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Resistirse a triunfar y alcanzar la Luna - por Mariaje
‒Alunizaje completado. ‒Se oye distorsionada la voz del comandante a través del equipo de comunicación.
Estallan los vítores, la euforia inunda el habitáculo. Todos se alegran, todos, menos uno. A León le hace cualquier cosa menos gracia estar allí, él nunca quiso destacar, y era increíble que no lo consiguiera: bajito, calvo, sin el don de la palabra. Resultaba que el destino se había empeñado en que triunfara en contra de su voluntad. La suerte le perseguía, y él no sabía darle esquinazo.
En el instituto, salió con la reina del baile por casualidad, y ella se encaprichó de él, lo debió de tomar como un reto personal, nadie lo sabe. Así participó activamente en la vida social de su comunidad, convirtiéndose en una persona popular, cuando en realidad lo que le apetecía era sentarse a ver la tele.
En la universidad pasó mucho tiempo en la biblioteca, porque allí no estaba permitido que nadie le hablara. Sacó tan buenas notas que le dieron un premio, y no contentos con eso, también una beca para la Agencia Espacial. Entonces, no sin gran dificultad, logró esquivar a la entusiasmada y persistente prensa local.
En la Agencia le pusieron de segundo de un astronauta, pero el hombre enfermó unas semanas antes de iniciar la misión, con todo ya pagado. León tuvo que reemplazarle. Fue una tarea sobrehumana evitar, hasta en diez ocasiones, a la odiosa televisión, empecinada en convertirle en celebridad.
¿Se reía el destino de él? Con todos los que hay que quieren hacerse ricos y famosos. ¿Qué tenía que hacer un hombre sencillo para conseguir indiferencia, un sofá, una tele y un perro silencioso que simplemente le hiciera compañía?
El sonido de las compuertas abriéndose le devuelve a la Luna. Toma dócil las bolsitas de plástico para las muestras, y al salir ve a Hans gritando «estoy volando, estoy volando», entre las risas de los otros. Días escuchándoles sin interrupción le habían puesto la cabeza como un bombo, apaga el equipo de comunicación y se aleja solo, incumpliendo al menos diez directivas. Siente que se ha ganado esos momentos de soledad, de silencio.
‒Me cago en la leche. ‒Se le escapa de pronto‒. No me jodas… Vamos, por favor…
A unos centímetros de sus zapatos una pequeñísima criatura le mira petrificada con sus dos bocas abiertas.
‒Un alien… No me fastidies… ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!
El pequeño ser abre mucho su ojo y empieza a temblar.
‒No, si también voy a ser el primer humano que descubre vida extraterrestre… ¡Me cago en todo lo que se menea! ¡¿Tú sabes lo que eso significa?! ‒El hombrecito tuerce el gesto y se le escapa una lagrimita‒: ¿cuantas conferencias de mierda, cuántas entrevistas? Y dirás: «Pero León, sé razonable: aparecerás en los libros de historia». Y yo te digo que me limpio el culo con los libros de historia.
León no había dicho tantas palabras juntas en su vida. Se derrumba en el suelo y el ser le pone una patita sobre la pierna.
‒¿Quieres consolarme?, ¿tú a mí? Pues no sabes lo que te viene encima, no los conoces… Si yo voy a ser famoso, tú… tú olvidate: todos los días en la puta tele.
El alien se sienta en el suelo, escuchándole atento.
‒Estás solo, ¿verdad?… Una semana en la tierra y suplicarás por una celda de aislamiento… Escucha, aún estamos a tiempo: tú no me has visto, y yo no te he visto. ‒León asiente y el pequeño ser le imita‒. Ala, pues vete.
…
‒Bueno, pues ya me voy yo.
León le mira mientras se aleja; juraría que estaba triste.
‒¡León! ¡Rápido! ¿Dónde estabas? No funciona el sistema de comunicación.
‒¿Qué pasa?
‒Hans ha saltado demasiado alto. Míralo, allí está, ¿lo ves?
‒Pero si es solo un puntito…
‒Ya. Como no nos demos prisa… Hay que volver. Ahora.
‒¿Y el asentamiento?
