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La falta de lógica en la Luna - por Aaron Alessandro C.D.
El autor/a de este texto es menor de edad
Había una vez… Comienzo así porque esto en mi mente es como un cuento. Y ya sabes, un cuento suele comenzar así, ¿no? Advertencia: No me drogaba y no estaba loco cuando eso sucedió. Solo estaba muy confundido.
En mi cumpleaños número diecisiete mis familiares me preguntaron: ¿Qué estudiarás al terminar el colegio? Y sinceramente, yo solo quería gritarles: ¡No lo sé, y apuesto que tú tampoco no lo sabías a tu edad! Pero eso es una gran mentira ya que antes de mí, todos eran abogados. Desde mi tatarabuelo, el autrolepithecus, hasta mi hermano mayor.
Pero ese día me armé de valor y les confesé: Quiero ser músico. Y eso estalló en mi cara. Todos comenzaron a gritar, pero se calmaron al rato ya que se dieron cuenta que me estaban haciendo sentir muy mal. Luego trataban de arreglar su mala actitud diciendo: “No tendrás mucho dinero, pero al menos serás feliz, ¿no?”. Y después de discutir con mi mamá acerca de mi elección, aparecí en la Luna.
¿Qué, no me crees? ¿No? Bueno, si no lo haces entonces no me creerás cuando te diga que ahí conocí a una hechicera. Es decir, no una real. Bien, déjame seguir.
Al inicio mi confusión era más grande que la Tierra. Y al darme cuenta que podía respirar sin un traje de astronauta o que podía caminar sin flotar, mi sorpresa fue mayor. Deambulé por horas sin un destino aparente con grandes deseos de poder volver a Tierra como El Principito. Me sentía desesperado hasta que encontré un sombrero de copa en medio de la nada. Yo siempre había asociado ese sombrero con los magos. Y no entendía qué hacía en este satélite y porque, así como yo, tampoco flotaba.
Entonces, como arte de magia, una chica apareció corriendo.
—¡Vaya! ¡Al fin tengo alguien más por aquí! —gritó ella mientras recogía el sombrero y se lo ponía con elegancia- Mi nombre es Éla. Pero puedes decirme… ¿É?
—Hola. Es un placer, espero— digo con nerviosismo—¿Qué hacemos aquí?
—Somos jóvenes con sueños frustrados. Aquí nos mandan para darnos a entender que somos dueños de nuestras vidas y bla bla bla, se supone que deberías captarlo por tu cuenta. Pero quiero mostrarte las maravillas de este lugar antes que me vuelva a ir.
—¿Puedes volver?
—¿A ese lugar? —señaló la Tierra y asintió con una expresión facial tan relajada que le creí.
Corrimos por toda la Luna e incluso encontramos la bandera de los Estados Unidos. Me sentí uno de los protagonistas de “Gravedad”. Sólo que, en vez de toda la tragedia, aparecíamos en la Luna y disfrutábamos de ello como niños.
—Yo vivo en Argentina. Y un día estaba pensando que quería estudiar después del colegio, me di cuenta que no quería estudiar nada. Es decir, quiero ser una maga. Esas personas que hacen show de trucos de magia. ¡Eso! Se me da muy bien. ¿Cuál es tu meta y quién te retiene?
La pregunta me vino de sorpresa.
-Todos en mi familia son abogados y…
-Uy. Muchos de esos casos aparecen aquí.
-… y quiero ser músico.
—Mira, ser humano, tú puedes hacer lo que quieras. Te preguntarás, ¿Por qué apareceremos en la Luna? Eso lleva a otra pregunta: ¿Alguna vez viste la Luna y anhelaste viajar aquí? ¿La Luna brilla? ¿La luna está lejos de nuestro alcance? Sí, sí, sí. La luna está lejos de nuestro alcance, pero aun así estamos aquí, ¡Lo hemos logrado! No es nuestra meta, pero es un comienzo. Y aparte, debes entender que al querer ser músico no estás haciendo nada malo. Es decir, si aparecieras en el lado oscuro de la Luna, ahí si deberías preocuparte. ¿Me comprendes?
Me costó entender la lógica de todo esto. A veces, cuando sentía que todo comenzaba a perder sentido, volvía a la Luna. Ella estaba mucho tiempo ahí, pero después de unos años comprendí que ella no estaba en la Luna porque se sentía desesperanzada sino porque sus sueños ya se habían cumplido y quería que los sueños de los demás se cumplan también.
Así que, nieto, no busques la lógica en esto. Porque sinceramente, ni yo mismo entiendo.
Hola Aaron. Soy tu compañera de más arriba ( y no de la Luna exactamente 🙂 ), y vos SOS de mis tres comentarios obligatorios. Es la primera vez que te leo, así que sólo dispongo de este texto para descifrarte.
Vamos con lo técnico:
“Había una vez…Comienzo así porque esto en mi mente es como un cuento. Y ya sabes, un cuento suele comenzar así, ¿no? Advertencia: No me drogaba y no estaba loco cuando eso sucedió. Solo estaba muy confundido.” primero marcarte que empezaste con el había una vez, y luego lo dejaste colgado, la siguiente explicación no retoma la lógica de ese “cuento”. Después del sabes hubiese seguido así: ” suelen comenzar así” y me ahorro repetir cuento. Entre «sucedió» y «solo» hubiese usado una coma y no un punto, porque la idea es la misma.
Más o menos usas unas dieciocho veces la palabra “y”, cuando en muchos casos podrías haberla sustituido, incluso empezase oraciones innecesariamente con ella, podes evitarla.
