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El visitante - por Thelma López Lara

El visitante

—¿Hija, dónde estabas?, te esperamos para cenar.

—Perdona padre, estaba visitando algunos lugares que me traen muchos recuerdos. Para esta fecha, el astronauta Neil visitó nuestro astro.

—¿Recuerdas?

—Claro, esperemos que algún día regrese a la Luna. Necesito urgentemente hablar con él sobre el peligro que se aproxima a su querida planeta Tierra, —el padre de Iah, se despidió de ella un poco apesarado haciéndole caricias sobre aquel cabello negro como el azabache.

Ella entró a su cuarto para recordar aquellos momentos inolvidables que pasó junto a Neil. Se sentó cerca de la ventana y pensó “Neil, ¿dónde estás?, espero que todas las noches de luna llena me recuerdes. Bueno, ese fue el pacto que hicimos junto al valle. Recuerdo el día en que te conocí, fue un veinte de julio de mil novecientos sesenta y nueve. Yo paseaba con mi unicornio cerca del cráter Copérnico. Escuché unos quejidos; entonces bajé del lomo de mi amigo y vi que te sostenías fuertemente el estómago, estabas vomitando, sudabas, tu bello rostro lo tenías pálido. Decidí bajar para ayudarte.

—Necesito auxiliarte —te dije.

—¿Quién eres? —me preguntaste.

—Eso no importa, ¿eres de otro astro? —te pregunté.

—Soy del planeta Tierra.

—Bueno, por ahora es mejor que no hables y me esperes aquí. Ya regreso.

Fui en busca de medicamentos y al volver te preparé una bebida.

—Toma esto, confía en mí, son minerales extraídos de los cráteres. Te curarás muy pronto.

—Gracias, ¿cómo te llamas?

—Iah, y ¿tú?

—Neil —me contestaste.

—Trata de dormir, mi unicornio y yo te cuidaremos.

Con los minerales que te suministré, quedaste profundamente dormido. Al día siguiente volví, ya estabas despierto. Cuando me acerqué, dijiste:

—Estoy delirando nuevamente —friccionándote los ojos con los dedos.

—No, Neil. Soy Iah, ayer te curé. Veo que estás mucho mejor.

—¿Eres real? —me preguntaste.

—Claro, vengo a ayudarte.

Aún estabas asustado, no podías creer lo que estabas viviendo. Pero, poco a poco comprendiste que todo era muy real. Ese día te conté cómo vivíamos en la Luna, nuestra sobrevivencia dentro del astro celeste. Luego tú me contaste sobre la misión de Apolo XI, tu huida de la tripulación, creíste que podías contagiar a tus compañeros cuando enfermaste. Fuimos a buscarlos, pero ellos ya no se encontraban en el sitio donde los dejaste la última vez. Te traje a esta estación, donde mis padres. Aquí confirmaste una vez más que no era un sueño. Mi padre, te contó cómo había descubierto esta franja en la Luna, que contiene todas las características necesarias para vivir en ella. La venida de nuestra pequeña comarca desde el planeta Solárium hacia este satélite.

Te llevé de paseo en mi unicornio por algunos cráteres. Me comentaste que cada cráter se le ha asignado un nombre. Recuerdo que me mencionaste algunos, como: Alphonsus, Copérnico, Borel, Amici, Boole, Calippus, Erro y Kant. Esos nombres me hicieron reír, son muy graciosos. Paseamos por los valles. Me hablaste sobre cómo viven en la Tierra, las comidas, los seres vivos que habitan en ella, los problemas ambientales que tienen y las clases de enfermedades que padece la población. Sólo cuatro días pasamos juntos, pero aprendí tantas cosas interesantes de tu planeta.

Al quinto día, saliste a dar un paseo para conocer más sobre este satélite. Tus compañeros te encontraron, sólo tenían ese día para regresar a la Tierra. Pero antes de partir, me dejaste una nota y un objeto raro, parecido a un platillo volador, cerca del cráter Copérnico. Sabías que yo saldría a buscarte. En él me explicabas toda la situación del por qué no habías podido despedirte de mí. El mensaje decía: Tengo que regresar, ya no tenemos tiempo para quedarnos más en este astro. Dentro de un año volveré en una nave que se llamará Apolo XIII. Gracias Iah, no te olvidaré. Come esas frutas deshidratas que te dejé en el sombrero de copa. No creas que es un pequeño objeto volador no identificado. Cariño, recuerda nuestro pacto, pasearte con tu unicornio de cráter en cráter en cada luna llena y yo desde la Tierra te estaré mirando”.

En la Luna, Iah espera a su astronauta y en la Tierra Neil está siendo tratado por un grupo de psiquiatras.