‒Adivina. Vas a ser el primer habitante de la luna, macho.
‒No me jodas…
‒Qué envidia me das.
‒Me haré famoso…
‒¿Tú que crees?
‒¿Cuánto tiempo tengo que quedarme?
‒Hombre, la estación es autosuficiente, lo que aguantes.
‒Hum… Oye…, estaba pensando… Aquí se pilla la tele, ¿verdad?
‒Claro, si tienes hasta Internet.
‒¿Y un sofá?
‒Algo parecido hay.
‒Pues ala, no pierdas tiempo, que a Hans ya ni se le ve.
«Jodío destino… Lo tenías todo preparado ‒piensa mientras se gira en dirección al extraterrestre‒. Hum… Se parece un poco a un Yorkshire… ¿Le gustará llamarse Tobi?». El ser comienza a caminar hacia él. León juraría que estaba contento.
Hola Mariaje.
La idea me ha gustado mucho pero he tenido que releer algunas partes para entenderlas. Principalmente me ha costado entender de quien habla el narrador. Te pongo algunos ejemplos:
“Estallan los vítores, la euforia inunda el habitáculo. Todos se alegran, todos, menos uno”. A mi esta frase me lleva a una multitud y en realidad son tres…
“En la Agencia le pusieron de segundo de un astronauta, pero el hombre enfermó unas semanas antes de iniciar la misión, con todo ya pagado” Aquí no se si el narrador habla del primer astronauta o de León. Sé que luego lo aclaras, pero al no estar claro te paras en la lectura y le rompe el ritmo al relato.
“León le mira mientras se aleja; juraría que estaba triste.” De nuevo lo mismo, ¿Quién está triste, León o el extraterrestre?
También quería comentarte el tono del personaje: Defines muy bien a este personaje que quiere ser un don nadie y, por mala suerte, acaba siendo famoso pero me pregunto si alguien retraído y tímido usaría el lenguaje que usa León (interesante el nombre, por cierto). Yo me lo he imaginado más diciendo “mecachis” que “mierda, mierda” o “menuda suerte la mía” más que “me cago en todo lo que se menea”. Creo que la forma de hablar de los personajes es muy importante para definirlos y hacerlos crecer.
De nuevo insisto que, tanto la idea de que alguien que quiera pasar desapercibido acabe siendo famoso, como el que acabe adoptando a un alienígena como su perro me parecen muy buenas.
Felicidades.
Hola Mariaje,
Me ha gustado el relato. Disfruté con el tono absurdo de la historia que trasmite el fino humor del autor(a). Mi relato también se mueve en ese tono.
Pero además está bien construido y me parece muy bueno, un acierto, el monólogo de León con el alien y la interpretación de los gestos del selenita.
Tiene razón Jordi en las observaciones que hace sobre la falta de claridad del narrador en algunos pasajes. Sin embargo, el lenguaje castizo de León, me encaja dentro del tono absurdo que empapa el relato.
Me gustó la referencia sobre la reina del baile: se encapricha con el compañero bajito y calvo.
Creo que queda mejor si el alien no habla. Yo eliminaría esta frase del diálogo:
-Bueno, pues ya me voy.
Buen trabajo y hasta otra ocasión. Si tienes ganas te invito a leer el mío, soy el 70.
Un abrazo
Hola Mariaje! Soy tu vecina del 69, te invito a pasarte y echarle un vistazo.
En cuanto a tu relato me ha parecido de los más originales que he leído en esta edición del taller, me gusta mucho la idea del tipo que no quiere destacar, pero que todo se le pone en contra y al final, por una cosa o por otra, triunfa. Evidentemente, es algo ficticio, dudo que en nuestra sociedad haya alguien que no quiera salir en los libros de historia… Pero bueno, la idea es buena y tiene un humor muy particular. A mí también me ha fallado el aspecto del narrador, pero por lo demás, no he visto pegas. Lo único es que los guiones de diálogo no están bien puestos, deben ser una raya larga como esta — y no así –
Buen trabajo!
Saludos!