Hay un problema con los diálogos, en partes, cuando evocas lo que le dijeron, usas comillas ( y no son las latinas),en otras no, pero seguís usando la misma forma de contarlo, no es que mezclas forma directa e indirecta.
Te dejo un lino de literautas que explica bien cómo debes hacerlo, además agrego que con los guiones largos de los diálogos directos también genes problemas. Usas los cortos y los largos, solo tenés que usar los largos.
“entendía qué hacía en este satélite y porque, así como yo, tampoco flotaba.”. Acá tu “porqué” lleva tilde.
Yo hubiese puesto «El Principito», entre comillas latinas, lo mismo con «Gravedad».
“Y un día estaba pensando que quería estudiar después del colegio, me di cuenta que no quería estudiar nada”. Aquí a “qué” le falta tilde.
Repetís demasiado “Luna”, y no te pones de acuerdo sin con mayúscula o con minúscula, cuando la usas de la misma forma. Es un lío eso de la mayúscula en el caso de esta palabra que puede funcionar como sustantivo común o propio dependiendo del uso, podes leer lo que dice la RAE, que es bastante complicado de entender ( por lo menos para mi lo fue) pero capaz te saca de dudas.
El final me parece colgado, porque no pareciera que le está hablando a otro que no sea el lector, y de repente te salta un «nieto», que a mi me confundió.
En cuanto a contenido: Me gusta la idea de ir a la Luna por tener sueños frustrados y que exista un consejero que te “muestre” el camino. No incursionaste en la ciencia ficción, que tal vez era lo más común para el tema, y eso me gusta.
En cuanto a lo personal, a mí me falto un poco para engancharme realmente, es como que al principio se extiende hablando de lo que pasaba con su familia, y lo que pasa en la Luna lo hace muy rápido en comparación. Hubiese buscado dar pantallazos de lo que su familia quería estando ya en la Luna.
Tu estilo es simple y directo, y eso esta bueno, pero tal vez le falte un poco más de enganche.
Hay potencial, seguí trabajando en ello.
con algunas fallitas técnicas, pero todo es solucionable, me gusto. Estudiar y cada dia ser mejor es la consigna. Nadie dijo que escribir fuera fácil. Pero tu tienes potencial y tienes que seguir. El mio es el 138 ojala me leas, estamos todos juntos en este viaje maravilloso de la creación. Quiero leer más cosas de ti. cuando tengas algo mandamelo por favor Troconis1@hotmail.com me parece que tienes talento y mucho.
Hola Aarón.
Me encantó la idea del cambio de rumbo con la orientación de la familia y la forma en que lo trataste al igual que la forma natural en que introdujiste el sombrero de copa.
Ahora, cuidado con los tiempos verbales, en una parte usas el pasado y luego el presente:”¡Al fin tengo alguien más por aquí! —gritó ella “…”Es un placer, espero— digo con nerviosismo”
Presta atención al inicio y al final, en el inicio no das ningún indicio de que relatas a tu nieto, pero le transmites un hermoso mensaje de seguir los sueños.
Sigue escribiendo. Nos seguimos leyendo!
Aaron
Me pareció fantástico. Sencillo y agradable. De las faltas técnicas, nada que un poco de atención y experiencia no arregle.
Muy bien hecho.
Hola Aaron, El párrafo inicial yo lo tomo como una introducción amable y quizás un poco irónica, algo así como un primer contacto con el lector recurriendo a algo que todos tenemos en común: los cuentos de la infancia.Por eso no creo que esté descolgado y me resultó agradable, como forma de intimar.Donde creo que te equivocaste es en “a tu edad” quizás te refirieses a “esa edad” y no es “autrolepithecus” sino australopithecus Es archiabuelo mío también ¿seremos parientes?.Bueno, el relato me parece encantador, le has puesto ironía y sentimiento lo que lo hace muy entretenido, desde el punto de vista del contenido está muy bien formulado y respecto a la escritura has elegido el relato en segunda persona que es la forma más difícil, creo yo, y lo has resuelto con desenvoltura ¡te felicito! Espero que sigamos leyéndonos¡Hasta la próxima!
Hola, Aarón:
Cuando vuelvo en el colectivo coincido con los grupos de los chicos que acaban de salir del colegio: Su charla, a gritos por supuesto, se mueve a diez kilómetros de la RAE; a su impulso vital van y vienen los tiempos verbales y las acepciones particulares de las palabras. Tu personaje narra como uno cualquiera de estos otros chicos. De todos modos, aprende a ser cuidadoso con estos detalles; no siempre se es “menor de edad”
Me encantó cómo encaras el problema de la vocación al final del secundario; también es muy realista; los padres dicen: “No sabe lo que quiere; está en la Luna”. Y allá te fuiste.¡Suerte! ¡Sé feliz!, como dice la mamá.
Todo tu relato fluye, espontáneo y auténtico. Eso es muy bueno, para un 9. Para el 10, hazle caso a Caritobel, que tiene mucha razón, y es más responsable en el comentario.
Cariños. Adelante.
Mi cuento, 164.
Hola Aaron. Soy Luis(13). Gracias por leer mi relato.
Tienes razón. Quise poner demasiados conceptos en tan poco espacio y eso obliga a releerlo. Lo tendré en cuenta para próximos relatos.
En tu relato, me ha gustado que sacaras el tema de la falta de compresión cuando uno en su juventud desea iniciar un camino y los que deberían apoyarle no lo hacen.
Nos seguimos leyendo. Saludos.