a las 19:39
  6. 6. Alma Rural dice:

    Gracias a todos, compañeros, por vuestros comentarios.

    Veo que en general os ha gustado mi relato, cosa que me alegra, para que lo voy a negar.

    Y también me habéis reportado algunos fallos: que me falta alguna coma, que repito algunas palabras. Gracias por decírmelo. Queda apuntado para corregir el texto y aprendida la lección para el próximo texto.

    Un saludo para todos.

    Escrito el 19 abril 2016 a las 19:55
  7. 7. beba dice:

    Hola, Alma:
    Muy bella la historia; sencilla, ordenada y original; la magia de los cuentos es todopoderosa.
    El detalle del mendigo estimula la emoción; sin quererlo, vemos el viaje a la luna como un premio a la humildad de Albert.
    Buen manejo gramatical.
    Adelante.
    Mi cuento es el 164.

    Escrito el 20 abril 2016 a las 21:22
  8. 8. Victor Hugo Montenegro dice:

    ¡Hola Alma!

    Estaba merodeando por algunos relatos y luego de cerrar varios porque desde el primer párrafo no lograron engancharme, me encuentro con tu historia y la verdad me ha cautivado. La leí de un solo tiro hasta el final. Es una linda historia para contar a un niño, preferiblemente en la noche antes de dormir. Así lo creo yo. Esta muy bien escrita y el lenguaje es claro lo que indica el reflejo de tener las ideas sólidas para saber hacia dónde se dirige la historia y de lo que se quiere transmitir al lector.
    Ahora paso con mis observaciones:

    -En esta línea: “…forma de ir a la luna sin que tuviera que ser en una nave espacial y dentro de un traje de astronauta.” Ya entendí como lector que te refieres a nuestro satélite, vamos bien. Ahora en la siguiente línea: “una máquina capaz de teletransportar a la gente al satélite gris de la Tierra”. Para mí ya no tiene sentido que me digas: “gris de la Tierra”. Porque mi imaginación ya recreó la luna, en su forma: redonda, gris, con cráteres y que está cerca a nuestro planeta. Entonces, no había necesidad de esto, para mí: “gris de la Tierra” sobra, y esto es “economía del lenguaje”.

    -Esta línea la veo muy cargada, revísala: “Llevaba con la idea en la cabeza desde que de pequeño viera una serie en…” Tal vez, y si me lo permites, solo como un ejemplo y ejercicio. Algo como: “Tenia la idea desde pequeño al ver una serie en…” Entonces, aquí el ejercicio no se trata de comparar tu línea con la mía, es solo para que veas que la frase estuvo cargada con ciertas palabras que no la dejaron fluir como debiera: “que de”, “cabeza”… Otra cosa: ves que no tuve la necesidad de poner cabeza y aun así se entiende que tenía una idea, como en la línea pasada te lo dije, deja que el lector haga el trabajo por ti, deja que él se encargue de inferir automáticamente que las “ideas” pasan en la “cabeza”.

    -“…El mendigo iba vestido con unas ropas muy raídas y sucias” Igual, ya tenemos el concepto común de que un mendigo no se viste precisamente de traje y corbata.

    -En la parte del sombrero: Perfecto. No he visto en otro relato donde se le haya dado la importancia y la forma en que entra el reto del sombrero de copa en la historia. Porque se le está dando el protagonismo como elemento fundamental para el desarrollo de la trama principal.

    -Me gusta cuando veo el conflicto, porque es un elemento que sumerge al lector: “…El único problema que tienen estos viajes sorpresa es que sólo duran un par de horas…” Solo que me hubiera gustado verlo más desarrollado, pero también entiendo que ha esa instancia quedaban pocas palabras para cerrar la historia, y es que esto de escribir también es muy similar al llevar a cabo un proyecto arquitectónico, se deben tener los planos de lo que va hacer cada párrafo, cuál es su función, cada pieza como en la construcción cuenta y tiene un propósito.

    Por lo demás qué te puedo decir, el relato me ha cautivado, tanto, como para ponerme a escribir estas líneas.

    ¡Enhorabuena, excelente relato!

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 21 abril 2016 a las 00:23
  9. 9. Jisaen dice:

    Me gusto la historia, lograste hacer del sombrero no solo un elemento importante, sino el protagonista principal.

    Bien narrado aunque me hubiera gustado que te explayaras mas en la experiencia innolvidable de Albert en su paseo lunar. La extensión permitida en el taller a veces nos limita.