Hola Mariaje
Los comentarios sobre la redacción y la sintaxis ya te los han hecho, solo quiero destacar que me encantado el cuento, que lo he leido mujy rápido y a pesar de no leerse exactamente quien esta enfermo, el hilo del cuento te lleva a no dudar quien lo está.
Las cosas del destino, contrariando en todo al personajem para que al final logre lo que realmente quiere, bueno también lo del alien como el perro.
Felicitaciones
Jordi Lafuente: muchísimas gracias por visitar mi relato y dejar tus aportaciones, me son de mucha ayuda, creo que has sabido encontrar los puntos flacos, aunque no estoy de acuerdo por completo :-). Me pasaré por supuesto por tu historia en cuanto tenga un poquito de tiempo.
Respecto al número de ocupantes del módulo lunar, en realidad si que pensé en una ocupación de más de tres personas. La misión de mi historia consiste en hacer un asentamiento en la Luna, discurre en el futuro, y no tiene nada que ver con el módulo del Apolo XI. Así pues, si la frase inicial con los vítores te lleva a pensar en un mayor número de personas, es lo que pretendía.
Respecto a las frases del narrador en las que es confuso saber sobre quién habla, la verdad es que yo no lo veo así, pero está claro que si tú has dudado, y no has sido el único, tengo que cambiarlo, ya que todos los lectores deberían entenderlo correctamente a la primera. Es algo bien importante y lo tendré muy en cuenta en el futuro.
Y por último, respecto al tono del personaje. Es verdad que no es el tono esperado para una persona que no quiere destacar, pero hay que entender dos cosas; primero que se trata de un momento límite para el personaje, en el que ya no puede más, estalla. Segundo, que no querer destacar en el ámbito público no implica, desde mi punto de vista, no tener carácter en el privado. Recuerda que él está hablando “solo” (bueno, con el alien que no puede entenderle).
Roger/NHICAP: me alegra mucho que te haya gustado el relato, muchísimas gracias por pasarte y dejar tu comentario, leeré el tuyo encantada tan pronto como pueda, esta semana estoy un poco liada. Quería aclarar que el alien no habla. Dentro del diálogo, al extraterreste correponden los puntos suspensivos y la frase “bueno, pues ya me voy yo” la dice León.
Coral Mané: hola vecina, muchísimas gracias por leerme y comentar el relato. Ya he leído el tuyo, pero aún no tuve tiempo de escribir algo, aunque lo haré tan pronto como pueda. Respecto a los guiones de diálogo, no sé que he hecho esta vez, algo está mal, cuando leo el texto en mi móvil ni siquiera aparecen rayas sino cuadraditos! Lo siento porque dificulta la lectura.
M T Andrade: si que has leído rápido el texto porque nadie está enfermo jeje. Gracias por pasarte y dejar tu comentario, me alegra que te haya gustado.
¡Exelente relato!, de lo más simple y creativo que leí hasta ahora. Sin dudas que hay cositas como las que te marcaron más arriba que haría un poco más entendible el texto. Me parece muy entretenido ¡felicitaciones!
Madre mía Mariaje!!! Con la boca abierta me has dejado!!! Me encanta el resultado de tu historia: un relato con un puntillo cómico interesante, con esos pensamientos del protagonista, me ha sonado a cercano, no sé, como que ese hombre podría ser mi vecino del quinto, y eso es lo que más me ha gustado, que no es una historia que se sienta lejana, imposible.
Coincido con mis compañeros en que algunas frases crean confusión, y quería comentarte que has puesto en los diálogos guiones cortos (-) en vez de largos (—), esto deberías cambiarlo porque es incorrecto el uso de guiones cortos (a mí me pasaba lo mismo).
Por lo demás no tengo queja y me quito el sombrero por la gran creatividad y maestría para historias cómicas, de verdad, a poco que trabajes conseguirás grandes cosas.
Besos, no leemos!!!
Hola Mariaje,
Me ha encantado tu relato, lo he leído y entendido con facilidad. He soltado la carcajada en dos o tres ocasiones y eso lo valoró mucho.
En cuanto a la forma ya te han comentado los anteriores compañeros.
¡Enhorabuena!
