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PROYECTO ADEVA - por DIASPORA
PROYECTO ADEVA
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—Ven, déjame mostrarte algo, — susurró Ambrosio al oído de su prometida— creerás que estoy loco, pero, ¿ves esa luna allá?, un día, no muy lejano será nuestro hogar.
—Te creo, —sonrió ella— ¿es un sueño, o una promesa?
Ambrosio tomó delicadamente la mano de Ester, y la miró con fijeza a los ojos. En el firmamento la luna llena se erguía coqueta detrás de los edificios.
—Ester, no estás atenta a las últimas noticias internacionales, —replicó Ambrosio—buscan una pareja que acepte multiplicar nuestra especie fuera del hábitat terrestre. Lucharé para que tú y yo seamos los elegidos.
Vivían en el siglo XXI, cuando muchas fantasías daban campo a la realidad. Desde el 20 de julio del año 1969, con el primer alunizaje de un ser humano, los investigadores se involucraron en el ambicioso “Proyecto Adeva”. El reto consistía en duplicar las condiciones terrestres en la luna, y facilitar un nuevo principio de la raza humana. Ya para el año 2032, unos 50 científicos y obreros especializados, convertían una parte del suelo lunar en un mini paraíso a 384.400 kilómetros de la tierra.
El nuevo territorio tenía lo indispensable para sobrevivir ahí: una magnetosfera artificial, talleres de manufactura, laboratorios, máquinas productoras de energía atómica y solar, invernaderos, granjas hidropónicas y plantas para procesar el agua lunar, etcétera.
De cien parejas postulantes en la tierra, cinco habían obtenido el pasaporte para viajar, primero a la Estación Espacial Internacional y tiempo después a la luna, donde se harían los exámenes finales para elegir a los padres de una generación única. Ambrosio y Ester, se perfilaban como la pareja idónea, lo cual los hacía felices, pero sus emociones tocaron la cúspide cuando oficialmente fueron designados para materializar el “Proyecto Adeva”. Uno de los requisitos era, nunca más volver al planeta de origen una vez iniciada la etapa reproductiva. Tenían un mes para ratificar su compromiso.
Igual que en cualquier parte del mundo, de manera súbita, el destino empezó a juguetear. Un día Ester, quedó absorta mirando por un ventanal la gran esfera de la Tierra, flotando en un mar de estrellas. Sintió un cosquilleo en el corazón. A partir de este momento cierto desasosiego empezó a robarle la paz. Enterado de este hecho, el tribunal calificador la transfirió a la Estación Espacial Internacional, para cumplir con la cuarentena, y luego regresarla a la Tierra. Ahora le correspondía hablarle a su prometido
—Ambrosio esta es mi decisión final, —suspiró—déjame que me lleve estas lágrimas para otro lado. Escoge otra compañera, te sugiero que sea Laura, es la más afín a tus sueños. Ah…algo más, si cambias de opinión, te espero en la “Estación Espacial Internacional”.
Tres días después, los jueces estudiaron el caso, y aceptaron la propuesta de que Laura fuera la nueva Eva. Ambrosio procuró hacer todo el ajuste mental necesario para empezar la actual relación. Por muchos días, en sus horas de vigilia, disfrutaba de cada espacio del domo y su corazón respiraba una aparente comodidad. No obstante, a nivel subconsciente su mundo privado lo ponía de rodillas. Concluyó que esperanzar a Laura, era un gesto cargado del más craso egoísmo. No esperó más, y fue hasta el jardín hidropónico que estaba a cargo de ella.
—Laura, ¿tienes un momento?
—Te escucho —contestó con voz alegre.
—Quiero que seas sincera conmigo. ¿Le ves sentido a esto?
—Por supuesto que sí. Será un honor convertirnos en los ancestros de la primera generación de selenitas.
—Laura, yo no me refiero a eso, sino al hecho de pisotear sentimientos ajenos por motivos egoístas.
—Te entiendo, Ambrosio, pero no podemos mezclar la ciencia con la ética.