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8 comentarios

  1. 1. Ophelie dice:

    Hola Thelma. Tu historia es muy original y el final genial. Te voy a comentar algunas pequeñas cosas que creo que puedes corregir: (friccionándote los ojos con los dedos) Te quedaría mejor… mientras te friccionabas los ojos con… En la primera linea (Te esperamos para cenar) creo que tienes mal puesto el tiempo del verbo, es Te esperábamos o te estábamos esperando. Querida planeta tierra. Se refiere al planeta, por lo que tienes que poner”querido”… Friccionandote los ojos con los dedos (mientras te friccionabas los ojos…¡Cuidado! enfermaste y dejaste. creíste que… Te quedaría mejor … pues creíste.. y para concluir (donde mis padres) creo que es mejor … con mis padres o donde viven mis padres. Te he puesto unos pequeños detalles que creo pueden mejorar tu escrito. Aunque en realidad me ha gustado mucho y tienes una gran imaginación. Si quieres comentar algo, estoy en el número 156. Un saludo

    Escrito el 17 abril 2016 a las 20:19
  2. 2. Beatriz dice:

    Muy original….me gustó que incluyeras a un unicornio 😉
    namasté

    Escrito el 18 abril 2016 a las 17:12
  3. 3. barojo dice:

    ¡Hola Thelma!

    Me ha gustado mucho tu relato, es muy original.
    Voy a señalarte algunas cosas que he visto y que, espero, te ayuden a mejorarlo.
    Después de los signos de interrogación no se ponen signos de puntuación (hay excepciones). En este caso:
    —¿Hija, dónde estabas?, te esperamos para cenar.
    Yo creo que sería más correcto: —Hija, ¿dónde estabas? Te esperamos para cenar.
    Si el “¿Recuerdas?” lo dice Iah, deberías ponerlo a continuación de su intervención y no en una intervención diferente, porque parece que lo dice el padre.
    En realidad, esta primera parte está un poco confusa, no se sabe muy bien quién habla en cada momento.

    Hay una errata en “querida planeta Tierra” en lugar de querido planeta Tierra.

    Abres comillas para indicar los pensamientos de la protagonista, pero no las cierras nunca.

    Si paramos a analizar el narrador de la historia, un narrador testigo (Iah), parece un poco raro que sepa a la perfección los pensamientos y sentimientos de Neil (“Aún estabas asustado, no podías creer lo que estabas viviendo”). Creo que un poco más de unidad en el narrador es importante en un relato.

    Por último, ¿un sombrero de copa te parece igual que un platillo volante”? 😀
    El unicornio tampoco me ha gustado, pero eso es cuestión personal.

    A pesar de todo esto, el relato tiene muchas cosas geniales. Es original y una historia distinta a las demás.

    Mi relato es el 146, por si quieres pasarte.
    Un saludo.

    Escrito el 19 abril 2016 a las 11:04
  4. 4. Laura dice:

    Hola Thelma.
    Relato original donde el sombrero de copa me quedó un poco raro a bordo de esa nave. Yo había tenido una idea parecida con De la Tierra a la Luna, pero no pude desarrollarla satisfactoriamente, por lo que a pocos días del plazo pude desarrollar otra idea. Si deseas, puedes pasarte por el 9, donde estoy.
    Ten en cuenta la realización de alguna lectura exhaustiva antes de enviarlo porque hay algunas letras erróneas tal vez debido a la preocupación por desarrollar la idea,de las que no te percataste, pero fácilmente mejorable.
    Me encantó el final.
    Sigue escribiendo, dando rienda suelta a lo que te guste y satisfaga.

    Escrito el 24 abril 2016 a las 12:23
  5. 5. Thelma López Lara dice:

    Gracias Ophelie, por leer mi relato y por las palabras de motivación. Tomaré muy en cuenta tus recomendaciones.

    Hola Beatriz, qué bueno que te haya gustado lo del unicornio. Saludes.

    Hola Barojo, sin duda tomaré muy en cuenta tus recomendaciones. Con respecto al no cierre comillas, te cuento que si las escribí. Inicio: “Neil, ¿dónde estás?
    Final: desde la Tierra te estaré mirando”.

    Laura: Gracias por leer mi relato y por tus palabras de aliento. Tus recomendaciones las tomaré en cuenta.

    Escrito el 25 abril 2016 a las 17:45
  6. Saludos Thelma: Gracias por tu amable comentario.

    Leí tu texto. Para mi sorpresa en tu historia, la protagonista principal es oriunda de la luna. Y anuncias que, a lo menos en un sector, la vida es factible para los humanoides. Es interesante que se hable de esta posibilidad, con los conocimientos que estamos adquiriendo día a día. A mi me pasó algo semejante con mi relato; pues considere del mismo modo la posibilidad de vida humana en la luna. La coincidencia me resultó muy gratificante.
    La lectura de tu texto resulta rápida, sin baches. Sobresaliendo en ella el recurso de la intertextualidad al mencionar las actividades de la nasa y sus vuelos espaciales, para este caso los realizados a la luna. Muy bien, felicitaciones.

    Escrito el 27 abril 2016 a las 00:35
  7. 7. Feli Eguizabal Fernandez dice:

    Hola Thelma, me ha gustado mucho tu propuesta, llena de imaginación. Como llego un poco tarde a visitarte, he encontrado que ya muchos compañeros te han anotado las diferentes correciones que mejorarían tu trabajo y con las que estoy de acuerdo. No obstante el tema es muy acertado. Te felicito y nos seguimos leyendo. El mio está tres puestos mas arriba del tuyo.

    Escrito el 29 abril 2016 a las 11:18
  8. 8. Thelma López Lara dice:

    Hola, Feli:

    Gracias por tus palabras y qué bueno que te haya gustado mi relato.

    Saludes.

    Escrito el 29 abril 2016 a las 18:11

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