Saludos
Hola Mariaje,
Me ha gustado en general, ese tono de humor que usas, un pelín absurdo pero muy bien cogido para el relato. Yo creo que más que tímido o retraído como dicen algunos, León es un poco huraño, le agotan las personas, las multitudes (bueno, con tres ya se agota). Quizá podías haber definido algo más del carácter de León, pienso que en su personalidad están la curiosidad y las ganas de aprender, y que se siente bien entre los libros. Se podría deducir, pero no lo dices claramente. Alguien no llega a astronauta sólo porque quiere estar tranquilo en la biblioteca. Pero claro entonces el relato entonces se pone en tono realista-serio y no era tu intención, está claro.
Es un relato absurdo lo que pretendías escribir, pero esto a mí me ha chocado un poco.
Por cierto “En la universidad pasó mucho tiempo en la biblioteca, porque allí no estaba permitido que nadie le hablara.” esto parece de Woody Allen 🙂
Ah una cosilla:
“‒Alunizaje completado. ‒Se oye distorsionada la voz del comandante…”. A mí me resulta mejor:
“‒Alunizaje completado. ‒suena la voz distorsionada del comandante…”, pero esto es solo cuestión de gustos me parece a mí.
Saludos
Hola, Mariaje:
Muchas gracias por haber pasado por mi relato y haber pillado la falta de ortografía (en realidad hay otra, y un espacio mal puesto, jajajaja). Ese ojo avizor me puso en aviso.
Respecto al tuyo, que este es tu espacio, debo decir que me ha parecido muy original y divertido. No coincido en que no se entiendan partes, al menos a mí no me lo parece. Pero sí que es cierto, que si de cinco personas, cuatro coinciden, algo falla.
En el aspecto formal, ya te han apuntado alguna cosita. Yo voy a intentar completar con algo más:
“‒Alunizaje completado. ‒Se oye distorsionada la voz…”. Si el verbo dicendi está implícito (y yo interpreto que lo está), el inciso se comienza también con minúscula (y eliminamos el punto de delante, claro). Lo mismo sucede en “‒Me cago en la leche. ‒Se le escapa…”
-Concordancia en tiempos verbales: “personal, nadie lo sabe”. Lo que nos cuentas sucede en el pasado, y en esa frase cambias a presente. Lo normal es que hubieses puesto “nadie lo sabía”, o “nadie lo sabe aún”.
“León le mira mientras se aleja; juraría que estaba triste”, en este caso me parece bien el segundo verbo en pasado, ya que el animal ha comenzado a alejarse (la acción ha pasado); no sucede lo mismo en la frase final: “León juraría que estaba contento”, el animal se acerca a él, lo está viendo en ese momento. Y el resto de relato transcurre en presente. Lo veo poco acorde.
-“Sacó tan buenas notas que le dieron un premio, y no contentos con eso, también…”. La coma debería ir detrás de la conjunción “y”, que nos hace de nexo entre la primera frase y la introducida por “también”.
-“ve a Hans gritando «estoy volando, estoy volando»”. Tras “gritando” faltan dos puntos, y comenzar en mayúscula la cita, ya que es una cita textual.
-“lagrimita‒: ¿cuantas conferencias…”. El “cuántas” con acento y mayúscula. Para usar minúscula mejor sustituye los dos puntos por una coma.
Como ves, son pequeños detalles que a todos se nos escapan (yo lo llamo “contaminación del autor por exceso de lectura e implicación personal con el texto”).
Quitando eso, el relato me parece de diez por original y divertido. No comparto la idea del lenguaje del protagonista, es parte del tono humorístico.
Una abrazo.
Gerónimo: gracias por pasar por aquí y dejar tu comentario. Quise devolverte la visita pero no te encontré.
Escritores Anónimos: vaya, muchas gracias por tus generosas palabras; me motivan mucho. Y gracias por tus apuntes, respecto a las rayas, me percaté de que algo andaba mal al ver el texto publicado, no sé de donde saqué estas rayas, que no son ni cortas ni largas, y a veces se ven como cuadraditos…
Otilia: me alegra mucho haberte arrancado un par de sonrisas, es muy gratificante leerlo. Gracias por leer mi relato y dejar tu comentario.