—Respeto tu criterio. Pero, llevo días engañando a mi corazón, haciéndole creer que para cumplir ciertos sueños, todos los medios son justificables. No quiero terminar estrangulado por mis propios fantasmas.
—¡Ah!, ¿renuncias a todo este hermoso proyecto por sentimentalismo? —gruño Laura— si así es, haces bien en retirarte, no eres el Adán que estamos buscando. Y ahora disculpa que te dé la espalda, ya es mi hora de hacer ejercicios.
A partir de ese momento, Ambrosio llevó la tristeza escrita en su rostro. Fue así como los doctores decidieron degradarlo, al notar que la melancolía lo estaba consumiendo.
Ocho días después, lo invitaron a subir al módulo de descontaminación. Al rato se abrieron las escotillas de abordaje y el comandante del vuelo de regreso a Tierra lo saludó: “Bienvenido al vuelo DX 09 con destino a América, con escala en la Estación Espacial Internacional”.
Hola Diaspora, hermoso relato. Dice un proverbio chino “ojalá tus deseos no se cumplan” y, en este caso es muy cierto. Tener que renunciar a la Tierra, a lo que siempre has sido y tenido es duro, confrontar la ciencia con los sentimientos hace que siempre una de ellas salga mal parada y, es que para dedicarse a la ciencia, aunque no se te pida un sacrificio tan grande como el que aquí le requieren a Ambrosio y Ester, siempre implica dedicación y renuncia. Hay que ser demasiado valientes y arriesgados.
En tu texto, tan solo apuntaría una cosilla, ¿por qué tan solo enviar a una pareja para poblar la luna? En fin, sus vástagos habrían de reproducirse entre sí, dando lugar a muchos casos de endogamia, por no hablar de lo que tardaría así en poblarse el astro lunar. Muchas y muchas generaciones habrían de pasar. ¿No sería mejor enviar varias parejas? Más teniendo en cuenta el problema de superpoblación que tenemos, si lo que sobra en la Tierra es gente para enviar a otros lares. Es tan solo una reflexión que hago tras acabar la lectura.
Por lo demás, he disfrutado del relato y de las reflexiones que nos propones.
Buenos días Diaspora.
Interesante base sobre la que sustentas tu relato. Idea recurrente en la ciencia ficción, que has resuelto con soltura incluyendo ciertas ideas y términos que le dan un toque científico que ayudan a entrar en la historia.
Coincido con Frida en que queda un poco cojo el hecho de intentar que una sola pareja sean los “padres de una generación única”. Así mismo los diálogos se me hacen un poco fríos y distantes (tal vez esa haya sido tu intención…)
Gracias por esta historia corta que bien podría ser el resumen de un largo relato.
¡Hola, Diáspora! El relato es bonito y se ve que has trabajado su historia. Lo que debes revisar, principalmente, es la estructura de los diálogos con párrafos más extensos. Se aglutinan bastante y el montaje es erróneo, en muchas ocasiones. Aún así, me gustó tu relato. Hasta la próxima. ¡Nos leemos! Buenos días.
Hola Diaspora
Me gusta el planteamiento del relato. Has elegido un narrado omnisciente total que lo sabe todo, por lo que no cabe apuntar mucho más. No obstante y con tu permiso, te comento un par de cosas.
1 – Ese tipo de narrador omnisciente da cierta comodidad al autor, dado que las cosas son como él las dice y nada más (al narrador me refiero). Sin embargo una trama así construída enseña algunas costuras que incomodan. Tal puede ser la construcción de los diálogos , en los que en lugar de personajes dialogando aparece el autor simulando voces diferentes como si de un ventrílocuo se tratara. Eso hace que el lector no se entregue porque no recibe emoción directa, si no el relato de lo que el autor cree sobre las emociones.
2 – Formalmente hay alguna construcción de frases que tal vez debías revisar, por ejemplo : ” uno de los requisitos era, nunca más volver al planeta de orige…”.
En resumen, en mi opinión que como sabes es tan despreciable como cualquier otra 😉 , un buen relato que me gustaría haber visto con otro tipo narrador, aunque solo fuese en algún momento.