    Felicitaciones

    Escrito el 21 abril 2016 a las 02:41
  10. 10. Pepe ILLARGUIA dice:

    Alma, me alegro que te hayas decidido por la aventura del cuento. Este es un arte muy difícil de dominar. La historia que nos traes es una variante de la pobre viejecita que cuando el niño protagonista comparte su último mendrugo, ella se transforma en una hada y le regala tres deseos o un objeto mágico, con el cual podrá compensar sus carencias, afectivas, alimenticias o de realización. Aquí haces una mezcla un poco extraña, Albert (¿Einstein?) es un nuevo Jack, el de las habichuelas mágicas, y su reino también está en las alturas, aunque no tendrá que luchar contra ningún ogro gigante. Y colorín colorado esta historia no se ha acabado. Un abrazo galáctico.

    Escrito el 21 abril 2016 a las 20:45
  11. 11. Tavi Oyarce dice:

    Hola Alma Rural

    No sé si escribiste esta historia dedicada al mundo infantil,si es así, la encuentro muy comprensible y fácil de asimilar, de seguro los niños quedarán encantados con el cuento.

    Te hago los siguientes alcances:

    “—Dame la mano y piense en su deseo”:
    aquí hay una incongruencia, primero tratas al interlocutor de tú (Dame) y después de usted (piensa).

    “planteándose más todos sus racionamientos lógicos…”
    Dale una vuelta a esta oración, está algo confusa, incluso si la eliminas quedaría todo mas claro.

    Si sigues participando en el blog, te leeré nuevamente.

    Muchas gracias por pasar por tu análisis de mi relato
    Saludos

    Escrito el 22 abril 2016 a las 16:06
  12. 12. AleO dice:

    Buen sábado, Alma. Me gustó mucho tu cuento. Entre nos, es el que más me gustó de los que he leído hasta ahora 🙂

    Coincido con algunas personas que te han comentado más arriba, en que el relato parece hecho para un público infantil. Es más, creo que haciendo algunas oraciones menos complejas (que serían más para un lector adulto), vas a tener un cuento muy lindo para hijos, sobrinos o lo que tengas 🙂

    Aplaudo tu introducción. El primer párrafo pinta al científico perfectamente e introduce el conflicto de la historia. En un cuento corto no hay que desaprovechar espacio con palabras que no dicen nada, y creéme que no has hecho esto. El primer párrafo es atrapante y genial.

    Personalmente, sacaría el párrafo que dice “Al mendigo le dio mucha pena el científico que tenía ante él en cuanto éste acabó con su relato. Era una persona que podía tener todo cuanto quisiera y sin embargo no tenía nada porque no podía realizar su más anhelado sueño”. ¿Por qué? Dejaría al narrador contando solo lo que siente Albert, y no me movería hacia el mendigo. De esta forma, el personaje del sombrero seguiría siendo misterioso y lejano, para el protagonista y los lectores.

    Me gustaron mucho los diálogos. El mendigo habla como si estuviera “en la Luna”, desapegado de las cuestiones terrenales. Pintaste muy bien al excéntrico personaje 🙂

    El título es muy lindo, atrae a leer.

    En cuanto al contenido, creo que le daría una vuelta de tuerca a la aparición del mendigo. ¿Por qué llegó ahí? ¿Quién lo mandó, cómo supo de Albert? ¿Qué significa, qué mensaje envía, el hecho de que sea un mendigo de ropas raídas? Es un final un poco trillado, pero se me ocurre que el mendigo podría ser el mismo Albert que vuelve del futuro a ayudarse a sí mismo. Eso, por ejemplo, sería un buen giro en la historia y un golpe final. Obvio que es solo una sugerencia, vos sos la única dueña de este relato 🙂

    Disfruté mucho leyéndote. Tomá esto que te dije solo como sugerencias, no soy una profesional en el tema. Y no dejes de escribir 🙂

    Saludos.

    P/D: cuando empecé a leer el relato, me recordó mucho a “La expedición”, de Stephen King. Te invito a leerlo, es genial 🙂

    Escrito el 23 abril 2016 a las 23:12
  13. 13. María ESther dice:

    Está bueno tu relato Alma.Me gustó ese acuerdo entre mendigo y científico.Utópico si se quiere,pero
    es ingenuo y muy apropiado para un cuento infantil.
    Sabes que mi relato casualmente se trata de un sueño de dos niños que viajan a la Luna solo tomados de la mano y con unas máscaras que les dan poderes.
    Creo que la magia en los cuentos nos sigue gustando siempre sin limite de edad-
    Saludos y nos leeños.
    Maritel 155

    Escrito el 26 abril 2016 a las 03:15
  14. 14. @lidiacastro79 dice:

    Hola Alma,

    Muy bueno tu relato y tu blog también me ha gustado.
    Nos leemos!!

    Un saludo 🙂
    PS: Mi relato es el 139

    Escrito el 26 abril 2016 a las 08:38

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