Ratopin Johnson: has dado en el clavo con el personaje; el tipo es un huraño. Las 750 palabras no me daban para más descripciones, incluso tuve que recortar varias veces la historia. Te agradezco mucho que hayas leído mi relato y lo hayas comentado.
L.M.Mateo: Me alegro de que el relato te haya gustado. Mil gracias por tu detallado análisis, he aprendido varias cosas con tus anotaciones, son muy valiosas. Por ejemplo no estaba segura de cómo escribir los gritos de Hans, tampoco sabía que cuando el verbo dicendi está implícito se escribe igualmente en minúsculas. Y no me había percatado de los otros errores que has detectado, no se te escapa ni una.
L.M. Mateo: últimamente voy un poco apurada de tiempo y de ir tan rápido hago las cosas a medias. Se me olvidó responder a tu comentario sobre la frase “León juraría que estaba contento”. Ese “juraría” no es pasado, es condicional, como estoy segura de que sabes; imagino que también han sido las prisas.
Hola Marieje. Gracias por leer y comentar mi cuento.
En mi opinión todo está bastante claro. Las dudas pueden venir porque tal vez no se han percatado que has utilizado un narrador “equiescente”.
Yo solo quería hacerte una pregunta ¿Ha sido elegido aposta este tipo de “narrador”, o te ha salido sin pensarlo?
Fantástico.
Hola Demetrio,
Gracias por pasarte por mi relato y comentarlo. El narrador está elegido aposta, quería escapar de la primera persona, porque en todos mis relatos tiendo a usarla. En anteriores escenas recibí varios comentarios haciéndome notar las limitaciones de la primera persona y recomendándome un narrador equiescente, y hay he ido.
Un saludo.
Un saludo.
Ay… Otra vez tengo que rectificar un comentario, con el móvil siempre hago faltas de ortografía :-(: “ahí he ido” quise poner
Hola Mariaje,
Me gustó muchísimo todo el relato. Es muy divertida esa visión de quien desea pasar desapercibido y “Resultaba que el destino se había empeñado en que triunfara en contra de su voluntad.”
No tienes idea cuánta gracias me ha causado tu relato. Mi esposo es casi tan huraño como León, qué risa.
Me gusta muchísimo el poderme imaginar a alguien que no esté interesado en el éxito y que todo se le haya dado así, sin proponérselo, incluso el deseo de no hablar, de no hacer nada más que ver TV en un sillón con su mascota alienígena.
POr los detallaes de forma ya se encargaron de referírtelos mis predecesores.
Excelente!!!
Gracias por pasar por mi relato, vecina.
Hola Mariaje,
En cuanto a lo formal nada me queda por decir, después de pasar L.A. Mateo y haber hecho la revisión. (Aprovecho para comentar que uno de mis trabajos preferentes en este taller es seguir los comentarios de L.A. MATEO ;-).
Me gusta tu relato. Creo que fue una buena elección al dar voz a un narrador en primera persona, disfrazado de tercera persona jeje, un rey del mambo limitado. Da mucha proximidad al personaje y sobre todo lo hace entrañable, encaja en aquel dicho del gran Jorge Oteiza : «Yo no ensucio mi curriculum de fracasado en todo con una victoria de mierda.»Resumiendo, gracias por compartir tu trabajo y ya de paso gracias por asomarte a leer lo que yo escribí para aprender algo más en este taller.
Ha sido un placer. Un abrazo
Hola Mariaje. Aclarada mi pregunta te felicito por haber escrito en equiescente sin un solo fallo. No es fácil. Si te interesa un buen libro, no muy largo, escrito con este tipo de narrador y que además el protagonista es un perro, se titula “La llamada de la selva” de Jack London. Aparte de que en mi opinión es un libro sensacional y trepidante, solo le encontré dos sutiles deslices en cuanto a la voz narrativa.
El cuento tiene todo lo que hay que tener: Presentación, nudo y desenlace. Y conflicto principal, y además varios conflictos.
Lo dicho. Muy bien escrito. Aunque el contenido es cuestión de gustos, a mi me ha gustado.
Estoy encantado.