Un abrazo y gracias por compartir tu trabajo
Hola
Gracias, Frida, koldo, Oda a la cebolla y Don Kendall. Uds. se han tomado el tiempo para leer y comentar mi relato. Les agradezco las observaciones. Estoy aprendiendo bastante en cuanto al arte de escribir. Tomo muy en serio sus comentarios, y espero en el futuro aplicar estos conceptos.
Hola Diaspora, muchas gracias por leer mi relato y comentar.
El tuyo está bastante bien escrito así que tengo pocas cosas que decir como mejorables:
– en la primera línea no has pegado el guión a la palabra
– creo que quedaría mejor un punto tras la primera pregunta
– “no muy lejano” entre comas
– repasa la entrada del blog donde se dice cómo poner los guiones y los puntos y comas que van con ellos
– “No estás atenta…” ya se sabe que Ambrosio habla con Ester por lo que no hace falta nombrarla, así te evitas repetir el nombre
– “Luna” con mayúscula cuando se refiere al satélite
– “Ambrosio, esta es mi decisión final
– “gruñó”
En cuanto a la historia que cuentas te diré que me ha gustado. A mí también me ha chocado que solo vaya una pareja, por aquello de la endogamia. Creo que es algo que debería revisar o dar una explicación que convenza al lector.
Felicidades por tu relato. Nos leemos en el próximo taller.
Un abrazo.
Hola, Cryssta
Gracias por meter el bisturí en mi relato. Así es como aprendemos. En cuanto a la inquietud del por qué solo una pareja daría inicio a la generación selenita, tenía el por qué, aunque no aporté las razones. Creí que el subtexto haría ese trabajo.
En cierta manera había una parodia. El proyecto se llamaba “Adeva” (Adán y Eva). Y en algún pasaje uno de los personajes decía: “No eres el Adán que estamos buscando”. Evidentemente me falló la intuición.
Y en cuanto a la posible endogamia, no lo pensé, atenido al hecho de que la ciencia es amoral.
En cuanto a las otras observaciones, las tomaré en cuenta.
¡Ah!, algo más. En cuanto a los guiones pegados a las palabras, originalmente estaban bien, pero no sé por qué, me falló el copy-paste.
Un fraternal abrazo.
Yo sí entendí lo de Adán y Eva pero justamente por ser algo “científico” creo que debían ser más parejas, la endogamia en este caso no tiene que ver con la moral sino con la Ciencia.
Hola Cryssta
El Proyecto Adeva agradece las propuestas. Al tomar en cuenta estas y otras observaciones de muchos terrícolas, inmediatamente prepara un contingente de machos y hembras, para reforzar el “trabajo” del plan reproductivo inicial.
De verdad, gracias compañera por la ayuda.
Menudo sarao se va a montar en la Luna.
Hola Diaspora.
Bueno, me alejo de las formalidades —además ya te han dado bastantes consejos al respecto—, aunque concuerdo que en algún momento la historia parece distante, lo que evitó que me sintiera conectada con lo que relatabas. Otra cosa que estaría bueno tener en cuenta es separar por párrafos.
Sufro de la misma cuestión que algunos compañeros: primero no entender porque sólo debía ser una pareja, y en ese caso, me pregunto que hacía Laura ahí si Ambrosio y Ester habían sido seleccionados y estaban en la Luna. Eso no lo entendí, ¿la conocieron antes? Segundo, ¿por qué no podían volver a la Tierra? (Por curiosidad)
Me parece interesante la reflexión a la cual nos querés llevar, pero siento que al texto le falta algo más de dinamismo. Me gusta el narrador omnisciente, y creo que si se utiliza bien es una herramienta capaz de transmitir emociones como lo haría una voz en primera persona, yo no creo que utilizar este recurso haya sido el problema en sí, pero es cierto que algo en el relato lo vuelve frío.
Como te dijeron antes, es una opinión, pero espero te sirva para la próxima.
Felicidades por lo logrado.
Saludos.