Quise decir Tu cuento tiene…”
Demetrio Vert: vaya, mil gracias por tus generosos comentarios, me animan y motivan mucho. Y gracias por la recomendación, leí “La llamada de la selva” en el instituto, pero ni me acuerdo, la verdad. Me parece que fuiste tú quien me recomendaste en otra escena leer “La muerte de un ruiseñor”, como buen ejemplo de un narrador en primera persona, además un niño, y la estoy releyendo ahora mismo, con mucho gusto y mucho más consciente que cuando lo hice la primera vez. Lo mismo haré con “La llamada de la selva”: Lo pongo en mi lista. Y no dejes de recomendarme libros; me parece una excelente costumbre, no hay mejor forma de aprender, creo yo.
María Inés Nuid: jaja, qué gracia la alusión a tu esposo. Gracias por dejar tu amable y simpático comentario. Me alegra mucho que te haya hecho reír, conseguir eso, es para mí el mejor halago.
Don Kendall: muchas gracias por leer y comentar mi texto; me alegro de que te gustara. Desde luego, L.A. Mateo es infalible, pocas se le pasan. Genial la frase que me dejas. Gracias.
Hola Mariaje:
Estabas cerca y no te había visto y eso que repasé dos veces la lista. Si no me lo dices no habría podido disfrutar de este relato tan imaginativo.
Me he divertido con la escena del encuentro con el hombrecillo. Dan ganas de comérselo (a besos). La estoy imaginando. No es el perro que ansiaba pero sí es silencioso. El relato magnífico. Se nota la elegancia de la autora, bien trabado, ameno y, como te digo, imaginativo. Buenos diálogos, fluidos y naturales, y un final feliz para Leo. Solo espero que esa soledad tan ansiada y que logra alcanzar, no le impida enviar informes a la Tierra.
Felicidades. Hasta el próximo.
Bueno, quiero aclarar que IMAGINATIVO es para mí un término lleno de positividad y que me da mucha envidia en quienes sabéis dar ese toque mágico del que yo carezco. Lo digo porque le he empleado en otro comentario y parece que no ha gustado.
Así que interprétalo en el sentido de espléndido, genial, magnífico, admirable…
Isan: me alegro mucho de que te haya gustado el relato, que te hayas divertido y que te entren ganas “de comerte al hombrecillo” jeje, justamente lo quería hacer entrañable. La verdad es que nunca hubiera interpretado ese “imaginativo” como algo negativo. Y no es por nada, pero si tú no eres imaginativo… ¡Cupido y Selenio de charla! Gracias por leerme y dejar tu amable y generoso comentario.
Hola, Mariaje.
Me encantó la historia; la centraste en un personaje muy original, y él se robó los aplausos aquí en Literautas; él y “el Tobi”; la Luna es un espacio de acción, y nada más. Aplausos.
También me pareció muy incongruente el lenguaje del personaje; más que un tímido parece un violento reprimido.
“El Tobi” es un prototipo de mascota tierna, sin duda.
Saludos.
Mi cuento es el 164.
Hola, mariaje: Respondí a tu comentario en el 164. Muchas gracias. Cariños.
Hola, Mariaje:
Sé que te escribí , pero nunca descarto en lapsus, cada día que pasa.
Te decía que luego de tu comentario me pareció que mis expresiones “primos”, “cuerno de cabra” y “a ver”eran de una jerga casi doméstica, y que podían disonar con toda la cosa divina y volátil de la historia. Muchas gracias por señalarlo. Muchos cariños, y mil disculpas por “colgarme”.
Beba: gracias a ti por tus comentarios a mi texto, me alegra que te gustaran “el Tobi” jeje y su huraño amigo. No eres la única que me comenta que el tono del personaje le parece inapropiado; creo que al ser tan inusual el hecho de que alguien no quiera recibir reconocimiento social, que el lector solo se explica el comportamiento de León si se trata de una persona que lo hace por timidez. Sin embargo, él es más bien un tipo al que directamente, no le gusta la gente. Intentaré corregirlo para que se entienda mejor.
Me alegra mucho haberte podido aportar algo con mis comentarios. Un saludo y espero que nos “veamos” en la próxima escena que, acabo de ver, ha salido ya.